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Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia
1
Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la
neumonía adquirida en la comunidad en Colombia
Asociación Colombiana de Neumología y Cirugía de Tórax, Asociación Colombiana de Infectología, Asociación Colombia-
na de Medicina Interna y Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo
Coordinador: Fabio Andrés Varon V. Participantes: Álvaro Morales; Andrés Caballero; Carlos Aguirre; Carlos Saavedra;
Diego Severiche; Franco Montufar; Guillermo Ortiz; Héctor Ortega; Horacio Giraldo; Jorge Cortes; Jhon Pedrozo;
Lazaro Vélez; Luis G. Uribe
INTRODUCCIÓN
La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) en
pacientes adultos permanece como una de las infeccio-
nes más frecuentes de consulta a los servicios de con-
sulta externa y urgencias de nuestro país. Datos
obtenidos del Ministerio de Protección Social la repor-
tan como la sexta causa de egreso hospitalario y la se-
gunda causa de consulta externa. En Estados Unidos
es la sexta causa principal de muerte, estimándose 5,6
millones de casos de NAC cada año y con un número
de hospitalizaciones de al menos un millón de pacien-
tes (1-3). Esta alta incidencia acompañada de un des-
conocimiento de la epidemiología de la infección ha
llevado a asumir guías internacionales en el manejo de
nuestros pacientes, lo que sumado al alto número de
«guías» disponibles en la literatura, hace que diversos
enfoques de diagnóstico y tratamiento sean realizados
por nuestros grupos médicos (4-14). Aunque la mayoría
de estos documentos concuerdan en que el tratamiento
antimicrobiano se debe ajustar inicialmente a la grave-
dad de la infección, a la presencia de comorbilidades y
a la epidemiología local, existen grandes variaciones en
las escalas de clasificación de la severidad, los
paraclínicos básicos requeridos y el manejo antibiótico
aún para los casos conside-rados como de bajo riesgo.
Esto hace necesario que al revisar la información dispo-
nible se considere a las múltiples especialidades
involucradas en el manejo de estos pacientes así como
el considerar nuestro propio sistema de salud (12).
Una consideración permanente al discutir abordajes
de diagnóstico y manejo de la NAC en nuestro país es
la falta de estudios epidemiológicos que soporten estas
decisiones; sin embargo, en los últimos años hemos
logrado obtener información que nos permite establecer
recomendaciones: la implementación progresiva de es-
calasdeseveridad(CURB-65,CRB-65),elreconocimiento
de la presencia de patógenos como Legionella spp, el
surgimiento de bacterias resistentes como
Staphylococcus aureus resistente a meticilina adquiri-
dos en la comunidad (SAMR) y la implementación de
pruebas rápidas como antígeno urinario para Legionella
y Streptococcus pneumoniae. La necesidad de modifi-
car dosis y duración de las terapias antibióticas al igual
que el considerar no sólo el espectro y efectividad
antibiótica sino también la posibilidad de inducción de
resistencia hace necesaria la creación de un documen-
to práctico que facilite el manejo del paciente a partir de
recomendaciones sencillas y útiles.
Este documento no pretende ser una revisión del
tema, al igual que excluirá patologías como NAC en
pacientes inmunocomprometidos, neumonía aso-ciada
a cuidados de la salud, tuberculosis (aunque dada su
importancia epidemiológica en nuestro medio tocaremos
algunos tópicos en especial de enfoque diagnóstico) o
cualquier infección respiratoria micótica.
Tabla 1. Recomendaciones de consenso.
Nivel de recomendación
Grado de evidencia Definición
I Datos de estudios clínicos adecuadamente diseñados, aleatorizados y controlados.
II Resultados concluyentes de al menos un estudio bien diseñado (incluyendo estudios
de cohorte o casos y controles).
III Evidencias de opiniones de expertos, series de casos o estudios descriptivos.
Volumen 22 Suplemento 2 - 2010
2
Revista Colombiana de Neumología
METODOLOGÍA
LaAsociación Colombiana de Neumología, laAsocia-
ción Colombiana de Infectología, la Asociación Colom-
biana de Medicina Interna y laAsociación Colombiana de
Medicina Crítica y Cuidado Intensivo convocaron un co-
mité de especialistas con amplia experiencia en la aten-
ción e investigación de pacientes con NAC con el objetivo
de realizar una guía en la atención inicial de pacientes
con esta patología. Se realizó una búsqueda sistemática
de bibliografía tanto en las bases de datos reconocidas
como en comunicación directa con diversos autores. La
palabra clave de búsqueda fue «neumoníaadquiridaenla
comunidad», la cual fue combinada con los temas men-
cionados en la introducción: escalas de severidad, resis-
tencia antibiótica, pruebas diagnósticas, estudios
microbiológicos, etiología, tratamiento antimicrobiano,
manejo de soporte, terapia secuencial, duración de la
terapia, vacunación para influenza, vacunación para
neumococo.
La búsqueda fue realizada tanto en español como
en inglés en las bases de datos Medline y LILACS (Lite-
ratura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la
Salud). Se creó una cuenta de correo electrónico a la
cual fue enviada toda la información recogida y se distri-
buyó la clave a cada uno de los participantes para su
acceso.
Además, se incluyeron presentaciones orales, resú-
menes de los congresos nacionales e internacionales y
estudios desarrollados en curso de publicación.
Toda la información fue compartida con el grupo de
trabajo a través de un sitio en internet creado para el
desarrollo de la guía que estuvo disponible doce meses
durante el proceso de reunión. Cuando fue posible, se
efectuó una evaluación sistemática de la evidencia para
respaldar estar recomendaciones.
DIAGNÓSTICO
Las infecciones del tracto respiratorio son una de
las situaciones más frecuentes que llevan al abuso en
la prescripción de antibióticos, el diagnóstico erróneo y
la administración de tratamiento, a pesar de no existir
una infección bacteriana se informaron como causas de
tratamiento antimicrobiano inadecuado (16,17).
Recomendación: los pacientes con tos productiva
(acompañada de expectoración), disnea (falta de aire),
presencia de estertores (crepitaciones) en la ausculta-
ción pulmonar, con o sin evidencia de fiebre o dolor
torácico, deben realizarse una radiografía. Si se obser-
van nuevos infiltrados en la radiografía de tórax, debe
considerarse el diagnóstico de NAC. A todo paciente
con sospecha de NAC se le debe realizar una radiogra-
fía de tórax (II).
PRUEBAS DE LABORATORIO
La realización inicial de pruebas de laboratorio en pa-
cientes con sospecha de NAC puede depender del esta-
do clínico de los individuos, la sospecha epidemiológica
sobre gérmenes específicos o la necesidad de tener cer-
teza sobre ciertos diagnósticos diferenciales. Además,
puede requerirse algunas pruebas de laboratorio para ob-
tener una aproximación clínica en la estratificación y en
algunos pacientes para redefinir un tratamiento
antimicrobiano o el lugar de asistencia.
Recomendación: las pruebas de laboratorio de ruti-
na pueden ser innecesarias para pacientes de menos de
50 años de edad, con sospecha de padecer una NAC,
sin antecedentes de enfermedades neoplásicas,
cerebrovasculares, renales ni hepáticas, insuficiencia
cardíaca congestiva, diabetes mellitus y ausencia de las
siguientes características: alteración del estado mental,
pulso > 125/lpm, frecuen-cia respiratoria > 30 respiracio-
nes/min, presión arterial sistólica < 90 mm Hg y tempe-
ratura cutánea < 35 ºC o > 40 ºC, en caso contrario, los
pacientes deben efectuar un hemograma completo, eva-
luación renal (incluyendo concentración de electrolitos
séricos) y hepática, glicemia y medición de saturación
de O2
(II).Además, el grupo de consenso sugiere la rea-
lización de una prueba serológica para VIH a todo pa-
ciente que requiera hospitalización.
ESTUDIOS MICROBIOLÓGICOS
A pesar de la ventaja de realizar investigaciones
microbiológicas en pacientes con NAC, la costo-efectivi-
dad de estos estudios como cultivos de esputo,
hemocultivos o detección de antígenos y anticuerpos,
permanece controversial. De hecho, la realización de in-
vestigaciones microbiológicas es más fuerte y amplia en
los pacientes que ingresan a la Unidad de Cuidados In-
tensivos (UCI). El grado de utilidad de estos estudios
microbiológicos en general dependen de la recomenda-
ción dada por expertos.
Recomendación: no se recomiendan los estudios
mi-crobiológicos en los pacientes con sospecha de NAC
que se manejarán en forma ambulatoria (II).Atodos los
pacientes hospitalizados en una sala general se les debe
realizar análisis de esputo (tinción de Gram, cultivo para
gérmenes comúnes y tinción de Ziehl- Neelsen-(Bk)), la
realización de hemocultivos es opcional y dependerá del
grado de comorbilidad, antecedente de manejo antibióti-
co previo y sospecha de infección por germen resisten-
te. En pacientes que ingresen a UCI, se deben efectuar
iguales estudios considerando indispensables la toma
de hemocultivos (dos frascos) y si los recursos disponi-
bles lo permiten efectuar pruebas de muestras séricas
Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia
3
pareadas para Chlamydophila pneumoniae, Mycoplasma
pneumoniae y antígeno urinario para Legionella spp y S.
pneumoniae (III). En caso de sospecha epidemiológica
o clínica, así como también en pacientes con mala evo-
lución, se recomienda investigar los siguientes organis-
mos (II): Coxiella burnetii, «virus respiratorios» (virus
influenza, virus sincitial respiratorio, adenovirus, virus
parainfluenza), Chlamydia psittaci y Pneumocystis
jirovecci.
