3. Novela picaresca y El Buscón
Diferentes criterios para
presentar y comentar los
hechos, típico del género
(personaje/narrador).
Pablos es un relator de
hechos o tipos (a veces
actúa de cronista), importan
las aventuras, no la
personalidad del narrador.
Falta de unidad, se insertan
anécdotas libres
(misceláneas), variaciones
sobre el mismo tema, típico
de Quevedo; efecto de
sorpresa y provoca una gran
libertad creadora.
Descuidos e incongruencias,
anacolutos, olvidos,
elementos que se apuntan y
no se desarrollan
(ascendencia conversa de
Pablos).
Abundan las repeticiones
(comidas de Cabras y sus
recomendaciones y
comentarios).
4. El Buscón y la novela picaresca
Primera obra protagonizada
por gente de baja condición
social: La Celestina.
Novedad del Lazarillo: no es
la forma autobiográfica
(también presente en las
novelas sentimentales).
Diferencia: intención de
persuadir en las cartas y
memoriales, frente al
Lazarillo, cuyo propósito es
explicar un caso conocido de
antemano y conocer la
personalidad del autor.
Continuadores del Lazarillo:
medio siglo después. Mateo
Alemán representa la
desmesura barroca, el
narrador no es solidario del
personaje.
Quevedo se aleja de sus
modelos, inserta episodios
independientes o
contradictorios. La ausencia
de una construcción no es
un defecto.
Conserva las formas de la
novela picaresca, elimina su
función, no narra una vida
desde un punto de vista
unificador, cambia las
causas y función de la
picaresca.
5. Disposición de los motivos
Afición a
acumular
efectos y
circunstancias
sin relación
entre ellos
1
Distribución
de
materiales
en dos o
más lugares
para
enriquecer
algún
personaje
2
Descripción de
los lindos:
preocupación
por su vestido,
pobreza de los
estudiantes
Ejemplo
Precariedad
de los
estudiantes:
presentes
en otros
autores de
la época
Modelos
6. La primera persona y sus contradicciones
El personaje no es el centro de la obra
Portavoz del autor a veces
Criterios ideológicos de la nobleza
El Señor al que se dirige se diluye en la
obra, es un recurso narrativo que
predispone al lector para la ironía
Ironía: antepone “yo” a Señor; Segovia
era una ciudad con mala fama
Está en primera
persona
Pablos como
tipo
Pablos critica
tipos y
situaciones
Escribe para
“vuesa Merced”
“Yo, Señor, soy
de Segovia”
trata de imponer
su “yo”
7. Pablos ante otros pícaros
El lector no se siente implicado con los personajes: “No le interesa
tanto ahondar en la figura de otro pícaro verosímil como hacer con él
una caricatura de sus antecesores” (Navarro Durán, p. 105).
“Quevedo señala de manera inequívoca la vil ascendencia de
Pablos” (Ynduráin, p. 36).
“Lo que en el Lazarillo pueden ser inversiones irónicas del ideas del
cortesano general se convierten en El Buscón en sarcasmos directos
donde el contraste llega a la ruptura más violenta” (Ídem, p. 38).
8. Dualidades
La profesión y apellidos de sus padres no
es nobiliaria.
Caída ridícula y violenta, fracaso
continuo.
Degradación creciente, las unidades se
cierran con la huida del personaje.
Situaciones límite y defectos de los
nobles. La única salida a sus fracasos es
cambiar la costumbre.
Pablos explica
la relación con
sus padres y su
preocupación
por el futuro de
su hijo
Presunción de
nobleza, afán
de ascensión
social
Intentos de
superar su
condición
Ascensión
social en el
Lazarillo:
irónica. En el
Guzmán: huida
espiritualista
9. Intención moral
Relación contradictoria con
la religión, planteamiento
moral arbitrario, los delitos
no conllevan castigo.
Ambigüedad: se parodian
oraciones o la consagración.
Pablos refleja la ideología
del autor. Crítica de usos y
costumbres.
Teoría moral-trascendente
(Spitzer, Bataillon): el fracaso
de Pablos es el de Quevedo.
Fuerzas antagónicas: anhelo
del mundo /fuga ascética.
