El documento describe las formas en que la escuela se ha homologado con otros procesos educativos, adoptando algunas prácticas y dejando otras para crear sus propias normas. Al hacer esto, la escuela se ha convertido en sinónimo de educación y ha subordinado el resto de las prácticas educativas. La escuela conserva el conocimiento validado y lo difunde más allá del aula, aunque sus propias regulaciones son artificiales y contrarias a las prácticas locales.