ETIOLOGÍA
En la mayoría de los países, el S. pneumoniae gene-
ra aproximadamente dos tercios de los casos de NAC
en los cuales se logra identificar el germen o agente
etiológico (18-22). Los otros patógenos aislados corres-
ponden a H. influenzae y, en menor grado, Moraxella
catarrhalis; sin embargo, las bacterias atípicas están
apareciendo como frecuentes agentes causales en va-
rios pacientes de ciertas regio-nes (22-24).Aunque clá-
sicamente los estudios epidemiológicos han tenido serías
limitaciones en nuestro país, en los últimos años, estu-
dios de investigadores nacionales han corroborado la
presencia de bacterias atípicas incluyendo Legionella
spp. La identificación de virus respiratorios como influen-
za A y parainfluenza también llama la atención y obliga
a considerar esta etiología como parte de nuestra
epidemiología. Dada la alta incidencia de tuberculosis
pulmonar, el consenso recomienda mantener un perma-
nente estado de alerta sobre este diagnóstico, e indica
la toma de baciloscopias de esputo en todo paciente
hospitalizado con diagnóstico de NAC.
Ciertos pacientes pueden presentar una NAC grave
por Pseudomonas aeruginosa (fibrosis quística,
bronquiectasias), bacterias aeróbicas Gram negativas
(grandes consumidores de alcohol o individuos prove-
nientes de instituciones de asistencia prolongada) y S.
aureus (mujeres embarazadas o pacientes > 70 años
de edad con antecedentes recientes de influenza, indivi-
duos que padecieron traumas o consumidores de dro-
gas inyectables). La identificación de estas poblaciones
es clave dado que su tratamiento inicial se modifica ra-
dicalmente.
RESISTENCIA BACTERIANA
Streptococcus pneumoniae: la disminución de la
sensibilidad de este patógeno a los betalactamicos con-
tinúa presentándose de manera controversial, la mayo-
ría de estudios reportan la resistencia de acuerdo al
antiguo punto de corte de concentración inhibitoria míni-
ma (CIM) para la penicilina > 0,06 g/ml) en lugar del
actualmente recomendado “punto de corte respiratorio”
(es decir CIM de penicilina > 2 g/ml) (25, 26). De he-
cho, la interpretación del actual Instituto de Estándares
Clínicos y de Laboratorio (Clinical and Laboratory
Standards Institute - CLSI) para el punto de corte “respi-
ratorio” de CIM para penicilina es < 2,0 g/ml (suscepti-
ble), 4,0 g/ml (intermedio) y > 8,0 g/ml (resistente
SPRP). Además, a pesar de que se informó una mayor
frecuencia global de cepas de SPRP en todo el mundo,
no se encontraron cepas que muestren un alto nivel de
resistencia a penicilina (es decir CIM > 2 g/ml) en los
estudios de vigilancia microbiológica antes menciona-
dos, ni en grandes estudios clínicos prospectivos efec-
tuados en pacientes adultos con NAC. La única población
en la que realmente se ha demostrado un alto impacto
del neumococo resistente es en la población VIH con
NAC y bacteremia asociada (27). Las tasas de resisten-
cia a los macrólidos en nuestro medio difieren de las
tasas reportadas en el mundo, en general se encuen-
tran tasas de 15% a 39% de resistencia tanto en Euro-
pa como en USA (28-30), en América Latina está entre
2% y 15% (31), Colombia de acuerdo al reporte publica-
do por el Instituto Nacional de Salud está alrededor de
3% (32). Las mal llamadas «quinolonas respiratorias»:
gatifloxacina, gemifloxacina, grepafloxacina,
levofloxacina, moxifloxacina, sparfloxacina y
trovafloxacina, se convirtieron en una opción adecuada
para el tratamiento de la NAC, dado que son igualmente
activas contra S. pneumoniae resistente y susceptible a
penicilina, algunas de estas ya no son comercializadas.
Son mencionadas en diferentes guías y artículos, sus
ín-dices de resistencia de S. pneumoniae permanecen
por debajo de 5% en el mundo (incluyendo América La-
tina) (33, 34). Sin embargo, varias publicaciones, inclu-
yendo informes publicados en Latinoamérica, reportan
un preocupante aumento en las CIM de las
fluoroquinolonas contra S. pneumoniae (35-38). El con-
senso acorde con la literatura mundial recomienda que
estas fluoroqui-nolonas se limiten solamente a los adul-
tos para quienes uno de los regímenes primarios ya fra-
casó, a sujetos alérgicos a los agentes alternativos o a
pacientes que presenten infección documentada con S.
pneumoniae altamente resistente a penicilina (25).
Haemophilus influenzae: esta especie es la terce-
ra causa más común de NAC que requiere hospitaliza-
ción y fue descrita más frecuentemente en pacientes
con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
grave o fumadores. La resistencia adquirida más rele-
vante en esta especie es la aminopenicilina mediada
por -lactamasas, que se puede evitar por el agregado
de clavulanato o sulbactam y no afecta la actividad de
las cefalosporinas de segunda y tercera generación (34).
Los macrólidos al igual que las quinolonas tienen cubri-
miento sobre este patógeno.
Volumen 22 Suplemento 2 - 2010
4
Revista Colombiana de Neumología
CATEGORIZACIÓN CLÍNICA DE LOS
PACIENTES
La categorización es un objetivo para el manejo de
los pacientes con NAC, dado que orienta la necesidad
de estudios adicionales como la definición del tipo y el
lugar de asistencia, al igual que la elección del trata-
miento antimicrobiano inicial, está definido por el estado
clínico inicial y el pronóstico del paciente (35-37). Aun-
que existen diversos sistemas de clasificación para es-
timar el riesgo de muerte en la NAC grave, tales como el
índice de puntuación de evaluación de asistencia sani-
taria aguda fisiológica y crónica (Acute Physiological and
Chronic Health Care Evaluation - APACHE II) para pa-
cientes en cuidados intensivos, como así también otros
dos índices pronósticos limitados, el puntaje fisiológico
agudo (Acute Physiological Score - APS) y la califica-
ción fisiológica aguda simplificada (Simplified Acute
Physiological Score- SAPS), estos últi-mos sistemas
pueden ser de utilidad para comparar la gravedad de la
enfermedad y el resultado del tratamiento entre diferen-
tes cohortes de pacientes, pero carecen de poder
predictor para el manejo de los pacientes individuales
(38). Por esto, se han desarrollado estrategias para
estratificar el riesgo de los pacientes con NAC sobre la
base de la posibilidad de muerte. El primero fue efectua-
do por el Comité de Investigación de la Sociedad Británi-
ca de Tórax (British Thorax Society-BTS) (40) para
identificar pacientes que no solamente requieren hospi-
talización tanto en salas generales como en UCI a tra-
vés de la evaluación del estado conciencia, uremia,
frecuencia respiratoria y presión arterial (actualmente
conocido como la clasificación CURB). Esta
clasifica-ción fue luego expandida agregando la edad en
los pacientes mayores de 65 años de edad (CURB-65)
(41). El Equipo de Investigación de Resultados en Pa-
cientes con Neumonía (Pneumonia Patient Outcomes
ResearchTeam - PORT) desarrolló otra clasificación (PSI)
(42). De hecho, ambos sistemas son complementarios;
mientras que las pautas de la BTS están dirigidas a iden-
tificar a los pacientes de alto riesgo para que la grave-
dad de la enfermedad no se subestime, los índices pro-
nósticos PORT están enfocados en el reconocimiento
de los pacientes de bajo riesgo para que la gravedad de
la enfermedad no se sobre-estime. En cualquier caso,
la estratificación clínica inicial de los pacientes, efec-
tuada por normas validadas de predicción parece ser un
paso inevitable para el manejo adecuado de la NAC. Sin
embargo, este tema merece una nueva evaluación, dado
que nuevas clasifi-caciones clínicas -además de las pau-
tas CURB y PSI- se hicieron más populares en la prác-
tica clínica como por ejemplo la clasificación CURB
modificada, CURB-65 y CRB-65 (41,43).
Recomendaciones: cada paciente con diagnóstico
de NAC se debe estratificar según la clase de riesgo. El
grupo considera que la clasificación CRB-65 es un sis-
tema de clasificación primaria adecuado. Luego de que
el paciente es asignado a una categoría, se debe decidir
el lugar de asistencia de acuerdo con ello, como se su-
giere en la figura 1 (II) (Tabla 2).
CRB-65 confusión, frecuencia respiratoria mayor a
30/min, presión arterial (PAS<90 mm Hg PAD<60 mm
Hg), 65 años de edad y mayores.
CATEGORIZACIÓN DE PACIENTES PARA EL
ABORDAJE ANTIMICROBIANO INICIAL
Grupo 1 (CRB-65:0, pacientes ambulatorios): este
grupo incluye pacientes a ser tratados en forma
completa-mente ambulatoria. Los pacientes no deben
presentar ninguna de las siguientes características: ori-
gen en instituciones asistenciales de largo plazo, evi-
dencia de derrame pleural, saturación arterial de oxígeno
< 90%, sospecha de neu-monía aspirativa, cualquier
evidencia que sugiera falta de cumplimiento con un tra-
tamiento oral programado o falta de adaptación del apo-
yo domiciliario. El consenso considera que a pesar de
encontrar en la literatura la división en subgrupos de
acuerdo a la presencia de factores de riesgo, esto no
impacta las recomendaciones de manejo.
