Este documento presenta las orientaciones para una Pastoral de la Salud en América Latina y el Caribe que sea humanizadora, evangelizadora y promueva los derechos de los más vulnerables. Propone que la comunidad cristiana, a través de sus diversas expresiones como parroquias, religiosos, grupos de pastoral y voluntariado, trabaje de manera organizada para promover la salud integral de las personas desde una perspectiva de fe.