1. MÓDULO 2101- ANTECEDENTES DE LA PSICOLOGÍA 1
Para profundizar en este tipo de contenidos puede consultar la obra:
García, V. L.; Moya, S. J. y Rodríguez, D. S. (1992) Historia de la Psicología I.
Introducción. Madrid: Siglo XXI
UNIDAD II LOS COMIENZOS DE LA PSICOFISIOLOGÍA EXPERIMENTAL
L e c t u r a 2
García, V.L.; Moya, S. J. y Rodríguez, D. S.
(1992) Historia de la Psicología I.
Introducción. Madrid: Siglo XXI. Pp
31-35
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L O S C O M I E N Z O S D E L A
P S I C O F Í S I O L O G Í A
E X P E R I M E N T A L
Para estudiar la Teoría de los espíritus animales e impulso nervioso
unidades mínimas de aprendizaje de la Unidad II Los comienzos de la
psicofisiología experimental, García en una breve reseña te lleva a hacer un
recorrido sobre tales concepciones.
RAÍCES CIENTÍFICAS DE LA PSICOLOGÍA
LUÍS GARCÍA VEGA
I. EL NACIMIENTO DE LA PSICOFISIOLOGÍA EXPERIMENTAL
Explicación De La Naturaleza Del Impulso Nervioso (Teorías)
Teoría De Los Espíritus Animales
Para Galeno de Pérgamo (siglo II) los nervios eran tubos huecos por los que
discurren los llamados «espíritus animales», causantes de la actividad
orgánica. El alimento, una vez digerido por el aparato digestivo, pasa al hígado,
en el que se producen los «espíritus naturales»; de ahí, estos van al corazón,
que los convierte en «espíritus vitales., y por la sangre llegan a los ventrículos
del cerebro, donde se transforman en «espíritus animales», que discurren por
los nervios y al llegar a los músculos son los que provocan la actividad
orgánica.
R. Descartes (1596-1650) enriquece la teoría de Galeno con principios y
nociones de la mecánica, ciencia que por aquel entonces estaba logrando
éxitos espectaculares. Muchos curiosos artefactos mecánicos (relojes, fuentes,
juguetes...) servían de distracción en los palacios y jardines. Ambroise Paré, en
su obra médica Instrumenta chirurgiae et icones anatomicae (1569) nos ofrece
un interesante dibujo del interior de una mano artificial movida mecánicamente
por una complicada red de engranajes. No es extraño que Descartes, científico
de aquella época, al pretender hacer un estudio del hombre en su vertiente
2. MÓDULO 2101- ANTECEDENTES DE LA PSICOLOGÍA 2
material (cuerpo) lo concibiera como una complicadísima y perfecta
máquina1
La característica primordial del cuerpo es la de ser res extensa, cosa
material, pero además posee el privilegio de tener órganos receptores,
nervios o tubos huecos que comunican interiormente unas partes con
otras del cuerpo. Recorren estos tubos una especie de filamentos que,
en un extremo, se unen con los receptores y, en otro con unos poros (a
modo de tapaderas) de los ventrículos del cerebro y que cuando se
contraen, por acción de un agente externo, abren esa tapadera permi-
tiendo que los «espíritus animales» alojados ahí discurran por estos
tubos huecos hasta llegar a influir sobre los músculos encargados del
movimiento. Descartes no distinguía anatómicamente los nervios
motores de los sensoriales. Dentro de un mismo nervio la parte sensorial
estaría representada por los filamentos, mientras que el flujo motor era
causado por los «espíritus animales». Los «espíritus animales» son
definidos por Descartes, en el Discurso del método, .como un viento muy
sutil, o mejor, como una llama extremadamente pura y viva»; en otras
panes los llama sutilísimo licor». Es algo así como el vapor de la sangre
que se desprende al ser calentada ésta por el corazón y fluye desde ahí
abundantemente hacia la llamada glándula pineal (ventrículos del
cerebro), zona localizada cerca del tálamo, en el centro geométrico del
cerebro y desde la cual, por el mecanismo antes dicho, discurre por los
nervios hasta los músculos para ponerlos en movimiento. En la “glándula
pineal” sitúa Descartes el punto de contacto del espíritu (res cogitans, o
alma pensante propia del hombre) con el cuerpo (mecanismo perfecto)
ejerciendo sobre él la doble función: control y guía sobre sus
movimientos desmesurados (pasiones) y, lo que es más importante,
haciendo que la actividad de esa máquina cobre una nueva dimensión, la
psicológica (es decir, tenga conciencia, sufra y goce con lo que hace, y tenga
sentimiento). Los animales, a pesar de ser máquinas perfectas, al no poseer
espíritu se quedan privados de la dimensión psicológica de sus movimientos.