La honra es esencial en la
picaresca (Bataillon); Pablo
intenta usurparla, no lo
consigue.
Dinero: no da la nobleza;
Quevedo lo respeta siempre
que no desvirtúe la
naturaleza de las cosas.
10. Intención moral
Tema central: imposibilidad de ascender socialmente desde la
vileza.
Postura de Quevedo próxima a la clase dominante: interesa
el esquema de actuaciones, la obra obliga a aceptar las
coordenadas que la forman (aristocratismo intelectual).
Divergencia entre apariencia y realidad, teoría y práctica.
Crítica a tipos o casos, no a leyes o normas de las que
dependen, no se critica a la sociedad como sistema sino a
sus transgresores.
13. ORIGINALIDAD DE QUEVEDO
“Los fines del autor son bien claros: producir un efecto de sorpresa admirativa. Quevedo manipula
la realidad, las convenciones, los modelos, para hacer literatura libre” (Ynduráin, p. 65)
14. Ediciones
Vida del Buscón llamado Pablos: editada por primera
vez en Zaragoza en 1626.
Segunda edición: fechada en Zaragoza en el mismo
año, es posible que haya sido impresa en Madrid.
Versiones manuscritas: se conservan tres.
Dos redacciones (F. Lázaro Carreter): una primitiva y
otra posterior.
Gran éxito: once ediciones en unos veinte años.
Datación de la obra: numerosas teorías. Entre 1603
y 1626, fecha de la primera edición.
16. Contenido
Es el proceso de aprendizaje que
culmina en el estado de Pablos como
pícaro y ladrón
Narra desde la presentación de Pablos y
su familia hasta que se separa de don
Diego y vuelve a Segovia para cobrar su
herencia, una vez que su padre hay
muerto y su madre ha sido apresada
17. Capítulo 1
Pablos narra en primera persona (“Yo, señor, soy de Segovia”)
su ascendencia familiar: hijo de barbero acusado de robar a
sus clientes.
Su madre, Aldonza de San Pedro (nombre noble) tiene origen
converso, hechicera, alcahueta y se alude a que es prostituta.
Su rosario está hecho de muelas de difuntos.
Su padre le aconseja: “quien no hurta en el mundo no vive”
(101).
18. Ironías
Al final del capítulo Pablos afirma querer
aprender la virtud y les pide a sus padres
aprender a leer y escribir. Nueva ironía: “yo
me quedé solo, dando gracias a Dios porque
me hizo hijo de padres tan hábiles y celosos
de mi bien” (104).
Continuas ironías: su hermano de siete años
es encarcelado por ayudar a robar al padre.
Salió de la cárcel con honra “y doscientos
cardenales” (p. 97).
19. Capítulo 2
El maestro le dice a Pablos que tenía cara “de
hombre agudo y de buen entendimiento”
(105).
En el colegio lo insultan, Pablo apedrea a un
compañero que ha “calumniado” a sus padres.
En casa la madre afirma que esas cosas,
aunque fueran ciertas, no deberían decirse.
El maestro lo azota por insultar a un converso.
20. Capítulo 2
En Carnaval llega la diversión “rey de
gallos”, consistente en cortar la cabeza a
un gallo.
Pide a sus padres un caballo, resuelve
abandonar la casa paterna e ir a servir a
don Diego, hijo de un caballero.
Situaciones disparatadas: el caballo roba
un repollo en el mercado, y la bercera
arremete contra ellos, que caen sobre
excrementos.
21. Capítulo 3:
Dómine Cabra
Llegan a casa del dómine Cabra, que cría hijos de
caballeros en Segovia.
Descripción de este personaje: conceptismo en los
dobles sentidos y juegos de palabras, tono
hiperbólico, animalización del personaje,
deformidad física y moral.
Se destaca su sucia indumentaria y desaliño.
Conclusión de la descripción caricaturesca:
“archipobre y protomiseria” (118).
22. Técnicas descriptivas
Los retratos de El Buscón han
sido comparados con las
figuras de Arcimboldo por
Margarita Levisi, puesto que
Quevedo “disecciona el cuerpo
del retratado en multitud de
fragmentos” (Levisi, p. 142).
