Este documento contiene 5 fábulas y 5 leyendas de diferentes países y culturas. Las fábulas incluyen historias como "El León y el Ratón" y "La Zorra y las Uvas" que enseñan lecciones de humildad y prudencia. Las leyendas describen criaturas míticas como el Mico Brujo, la Segua y el Jilguerillo, así como historias de fantasmas y transformaciones mágicas.
La presentación consiste en actividades que realizaron los docentes con los estudiantes con el objeto de involucrar los contenidos del curso de ética profesional docente.
1. FABULAS
1. EL LEÓN Y EL RATÓN
Estaba un ratoncillo aprisionado en las garras
de un León; el desdichado en tal ratonera no
fue preso por ladrón de tocino ni de queso,
sino porque con otros molestaba al León, que
en su retiro descansaba.
Pide perdón, llorando su insolencia. Al oír
implorar la real clemencia, responde el rey en
majestuoso tono (No dijera más Tito): -Te
perdono!Poco después, cazando el León,
tropieza en una red oculta en la maleza.
Quiere salir; más queda prisionero.
Atronando la selva, ruge fiero. El libre ratoncillo, que lo siente, corriendo llega, roe
diligente los nudos de la red, de tal manera que al fin rompió los grillos de la fiera.
Conviene al poderoso para los infelices ser piadoso. Tal vez se puede ver necesitado del
auxilio de aquel más desdichado.
2. LA LECHERA
Llevaba en la cabezauna lechera el cántaro al
mercadocon aquella presteza,aquel aire sencillo,
aquel agrado,que va diciendo a todo el que lo
advierte¡Yo si que estoy contenta con mi
suerte!Porque no apetecíamás compañía que su
pensamiento,que alegre le ofrecía inocentes
ideas de contento.
Marchaba sola la feliz lechera,y decía entre sí
de esta manera:"Esta leche vendida,en limpio
me dará tanto dinero,y con esta partidaun canasto de huevos comprar quiero,para sacar cien
pollos, que al estíomerodeen cantando el pío, pío"
"Del importe logradode tanto pollo mercaré un cochino;con bellota, salvado,berza, castaña
engordará sin tino;tanto que puede ser que yo consigaver como se le arrastra la barriga"
"Lo llevaré al mercado:sacaré de él sin duda buen dinero;compraré de contado una robusta
vaca y un ternero,que salte y corra toda la campaña,hasta el monte cercano a la cabaña".
Con este pensamiento enajenada, brinca de maneraque a su salto violentoel cántaro cayó.
¡Pobre lechera!¡Qué compasión! Adiós leche, dinero,huevos, pollos, lechón, vaca y
ternero.¡Oh loca fantasía!,¡Qué palacios fabricas en el viento!Modera tu alegría; no sea que
saltando de contento,al contemplar dichosa tu mudanza,quiebre tu cantarilla la
esperanza.No seas ambiciosade mejor o más próspera fortuna;que vivirás ansiosasin que
2. pueda saciarte cosa alguna. No anheles impaciente el bien futuro:mira que ni el presente
está seguro.
3. LA ZORRA Y LAS UVAS
Es voz común que a más del mediodíaen ayunas la zorra iba
cazando.Halla una parra, quedase mirandode la alta vid el fruto
que pendía.Causábale mil ansias y congojasno alcanzar a las uvas
con la garra,al mostrar a sus dientes la alta parranegros racimos
entre verdes hojas.Miró, saltó y anduvo en probaduras;pero vio el
imposible ya de fijo.Entonces fue cuando la zorra dijo:"¡No las
quiero comer! ¡No están maduras!"No por eso te muestres
impacientesi se te frustra, Fabio, algún intento;aplica bien el
cuentoy di: ¡No están maduras!, frescamente.
4. EL CUERVO Y EL ZORRO
En la rama de un árbol,bien ufano y contento,con un queso
en el pico,estaba el señor Cuervo.
Del olor atraído,un Zorro muy maestrole dijo estas
palabrasun poco más o menos:
"¡Tenga usted buenos días,señor Cuervo, mi dueño!¡Vaya
que estáis donoso,mono, lindo en extremo!
Yo no gasto lisonjas,y digo lo que siento;que si a tu bella
trazacorresponde el gorjeo,juro a la diosa Ceres,siendo
testigo el cielo,que tú serás el Fénixde sus vastos imperios"
Al oír un discursotan dulce y halagüeño,de vanidad llevado,quiso cantar el Cuervo.Abrió su
negro pico,dejó caer el queso.El muy astuto Zorro,después de haberle preso,le dijo: "Señor
bobo,pues sin otro alimento,quedáis con alabanzastan hinchado y repleto,digerid las
lisonjasmientras yo digiero el queso"
Quien oye aduladores,nunca espere otro premio.
5. EL GUSANO DE SEDA Y LA ARAÑA
Trabajando un gusano su capullo,la araña, que tejía a toda
prisa,de esta suerte le habló con falsa risa,muy propia de su
orgullo:«¿Qué dice de mi tela el señor gusano?Esta mañana la
empecé temprano,y ya estará acabada a mediodía.¡Mire qué
sutil es, mire qué bella!...»
El gusano, con sorna, respondía:«¡Usted tiene razón; así sale
ella!»
Se ha de considerar la calidad dela obra, y no el tiempo que se ha tardado en hacerla.
3. LEYENDAS
1. La Leyenda Del Mico Brujo
En todo Centroamérica se conoce la leyenda del “Mico Brujo”. En algunas partes también le dicen la
Mona.
Decían nuestros antepasados que había unas mujeres que a las once de la noche se daban tres volantines
para atrás y luego tres para adelante; que esta mujeres tenían un guacal blanco y que a la última voltereta
vomitaban el alma en el guacal. Ya sin alma, tomaban figura de monos o micos y se dedicaban a hacer
“diabluras”.