No es extraño que un siglo más tarde La Fontaine, en unas memorias sobre
Port Royal (1736), diga que allí nadie tenía escrúpulos por golpear a un perro,
porque éste no podía sufrir y los alaridos que daba eran como ruidos extraños,
reacciones maquinales, al igual que una máquina creada por el hombre (por
tanto, infinitamente menos perfecta) respondería con ruidos típicos si se la
golpea o interfiere de cualquier manera. Sólo aparentemente (ve, oye...,
percibe, sufre), porque en realidad su reacción es mecánica. Casi un siglo
antes Gómez Pereira, médico español, en su obra Antoniana Margarita (1554-
1555) había negado en los animales la cualidad psicológica de la sensación de
sus movimientos, reduciéndolos a complicadas respuestas mecánicas de los
nervios actuados desde el cerebro. Darwin, en la segunda mitad del siglo XIX,
se encargará de recuperar el comportamiento animal para la psicología, al
necesitar demostrar en la Expresión de las emociones en el hombre y animales
(1872) (por medio de observaciones, descripciones y a través de datos
obtenidos en comportamientos emocionales de enfermos mentales, hombres
primitivos y niños) que la diferencia que separaba a los animales de los
hombres era simplemente gradual, pudiendo ser el animal más perfecto
(simios) y el hombre descendientes de un antepasado común.
1
R. Descartes, Las pasiones del alma. Escrito en 1649 para su alumna la reina
Cristina de Suecia, publicado en 1650 (año de su muerte). Esta obra contiene su psicología
filosófica acerca de la naturaleza del alma y también parte de su psicología fisiológica.
En el Tratado del hombre, publicado doce años después de su muerte (1662), expone
la mayor parte de su psicología fisiológica y el hecho del automatismo del cuerpo humano
(máquina perfecta creada por Dios).
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Acerca de la naturaleza de los «espíritus animales» hubo muchas hipótesis,
entre las que destacan la “Teoría de la fermentación”, y la de las “vibraciones
etéreas”:
— Hipótesis de la fermentación. Algunos científicos, en el siglo XVII, estaban
convencidos, siguiendo la teoría de Descartes, de que los «espíritus animales»
eran de naturaleza gaseosa. En Nápoles, Giovanni Alfonso Borelli observa que
un músculo recientemente seccionado y puesto en actividad dentro del agua no
libera las burbujas producidas por esa corriente de gas. Ante este problema
defiende que los nervios no transportan agua, sino un jugo especial que, al
combinarse en gotitas con la sangre, provoca en su punto final de recorrido una
agitación en el interior del músculo, que es el movimiento.
— Hipótesis de las “vibraciones etéreas”. A principios del siglo XVII se
quiere dar una nueva interpretación a la ya casi abandonada teoría de los
«espíritus animales» al afirmar que éstos son una serie de vibraciones etéreas
3. MÓDULO 2101- ANTECEDENTES DE LA PSICOLOGÍA 3
que partiendo del cerebro llegan por los nervios a los músculos para
ponerlos en movimiento.
