El documento describe algunas consecuencias del control imperialista como las resistencias nativas que llevaron a guerras, conflictos entre las potencias imperialistas y con otras potencias extraeuropeas. También explica que el crecimiento de la población europea condujo a la emigración y expansión imperialista para obtener nuevos mercados, materias primas y mano de obra barata. Finalmente, señala que el imperialismo aumentó el nacionalismo y desvió la atención de conflictos internos en los países europeos.