TIPOLOGÍA TEXTUAL- EXPOSICIÓN Y ARGUMENTACIÓN.pptx
Diez claves para que los centros educativos acaben con el acoso
1. BULLYING
Diez claves para que los centros
educativos acaben con el acoso
Acabar con el acoso entre iguales es posible según el autor de «Guía:
Ciberbullying. Prevenir y Actuar»
ABC FAMILIA- abc_familiaMadrid - 23/03/2016 a las 15:58:01h. - Act. a las 02:29:20h.Guardado en: Familia ,
Educación - Temas: Violencia , Educación , Bullying , Profesores , Educación infantil , Legislación
educativa , Enseñanza pública , Eso , Enseñanza primaria , Colegios , Violencia infantil
Se puede acabar con el maltrato, el acoso y la violencia entre iguales en los
centros educativos. Sin duda. O reducirlo a la mínima expresión. Esa es la
opinión del psicólogo educativo y vicesecretario del Colegio Oficial de Psicólogos
de Madrid, José Antonio Luengo, el autor de la Guía: Ciberbullying. Prevenir y
Actuar, que acaba de poner en marcha un proyecto muy interesante
denominado: El modelo de Aprendizaje-Servicio aplicado a los centros
educativos: educando a los más pequeños.
Para el fuera también secretario general y jefe de gabinete técnico del Defensor
del Menor de la Comunidad de Madrid, «hemos de empezar en la educación
infantil. Profesorado y padres en esta etapa educativa comprenden bien este
reto. Y facilitan el desarrollo de acciones de promoción de hábitos saludables de
convivencia, habilidades sociales y competencia emocional. Inoculando
defensas ante las dificultades y habilidades fundamentales: autoestima,
capacidad de afrontamiento y expresión de las emociones y sentimientos y
empatía».
A juicio de Luengo, estas acciones son también imprescindibles en laeducación
primaria. «Los problemas que emergen de forma virulenta en secundaria tienen
su origen en lo que hacemos y se vive en esta etapa educativa. La acción
tutorial aquí debe reescribirse. Y revolucionar, de alguna manera, la vida de los
centros», asegura este experto. También, prosigue, «el trabajo de los tutores.
Con dedicación, convencimiento y tiempo para ello. Sin tiempo, sin horas para
2. hacer pensar y vivir buenos modelos de convivencia, revisar conflictos y sacar
adecuadas conclusiones no es posible interiorizar adecuadamente el respeto
hacia uno mismo y hacia los demás como núcleo esencial de la convivencia».
Los centros educativos, en primaria y secundaria deben abordar decididamente
la promoción de la convivencia pacífica y la detección e intervención rápida,
congruente, educativa y efectiva en situaciones de conflicto. «Esto es lo que
sabemos que funciona», asegura este psicólogo:
(1) Los equipos directivos expongan en cada uno de los grupos, en la primera
quincena del curso, la importancia que el centro va a dar las relaciones entre las
personas; y no solo desde la advertencia sino, más bien, desde el ejemplo, los
valores compartidos, el diálogo y la participación. Deben o pueden convencer a
sus alumnos que la convivencia va a ser el eje de la vida del centro. Pero que
todos sepan, también, que se va a intervenir, con sensibilidad y criterio, pero
con rapidez en situaciones de acoso entre compañeros. Todos van a participar
con ideas y acciones. Pero tolerancia cero ante el maltrato. Ese es el trato.
(2) Se fomente el trabajo específico de las tutorías, en tiempo y calidad, con el
apoyo especializado de los orientadores; dedicar tiempo es imprescindible. Sin
tiempo efectivo en tarea, reflexionando, sensibilizando, dialogando,
construyendo iniciativas entre todos, no hay propuesta que se sostenga.
(3) El profesorado, y especialmente los tutores, se comprometa, con especial
sensibilidad, a la observación de las respuestas emocionales de sus alumnos en
el día a día: silencios, escasa participación, soledad, tristeza… Interesarse y
mostrarse cercano y disponible. Incondicionalmente.
(4) Se trabaje para reducir la violencia desde el trabajo con los grupos al completo,
con todos los alumnos, con los observadores; desarrollando acciones para la
reflexión y el compromiso de quienes suelen mirar hacia otro lado. Sabemos
que si los observadores dan un paso hacia delante y defienden a quien sufre, la
violencia se reduce sensiblemente. O desaparece.
(5) Se ponga en marcha, en el marco de las comisiones de convivencia, la creación
de las figuras de responsables de convivencia entre el profesorado, y de
delegados de convivencia del colectivo de padres y madres, y que sean
conocidos unos y otros, y sus funciones (especialmente en ámbitos de
valoración de conflictos, propuestas de resolución y mediación en el trabajo con
familias), por toda la comunidad educativa.
(6) Se apueste por la participación y protagonismo del alumnado en el
asesoramiento para la resolución de conflictos. Especialmente en secundaria, los
proyectos actualmente existentes de mediación o de alumnado ayudante están
dando excelentes resultados. Cuando quien informa, sensibiliza, forma y ayuda
a los alumnos son los propios compañeros con más edad, la escucha y
penetración de las ideas en los pequeños son significativas.
(7) Se dé presencia y valor a la figura del delegado de clase, como corresponsables
también en la consideración de la convivencia en cada grupo.
(8) Se disponga de un sistema interno de comunicación confidencial, de los
alumnos con tutores, delegados de convivencia y equipos de orientación. Los
alumnos deben poder contar sus preocupaciones con tranquilidad y confianza,
sin miedos. Y se ofrezcan programas de orientación psicológica y apoyo para
los alumnos que puedan verse implicados de forma expresa en situaciones de
conflicto entre iguales; los alumnos tienen que saber que pueden hablar, sin
miedo. Se organicen medios, tiempos, profesionales y espacios para que los
alumnos compartan sus preocupaciones y expresen sus emociones y
sentimientos.
3. (9) Se defina y trate la disciplina desde un enfoque de diálogo y acuerdos previos
en la comunidad educativa, con una visión preventiva y reeducadora (las
soluciones pasan por abordar los temas, enfrentarlos y ahondar en la
reparación, el perdón y la reconciliación) y no exclusivamente desde la
perspectiva correctiva. Y se fomente la participación verdadera del alumnado y
padres en la configuración de los reglamentos de régimen interno.
(10) Se trabaje desde la perspectiva de derechos y ciudadanía: cuando el
alumnado siente que en el centro preocupan los conflictos entre compañeros y
se ejercita la comunicación fluida con sus profesores, cuando observa actitudes
de escucha y respeto, de afrontamiento y sensibilidad, las posibilidades de la
acción preventiva en materia de conflictos de convivenciase amplían de modo
significativo.
El clima escolar, concluye Luengo, «cualquiera que sea este, no puede ni debe
explicarse exclusivamente ni por el origen social de sus alumnos ni por el
emplazamiento geográfico de los centros. La escuela sí importa. Frente a
posturas que desconfían de la capacidad de nuestros centros educativos para
la mejora permanente y el cambio, sosteniendo que no importa ni la calidad de
los medios, ni la capacitación del profesorado, ni los sistemas de dirección y
organización escolar, debe señalarse que, muy al contrario, la escuela sí
importa. Importa su visión, sus objetivos, sus formas de organizarse, su manera
de interpretar y llevar a efecto la idea de la comunidad educativa y la
participación».
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