La familia y la escuela son sistemas microsociales que comparten la responsabilidad de educar e influir en el desarrollo de los niños. Ambas instituciones forman parte de un sistema social, cultural y económico más amplio y deben trabajar juntas para brindar la mejor formación posible a los niños, ya sea a través de familias extensas, ensambladas, adoptivas, biológicas, culturales o transitorias.