Cuando se describe al dómine
Cabra cada parte tiene alguna
relación icónica (cerbatanas,
cuévanos, tiendas de
mercaderes) en alusión a Cabra
como un retablo de la avaricia y
la miseria.
23. El hambre
El capítulo tercero se centra en el tema del hambre y la
miseria de los pupilos del dómine Cabra
Visión satírica e irónica: “comieron una comida eterna,
sin principio ni fin” (119)
Descripción de la escasa comida y de un garbanzo
“güérfano”.
Primero comen los señores carnero, luego a los criados
les dan unos mendrugos: “mis tripas pedían justicia”.
Uno de los pupilos muere de hambre.
24. Lo
escatológico
Pablos tiene ganas de ir al baño, pero
desiste de la idea, “considerando lo poco que
había de entrar en mi cuerpo, no osé,
aunque tenía gana, echar nada de él” (123).
Pablos y don Diego fingen estar enfermos y
Cabra, cuyo padre había sido boticario, les
da una medicina que les hace mucho mal al
cuerpo.
El ama pone a cocer en la olla las partes del
rosario (garbanzos negros, nueva ironía), y la
comida sin limpiar, con hebras y pelos para
que abulten el caldo.
25. Capítulo IV
Se alude al “hambre imperial”.
Hipérboles al describir los efectos del hambre
tras estar con Cabra. De vuelta a casa de don
Diego tardan varios días en recuperarse.
Después de tres meses don Diego lleva a su
hijo a Alcalá para que estudie Gramática.
Antes paran en una venta donde están unos
rufianes, varias prostitutas, un cura y
estudiantes.
26. Capítulo V
Pablos hiede y se agarra a la ropa “por no
mostrar la caca” (147).
Llegan a Alcalá, los estudiantes se burlan
de él, lo escupen y lo azotan en su cuarto.
Los azotes “ya me habían hecho dos
dedos de señal en cada pierna” (148)
27. Capítulo VI
Comienza a robar.
Un día coge dos cerdos con otros criados y los mata.
Sigue robando junto a la criada, que como su madre
llevaba un rosario al cuello.
Pablos amenaza con denunciarla a la Inquisición para
poder así robarle los pollos.
Hurtos en una confitería, hiere al confitero, engaña a la
justicia, se hace pasar por mendigo y moribundo para
librar a la justicia.
28. Capítulo VII
Es el más breve de la primera parte, sirve de transición.
Llega una carta del padre de don Diego y de un tío de Pablos, verdugo, que le
informa de la muerte de su padre en la horca y del encarcelamiento de su madre
por hechicera.
El padre de don Diego le pide a su hijo que se aleje de Pablos.
Cinismo de Pablos al final: “comencé a disponer mi partida para Segovia, con el fin
de cobrar mi hacienda y conocer a mis parientes, para huir de ellos” (166).
30. Resumen
Encuentro con personajes
excéntricos y reunión con
su tío verdugo que le
cuenta la deshonrosa
muerte de su padre.
Asiste a un banquete
grotesco en donde se
sirven pasteles hechos con
la carne de su padre y
conoce a un hidalgo, don
Toribio, que lo introduce en
la vida de la corte
31. Capítulo I
Comienzo irónico, reflexiona sobre su partida y cómo se apartó de
“la mejor vida”, afirma sentir dejar amigos “que eran sin número”.
Se encuentra por el camino con un hombre que está escribiendo un
arbitrio y piensa publicarlo con otros trabajos.
Figura del arbitrista en el Siglo de Oro: es Cervantes quien utiliza el
término por primera vez. Aparece también en otros textos de
Quevedo
Ironía: parecen más las ocurrencias de un loco, hace 14 años que
este hombre trabaja en el arbitrio. En el siglo XVII los arbitristas se
convierten en figuras tal y como los describe Quevedo.
Opinión de Pablos sobre este hombre: “yo pasé adelante,
pareciéndome de risa de los arbitrios”. (p. 171)
32. Capítulo I
A continuación se encuentra a un maestro de esgrima
con un libro haciendo unas rayas con un compás. Es tan
extraño que Pablos cree que es un encantador.
