El documento resume la evolución de la escultura y la arquitectura en el siglo XIX. En cuanto a la escultura, destaca el romanticismo de François Rude y el realismo de Constantin Meunier y Mariano Benlliure. En arquitectura, se desarrollaron estilos historicistas inspirados en el pasado, como el neogótico del Parlamento de Londres. Además, nuevos materiales como el hierro y el cemento permitieron construir edificios funcionales como la Torre Eiffel.