Este documento discute las geopolíticas del conocimiento y cómo constituyen un diseño colonial que marginaliza conocimientos subalternos. Propone que para descolonizar la producción de conocimiento se deben incluir estos conocimientos subalternizados y encontrar formas de enriquecer el conocimiento moderno con ellos. También sugiere que los ciudadanos latinoamericanos deben encarar una política del conocimiento alternativa que rompa con la colonialidad del poder y la idea de que solo el conocimiento de países poderosos es válido.