El documento analiza las estadísticas oficiales de crímenes en Tijuana entre 2007-2012, encontrando un aumento en robos violentos, secuestros y homicidios. Aunque las cifras oficiales solo muestran averiguaciones previas iniciadas y no el número real de víctimas, lo cual es mayor. También hay una alta impunidad y poca confianza en las autoridades de seguridad. Los cambios de gobierno no han mejorado la seguridad.