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Dos semanas en La Habana
1. VALVERDEÑOS POR EL MUNDO2
COPEIRO MARZO 2014-copia PATRIMONIO DE VALVERDE
Especial Valverdeños por el Mundo
Jesús Copeiro
Dos semanas en la Habana
Hemos visitado La Habana dos veces últimamente, una
semana el pasado año y otra ahora. Desde que era joven
tenía ganas de conocerla, pero nunca hallé la ocasión.
Recuerdo de pequeño aquellos juegos lingüísticos que
decían: “De La Habana ha venido un barco cargado
de….” cosas que empiezan por la letra p o palabras con
la letra m y había que continuar dando nombres. Cuando
analicé los sucesos del año 1898 siempre tuve la sospecha
de que el hundimiento del “Maine” había sido una
engañifa de los americanos para entrar en guerra contra
España. Luego, en mis años de estudiante, en la década de
los años sesenta, se cantaba la popular “Guantanamera” y
la añorada “Cuando salí de Cuba”, de Luis Aguilé.
Bloqueo
Fue casi la primera y también la última colonia que tuvimos
en América. Cuba es una prolongación de España. Es nuestra
hija o mejor aún, nuestra hermana pequeña. Así lo sienten los
cubanos y al saber que éramos españoles nos paraban en la
calle y nombraban a la madre patria o sacaban a relucir sus
antepasados gallegos, asturianos o canarios. Tantos miles de
españoles quedaron en Cuba tras la independencia y tantos
miles emigraron a ella en las primeras décadas del siglo
XX, que cuando se impuso el bloqueo a la isla, Franco se lo
saltó olímpicamente y nuestros barcos y aviones siguieron
comerciando. La compañía Iberia mantuvo conectada La
Habana con Europa y a los niños cubanos no les faltaron
juguetes españoles, amén de que los autobuses Pegaso
inundaran sus carreteras. Es más, el ministro Fraga invitó a
Fidel Castro a Galicia para visitar a sus parientes de Lugo. Y
a la muerte de Franco, Fidel decretó tres días de luto oficial.
Los dos gallegos llegaron a respetarse.
Principales industrias
Tres son las principales industrias hoy día en Cuba: el
turismo, la industria biotecno-sanitaria y la minería de
níquel. Por último, ron y tabaco aunque de forma testimonial.
Actualmente visitan la isla tres millones de turistas al año. La
exportación de médicos y medicinas es muy importante, la
industria farmacéutica está muy avanzada y han descubierto
soluciones para el cáncer utilizando el veneno del alacrán.
Hay médicos en Venezuela, Brasil, Nigeria o Guinea
Ecuatorial, a cambio de petróleo. Pero también en otros
países como Pakistán, Sudáfrica, Haití, Liberia o Sierra
Leona, donde la brigada médico cubana ha parado el ébola.
Empresarios españoles son los propietarios de los principales
hoteles en la isla y sería interesante que hubiera más
inversiones españolas, antes de que los americanos aterricen
con sus dólares ante el anunciado fin del bloqueo.
La Habana, española siempre
La Habana es una ciudad que merece la pena visitar, a
pesar del estado ruinoso de muchas casas y los problemas
existentes. En la Habana Vieja hay mucho reconstruido y
actualmente se están acometiendo mejoras para el agua y el
alcantarillado. Es un placer pasear por sus calles tanto de
día como de noche, con los edificios históricos iluminados,
en un paseo organizado con guías locales. La Habana fue
siempre española salvo un corto periodo de once meses, en
1762, en que fue ocupada por los ingleses y canjeada luego
por la península de La Florida, que pasó a ser inglesa.
La población es abierta y amistosa, y la mezcla de razas
hace aumentar su encanto. Cuando paseas por la calle
Obispo, una calle larga y estrecha, como la onubense
Concepción o la Sierpes sevillana, es fácil ver grupos
musicales que deleitan a los turistas con sus mambos,
boleros y chachachás. Músicos con zapatos, sombreros
Vehículos americanos de los años 50 y 60. Circulan
perfectamente gracias al ingenio cubano
Palacio de los Capitanes Generales en La Habana colonial
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COPEIRO MARZO 2014-copiaPATRIMONIO DE VALVERDE
y trajes blancos, en marcado contraste con su piel negra.
Y no solo con guitarras, también con violines, flautas
traveseras y clarinetes, no faltando en estos quintetos un
aclamado intérprete con amplio cancionero, en el que no
podía faltar “Hasta siempre, Comandante”, recordando la
figura del Ché.
Las calles Oficios, Mercaderes y San Ignacio unen las tres
plazas principales de La Habana colonial: La Plaza de la
Catedral, La Plaza de Armas y la Plaza Nueva. Pasear por
ellas es una delicia, una sensación parecida a cuando se
visita el antiguo Toledo o el viejo Cáceres.
Visitamos una escuela de niños y niñas en la calle
Empedrados, en la Habana Vieja. Se trata de una escuela
“martiana”. Su directora nos la mostró de arriba abajo,
haciendo levantar a los alumnos a la voz de Buenos días
y acto seguido, los niños coreaban al unísono un lema de
José Martí, mártir de la independencia cubana, hijo de
valenciano y canaria, poeta, escritor, ensayista, licenciado
en Derecho y Filosofía. Cada clase recitaba un lema o
credo distinto:
“Ser cultos es el único modo de ser libres”
“El hombre de la Edad de Oro es mi mejor
amigo”
“Trincheras de ideas valen más que trincheras de
piedras”
“Que lo sepan los nacidos y los que están por
nacer. Nacimos para vencer y no para ser
vencidos”
Alumnos de cinco a doce años, niños
blancos, negros y mulatos, todos con
uniforme y con pañuelos al cuello de
color azul o rojo, según el nivel de
estudios. Profesoras blancas y negras,
y algunas jubiladas, reenganchadas
para ayudar. Cada niño tiene su
cepillo de dientes, su toalla y un peine
en sendas bolsas colgadas en la pared.
