El documento discute cómo la raza no es una categoría biológica válida y cómo los genes, no la raza, determinan las características físicas de una persona. Aunque la raza se define comúnmente por el color de piel, los estudios muestran que los seres humanos comparten el 95% de su ADN y que las diferencias genéticas entre continentes son solo del 5%. La raza debería eliminarse como etiqueta para referirse a los seres humanos dado que cada persona es genéticamente única.