Tabla 2. Clasificación CRB-65 para definir la gravedad.
Característica Puntaje Puntos acumulados Riesgo muerte
Ninguna 0 0 0,9%
Confusión 1 1 5,2%
Frecuencia respiratoria 1 2 12,0%
PAS < 90 mm Hg 1 3 31,2%
Edad mayor a 65 años 2 4 31,2%
Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia
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Grupo 2 (CRB-65: 1-2, pacientes hospitalizados
en sala general): este grupo de pacientes con NAC
con clase de riesgo moderado se dividirá en dos
subgrupos:
• Grupo 2a: pacientes con menos de 60 años de edad,
sinevidenciadeenfermedadpulmonarobstructivacró-
nica (EPOC) incluyendo asma, tabaquismo, alcoho-
lismo o diabetes mellitus.
• Grupo 2b: pacientes de 60 años de edad o mayores,
o que presentan cualquiera de los factores
predisponentes mencionados anteriormente.
Grupo 3 (CRB-65: 3-4, pacientes hospitalizados
en UCI): este grupo incluye pacientes con NAC grave
que requieren la hospitalización en UCI y se deben divi-
dir en pacientes sin riesgo o con riesgo de NAC causa-
da por P. aeruginosa (Grupo 3a y Grupo 3b,
respectivamente). Este consenso considera incluir en
Figura 1. Enfoque clínico general del paciente con NAC.
*Criterio social: no disponibilidad de cuidador, no disponibilidad de los medicamentos, no poder asegurar adherencia al manejo.
La saturación arterial como parte de la evaluación clínica inicial ha demostrado permitir una rápida y fácil identificación de pacientes con
alto riesgo de complicaciones logrando así disminuir la mortalidad en pacientes que probablemente no se habrían identificado.
un grupo especial los pacientes con factores de riesgo
para Stafilococo Aureus meticilino resistente, dado el
incremento progresivo en su incidencia aunque no con-
sideramos la necesidad de iniciar un manejo antibiótico
que dé cobertura a este patógeno si sugerimos estar
alertas a la presencia de factores de riesgo para modifi-
car el esquema de manejo (Grupo 3c).
TRATAMIENTO ANTIMICROBIANO
Dada la importancia de este tópico, se estableció
una formulación de las estrategias de tratamiento de la
neumonía adquirida en la comunidad con un proceso de
adaptación de guías de práctica clínica (45). Como pre-
guntas a adaptar se seleccionó únicamente las opcio-
nes terapéuticas recomendadas por las guías de práctica
clínica a nivel nacional o internacional, la duración del
tratamiento antimicrobiano y la posibilidad de hacer cam-
bio a medicamentos para administración oral.
Volumen 22 Suplemento 2 - 2010
6
Revista Colombiana de Neumología
Se realizó una búsqueda sistemática utilizando las
palabras «guidelines» y «pneumonia» con el fin de iden-
tificar las guías de práctica clínica de neumonía adquiri-
da en la comunidad realizadas en diferentes países.
Además, se realizó una búsqueda sistemática en
PubMed utilizando la siguiente estrategia: ((«residence
characteristics»[MeSH Terms] OR («residence»[All
Fields]AND «characteristics»[All Fields]) OR «residence
characteristics»[All Fields] OR «community»[All Fields])
AND acquired[All Fields] AND («pneumonia»[MeSH
Terms] OR «pneumonia»[All Fields]))AND (randomized
controlled trial[Publication Type] OR (randomized[Title/
Abstract] AND controlled[Title/Abstract] AND trial[Title/
Abstract])). Las búsquedas se realizaron teniendo como
fecha límite el 30 de septiembre de 2009. Para las guías
de práctica clínica se incluyeron todas las guías identifi-
cadas publicadas a partir del año 2000, mientras que
para los estudios clínicos se incluyeron las publicacio-
nes de los últimos 5 años (septiembre de 2004 a sep-
tiembre de 2009).
Las guías de práctica clínica fueron evaluadas siguien-
do la metodología Agree (46) por dos participantes del
consenso (JAC y CHS). Se seleccionaron aquellas con
mayor puntaje y se presentaron las opciones terapéuti-
cas a los panelistas, los cuales realizaron una votación
de las diferentes opciones presentadas con una escala
ordinal de 1 a 9 (47). De acuerdo con esta escala, los
valores de 1 a 3 implican desacuerdo con la recomenda-
ción; los valores de 4 a 6 no implican estar en acuerdo o
en desacuerdo (y se entiende como alternativa de trata-
miento) y los valores 7 a 9 implican estar de acuerdo
con la recomendación.
Resultados
La búsqueda sistemática de la literatura de guías de
práctica clínica de neumonía adquirida en la comunidad
dio como resultado un total de 11 guías que se presen-
tan en la tabla 3.
De acuerdo con la evaluación de las guías realizadas
por medio del instrumento AGREE, se identificaron 4
guías con el mayor puntaje, en su orden: las guías de
Gran Bretaña (56), Estados Unidos (IDSA y ATS) (54),
Suecia (59) y Europa (55).
La búsqueda sistemática identificó 165 referencias
cuyos resúmenes fueron revisados por uno de los auto-
res (JAC) y se seleccionaron 55 referencias relevantes
en este periodo.
Medidas generales
1. Modificaciones de hábitos (fumar reposo)
A los pacientes con diagnóstico de neumonía, inde-
pendientemente de la localización del manejo (hospita-
lario o ambulatorio), se les debe recomendar descansar
y evitar fumar. También se recomienda la toma de abun-
dantes líquidos, especialmente si presentan fiebre.
2. Uso de analgésicos
El uso de analgésicos debe ser recomendado para
el manejo de dolor torácico o pleurítico.
3. Uso de oxígeno
La hipoxemia es un hallazgo frecuente en pacientes
con neumonía debido a varios mecanismos
fisiopatológicos. Se debe evaluar la frecuencia respira-
toria, la presencia de cianosis y la saturación de oxíge-
no. Una oximetría con una saturación inferior a 90% o
presencia de trabajo respiratorio son indicaciones para
manejo con oxígeno, usualmente hospitalario, y evalua-
ción con gases arteriales. En pacientes a riesgo de falla
hipercápnica, como aquellos con EPOC moderado o
severo, se puede iniciar con bajas concentraciones de
oxígeno (FiO2
24%-28%) con apoyo de gases arteriales,
con el fin de mantener una saturación de oxígeno entre
88% y 92%, sin causar una caída en el pH (<7,35) o una
elevación en la PaCO2
. En pacientes seleccionados se
puede considerar el uso de ventilación no invasiva.
Terapia antimicrobiana
El manejo de la neumonía requiere la utilización de
antibióticos de forma esencial. El uso apropiado de
antimicrobianos, en tiempo y cubrimiento de los
microorganismos, es fundamental para prevenir compli-
caciones y disminuir la mortalidad.
Tabla 3. Guías de práctica clínica de la neumonía ad-
quirida en la comunidad
Región/organización Año, referencia
América Latina, ALAT 2004 (48)
Brasil 2009 (49)
Canadá 2000 (50)
Colombia 2004(51)
Chile 2005 (52)
España 2005 (53)
Estados Unidos, IDSA, ATS 2007 (54)
Europa, ESCMID 2005 (55)
Gran Bretaña 2009 (56)
Holanda 2005 (57)
Japón 2006 (58)
Sur Africa 2007 (51)
Suecia 2005 (59)
Taiwan 2006 (60)
Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia
7
El manejo antimicrobiano se hace de forma empíri-
ca, teniendo en cuenta los microorganismos más pro-
bables y el escenario donde se encuentra estratificado
el paciente (ver secciones previas). Los hallazgos clíni-
cos, epidemiológicos y radiográficos son pobremente
predictivos de la etiología de la neumonía.
El uso racional de antimicrobianos incluye diversas
estrategias como educación, uso de guías de práctica
clínica y el apoyo de un grupo multidisciplinario de tra-
bajadores de la salud liderados por expertos en el ma-
nejo antibiótico en infecciones respiratorias (neumológo,
infectólogo).
Algunas recomendaciones para la utilización de
antibióticos en neumonía incluyen:
• El diagnóstico de neumonía y la decisión de inicio de
antibiótico debe ser revisada por el clínico con mayor
experiencia. No debe haber limitaciones para des-
continuar los antimicrobianos si no están indicados.
• La indicación de antibióticos debe documentarse en
la historia clínica.
• La necesidad de antibióticos intravenosos se debe
revisar en forma diaria.
• Una terapia con selección de un medicamento de
espectro más estrecho (de escalamiento) debe ser
considerada tan pronto como sea apropiada, tenien-
do en cuenta la respuesta al tratamiento y los cam-
bios en la severidad de la enfermedad del paciente.
Esto es especialmente válido cuando se dispone de
información microbiológica relevante.
• Cuando sea apropiado, se deben especificar las fe-
chas de terminación de los medicamentos.
