3. REFERENCIA DE LOS ARTÍCULOS
Hablando de manera más general, el comportamiento acosador puede definirse como
“comportamiento negativo repetitivo e intencional (desagradable o hiriente) de una o más
personas dirigido contra una persona que tiene dificultad en defenderse”.
De acuerdo con esta definición, que parece haber ganado una aceptación considerable entre
los investigadores y profesionales, el fenómeno de acoso escolar (bullying) se puede describir
cómo:
• comportamiento agresivo o querer “hacer daño” intencionadamente
• llevado a término de forma repetitiva e incluso fuera del horario escolar
• en una relación interpersonal que se caracteriza por un desequilibrio real o superficial
de poder o fuerza. (Olweus, s. f.)
Los resultados señalan que los estudios analizados probablemente no hayan evaluado el
constructo de bullying, pues los instrumentos utilizados no contemplan todos los elementos
del bullying para su respectivo diagnóstico. En particular, no contemplan el componente de
desbalance de poder, un componente que las investigaciones internacionales han señalado
como esencial para diferenciar el acoso escolar de otras formas de agresión (Vega-Cauich &
Vega-Cauich, 2019).
REFERENCIA DE LOS LIBROS
Los personajes son adolescentes a los que el déficit de autoridad paterna, las neurosis
familiares, la incomprensión y la hipocresía conducen a la ociosidad y a las ebriedades
artificiales. La película comienza con el suicidio de un joven okupa y termina en una orgía,
el sueño de tres adolescentes en busca de un paraíso carnal. Entre tanto un chico tiene
relaciones sexuales con la madre de su amiguita, otro rechaza las caricias de su padre
alcohólico y homofóbico, una chica practica el amor sadomasoquista a escondidas de su
padre viudo y fanático religioso (Orozco Guzmán, Méndez Puga, & García Martínez, 2015)
4. Amenazar con castigar severamente a los estudiantes que acosen puede tener la consecuencia
no deliberada de desalentar a los menores y los adultos de poner en conocimiento los casos
de acoso. Finalmente, como señalamos más arriba, los menores que acosan a sus compañeros
corren el riesgo de implicarse en otras conductas antisociales (tales como absentismo escolar,
peleas, robos y vandalismo). Los menores que acosan necesitan disponer de modelos a imitar
positivos, pro sociales que beneficien a los demás, o que tengan consecuencias sociales
positivas, incluidos los compañeros y los adultos de su colegio. (Kowalski & Agatston, 2009)
Referencias
Kowalski, R., & Agatston, P. (2009). Capítulo 2. Formas tradicionales de acoso entre niños
y adolescentes. En Cyber Bullying: el acoso escolar en la era digital (pp. 43-78).
Washington D. C., UNITED STATES: Editorial Desclée de Brouwer.
Olweus, D. (s. f.). ACOSO ESCOLAR, “BULLYING”, EN LAS ESCUELAS: HECHOS E
INTERVENCIONES. 24.
Orozco Guzmán, M., Méndez Puga, A. M., & García Martínez, Y. E. (2015). Bullying:
estampas infantiles de la violencia escolar: exploraciones psicológicas. Recuperado
de http://ebookcentral.proquest.com/lib/unachlibsp/detail.action?docID=3429914
Vega-Cauich, J. I., & Vega-Cauich, J. I. (2019). Prevalencia del bullying en México: un
meta-análisis del bullying tradicional y cyberbullying. Diversitas: Perspectivas en
Psicología, 15(1), 113-129. https://doi.org/10.15332/s1794-9998.2019.0015.09