Teoría de la irritabilidad del tejido nervioso
Francis Glisson, profesor de medicina de Cambridge, a mediados del
siglo XVII observa que los miembros, al estar en acción, ocupan menos
lugar que cuando están relajados, y siguiendo la lógica de la teoría
tradicional, al discurrir por ellos los «espíritus animales», deberían
hincharse. Este hecho lo probó, introduciendo un brazo en un recipiente
de agua y observando cómo el nivel del agua bajaba al estar en tensión
este miembro y subía al estar relajado. Para explicar el movimiento, él
recurre a una cualidad que dice tener el tejido nervioso, a la que llamó
.irritabilidad»; algunos siguieron esta explicación que, en realidad, era
vaga y confusa.
Naturaleza eléctrica del impulso nervioso
A finales del siglo XVII Jan Swammerdam realizó, sin saberlo, el primer
experimento de electrofisiología. Envolviendo con un alambre de plata la
pata de una rana, observa que sus músculos se contraen cuando el
extremo libre del alambre toca una placa de cobre. Por aquel entonces
se estaba iniciando el estudio del fenómeno de la electricidad, pero de l
apenas se tenían conocimientos. Parecido experimento realizó, un siglo
más tarde Galvani, interpretándolo ya como un fenómeno de elec-
tricidad animal. Entre uno y otro experimento median descubrimientos y
experiencias de interés sobre la electricidad.
El físico alemán Otto von Guericke (1602-1686) inventa la máquina
electrostática, o .máquina de influjo eléctrico, que generaba electricidad
estática por rozamiento. Hacia 1745 el físico holandés Petrus van
Musschenbroek (1692-1761) y el alemán Edward J. von Kleist (1700-
1748) inventan, por separado, el primer condensador eléctrico (para
almacenar electricidad estática) denominado botella de Leyden. Esta
carga eléctrica acumulada sirve para experimentos de transmisión de
electricidad a lo largo de un hilo o de un cuerpo, paso de un cuerpo a otro, etc.
Lo que fue más importante para nosotros y llamó poderosamente la atención a
muchos científicos es que parecidos efectos pueden observarse sustituyendo
el condensador de Leyden por un extraño pez, abundante en ciertas playas de
Francia, que denominaban pez torpedo. El pez liberaba electricidad mediante
un «esfuerzo de voluntad», decían ellos. John Hunter, anatomista inglés del
siglo XVIII, tras una investigación anatómica del pez torpedo, concluye que el
fluido eléctrico en su formación, almacenaje y control está relacionado con el
sistema nervioso del pez. Esta relación de la electricidad animal con los
nervios parece interesar a algunos científicos en el último cuarto del siglo
XVIII. El paso más importante lo va a dar Luigi Galvani, fisiólogo de Bolonia.
Luigi Galvani (1737-1789)
En un artículo, “De viribus electricitatis in mom musculari commentarius”
(1791), comenta un curioso y, a la vez, interesante descubrimiento que va a
influir tremendamente en la psicofisiología. Tenía disecada una rana sobre una
mesa en la que había una máquina de fricción para generar electricidad
estática. Mientras estaba haciendo funcionar la máquina, uno de sus
colaboradores tocó, por casualidad, con un bisturí los nervios cruciales internos
de la rana y todos los músculos de las patas se contrayeron como por una
especie de calambre. Este hecho llama la atención de todos, y uno de los
presentes sugirió que la acción se producía sólo en el momento en que se
desprendía una chispa de la máquina. Sólo con una varilla de hierro, bisturí u
otro objeto semejante se lograba esto, y no con una varilla de vidrio (sin
humedad y sin polvo), aunque se frotaran con ella los nervios al hacer la
chispa. Este experimento demuestra que la electricidad es capaz de provocar
en el cuerpo humano parecido efecto al de esos misteriosos «espíritus
animales» (o como también llamaron sucus nerveus, vis nervosa, vis viva...), de
lo que fácilmente podía deducirse que el impulso nervioso era de naturaleza
bioeléctrica y no algo espiritual o incluso algo puramente mecánico, como
había dicho Descartes.
