1. El Colibrí y la Lluvia
Cuenta la leyenda que hace muchos años una terrible sequía se extendió por las tierras de Nazca, los
Nazcas eran pobladores que existieron antes de los incas
Las plantas y los musgos se redujeron a polvo y pronto los arboles empezaron a sufrir por la falta de agua,
En ese desierto árido de la región de Nazca en un árbol de Huarango vivía una mamá Colibrí y sus 2
pichones, al árbol de Huarango se le caían las hojas, la tierra era tan seca pero tan seca que hasta las
flores se morían
Mamá Colibrí voló por todo el desierto y no halló néctar para sus pichones, observaba al sediento monte y
no se veía ni una nube en el horizonte, en su congoja miró al cielo y susurró: “Ven lluvia, ven”
Cierto día cansada de tanto volar y no encontrar alimentó Mamá Colibrí decide preguntar:
- Dime Pachamama, ¿QUÉ DEBO HACER? Mis hijitos tienen mucha sed
- La Diosa sacando una vasija del suelo – le responde: “Vuela, vuela hacia el mar”
…Y así con la esperanza puesta en el Mar, mamá Colibrí se despidió de sus hijos
- A dios mis pichones, ya vuelve mamá, pórtense bien y cuídense el uno al otro
Zumbando con sus alas Mamá Colibrí se dirigió rumbo al mar pasando por el centro de CAHUACHI,
Cahuachi era un centro ceremonial de la cultura Nazca cuyo nombre significa “Lugar donde viven los
videntes” Mamá Colibrí voló y voló por aproximadamente 2 horas llegando al mar de pacífico
Cuando en pleno vuelo una enorme orca sale desde el profundo mar saltando y saltando fuertemente llenó
de agua dulce la vasija
La señora Colibrí que sostenía la vasija en sus débiles alas dio las gracias a la Orca y voló de retorno a su
hogar … sin saber que la seguía una nube de mar
Cuando por fin mamá Colibrí llegó hasta su nido, oh ¡se percató que agonizaban sus indefensos
pichoncitos…
A mamá Colibrí ya no le quedaban las fuerzas para levantar la vasija hacia lo alto del árbol de Huarango
donde estaba el nido, sin embargo, ella intentó, intentó una vez y otra vez y una vez más, pero no lo
consiguió.
De repente un anciano labriego que pasaba por ahí decide ayudarla
Toma la vasija y la eleva hacia el árbol, pero le tiemblan las manos, la vasija hace caer y se derrama el
agua
Mamá Colibrí al ver la vasija rota y el agua absorbida por la tierra
Agotada, muerta de sed, su cabecita deja caer susurrando “Ven lluvia, ven”
Cuando de pronto la nube de mar que la seguía, llenita de agua empieza a llover suavemente
Ese acto de bondad de la madre naturaleza permitió que la tierra bebiera, que los pétalos de las flores se
abrieran tanto así que los pobladores estaban felices de ver enverdecer sus tierras alimentadas por la
generosa lluvia, mientras descubrían nuevos ríos de agua a lo cual rápidamente construyeron acueductos
para sus sembríos
Y de esas gotas de agua dulce bebieron mamá Colibrí y sus 2 pichones viviendo felices en su dulce hogar
Jamás se olvidará como una pequeña Colibrí con su tenacidad y perseverancia salvó a sus pichones y al
desierto de nazca de la terrible sequía
Fin