pARA PREDICADORES LAICOS

1. El arte de
hablar en público
Ptr. Gustavo Romay Olea

2. BASE BÍBLICA
Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido
hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a
tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.
Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o
quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy
yo Jehová? Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te
enseñaré lo que hayas de hablar. Exodo 4:10-12

3. Definición
Podemos definir la oratoria
como el arte hablar en
público con el objetivo de
convencer o conmover al
auditorio. Para ello es
necesario conseguir que los
oyentes presten atención y
entiendan lo que se quiere
comunicar.

4. *Parece firme,
hable claro y al
punto y luego
siéntense*

5. Contacto con los Ojos
ORADOR
Seccion1 Seccion 2 Seccion 3
El orador tiene tres secciones
para mantener contacto con los ojos.

6. ¿Has escuchado a predicadores de
todo tipo que repiten una y otra vez
una frase hasta el cansancio? Eso es
una muletilla: algo que dicen en
forma recurrente.
2. Las muletillas

8. 3 consejos prácticos para
eliminar muletillas.
01 02 03
Frena y
haz una
pausa.
Utiliza
frases
puente
Lee y
enriquece
tu
vocabulario

9. “Que NO hacer
en el púlpito”

15. 1.Ajuste la posicion y altura del micrófono antes de hablar.
2. Hable suficientemente cerca del micrófono.
3. No permita que el micrófono cubra su rosto.
4. Pronuncie bien y correctamente las palabras.
5. No le pegue al micrófono para saber si se escucha.

16. 1.Preparacion del tema - 75%
2.Respiracion profunda - 15%
3.Control mental - 10%

17. LOS NERVIOS SON UN REFLEJO DE LA
FALTA DE PREPARACIÓN Y LA FALTA DE
CONFIANZA

18. La fortaleza de Dios es perfeccionada y honrada en la inherente
debilidad de los humanos.
-Moisés no podía hablar.
-Jeremías era temeroso.
-Pedro era pecador y volátil.
-Pablo tenía un aguijón en la carne.
-Wesley era diminuto.
-Moody era indocto.
-Whitefield era afligido con asma.
Es Dios. “El que hace…..,
y a sus ministros llama de fuego”. (Heb. 1:7).

19. ¡GRACIAS!