1. Paciente ambulatorio (Grupo 1)
Los pacientes con opción de tratamiento ambulato-
rio suelen encontrarse en buenas condiciones clínicas y
toleran la vía oral. Los antibióticos escogidos tienen efec-
to sobre S. pneumoniae y, en el caso de los macrólidos,
tienen actividad adicional sobre los microorganismos
atípicos. La controversia sobre la necesidad de cubrir
los microorganismos atípicos de forma empírica en to-
dos los pacientes con neumonía que requieran manejo
en la comunidad es antigua y no ha sido resuelta de
forma satisfactoria. Tres de las cuatro guías selecciona-
das recomiendan el uso de amoxacilina en los pacien-
tes que van a recibir tratamiento ambulatorio, mientras
que la guía de los Estados Unidos recomiendan el uso
de macrólidos. Una revisión sistemática reciente identi-
ficó los estudios clínicos aleatorizados que tenían trata-
mientos antimicrobianos en este escenario (61). Los
estudios identificados incluyen estudios comparados con
claritromicina (62-64), azitromicina (64, 65), ketólidos (62,
63) o quinolonas (65-67). Desafortunadamente, no se
identificaron estudios comparativos entre beta lactámicos
como amoxacilina y macrólidos.
Un estudio clínico en la década de los noventa de-
mostró superioridad de claritromicina frente a eritromicina
(62), mientras que otro no replicó los hallazgos pero iden-
tificó cuatro veces mayor frecuencia de eventos adver-
sos en el grupo de eritromicina (63). La eritromicina tiene
una mayor frecuencia de efectos adversos
gastrointestinales y su dosificación es inconveniente. La
frecuencia de efectos adversos en los pacientes que re-
ciben doxiciclina también se consideró para la decisión.
Recomendaciones
• Se recomienda el uso de amoxacilina, claritromicina
o azitromicina en pacientes con neumonía adquirida
en la comunidad que se tratarán de forma ambulatoria.
• Se considera como alternativa el uso de amoxacilina/
clavulanato, ampicilina/sulbactam o cefuroxime en
pacientes con neumonía adquirida en la comunidad
que se tratarán de forma ambulatoria.
• No se recomienda el uso de doxiciclina, moxifloxacina
o eritromicina en pacientes con neumonía adquirida
en la comunidad que se tratarán de forma ambulatoria.
2. Paciente hospitalizado en salas generales sin
factores de riesgo (Grupo 2a)
Una vez se ha hecho el diagnóstico de neumonía y
se ha tomado la decisión de hospitalizar, se debe iniciar
tratamiento empírico sin demora. Estudios retrospecti-
vos realizados en la década de los noventa encontraron
que el inicio de antimicrobianos en las siguientes 8 ho-
ras al ingreso de pacientes mayores de 65 años con
neumonía tuvo como resultado una reducción de 15%
de la mortalidad a 30 días (68). Un estudio de cohortes
mostró que este beneficio se mantiene cuando el inicio
de antibióticos se hace en las primeras 4 horas (69). Sin
embargo, estudios retrospectivos no han confirmado
estos hallazgos (70, 71). Por tanto, es importante acla-
rar que aunque es prioritario el inicio de antibióticos, una
política de inicio temprano sin tener en cuenta los esce-
narios clínicos apropiados y la disponibilidad de prue-
bas diagnósticas pueden llevar a un sobre-diagnóstico
de neumonía (72), a un uso indiscriminado de antibióticos
y a pobres desenlaces clínicos. Por ello, no se puede
dar una recomendación precisa sobre el tiempo de ini-
cio de los antibióticos.
En el escenario del paciente hospitalizado sin facto-
res de riesgo adicionales, la controversia sobre la nece-
sidad de cubrimiento antibiótico contra los
Volumen 22 Suplemento 2 - 2010
8
Revista Colombiana de Neumología
microorganismos atípicos, no solo se mantiene, sino que
tiene importantes defensores (tanto a favor como en con-
tra). En los últimos 5 años se han publicado 3
metaanálisis que revisan el beneficio del uso de beta-
lactámicos solos Vs. la combinación con cubrimiento
para microorganismos atípicos (73-75). Con algunas di-
ferencias, estos estudios no han encontrado diferencias
en los desenlaces en pacientes con neumonía adquirida
en la comunidad, excepto para el subgrupo de pacien-
tes con infección por Legionella. Algunas críticas a es-
tos estudios incluyen el hecho de que analizaron
prácticamente los mismos estudios clínicos y no se tie-
ne en cuenta buena parte de la experiencia previa (76).
Recomendaciones
• Se recomienda el inicio de tratamiento antibiótico tan
pronto como sea posible al ingreso al servicio de ur-
gencias con diagnóstico de neumonía adquirida en
la comunidad.
• Se recomienda el uso de ampicilina/sulbactam,
claritromicina o cefuroxime como monoterapia en pa-
cientes con neumonía adquirida en la comunidad sin
comorbilidad que se tratarán de forma hospitalaria.
• Se considera como alternativa el uso de ceftriaxona,
penicilina o moxifloxacina como monoterapia en
pacientes con neumonía adquirida en la comunidad
sin comorbilidad que se tratarán de forma hospitala-
ria. El uso de cefalosporinas de tercera generación y
moxifloxacina debe ser limitado a pacientes que no
son candidatos a otras estrategias de manejo.
• No se recomienda el uso de ertapenem o levofloxacina
en pacientes con neumonía adquirida en la comuni-
dad sin comorbilidad que se tratarán de forma hospi-
talaria.
3. Paciente hospitalizado en salas generales con
factores de riesgo (Grupo 2b)
En los pacientes hospitalizados con neumonía ad-
quirida en la comunidad, especialmente aquellos con
comorbilidad, se encuentra una mayor frecuencia de
Legionella (77) y de algunos microorganismos Gram
negativos (78). En general las consideraciones en estos
grupos de pacientes son similares a las del grupo ante-
rior; sin embargo, teniendo en cuenta que hay una ma-
yor mortalidad correlacionada con la comorbilidad el panel
consideró un beneficio en el uso de terapia combinada.
La decisión del uso de medicamentos intravenosos
u orales se debe hacer teniendo en cuenta el estado
clínico del paciente. Para pacientes con alteraciones del
estado de conciencia, aquellos con pérdida del reflejo
deglutorio, o consideraciones funcionales o anatómicas
que favorezcan la mala absorción, el uso de tratamiento
intravenoso se encuentra indicado (56). En los pacien-
tes que no se encuentren en un estado grave y no ten-
gan contraindicación para el uso de terapia intravenosa,
la vía oral debe preferirse.
Recomendaciones
• Se recomienda el uso de terapia combinada con un
beta lactámico y un macrólido (claritromicina o
azitromicina) en pacientes con neumonía adquirida
en la comunidad y comorbilidad que se tratarán de
forma hospitalaria.
• Se recomienda que el beta lactámico usado sea
ampicilina/sulbactam, cefuroxime o ceftriaxona (limi-
tado a pacientes que no responden a las otras estra-
tegias de manejo) en pacientes con neumonía
adquirida en la comunidad y comorbilidad que se tra-
tarán de forma hospitalaria. No se recomienda el uso
de ertapenem o penicilina en pacientes con neumo-
nía adquirida en la comunidad con comorbilidad que
se tratarán de forma hospitalaria.
• Se considera como alternativa el uso de terapia com-
binada con un beta lactámico y moxifloxacina (limi-
tado a pacientes que no responden a las otras
estrategias de manejo) o doxiciclina en pacientes con
neumonía adquirida en la comunidad y comorbilidad
que se tratarán de forma hospitalaria.
• No se recomienda el uso de terapia combinada con
un beta lactámico y levofloxacina en pacientes con
neumonía adquirida en la comunidad y comorbilidad
que se tratarán de forma hospitalaria.
4. Pacientes con neumonía grave sin factores de
riesgo (Grupo 3a)
En pacientes con neumonía grave se debe conside-
rar la posibilidad de infección por S. pneumoniae y, es-
pecialmente, la posibilidad de neumonía bacterémica por
este microorganismo. También se asocia con mayor
mortalidad la infección por Legionella y aquella por Gram
negativos (79). Los estudios de pacientes con terapia
combinada en pacientes con neumococo no siempre han
mostrado un claro beneficio en mortalidad aunque los
pacientes con terapia combinada tienen una menor pro-
babilidad de fallo terapéutico a 30 días (80).
Recomendaciones
• Se recomienda el uso de terapia combinada con un
beta lactámico y claritromicina en pacientes con
neumonía adquirida en la comunidad grave que se
tratarán de forma hospitalaria.
Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia
9
• Se recomienda que el beta lactámico usado sea
piperacilina/tazobactam, ceftriaxona, ampicilina/
sulbactam o cefepime en pacientes con neumonía
adquirida en la comunidad y comorbilidad que se
tratarán de forma hospitalaria. Como alternativa de
beta lactámico se considera la posibilidad de
cefuroxime o ertapenem.
• Se considera como alternativa el uso de terapia com-
binada con un beta lactámico y moxifloxacina o
levofloxacina en pacientes con neumonía adquirida
en la comunidad grave que se tratarán de forma hos-
pitalaria.
• No se recomienda el uso de tigeciclina como
monoterapia.
5. Paciente hospitalizado con consideraciones
microbiológicas especiales (Grupos 3b, c)
Algunos pacientes pueden tener características clíni-
cas o factores de riesgo para tener algunos
microorganismos de forma específica. La tabla 4 muestra
algunas asociaciones identificadas previamente con cier-
tos microorganismos.
