La educación para la salud busca no solo prevenir enfermedades, sino también promover la salud a nivel físico, mental y social. Debe practicarse de forma sistemática, especialmente por el personal de salud, pero también por todos desde sus diferentes funciones. El educador de la salud debe desarrollar habilidades que vayan más allá de lo cotidiano para diseñar programas de educación para la salud que ayuden a resolver necesidades detectadas.