Llega con él a Rejas, donde se alojan y el hombre le pide
“que hiciese un ángulo obtuso con las piernas, y que,
reduciéndolas a líneas paralelas, me pusiese
perpendicular en el suelo” (173).
Comicidad: en la posada hay un mulato con una daga
que desafía al maestro de esgrima.
Alusiones a don Quijote: se van a dormir y “a las dos de
la mañana, levántase en camisa, y empieza a andar a
escuras por el aposento, dando saltos y diciendo en
lengua matemática mil disparates” (p. 176).
33. Capítulo II
Se separan y sigue camino hacia Madrid.
Iba pensando “en las muchas dificultades que tenía para profesar honra y
virtud, pues había menester tapar primero la poca de mis padres” (p. 177).
Reflexiones semejantes a las del Lazarillo: no ha tenido de quién aprender
virtud, y la Fortuna ha sido parcial con ellos, y han sabido salir adelante.
Encuentra a un clérigo viejo en una mula que le lee unas “coplas
pestilenciales”.
El clérigo es ignorante, cree que “Corpus Christi” es un santo.
Luego le recita una comedia “que tenía más jornadas que Jerusalén” (p.
180).
Llegan a una posada y el capítulo termina con el principio de una premática
(obra escrita como obra aparte por Quevedo y luego incluida en El Buscón).
34. Capítulo III
La Premática es en contra de los poetas, a los que se llama
“sabandijas” y se ordena que durante la Semana Santa los
conviertan para que dejen de escribir.
Los llama “seta infernal”, “despedazadores de vocablos”.
Los poetas además han contagiado a las mujeres la afición a
escribir. Comicidad: los hombres entonces se sienten
desquitados por el mal “que nos hicieron en la manzana”.
El sacristán no está de acuerdo con esta premática, tiene
intención de protestar ante el Papa.
Critica al género pastoril: dice que los poetas se han metido a
pastores, “por lo cual andan los ganados flacos de beber sus
lágrimas, chamuscados con sus ánimas encendidas” (186).
35. Capítulo III
Hay oficios que no pueden vivir sin los poetas, como los farsantes, los
ciegos y los sacristanes.
Metaliteratura: el sacristán afirma estado en Madrid cerca de Lope de Vega
y en una posada con Liñán (Pedro Liñán de Riaza, poeta de la época, autor
de romances), y haber visto a Alonso de Ercilla.
Se despide de él y sigue su camino hacia el puerto (de Guadarrama).
Se encuentra con un soldado que pasó unos meses en la corte, le enseña
sus heridas de guerra. Encuentran a un ermitaño, los tres llegan a Cercedilla
a una posada.
Juegan, el ermitaño hace trampas y se lleva su dinero.
Al día siguiente topan con un genovés, “antecristo de las monedas de
España” (p. 195).
36. Final del capítulo III
Llega a Segovia en
busca de su tío,
Alonso Ramplón.
Oye a un
pregonero y a su
tío con una
procesión de
desnudos.
37. Capítulo IV
Llegan a casa de su tío: “Entramos en un aposento tan bajo
que andábamos por él como quien recibe bendiciones, con las
cabezas bajas” (p. 198).
Su tío tiene invitados: retrato grotesco: el que pide para las
ánimas está así descrito: “arremangóse el desalmado animero
el sayazo, y quedó con unas piernas zambas en gregüescos de
lienzo” (p- 199). Otro invitado es un mulato “zurdo y bizco”.
“Yo, que vi cuán honrada gente era la que habitaba mi tío” (p.
200).
Comida grotesca, las salchichas “parecían dedos de negro” (p.
201), cae el caldo encima del de las ánimas, éste cae encima
del porquero, que vomita encima del demandador. Se pelean.
38. Capítulo IV
Se va de casa de su tío, pasa por la de Cabra, le dicen que ha
muerto.
Cobra su herencia y se va. Su tío le dice: “Hijo Pablos, mucha
culpa tendrás si no medras y eres bueno, pues tienes a quién
parecer” (p. 204).
