Este documento describe la modernidad cinematográfica entre 1960-1980, enfocándose en el movimiento de la Nouvelle Vague francesa. La Nouvelle Vague introdujo nuevas narrativas y estéticas al cine, con directores como autor y un enfoque más artístico que industrial. La película fundacional fue Los 400 golpes de François Truffaut en 1959. Otras figuras clave incluyen a Jean-Luc Godard, cuyas películas experimentaban con el lenguaje cinematográfico, y Claude Chabrol y Eric Rohmer, conocidos por sus
François Truffaut, un tsnunmi en busca de la infancia perdida_MakingOf.pdfJavier González de Dios
La Nouvelle Vague irrumpió a finales de la década de los 50 y supuso una renovación del lenguaje cinematográfico sobre la que se ha escrito ríos de tinta. Esa ola sacudió las costas del séptimo arte galo y mundial, donde la figura de François Truffaut fue clave en su tránsito de crítico insobornable a director aclamado, un hombre que prefirió el cine (y la lectura) a la propia vida y un director que tuvo en las mujeres y en la infancia sus dos mayores puntos de interés.
El cine de Truffaut fue muy biográfico, donde su desafortunada infancia y adolescencia le marcó de por vida. La confusión entre su vida y la ficción que imaginó fue tal que creó un alter ego cinematográfico, Antoine Doinel, personaje encarnado por Jean-Pierre Léaud durante dos décadas. Y se ha llegado a decir que toda su obra es una búsqueda de la infancia perdida donde cabe considerar tres películas esenciales para entender esa búsqueda: Los cuatrocientos golpes (1959), El pequeño salvaje (1969) y La piel dura (1976), películas que rindieron homenaje explícito a la infancia y la educación desde ángulos distintos pero complementarios. Tres películas a las que habría que añadir el cortometraje Les mistons (Los mocosos) (1957).
Niños para el recuerdo desde la óptica de Truffaut para adentrarnos en la problemática educativa en la infancia, especialmente de los menores abandonados de una u otra forma por la familia y la sociedad que los acoge. Y sencillamente porque, según sus palabras, “la infancia es el mundo que mejor conozco”.
François Truffaut, un tsnunmi en busca de la infancia perdida_MakingOf.pdfJavier González de Dios
La Nouvelle Vague irrumpió a finales de la década de los 50 y supuso una renovación del lenguaje cinematográfico sobre la que se ha escrito ríos de tinta. Esa ola sacudió las costas del séptimo arte galo y mundial, donde la figura de François Truffaut fue clave en su tránsito de crítico insobornable a director aclamado, un hombre que prefirió el cine (y la lectura) a la propia vida y un director que tuvo en las mujeres y en la infancia sus dos mayores puntos de interés.
El cine de Truffaut fue muy biográfico, donde su desafortunada infancia y adolescencia le marcó de por vida. La confusión entre su vida y la ficción que imaginó fue tal que creó un alter ego cinematográfico, Antoine Doinel, personaje encarnado por Jean-Pierre Léaud durante dos décadas. Y se ha llegado a decir que toda su obra es una búsqueda de la infancia perdida donde cabe considerar tres películas esenciales para entender esa búsqueda: Los cuatrocientos golpes (1959), El pequeño salvaje (1969) y La piel dura (1976), películas que rindieron homenaje explícito a la infancia y la educación desde ángulos distintos pero complementarios. Tres películas a las que habría que añadir el cortometraje Les mistons (Los mocosos) (1957).
Niños para el recuerdo desde la óptica de Truffaut para adentrarnos en la problemática educativa en la infancia, especialmente de los menores abandonados de una u otra forma por la familia y la sociedad que los acoge. Y sencillamente porque, según sus palabras, “la infancia es el mundo que mejor conozco”.
