La crisis de 1917 en España marcó el comienzo de la descomposición del sistema político de la Restauración. Hubo una crisis militar, con las Juntas de Defensa exigiendo cambios, una crisis política por la inestabilidad gubernamental, y una crisis obrera con una huelga general. Esto llevó a una mayor intervención del ejército en política y la radicalización del movimiento obrero. La economía española experimentó un crecimiento industrial desigual y la agricultura siguió atrasada, con problemas de propiedad de la tierra.