En 1786, Galvani observa que, al tocar simultáneamente con dos metales
(por ejemplo, hierro y plata) una rana disecada, en ella se producen
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4. MÓDULO 2101- ANTECEDENTES DE LA PSICOLOGÍA 4
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contracciones espontáneas. Galvani supone que en la rana y en todos
los organismos vivos existe una electricidad inherente, cuya fuente es el
cerebro, y que por el sistema nervioso se distribuye hacia las fibras
musculares, constituyendo, cada una, una especie de acumulador que
se descarga, igual que la botella de Leyden, cuando un arco de dos
metales se cierra tocando con un extremo el músculo y con el otro el
nervio respectivo.
En 1820, Hans Christian Oersted, profesor de la Universidad de
Copenhague, inventó el galvanómetro, al observar casualmente que la
aguja de una brújula oscila al paso de la corriente. Hacia 1850, Emil Du
Bois-Reymond, discípulo de J. Müller, hace un «galvanómetro nervioso”,
sumamente sensible, con el que descubre el impulso nervioso, o
actividad eléctrica del sistema nervioso. Había logrado, como él dijo, «la
identificación del principio nervioso con la electricidad».
En 1850, Herman von Helmholtz, alumno también de Müller y amigo
de Du Bois-Reymond, intenta estudiar la velocidad de la transmisión de
los impulsos nerviosos a lo largo de la célula nerviosa, problema
directamente relacionado con el reduccionismo físico (eléctrico) del
impulso nervioso. Para Descartes, la acción de los «espíritus animales»
era prácticamente instantánea; para J. Müller, comparable a la velocidad
de la luz, Helmholtz, gracias a la invención del miógrafo (tambor giratorio
que registra las contracciones musculares), y aislando un músculo con
su correspondiente nervio motor, midió la tardanza de reacción del
músculo al ser estimulado desde diferentes longitudes, llegando a la
conclusión de que la velocidad de transmisión era de 27,4 m/s. Por
procedimientos algo diferentes, llega a la conclusión de que en el
hombre la velocidad oscila entre 15 y 30 m/s. En 1958, A. L. Hodking
calculó que un metro de axón humano tiene una resistencia eléctri
ca
equivalente a la 1010
millas de un hilo de cobre (distancia equivalente a
unas diez veces la de la Tierra a Saturno).
No fue fácil aclarar el problema de la naturaleza de la «electricidad
animal». Los axones de los mamíferos son difíciles de aislar de su tronco
nervioso, debido a que son extremadamente finos (en el hombre varían,
según su diámetro, entre 0,1 11 y 20, u). En 1936, J. Z. Young descubre
que en los calamares y otros cefalópodos los axones son «gigantes»
(tienen un diámetro desde 0,5 mm hasta 1 mm), a los que es posible insertar
micro electrodos de cristal, con lo que se puede obtener el valor del potencial
de reposo y la «onda de negatividad» o «potencial de acción» (siendo el
exterior del axón un potencial de cero, d interior del axón en reposo está a -45
mv; en el máximo potencial de acción, el axón está a 40 my y, por tanto, la
polaridad de la neurona varía de -45 my a +40 mv; este cambio se hace muy
rápido, volviendo la membrana a su estado de reposo en unos milisegundos).
Los fenómenos que se observan en el potencial de acción son producidos por
un aumento súbito (de unos milisegundos de duración) y transitorio de la
permeabilidad de la membrana para los iones de sodio. Debido a la escasísima
duración de ese estado, fue imposible hacer un análisis científico del mismo,
pero a finales de la década de 1940 Cole Marmont y A. F. Huxley idean la
«técnica de pensamiento de voltaje», que permite frenar el potencial de acción
y fijarlo manteniendo la membrana a ese potencial, y así, entre sus
características físico-químicas, pudo descubrirse su permeabilidad para los
iones de sodio. La membrana de las células excitables (neuronas y algunas
células musculares y sensoriales) se encuentran en un estado peculiar de
tensión, debido a la distribución asimétrica de los iones de sodio a través de la
membrana, y la excitabilidad se debe a que hay en la membrana unos
«puertos» que se abren para el sodio, al descender el potencial de la mem-
brana, y permiten un movimiento de potasio en el sentido opuesto. El reposo
sobreviene de nuevo cuando vuelven a establecerse las concentraciones
iónicas iniciales.