El panel de expertos realizó recomendaciones en
casos de sospecha de microorganismos como P.
aeruginosa. En un estudio de neumonía por Gram nega-
tivos, incluyendo P. aeruginosa se identificó la presen-
cia de patología pulmonar y la hospitalización previa
como factores de riesgo de este patógeno (78). En el
mismo estudio se identificó que los factores de riesgo
Tabla 4. Características epidemiológicas o factores de riesgo que se asocian con patógenos específicos en pacien-
tes con neumonía adquirida en la comunidad.
Característica Microorganismos asociados
Absceso pulmonar S. aureus resistente a meticilina de la comunidad, anaerobios, hongos dimórifocos,
M. tuberculosis y micobacterias no tuberculosas
Alcoholismo S. pneumoniae, anaerobios orales, K. pneumoniae, Acinetobacter spp.,
M. tuberculosis
Aspiración Anaerobios orales y enterobacterias
Daño pulmonar estructural P. aeruginosa, S. aureus, B. cepacia
(bronquiectasisas) o pobre
función pulmonar
EPOC, tabaquismo H. influenzae, P. aeruginosa, Legionella spp., S. pneumoniae, M. catarrhalis,
C. pneumoniae, Gram negativos
Estadía en hotel o crucero en Legionella spp.
las 2 semanas previas
Exposición a deposiciones de Histoplasma capsulatum
murcélagos o guano
Exposición a muciélagos C. burnetti (41)
Exposición a pájaros C. psittaci
Infección por VIH (recuento de S. pneumoniae, H. influenzae, M. tuberculosis
CD4 elevado)
Infección por VIH (recuento de Los de infección por VIH y recuento alto y, además, P. jirovecii, Cryptococcus spp.,
CD4 bajo) H. capsulatum, Aspergillus spp., micobacterias no tuberculosas, P. aeruginosa
Obstrucción endobronquial Anaerobios, S. pneumoniae, H. influenzae
Período de actividad de influenza Influenza, S. pneumoniae, S. aureus, H. influenzae
Tos coqueluchoide o vómito B. pertussis
posterior a la tos
Modificada de Mandell et al. Infectious Diseases Society/ American Thoracic Society Consensus Guidleines on the
management of Community –Acquired Pneumonia in Adults. Clin Infect Dis 2007; 44:S27-72 (54).
Volumen 22 Suplemento 2 - 2010
10
Revista Colombiana de Neumología
para Gram negativos fueron la aspiración, la hospitaliza-
ción previa, el uso previo de antimicrobianos y la presen-
cia de patología pulmonar.
Adicionalmente se ha observado en Colombia un
aumento en la frecuencia de S. aureus resistente a
meticilina sin factores de riesgo hospitalarios. Este pro-
blema se encontraba en baja proporción antes de 2005
(81). Sin embargo los datos disponibles sugieren una
incremento progresivo en los años siguientes (82) y, re-
cientemente, también la aparición de casos de neumo-
nía (83) (el consenso considero la inclusión de un grupo
denominado 3C). Dado el perfil de resistencia se consi-
deró que ameritaba recomendaciones específicas. Las
alternativas terapéuticas incluyen vancomicina, linezolid
y tigeciclina. Unicamente este último producto dispone
de estudios clínicos aleatorizados para su uso en esta
indicación (84).Aunque la infección por S. aureus resis-
tente a meticilina es una causa infrecuente de neumo-
nía, se asocia con una condición grave, rápida progresión
con cavitaciones y falla multiorgánica. Estos pacientes
deben considerarse para manejo en UCI.
Recomendaciones
• Se recomienda el uso de piperacilina/tazobactam o
cefepime en pacientes con factores de riesgo para P.
aeruginosa y neumonía adquirida en la comunidad
que requieran hospitalización.
• Se considera como alternativa el uso de meropenem,
imipenem, levofloxacina o ciprofloxacina en pacien-
tes con factores de riesgo para P. aeruginosa y neu-
monía adquirida en la comunidad que requieran
hospitalización.
• Se recomienda el uso de linezolid, vancomicina o
tigeciclina en pacientes con factores de riesgo para
S. aureus resistente a la meticilina adquirido en la
comunidad y neumonía adquirida en la comunidad
que requiera hospitalización.
• Se recomienda el uso de piperacilina/tazobactam o
cefepime en pacientes con factores de riesgo para
bacterias Gram negativas y neumonía adquirida en
la comunidad que requieran hospitalización.
• Se considera como alternativa el uso de ceftriaxona,
ertapenem, cefuroxime, ampicilina/sulbactam y
tigeciclina en pacientes con factores de riesgo para
bacterias Gram negativas y neumonía adquirida en
la comunidad que requieran hospitalización.
6. Uso de antivirales
Durante el año 2009 ocurrió la primera pandemia del
siglo XXI ocasionada por un virus InfluenzaA(H1N1). Este
virus inició en Norteamérica y se diseminó al mundo.
Las recomendaciones actuales en Colombia indican el
uso de oseltamivir en todos los pacientes con diagnósti-
co de neumonía adquirida en la comunidad (84). La re-
comendación del uso de antivirales debe ir en conjunto
con la alerta epidemiológica realizada por las autorida-
des de salud.
7. Cambio a terapia oral
El cambio a terapia oral se puede hacer de forma
segura y se recomienda su utilización siempre y cuan-
do el paciente se encuentre hemodinámicamente esta-
ble y mejorando clínicamente, se encuentre en
posibilidad de ingerir los medicamentos y tenga un fun-
cionamiento normal de su tracto gastrointestinal. Algu-
nos signos de mejoría clínica que indican una respuesta
apropiada a la respuesta empírica inicial incluyen la re-
solución de la fiebre por más de 24 horas, desaparición
de la taquicardia, resolución de la taquipnea, hidratación,
resolución de la hipotensión, ausencia de hipoxemia y
mejoría en el recuento leucocitario. En general, el crite-
rio fundamental es la normalización de los signos clíni-
cos. Un estudio clínico utilizando los criterios previamente
mencionados demostró que el cambio de terapia
endovenosa a terapia oral es seguro y disminuye el tiem-
po de hospitalización (86).
El uso de ampicilina-sulbactam puede ser reempla-
zado para terapia oral por amoxacilina/clavulanto debido
a la mayor facilidad de administración ya que se cuenta
con estudios clínicos que muestran la posibilidad de ser
utilizado dos o tres veces al día en dosis apropiadas
(87).
Los estudios han demostrado un impacto muy im-
portante en la adherencia al tratamiento antibiótico en
infecciones respiratorias en relación al número de dosis
diarias. En un estudio de cohorte, la tasa de adhesión a
la recomendación terapéutica bajo de 94% a 75% cuan-
do se evaluó una dosis al día frente a tres veces al día
(88).
Tabla 5. Esquemas de tratamiento para administración
oral.
Terapia endovenosa Terapia oral
Ampicilina/sulbactam Amoxacilina/clavulanato
Cefuroxime Cefuroxime axetil
Cetriaxona Cefuroxime axetil
Claritromicina Claritromicina
Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia
11
Los esquemas recomendados para cambio a vía oral
se ilustran en la tabla 5.
Recomendación
• Se recomienda el paso a vía oral una vez las condi-
ciones del paciente, la tolerancia a la vía oral y la
funcionalidad del tracto gastrointestinal lo permitan.
• Se recomienda la administración de esquemas
antimicrobianos con menor número de dosis diarias.
8. Duración de la terapia antimicrobiana
Existe información limitada sobre la duración del tra-
tamiento antimicrobiano.Aunque tradicionalmente se ha
utilizado el tratamiento por 7 días, existe información
clínica que muestra que en pacientes con neumonía
leve a moderada se puede suspender el tratamiento des-
pués de al menos 3 días de medicamento endovenoso y
con criterios de mejoría (mencionados anteriormente)
(89). Algunos medicamentos como las quinolonas o la
azitromicina, que tienen un efecto dependiente de la
dosis, se pueden dar en un menor número de días (90)
si las dosis administradas son superiores e incluso es
posible realizar una administración en dosis única en
pacientes con neumonía leve, teniendo en cuenta la lar-
ga vida media de la azitromicina (64,65).
Recomendación
• Se recomienda que el tiempo mínimo de tratamiento
con un beta lactámico sea de 3 días en un paciente
con clara mejoría clínica.
• Se recomienda que el tiempo de tratamiento mínimo
con una quinolona es de 5 días.
VACUNACION PARA INFLUENZA (91)
Si bien todos deberíamos vacunarnos para influenza
cada temporada, es de especial importancia en las per-
sonas que se encuentran en los siguientes grupos, es-
tos tienen un alto riesgo de sufrir complicaciones
relacionadas con la infección (II) (90):
• Niños en edades de 6-59 meses.
• Todas las personas mayores de 50 años.
• Niños y adolecentes de 6 meses a 18 años de edad
que reciben aspirina quienes se encuentran a riesgo
de desarrollar síndrome de Reye después de la in-
fección por virus de la influenza.
• Mujeres que estarán embarazadas durante la época
de circulación del virus de la influenza.
• Adultos y niños que presentan enfermedad pulmonar
crónica (incluyendo asma), enfermedades
cardiovasculares (excepto hipertensión arterial), en-
fermedades renales, hepáticas, hematológicas o en-
fermedades metabólicas incluyendo diabetes.
