En el siglo XIX, la escultura se utilizó para embellecer edificios públicos y cementerios. También se usó para fines de propaganda política y social, ensalzando la historia y las raíces de las comunidades que la encargaban. Estilos como el neoclasicismo, el romanticismo y el realismo se caracterizaron por temas apasionados, lenguaje clásico, y obras con un cariz social. El escultor Auguste Rodin rompió con los cánones tradicionales al multiplicar los planos y texturas en busca de nuevas form