Para formar parte de una franquicia exitosa, es importante analizar si el negocio es rentable para ambas partes, tiene un mercado potencial, es fácil de operar, tiene un concepto original o reconocido, sus operaciones son estandarizadas y ofrece experiencia comprobada con resultados satisfactorios. Varias empresas comenzaron a ofrecer franquicias en la década de 1950 y 1960, rentando tiendas completas a cambio de un porcentaje de las utilidades.