• Adultos y niños con inmunosupresión incluyendo
inmunosupresión por medicamentos o por el virus de
inmunodeficiencia humana.
• Adultos y niños que tienen condiciones que alteran
la función pulmonar o manejo de secreciones respi-
ratorias, o que favorecen la broncoaspiración como
las alteraciones mentales de cualquier origen, trau-
ma espinal, convulsiones o enfermedades
neuromusculares.
• Residentes de casas para enfermos crónicos o
ancianatos.
VACUNACIÓN PARA NEUMOCOCO
Pacientes inmucompetentes que se benefician de la
vacunación para neumococo:
• Mayores de 65 años. (I). No requiere revacunación.
• Pacientes adultos menores de 65 años con diabe-
tes, EPOC o enfermedad cardiovascular (excepto
hipertensión arterial), enfermedad hepática crónica o
con presencia de fistulas de líquido cefalorraquideo
(I). Debe revacunarse a los 5 años.
• Alcohólicos. (II)
• Antecedente de anesplenia funcional o anatómica (II).
Debe revacunarse después de 5 años.
Pacientes inmucomprometidos que se benefician de
la vacunación para neumococo:
• Pacientes con antecedentes de leucemia, linfoma o
Mieloma múltiple (III).
• Si se va administrar inmunoterapia o quimioterapia
(III).
• Si reciben quimioterapia o esteroides a altas dosis o
por lapsos prolongados (III).
RESUMEN
La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es
una de las infecciones de las que más literatura se ha
escrito en el mundo; existen puntos de encuentro con la
necesidad de realizar una radiografía de tórax en todo
paciente con sospecha de NAC, el inicio de un trata-
miento antibiótico de manera temprana y el control del
uso indiscriminado de antibióticos, pero también la ne-
cesidad de crear guías acordes a la epidemiología local
Volumen 22 Suplemento 2 - 2010
12
Revista Colombiana de Neumología
que permitan abordajes terapéuticos acordes a la reali-
dad de cada país. Un tratamiento antimicrobiano debe
ser ajustado inicialmente de acuerdo con la gravedad de
la infección o con la presencia de comorbilidades y el
patógeno etiológico. Por esta razón desarrollamos
lineamientos para el tratamiento inicial de la NAC sobre
la base de evidencias locales en Sudamérica y Colom-
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Recomendaciones NAC diagnóstico y manejo Colombia

  • 1. Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia 1 Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia Asociación Colombiana de Neumología y Cirugía de Tórax, Asociación Colombiana de Infectología, Asociación Colombia- na de Medicina Interna y Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo Coordinador: Fabio Andrés Varon V. Participantes: Álvaro Morales; Andrés Caballero; Carlos Aguirre; Carlos Saavedra; Diego Severiche; Franco Montufar; Guillermo Ortiz; Héctor Ortega; Horacio Giraldo; Jorge Cortes; Jhon Pedrozo; Lazaro Vélez; Luis G. Uribe INTRODUCCIÓN La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) en pacientes adultos permanece como una de las infeccio- nes más frecuentes de consulta a los servicios de con- sulta externa y urgencias de nuestro país. Datos obtenidos del Ministerio de Protección Social la repor- tan como la sexta causa de egreso hospitalario y la se- gunda causa de consulta externa. En Estados Unidos es la sexta causa principal de muerte, estimándose 5,6 millones de casos de NAC cada año y con un número de hospitalizaciones de al menos un millón de pacien- tes (1-3). Esta alta incidencia acompañada de un des- conocimiento de la epidemiología de la infección ha llevado a asumir guías internacionales en el manejo de nuestros pacientes, lo que sumado al alto número de «guías» disponibles en la literatura, hace que diversos enfoques de diagnóstico y tratamiento sean realizados por nuestros grupos médicos (4-14). Aunque la mayoría de estos documentos concuerdan en que el tratamiento antimicrobiano se debe ajustar inicialmente a la grave- dad de la infección, a la presencia de comorbilidades y a la epidemiología local, existen grandes variaciones en las escalas de clasificación de la severidad, los paraclínicos básicos requeridos y el manejo antibiótico aún para los casos conside-rados como de bajo riesgo. Esto hace necesario que al revisar la información dispo- nible se considere a las múltiples especialidades involucradas en el manejo de estos pacientes así como el considerar nuestro propio sistema de salud (12). Una consideración permanente al discutir abordajes de diagnóstico y manejo de la NAC en nuestro país es la falta de estudios epidemiológicos que soporten estas decisiones; sin embargo, en los últimos años hemos logrado obtener información que nos permite establecer recomendaciones: la implementación progresiva de es- calasdeseveridad(CURB-65,CRB-65),elreconocimiento de la presencia de patógenos como Legionella spp, el surgimiento de bacterias resistentes como Staphylococcus aureus resistente a meticilina adquiri- dos en la comunidad (SAMR) y la implementación de pruebas rápidas como antígeno urinario para Legionella y Streptococcus pneumoniae. La necesidad de modifi- car dosis y duración de las terapias antibióticas al igual que el considerar no sólo el espectro y efectividad antibiótica sino también la posibilidad de inducción de resistencia hace necesaria la creación de un documen- to práctico que facilite el manejo del paciente a partir de recomendaciones sencillas y útiles. Este documento no pretende ser una revisión del tema, al igual que excluirá patologías como NAC en pacientes inmunocomprometidos, neumonía aso-ciada a cuidados de la salud, tuberculosis (aunque dada su importancia epidemiológica en nuestro medio tocaremos algunos tópicos en especial de enfoque diagnóstico) o cualquier infección respiratoria micótica. Tabla 1. Recomendaciones de consenso. Nivel de recomendación Grado de evidencia Definición I Datos de estudios clínicos adecuadamente diseñados, aleatorizados y controlados. II Resultados concluyentes de al menos un estudio bien diseñado (incluyendo estudios de cohorte o casos y controles). III Evidencias de opiniones de expertos, series de casos o estudios descriptivos.
  • 2. Volumen 22 Suplemento 2 - 2010 2 Revista Colombiana de Neumología METODOLOGÍA LaAsociación Colombiana de Neumología, laAsocia- ción Colombiana de Infectología, la Asociación Colom- biana de Medicina Interna y laAsociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo convocaron un co- mité de especialistas con amplia experiencia en la aten- ción e investigación de pacientes con NAC con el objetivo de realizar una guía en la atención inicial de pacientes con esta patología. Se realizó una búsqueda sistemática de bibliografía tanto en las bases de datos reconocidas como en comunicación directa con diversos autores. La palabra clave de búsqueda fue «neumoníaadquiridaenla comunidad», la cual fue combinada con los temas men- cionados en la introducción: escalas de severidad, resis- tencia antibiótica, pruebas diagnósticas, estudios microbiológicos, etiología, tratamiento antimicrobiano, manejo de soporte, terapia secuencial, duración de la terapia, vacunación para influenza, vacunación para neumococo. La búsqueda fue realizada tanto en español como en inglés en las bases de datos Medline y LILACS (Lite- ratura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud). Se creó una cuenta de correo electrónico a la cual fue enviada toda la información recogida y se distri- buyó la clave a cada uno de los participantes para su acceso. Además, se incluyeron presentaciones orales, resú- menes de los congresos nacionales e internacionales y estudios desarrollados en curso de publicación. Toda la información fue compartida con el grupo de trabajo a través de un sitio en internet creado para el desarrollo de la guía que estuvo disponible doce meses durante el proceso de reunión. Cuando fue posible, se efectuó una evaluación sistemática de la evidencia para respaldar estar recomendaciones. DIAGNÓSTICO Las infecciones del tracto respiratorio son una de las situaciones más frecuentes que llevan al abuso en la prescripción de antibióticos, el diagnóstico erróneo y la administración de tratamiento, a pesar de no existir una infección bacteriana se informaron como causas de tratamiento antimicrobiano inadecuado (16,17). Recomendación: los pacientes con tos productiva (acompañada de expectoración), disnea (falta de aire), presencia de estertores (crepitaciones) en la ausculta- ción pulmonar, con o sin evidencia de fiebre o dolor torácico, deben realizarse una radiografía. Si se obser- van nuevos infiltrados en la radiografía de tórax, debe considerarse el diagnóstico de NAC. A todo paciente con sospecha de NAC se le debe realizar una radiogra- fía de tórax (II). PRUEBAS DE LABORATORIO La realización inicial de pruebas de laboratorio en pa- cientes con sospecha de NAC puede depender del esta- do clínico de los individuos, la sospecha epidemiológica sobre gérmenes específicos o la necesidad de tener cer- teza sobre ciertos diagnósticos diferenciales. Además, puede requerirse algunas pruebas de laboratorio para ob- tener una aproximación clínica en la estratificación y en algunos pacientes para redefinir un tratamiento antimicrobiano o el lugar de asistencia. Recomendación: las pruebas de laboratorio de ruti- na pueden ser innecesarias para pacientes de menos de 50 años de edad, con sospecha de padecer una NAC, sin antecedentes de enfermedades neoplásicas, cerebrovasculares, renales ni hepáticas, insuficiencia cardíaca congestiva, diabetes mellitus y ausencia de las siguientes características: alteración del estado mental, pulso > 125/lpm, frecuen-cia respiratoria > 30 respiracio- nes/min, presión arterial sistólica < 90 mm Hg y tempe- ratura cutánea < 35 ºC o > 40 ºC, en caso contrario, los pacientes deben efectuar un hemograma completo, eva- luación renal (incluyendo concentración de electrolitos séricos) y hepática, glicemia y medición de saturación de O2 (II).Además, el grupo de consenso sugiere la rea- lización de una prueba serológica para VIH a todo pa- ciente que requiera hospitalización. ESTUDIOS MICROBIOLÓGICOS A pesar de la ventaja de realizar investigaciones microbiológicas en pacientes con NAC, la costo-efectivi- dad de estos estudios como cultivos de esputo, hemocultivos o detección de antígenos y anticuerpos, permanece controversial. De hecho, la realización de in- vestigaciones microbiológicas es más fuerte y amplia en los pacientes que ingresan a la Unidad de Cuidados In- tensivos (UCI). El grado de utilidad de estos estudios microbiológicos en general dependen de la recomenda- ción dada por expertos. Recomendación: no se recomiendan los estudios mi-crobiológicos en los pacientes con sospecha de NAC que se manejarán en forma ambulatoria (II).Atodos los pacientes hospitalizados en una sala general se les debe realizar análisis de esputo (tinción de Gram, cultivo para gérmenes comúnes y tinción de Ziehl- Neelsen-(Bk)), la realización de hemocultivos es opcional y dependerá del grado de comorbilidad, antecedente de manejo antibióti- co previo y sospecha de infección por germen resisten- te. En pacientes que ingresen a UCI, se deben efectuar iguales estudios considerando indispensables la toma de hemocultivos (dos frascos) y si los recursos disponi- bles lo permiten efectuar pruebas de muestras séricas
  • 3. Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia 3 pareadas para Chlamydophila pneumoniae, Mycoplasma pneumoniae y antígeno urinario para Legionella spp y S. pneumoniae (III). En caso de sospecha epidemiológica o clínica, así como también en pacientes con mala evo- lución, se recomienda investigar los siguientes organis- mos (II): Coxiella burnetii, «virus respiratorios» (virus influenza, virus sincitial respiratorio, adenovirus, virus parainfluenza), Chlamydia psittaci y Pneumocystis jirovecci. ETIOLOGÍA En la mayoría de los países, el S. pneumoniae gene- ra aproximadamente dos tercios de los casos de NAC en los cuales se logra identificar el germen o agente etiológico (18-22). Los otros patógenos aislados corres- ponden a H. influenzae y, en menor grado, Moraxella catarrhalis; sin embargo, las bacterias atípicas están apareciendo como frecuentes agentes causales en va- rios pacientes de ciertas regio-nes (22-24).Aunque clá- sicamente los estudios epidemiológicos han tenido serías limitaciones en nuestro país, en los últimos años, estu- dios de investigadores nacionales han corroborado la presencia de bacterias atípicas incluyendo Legionella spp. La identificación de virus respiratorios como influen- za A y parainfluenza también llama la atención y obliga a considerar esta etiología como parte de nuestra epidemiología. Dada la alta incidencia de tuberculosis pulmonar, el consenso recomienda mantener un perma- nente estado de alerta sobre este diagnóstico, e indica la toma de baciloscopias de esputo en todo paciente hospitalizado con diagnóstico de NAC. Ciertos pacientes pueden presentar una NAC grave por Pseudomonas aeruginosa (fibrosis quística, bronquiectasias), bacterias aeróbicas Gram negativas (grandes consumidores de alcohol o individuos prove- nientes de instituciones de asistencia prolongada) y S. aureus (mujeres embarazadas o pacientes > 70 años de edad con antecedentes recientes de influenza, indivi- duos que padecieron traumas o consumidores de dro- gas inyectables). La identificación de estas poblaciones es clave dado que su tratamiento inicial se modifica ra- dicalmente. RESISTENCIA BACTERIANA Streptococcus pneumoniae: la disminución de la sensibilidad de este patógeno a los betalactamicos con- tinúa presentándose de manera controversial, la mayo- ría de estudios reportan la resistencia de acuerdo al antiguo punto de corte de concentración inhibitoria míni- ma (CIM) para la penicilina > 0,06 g/ml) en lugar del actualmente recomendado “punto de corte respiratorio” (es decir CIM de penicilina > 2 g/ml) (25, 26). De he- cho, la interpretación del actual Instituto de Estándares Clínicos y de Laboratorio (Clinical and Laboratory Standards Institute - CLSI) para el punto de corte “respi- ratorio” de CIM para penicilina es < 2,0 g/ml (suscepti- ble), 4,0 g/ml (intermedio) y > 8,0 g/ml (resistente SPRP). Además, a pesar de que se informó una mayor frecuencia global de cepas de SPRP en todo el mundo, no se encontraron cepas que muestren un alto nivel de resistencia a penicilina (es decir CIM > 2 g/ml) en los estudios de vigilancia microbiológica antes menciona- dos, ni en grandes estudios clínicos prospectivos efec- tuados en pacientes adultos con NAC. La única población en la que realmente se ha demostrado un alto impacto del neumococo resistente es en la población VIH con NAC y bacteremia asociada (27). Las tasas de resisten- cia a los macrólidos en nuestro medio difieren de las tasas reportadas en el mundo, en general se encuen- tran tasas de 15% a 39% de resistencia tanto en Euro- pa como en USA (28-30), en América Latina está entre 2% y 15% (31), Colombia de acuerdo al reporte publica- do por el Instituto Nacional de Salud está alrededor de 3% (32). Las mal llamadas «quinolonas respiratorias»: gatifloxacina, gemifloxacina, grepafloxacina, levofloxacina, moxifloxacina, sparfloxacina y trovafloxacina, se convirtieron en una opción adecuada para el tratamiento de la NAC, dado que son igualmente activas contra S. pneumoniae resistente y susceptible a penicilina, algunas de estas ya no son comercializadas. Son mencionadas en diferentes guías y artículos, sus ín-dices de resistencia de S. pneumoniae permanecen por debajo de 5% en el mundo (incluyendo América La- tina) (33, 34). Sin embargo, varias publicaciones, inclu- yendo informes publicados en Latinoamérica, reportan un preocupante aumento en las CIM de las fluoroquinolonas contra S. pneumoniae (35-38). El con- senso acorde con la literatura mundial recomienda que estas fluoroqui-nolonas se limiten solamente a los adul- tos para quienes uno de los regímenes primarios ya fra- casó, a sujetos alérgicos a los agentes alternativos o a pacientes que presenten infección documentada con S. pneumoniae altamente resistente a penicilina (25). Haemophilus influenzae: esta especie es la terce- ra causa más común de NAC que requiere hospitaliza- ción y fue descrita más frecuentemente en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) grave o fumadores. La resistencia adquirida más rele- vante en esta especie es la aminopenicilina mediada por -lactamasas, que se puede evitar por el agregado de clavulanato o sulbactam y no afecta la actividad de las cefalosporinas de segunda y tercera generación (34). Los macrólidos al igual que las quinolonas tienen cubri- miento sobre este patógeno.