Abandona la casa de su tío con intención de irse a la corte,
dejándole una carta donde anuncia su partida, “avisándole que
no me buscase, porque eternamente no lo había de ver” (p. 205).
39. Capítulo V
En la carta a su tío se ve su cinismo: le agradece
haberle quitado de delante a su padre y tener a su
madre encarcelada. “No pregunte por mí ni me
nombre, porque me importa negar la sangre que
tenemos” (p. 206).
Se encuentra a un hidalgo pobre (semejanzas con el
escudero de El Lazarillo), la apariencia engaña, pues
va casi sin ropa: “sin par y sin carne, no se sustenta
buena sangre” (209). Es de origen montañés, la
hacienda de su padre se perdió en una fianza.
Se llama don Toribio Rodríguez Vallejo Gómez de
Ampuero y Jordán: “no se vio jamás nombre tan
campanudo, porque acababa en dan y empezaba en
don, como son de badajo” (210).
40. Capítulo VI
El hidalgo describe la corte
como un conjunto de
extremos, en ella hay
caballeros hebenes como él,
traspillados (desfallecidos de
hambre), chirles (de poca
gracia), etc.
Mundo de apariencia: no
tiene nada para comer,
“somos gente que comemos
un puerro y representamos
un capón” (p. 212). Les
gusta que los inviten a
comer a casas ajenas.
En el vestido remiendan la
ropa, se visten con trapos
viejos: “no hay cosa en
todos nuestros cuerpos que
no haya sido otra cosa y no
tenga historia” (213).
Procuran no visitarse entre
sí, pues ninguna tiene para
dar de comer a otro.
Son mentirosos, solo se
enamoran de “pane
lucrando”
Les puede faltar la camisa,
pero siempre llevan el cuello
abierto y almidonado.
41. Final del capítulo VI
Llegan a las Rozas.
Pablos decide seguirle a la
corte, no sin antes haber
aprendido la lección y mentir al
no decirle al hidalgo el dinero
real que tenía: “no declarándole
que tenía los escudos que
llevaba, sino hasta cien reales
solos” (217).
43. Resumen
Estancia en la casa de
los caballeros hebenes,
hasta que son
encarcelados.
Se centra en las
aventuras de Pablos
como falso noble, está
a punto de casarse y es
desenmascarado.
Se hace cómico y se
amanceba, asesina a
unos corchetes
(ministros de justicia) y
anuncia su partida a las
Indias.
44. Estancia en la cofradía
Los amigos de don Toribio, la cofradía de los caballeros hebenes en la que
ingresa Pablos, viven de la estafa y las apariencias.
La vieja es la única que va bien vestida, ellos van con harapos y crean el
espectáculo que observa Pablos (Navarro Durán).
Consigue su nuevo traje a cambio de mil reales que confiesa tener, aunque
será un traje a medias: “Quevedo multiplica la imagen en varios espejos, los
buscones, que le darán traje completo, sí nombre a Pablos” (Navarro Durán, p.
123).
45. Capítulo I
Los miembros de la cofradía se describen por sus ropas,
que son escasas y de mala calidad: “traía valona por no
tener cuello y unos frascos por no tener capa, y una
muleta con una pierna liada en trapajos y pellejos por no
tener más de una calza” (222).
Son personajes grotescos: tienen prohibido sonarse y
entregan los pañuelos a la vieja para que les haga cuellos
y remates de mangas que parecieran camisas.
Los cuerpos de estos caballeros está tan menguados que
apenas existen: “nos acostamos en dos camas, tan juntos
que parecíamos herramienta en estuche” (223)
46. Capítulos II y III
Se alude al Bosco, es un retrato expresionista de los miembros de la cofradía, que
parecen fantoches: “no pintó tan estrañas posturas Bosco como yo vi, porque ellos
cosían y la vieja les daba los materiales, trapos y arrapiezos” (p. 224).
En las calles simulan un espectáculo y no tener hambre, mientras Pablos
desfallece.
Finge ser un tal “Álvaro de Córdoba” para engañar a dos damas, de las que
consigue un rosario engarzado en oro.
Tras la estancia de un mes y medio y de estafas, son encarcelados.
