La oración de santa Luisa de Marillac por el P. Corpus Juan Delgado CM
Gracia 05 03 Santidad Cristiana
1. SANTIDAD CRISTIANA, 13 “ Pero no olvidéis que estar con Jesús es, seguramente, toparse con su Cruz . Cuando nos abandonamos en las manos de Dios, es frecuente que Él permita que saboreemos el dolor, la soledad, las contradicciones, las calumnias, las difamaciones, las burlas, por dentro y por fuera: porque quiere conformarnos a su imagen y semejanza” ( San Josemaría, Amigos de Dios 301 ). “ Cuando no nos limitamos a tolerar y, en cambio, amamos la contradicción, el dolor físico o moral, y lo ofrecemos a Dios en desagravio por nuestros pe- cados y por los pecados de todos los hombres, en- tonces os aseguro que esa pena no apesadumbra. No se lleva ya una cruz cualquiera, se descubre la Cruz de Cristo ” ( San Josemaría, Amigos de Dios 132 ). Gr 73 de 75
2. SANTIDAD CRISTIANA, 14 “ El corazón necesita (...) distinguir y adorar a cada una de las Personas divinas. De algún modo, es un descubrimiento que el alma rea- liza en la vida sobrenatural (...). Y se entre- tiene amorosamente con el Padre y con el Hijo y con el Espíritu Santo; y se somete fácilmente a la actividad del Paráclito vivifi- cador, que se nos entrega sin merecerlo: ¡los dones y las virtudes sobrenaturales!” ( San Josemaría, Amigos de Dios 305 ). “ Sobran las palabras, porque la lengua no logra expresarse; ya el entendimiento se aquieta . No se discurre, ¡se mira! Y el alma rompe otra vez a cantar con cantar nuevo, porque se siente y se sabe tam- bién mirada amorosamente por Dios, a todas horas” ( Ídem 307 ). Gr 74 de 75
3. SANTIDAD CRISTIANA, 15 En la senda de la contemplación , las pasiones no se han acallado definitivamente. No hay que ex- trañarse al experimentar que seguimos siendo “ de barro ”. Ni tampoco deja de acechar la tentación del desánimo, de la tribulación, de la oscuridad. Pero el alma avanza metida en Dios . “ ¿Qué vale, Jesús, ante tu Cruz , la mía; ante tus heridas, mis rasguños? ¿Qué vale, ante tu Amor inmenso, puro e infinito, esta pobrecita pesadumbre que has cargado Tú sobre mis espaldas?” ( San Josemaría, Amigos de Dios 311 ). Alcanzamos una familiaridad con Dios. Y al final, nos introdu- cirá en la plenitud de su Vida, de la que la gracia es anticipo . Gr 75 de 75