Y así, estas brujas, acompañadas de la oscuridad de la noche, se trepaban a los árboles y tiraban frutas a la
gente. Se subían a los techos de las casas, saltando de un lugar a otro y arrojando pedradas contra las
piedras de la calle. Muchas personas han tratado de agarrar y matar a la mona o al mico, pero de nada les
sirve, pues cuando ya están cerca y creen tenerlo acorralado se les esfuma como por encanto.
También contaban nuestros antepasados que
estas mujeres podían convertirse en chanchas
grandes, negras y llenas de lodo.
Apenas veían a la persona “señalada”,
aligeraban su trote y comenzaban a gruñir.
Embestían furiosamente a la persona y le
daban trompadas y mordiscos en las piernas
hasta derribarla y hacerle perder el
conocimiento. Al día siguiente, la víctima
amanecía molida y mordida, y con los
bolsillos vacíos.
2. La Leyenda de la Segua
Hay varias leyendas de la Segua. Una de ellas cuenta que es una joven muy linda, que persigue a los
hombres mujeriegos para castigarlos.
Se aparece de pronto en el camino pidiendo que el jinete la lleve en su caballo, pues va para el pueblo más
cercano. Y dicen que ningún hombre se resiste a su ruego. Hay quienes le ofrecen la delantera de la
montura y otros la llevan a la polca.
Para ella es lo mismo. Pero a medio camino, si va adelante vuelve la cabeza y si va atrás hace que el jinete
la vuelva. Entonces aquella hermosa mujer ya no es ella.
Su cara es como la calavera de un caballo, sus ojos echan fuego y enseña unos dientes muy grandes, al
mismo tiempo que se sujeta como un fierro al jinete. Y el caballo, como si se diera cuenta de lo que lleva
encima, arranca a correr como loco, sin que nada lo pueda detener.
4. Otras leyendas cuentan que las Seguas son varias. Y no faltan ancianos que
aseguren que cuando ellos eran jóvenes atraparon a una Segua. Pero que una vez
atrapada y echa prisionera se les murió de vergüenza. Y que al día siguiente no
encontraron el cadáver, sino solamente un montón de hojas de guarumo, mechas
de cabuya y cáscaras de plátano.
3. La Leyenda Del Jilguerillo
Cuenta la leyenda que hace cientos de años una tribu indígena se estableció en la zona Atlántica de
nuestras tierras.
Entre ellos había un guerrero muy cruel llamado Batsu.
Un buen día Batsu decidió buscar esposa y escogió a Jilgue, una hermosa joven que acostumbraba pasear
por el bosque cantando como un pajarillo.
Cuando Jilgue se enteró de las intenciones de Batsu huyó a esconderse en el bosque.
Batsu estalló en cólera cuando supo que la joven había desaparecido y mandó a sus guerreros a buscarla.
Al poco andar escucharon el canto de Jilgue. Pero cada vez que se
acercaban al sitio de dónde venía el canto, Jilgue había desapareció.
Entonces Batsu mandó a quemar el bosque. Cuando las llamas
comenzaban a levantarse le gritó a Jilgue que si salía podía salvarse.
Ella le respondió que prefería la muerte. El fuego se hacía cada vez más
fuerte. De pronto vieron como Jilgue cayó al cuelo u agonizó. Pero un
pajarillo color ceniza, con el pico y las patas rojas, comenzó a cantar
sobre sus cabezas. No era el canto de un pájaro, era la voz de Jilgue, que
desde entonces se sigue escuchando en el canto de los jilgueros que hoy
pueblan los bosques de nuestras tierras.
4. Los penitentes de la Recolección
Todos los días a los doce de la noche, los vecinos del Barrio de La Recolección escuchan pasos de
encadenados.
Todos los días a los doce de la noche, los vecinos del Barrio de La Recolección
escuchan pasos de encadenados. Son penitentes fantasmas que quieren librarse de
sus culpas.
Cuando los han visto no solo van encadenados sino con capuchones antiguos.
Algunos se flagelan. Son animas por las cuales las viejitas dicen hay que rezar.
Verlos atemoriza pero también produce pena y compasión porque a nadie le gustaría
estar eternamente encadenado a sus malas acciones.
5. 5. La Paloma Torcaz
Había una vez un guerrero valiente y apuesto.
Amaba la caza y así, con frecuencia, iba por los bosques persiguiendo animales. En una de sus cacerías
llegó junto a un lago y, lleno de asombro, contempló a una mujer bellísima que bogaba en una canoa. El
guerrero quedó tan enamorado que, muchas veces, volvió al lugar con el ánimo de verla pero fue inútil,
pues, ante sus ojos, sólo brillaron las aguas del lago. Entonces pidió consejo a una hechicera, la cual le
dijo:
—No la verás nunca más, a menos que aceptes convertirte en palomo.
—¡Sólo quiero verla otra vez!
—Si te vuelves palomo jamás recuperarás tu forma humana.
—¡Sólo quiero volverla a ver!
—Si así lo deseas, hágase tu voluntad.
Y la hechicera le clavó en el cuello una espina y en el acto el joven se
convirtió en palomo. Este levantó el vuelo y fue al lago y se posó en una
rama y al poco rato vio a la mujer y, sin poderse contener, se echó a sus pies
y le hizo mil arrumacos. Entonces la mujer lo tomó entre sus manos y, al
acariciarlo, le quitó la espina que tenía clavada en el cuello. ¡Nunca lo
hubiera hecho, pues el palomo inclinó la cabeza y cayó muerto! Al ver esto,
la mujer, desesperada, se hundió en el cuello la misma espina y se convirtió
en paloma. Y desde aquel día llora la muerte de su palomo.