47. Técnicas
narrativas
Todos los miembros del colegio buscón
viven en gran pobreza, y en el retrato
de estos el narrador se centra en su
vestido más que en la persona: “la
historia de estos caballeros es la
historia de sus ropas, convertidas en
objeto de narración” (Blanco, p. 144).
Son una cofradía consagrada al uso de
sus trapos. Los chanflones “anulan su
persona y extenúan su cuerpo” (Ídem).
48. Capítulo IV
La extrema delgadez como producto del hambre adquiere un tono
hiperbólico durante el encarcelamiento de los amigos de don
Toribio. El corchete intentaba agarrarlos, pero “no hallaba qué asir,
según los tenía roídos el hambre. Otros iban dejando a los corchetes
en las manos los pedazos de ropillas y gregüescos; al quita la soga
en que venían ensartados, se salían pegados a los andrajos” (240).
De nuevo se insiste en la idea de la inexistencia del cuerpo debido a
la delgadez extrema: “estaban como liendres en cabellos o chinches
en cama” (243).
El episodio termina con la exposición de los caballeros a la
vergüenza pública y la huida de estos a Sevilla.
Pablos sigue demostrando su naturaleza vil sobornando al alcaide
para salir de la cárcel.
49. Capítulos V y VI
Se va a una posada y se hace llamar Ramiro de
Guzmán.
Corteja a una moza, que pretende casarse con
él seducida por su apariencia.
Se cae en el tejado y piensan que es un
ladrón, lo muelen a palos.
Abandona la posada con un engaño
50. Capítulo VII
Se vuelve a cambiar de nombre. Ahora es Felipe Tristán.
Intento de matrimonio con Anita, mujer de buen ver atraída por
su dinero.
El cinismo del personaje al afirmar que no busca mujeres para
consejeras sino “para acostarme con ellas” (263).
Reaparece don Diego Coronel, trata de “primas” a las mujeres,
frecuenta la casa.
Escena de la caída del caballo: inicio de su declive, le roban y
hace el ridículo delante de su dama, además es
desenmascarado por don Diego Coronel.
La capa es un signo de la identidad de la persona y su cuerpo.
Don Diego le cambia la capa a Pablos y por ello lo muelen a
golpes, confundiéndolo con el primero.
51. Capítulo VIII
Le curan las
heridas
Da con una
alcahueta
Ejerce la
mendicidad
Vende sus ropas
y traba amistad
con otro
mendigo, que
utiliza a sus hijos
para lucrarse
52. Capítulo IX
Se une a una compañía de actores y se hace poeta.
Encarcelan al autor por deudas y se convierte en galán de monjas porque una se había enamorado
de él.
A través de la reja se ven los cuerpos de las monjas: “ estaban todos los agujeros poblados de
brújulas, allí se veía una pepitoria, una mano y acullá un pie; en otra parte había cosas de sábado,
cabezas y leguas, aunque faltaban sesos; a otro lado se mostraba buhonería: una enseñaba el
rosario, cuál mecía el pañuelo, en otra parte colgaba un guante, allí salía un listón verde” (p. 295).
53. Técnicas
La descripción de la reja adquiere un
significado metonímico: es un espacio dividido
en parcelas, en encuadres pequeños, se
enumeran las posturas, que se convierten en
encuadres pequeños. (Blanco)
No se ve la figura entera de las monjas, sino
una serie de fragmentos y objetos parciales.
Ello alude al juego amoroso: las monjas son el
objeto del deseo, son “trozos de cuerpo o
prendas-fetiche que anticipan posibles
favores” (Blanco, p. 146).
54. Capítulo X
Se introduce en el mundo del hampa.
La capa o su ausencia como símbolo de la caída del honor: “quite la
capa (…) que siempre nosotros andamos de capa caída” (302).
Tras participar en el asesinato de un corchete decide huir de nuevo.
No existe castigo, ni arrepentimiento.
Frase final: “nunca mejora su estado quien muda solamente de
lugar, y no de vida o costumbres”(308).
Formulación semejante en autores clásicos (Ynduráin): Horacio,
Lucrecio.
55. Bibliografía
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