Unidad_2_B8_Land_Art.(1).pptx land art fotografia artefusiongalaxial333
El Land Art es un movimiento artístico surgido a finales de los años 60 y principios de los 70, en el que los artistas utilizan el paisaje natural como medio y materia prima para sus obras. A menudo, estas obras son de gran escala y se integran en su entorno de manera que alteran el paisaje de forma temporal o permanente. Aquí algunos puntos clave sobre el Land Art:
Portafolio final comunicación y expresión ll - ivan alarcon .pptxivandavidalarconcata
Los muros paramétricos son una herramienta poderosa en el diseño arquitectónico que ofrece diversas ventajas, tanto en el proceso creativo como en la ejecución del proyecto.
La arquitectura paleocristiana y bizantina son dos estilos arquitectónicos distintivos que se desarrollaron en la historia del arte y la arquitectura.
La arquitectura paleocristiana se refiere al estilo arquitectónico que surgió en los primeros siglos del cristianismo, desde aproximadamente el siglo II hasta el siglo VI. Este estilo se caracteriza por el uso de elementos como columnas, arcos, bóvedas y cúpulas, a menudo incorporando influencias de la arquitectura romana. Las iglesias paleocristianas tempranas solían ser de planta basilical, con una disposición longitudinal y un énfasis en la simplicidad y la funcionalidad.
Por otro lado, la arquitectura bizantina se desarrolló a partir del siglo VI en el Imperio Bizantino (el antiguo Imperio Romano de Oriente) y continuó hasta la caída de Constantinopla en 1453. Este estilo se caracteriza por el uso de cúpulas, arcos de medio punto, mosaicos elaborados, columnas esbeltas y una profusión de detalles ornamentales. Las iglesias bizantinas suelen tener una planta centralizada, con una cúpula central que domina el espacio interior.
Ambos estilos arquitectónicos reflejan la evolución del arte y la cultura durante períodos históricos específicos y han dejado un legado duradero en la historia de la arquitectura occidental.
Las características principales de la arquitectura paleocristiana son:
1. Planta basilical: Las iglesias paleocristianas tempranas tenían una planta basilical, es decir, una disposición longitudinal con una nave central y dos laterales.
2. Simplicidad y funcionalidad: El énfasis en la simplicidad y la funcionalidad era una característica importante de la arquitectura paleocristiana. Las iglesias solían ser espacios sencillos y sin adornos excesivos.
3. Uso de elementos romanos: La arquitectura paleocristiana incorporaba elementos de la arquitectura romana, como columnas, arcos y bóvedas.
4. Uso de cúpulas: Aunque no tan comunes como en la arquitectura bizantina, algunas iglesias paleocristianas también incluían cúpulas.
Las características principales de la arquitectura bizantina son:
1. Cúpulas: La arquitectura bizantina se caracteriza por el uso de cúpulas, que pueden ser grandes y dominantes en el espacio interior.
2. Arco de medio punto: Los arcos de medio punto son comunes en la arquitectura bizantina, tanto en las cúpulas como en los espacios interiores.
3. Mosaicos elaborados: Los mosaicos eran una forma de decoración muy importante en la arquitectura bizantina. Estos mosaicos solían representar escenas religiosas y eran elaborados y coloridos.
4. Columnas esbeltas: Las columnas en la arquitectura bizantina suelen ser delgadas y altas, dando una sensación de ligereza y elegancia.
5. Detalles ornamentales: La arquitectura bizantina está llena de detalles ornamentales, como motivos geométricos, cruces, hojas de acanto y otros elementos decorativos.
Estas son solo algunas de las características principales de cada estilo, pero es importante tener en cuenta sus difere
Los atletas olímpicos de la antigüedad participaban en los juegos movidos por el afán de
gloria, pero sobre todo por las suculentas recompensas que obtendrían si ganaban..
Es una presentación desde el punto de vista histórico, escultórico y pictórico, gracias a la
cual podemos apreciar a través del tiempo como el arte ha contribuido a la historia de
los olímpicos.