El edificio es una antigua oficina de
seguros de la época colonial, en mal
estado, pero hace su función. En las
paredes fotos de Fidel, “el Che” y de
Camilo Cienfuegos. Los niños comen
en la escuela, la comida la facilita el
Estado. Cada niño tiene derecho a un
lápiz por mes, una libreta por trimestre
y una goma por año. Sacapuntas
sólo lo usa el maestro para toda la
clase. Dejamos allí material escolar,
medicinas, compresas, jabones,
cepillos y pasta de dientes.
Ballet Nacional
Tuvimos la gran suerte de asistir a la representación de
El Lago de los Cisnes por el Ballet Nacional de Cuba,
dirigido por Alicia Alonso, una verdadera obra de arte.
Sentía uno estar en el paraíso viendo al cuerpo de baile
moverse con auténtica perfección, bien acompasado. Un
público mayormente veinteañero, que no es posible ver en
actuaciones de este tipo en España.
Asistimos a un concierto de cámara en la iglesia de San
Francisco de Paula, con notables intérpretes cubanos de viola,
flauta dulce, oboe, chelo, fagot y clavecín. Otro lugar fue
la Basílica menor de San Francisco de Asís, en la que hay
conciertos todos los sábados del año y donde escuchamos tres
piezas de Mozart., en homenaje al director Claudio Abbado.
La acústica en la pequeña iglesia era ideal.
Tuvimos tiempo también para recorrer los tres mejores
Una de las aulas de la escuela
Los coco taxis es otra modalidad del transporte en la ciudad
3. museos de la ciudad: El Palacio de los Capitanes Generales,
el Museo de Bellas Artes y el Museo de la Revolución.
Día de Andalucía
Hemos asistido a los actos del Día de Andalucía, programados
por el Centro Andaluz de La Habana y de la Sociedad
de Beneficencia Andaluza, dos sociedades distintas pero
complementarias. Tras el Himno, siguió la actuación de dos
grupos de baile flamenco (uno de chicas jóvenes y otro de
niñas) y luego intervino un tenor que interpretó Granada y
varias canciones de Rocío Jurado. Por cierto, ninguno de los
artistas era nacido en Andalucía, alguno era descendiente
de andaluces, pero el resto eran cubanos que han aprendido
a cantar y a bailar flamenco en las academias que hay en la
ciudad.
Gracias a la facilidad con el idioma hemos podido hablar
con muchas personas: maestras, médicos, funcionarios,
comerciantes y nos hemos sentido en casa. Parecía no haber
ni un solo cubano que no tuviera raíces en España. Estuvimos
también en el Centro Asturiano, un imponente edificio de tres
plantas con las fotos de todos sus presidentes en el vestíbulo y
visitamos además el Centro Canario.
Mojitos
Eso sí, no han faltado los mojitos en la Bodeguita del Medio;
ni la piña colada en la terraza del Hotel Ambos Mundos,
donde Hemingway tenía una habitación arrendada; ni el
ron Santiago de Cuba; ni la cerveza Bucanero fresquita,
sentados en la Plaza Vieja, un lugar totalmente rehabilitado
y quizás el más bonito de la ciudad; ni la ropa vieja, ni el
arroz con frijoles, que aquí llaman moros y cristianos; ni
los helados en Copelia; ni la bebida de chocolate frío en el
Museo del Chocolate; ni el paseo por el malecón con las olas
embravecidas; ni el cañonazo de las nueve de la noche desde
la fortaleza de San Carlos de la Cabaña, construida en 1774,
con soldados vestidos a la usanza y con vivas a
nuestro rey Carlos III, cañonazo que anunciaba
el cierre de las puertas de la ciudad; ni las playas
habaneras del Este, de agua transparente y de
colores verde en la orilla y azul, mar adentro. Por
cierto, vimos medusas transparentes con tonos
azulados, ¡ojo con ellas!
Seguridad
En Cuba no hay robos, ni drogas, ni
delincuencia, es un país seguro, puedes andar
por las calles sin miedo a un atraco o a un
secuestro. Es cierto que si comparamos su
situación actual con cualquier país europeo,
hay una gran diferencia, pero eso es una
comparación tramposa. La situación en Cuba hay
que compararla con los países de su entorno: la
pobreza de Haití o de la República Dominicana,
la guerrilla de Colombia, los secuestros en
Méjico, las maras de Guatemala y El Salvador,
las pandillas criminales en Honduras, los barrios rojos de la
próspera Panamá o la violencia diaria en Venezuela.
Final
Los cubanos ven con buenos ojos el inicio de las
conversaciones con Estados Unidos y esperan con
impaciencia el restablecimiento de las relaciones
diplomáticas, el fin del bloqueo, el aumento de los salarios,
la apertura política y la reunificación con los exiliados en
Florida. Son conscientes de que el avance será lento por la
oposición republicana a Obama y por las exigencias cubanas.
Pero saben que el cambio en Cuba es imparable, no hay
piezas de repuesto para sustituir a los Castro cuando éstos
falten. No hay marcha atrás. Una de las medidas que se va a
implantar es la supresión de la doble moneda (peso cubano
para los locales y peso convertible para los turistas), de forma
que habrá un único peso para todos. Se llevará a cabo a
finales de este año.
En fin, nos despedimos deseando a Cuba lo mejor. Ha sido
una visita completa. Dos semanas para no olvidar.
Con los directivos del Centro Andaluz de la Habana, en la terraza
del Paseo del Prado.
Soldados con uniformes de época, en la fortaleza de San Carlos de la Cabaña