Este documento discute la crisis actual del celibato sacerdotal y cómo puede superarse. Argumenta que el celibato no es una imposición sino un don espiritual que requiere esfuerzo constante para vivirse. También señala que la crisis a menudo se debe a la ausencia de verdaderas motivaciones vocacionales como el amor a Cristo, y que para vivir el celibato se necesita tener objetivos claros y fortalecer las convicciones a través de la oración. Concluye que la crisis solo se superará cuando quienes eligen esta