El documento describe el imperialismo entre 1870 y 1914, cuando los países europeos industrializados expandieron su dominio político y económico sobre África, Asia y otras partes del mundo. Las razones incluyeron la necesidad de materias primas y nuevos mercados para los productos manufacturados, así como creencias en la superioridad racial europea y la misión civilizadora. Los países europeos establecieron colonias, protectorados y zonas de influencia, y desestructuraron las formas de vida y culturas de los pueblos dominados.