  • 4. Volumen 22 Suplemento 2 - 2010 4 Revista Colombiana de Neumología CATEGORIZACIÓN CLÍNICA DE LOS PACIENTES La categorización es un objetivo para el manejo de los pacientes con NAC, dado que orienta la necesidad de estudios adicionales como la definición del tipo y el lugar de asistencia, al igual que la elección del trata- miento antimicrobiano inicial, está definido por el estado clínico inicial y el pronóstico del paciente (35-37). Aun- que existen diversos sistemas de clasificación para es- timar el riesgo de muerte en la NAC grave, tales como el índice de puntuación de evaluación de asistencia sani- taria aguda fisiológica y crónica (Acute Physiological and Chronic Health Care Evaluation - APACHE II) para pa- cientes en cuidados intensivos, como así también otros dos índices pronósticos limitados, el puntaje fisiológico agudo (Acute Physiological Score - APS) y la califica- ción fisiológica aguda simplificada (Simplified Acute Physiological Score- SAPS), estos últi-mos sistemas pueden ser de utilidad para comparar la gravedad de la enfermedad y el resultado del tratamiento entre diferen- tes cohortes de pacientes, pero carecen de poder predictor para el manejo de los pacientes individuales (38). Por esto, se han desarrollado estrategias para estratificar el riesgo de los pacientes con NAC sobre la base de la posibilidad de muerte. El primero fue efectua- do por el Comité de Investigación de la Sociedad Británi- ca de Tórax (British Thorax Society-BTS) (40) para identificar pacientes que no solamente requieren hospi- talización tanto en salas generales como en UCI a tra- vés de la evaluación del estado conciencia, uremia, frecuencia respiratoria y presión arterial (actualmente conocido como la clasificación CURB). Esta clasifica-ción fue luego expandida agregando la edad en los pacientes mayores de 65 años de edad (CURB-65) (41). El Equipo de Investigación de Resultados en Pa- cientes con Neumonía (Pneumonia Patient Outcomes ResearchTeam - PORT) desarrolló otra clasificación (PSI) (42). De hecho, ambos sistemas son complementarios; mientras que las pautas de la BTS están dirigidas a iden- tificar a los pacientes de alto riesgo para que la grave- dad de la enfermedad no se subestime, los índices pro- nósticos PORT están enfocados en el reconocimiento de los pacientes de bajo riesgo para que la gravedad de la enfermedad no se sobre-estime. En cualquier caso, la estratificación clínica inicial de los pacientes, efec- tuada por normas validadas de predicción parece ser un paso inevitable para el manejo adecuado de la NAC. Sin embargo, este tema merece una nueva evaluación, dado que nuevas clasifi-caciones clínicas -además de las pau- tas CURB y PSI- se hicieron más populares en la prác- tica clínica como por ejemplo la clasificación CURB modificada, CURB-65 y CRB-65 (41,43). Recomendaciones: cada paciente con diagnóstico de NAC se debe estratificar según la clase de riesgo. El grupo considera que la clasificación CRB-65 es un sis- tema de clasificación primaria adecuado. Luego de que el paciente es asignado a una categoría, se debe decidir el lugar de asistencia de acuerdo con ello, como se su- giere en la figura 1 (II) (Tabla 2). CRB-65 confusión, frecuencia respiratoria mayor a 30/min, presión arterial (PAS<90 mm Hg PAD<60 mm Hg), 65 años de edad y mayores. CATEGORIZACIÓN DE PACIENTES PARA EL ABORDAJE ANTIMICROBIANO INICIAL Grupo 1 (CRB-65:0, pacientes ambulatorios): este grupo incluye pacientes a ser tratados en forma completa-mente ambulatoria. Los pacientes no deben presentar ninguna de las siguientes características: ori- gen en instituciones asistenciales de largo plazo, evi- dencia de derrame pleural, saturación arterial de oxígeno < 90%, sospecha de neu-monía aspirativa, cualquier evidencia que sugiera falta de cumplimiento con un tra- tamiento oral programado o falta de adaptación del apo- yo domiciliario. El consenso considera que a pesar de encontrar en la literatura la división en subgrupos de acuerdo a la presencia de factores de riesgo, esto no impacta las recomendaciones de manejo. Tabla 2. Clasificación CRB-65 para definir la gravedad. Característica Puntaje Puntos acumulados Riesgo muerte Ninguna 0 0 0,9% Confusión 1 1 5,2% Frecuencia respiratoria 1 2 12,0% PAS < 90 mm Hg 1 3 31,2% Edad mayor a 65 años 2 4 31,2%
  • 5. Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia 5 Grupo 2 (CRB-65: 1-2, pacientes hospitalizados en sala general): este grupo de pacientes con NAC con clase de riesgo moderado se dividirá en dos subgrupos: • Grupo 2a: pacientes con menos de 60 años de edad, sinevidenciadeenfermedadpulmonarobstructivacró- nica (EPOC) incluyendo asma, tabaquismo, alcoho- lismo o diabetes mellitus. • Grupo 2b: pacientes de 60 años de edad o mayores, o que presentan cualquiera de los factores predisponentes mencionados anteriormente. Grupo 3 (CRB-65: 3-4, pacientes hospitalizados en UCI): este grupo incluye pacientes con NAC grave que requieren la hospitalización en UCI y se deben divi- dir en pacientes sin riesgo o con riesgo de NAC causa- da por P. aeruginosa (Grupo 3a y Grupo 3b, respectivamente). Este consenso considera incluir en Figura 1. Enfoque clínico general del paciente con NAC. *Criterio social: no disponibilidad de cuidador, no disponibilidad de los medicamentos, no poder asegurar adherencia al manejo. La saturación arterial como parte de la evaluación clínica inicial ha demostrado permitir una rápida y fácil identificación de pacientes con alto riesgo de complicaciones logrando así disminuir la mortalidad en pacientes que probablemente no se habrían identificado. un grupo especial los pacientes con factores de riesgo para Stafilococo Aureus meticilino resistente, dado el incremento progresivo en su incidencia aunque no con- sideramos la necesidad de iniciar un manejo antibiótico que dé cobertura a este patógeno si sugerimos estar alertas a la presencia de factores de riesgo para modifi- car el esquema de manejo (Grupo 3c). TRATAMIENTO ANTIMICROBIANO Dada la importancia de este tópico, se estableció una formulación de las estrategias de tratamiento de la neumonía adquirida en la comunidad con un proceso de adaptación de guías de práctica clínica (45). Como pre- guntas a adaptar se seleccionó únicamente las opcio- nes terapéuticas recomendadas por las guías de práctica clínica a nivel nacional o internacional, la duración del tratamiento antimicrobiano y la posibilidad de hacer cam- bio a medicamentos para administración oral.
  • 6. Volumen 22 Suplemento 2 - 2010 6 Revista Colombiana de Neumología Se realizó una búsqueda sistemática utilizando las palabras «guidelines» y «pneumonia» con el fin de iden- tificar las guías de práctica clínica de neumonía adquiri- da en la comunidad realizadas en diferentes países. Además, se realizó una búsqueda sistemática en PubMed utilizando la siguiente estrategia: ((«residence characteristics»[MeSH Terms] OR («residence»[All Fields]AND «characteristics»[All Fields]) OR «residence characteristics»[All Fields] OR «community»[All Fields]) AND acquired[All Fields] AND («pneumonia»[MeSH Terms] OR «pneumonia»[All Fields]))AND (randomized controlled trial[Publication Type] OR (randomized[Title/ Abstract] AND controlled[Title/Abstract] AND trial[Title/ Abstract])). Las búsquedas se realizaron teniendo como fecha límite el 30 de septiembre de 2009. Para las guías de práctica clínica se incluyeron todas las guías identifi- cadas publicadas a partir del año 2000, mientras que para los estudios clínicos se incluyeron las publicacio- nes de los últimos 5 años (septiembre de 2004 a sep- tiembre de 2009). Las guías de práctica clínica fueron evaluadas siguien- do la metodología Agree (46) por dos participantes del consenso (JAC y CHS). Se seleccionaron aquellas con mayor puntaje y se presentaron las opciones terapéuti- cas a los panelistas, los cuales realizaron una votación de las diferentes opciones presentadas con una escala ordinal de 1 a 9 (47). De acuerdo con esta escala, los valores de 1 a 3 implican desacuerdo con la recomenda- ción; los valores de 4 a 6 no implican estar en acuerdo o en desacuerdo (y se entiende como alternativa de trata- miento) y los valores 7 a 9 implican estar de acuerdo con la recomendación. Resultados La búsqueda sistemática de la literatura de guías de práctica clínica de neumonía adquirida en la comunidad dio como resultado un total de 11 guías que se presen- tan en la tabla 3. De acuerdo con la evaluación de las guías realizadas por medio del instrumento AGREE, se identificaron 4 guías con el mayor puntaje, en su orden: las guías de Gran Bretaña (56), Estados Unidos (IDSA y ATS) (54), Suecia (59) y Europa (55). La búsqueda sistemática identificó 165 referencias cuyos resúmenes fueron revisados por uno de los auto- res (JAC) y se seleccionaron 55 referencias relevantes en este periodo. Medidas generales 1. Modificaciones de hábitos (fumar reposo) A los pacientes con diagnóstico de neumonía, inde- pendientemente de la localización del manejo (hospita- lario o ambulatorio), se les debe recomendar descansar y evitar fumar. También se recomienda la toma de abun- dantes líquidos, especialmente si presentan fiebre. 2. Uso de analgésicos El uso de analgésicos debe ser recomendado para el manejo de dolor torácico o pleurítico. 3. Uso de oxígeno La hipoxemia es un hallazgo frecuente en pacientes con neumonía debido a varios mecanismos fisiopatológicos. Se debe evaluar la frecuencia respira- toria, la presencia de cianosis y la saturación de oxíge- no. Una oximetría con una saturación inferior a 90% o presencia de trabajo respiratorio son indicaciones para manejo con oxígeno, usualmente hospitalario, y evalua- ción con gases arteriales. En pacientes a riesgo de falla hipercápnica, como aquellos con EPOC moderado o severo, se puede iniciar con bajas concentraciones de oxígeno (FiO2 24%-28%) con apoyo de gases arteriales, con el fin de mantener una saturación de oxígeno entre 88% y 92%, sin causar una caída en el pH (<7,35) o una elevación en la PaCO2 . En pacientes seleccionados se puede considerar el uso de ventilación no invasiva. Terapia antimicrobiana El manejo de la neumonía requiere la utilización de antibióticos de forma esencial. El uso apropiado de antimicrobianos, en tiempo y cubrimiento de los microorganismos, es fundamental para prevenir compli- caciones y disminuir la mortalidad. Tabla 3. Guías de práctica clínica de la neumonía ad- quirida en la comunidad Región/organización Año, referencia América Latina, ALAT 2004 (48) Brasil 2009 (49) Canadá 2000 (50) Colombia 2004(51) Chile 2005 (52) España 2005 (53) Estados Unidos, IDSA, ATS 2007 (54) Europa, ESCMID 2005 (55) Gran Bretaña 2009 (56) Holanda 2005 (57) Japón 2006 (58) Sur Africa 2007 (51) Suecia 2005 (59) Taiwan 2006 (60)
  • 7. Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia 7 El manejo antimicrobiano se hace de forma empíri- ca, teniendo en cuenta los microorganismos más pro- bables y el escenario donde se encuentra estratificado el paciente (ver secciones previas). Los hallazgos clíni- cos, epidemiológicos y radiográficos son pobremente predictivos de la etiología de la neumonía. El uso racional de antimicrobianos incluye diversas estrategias como educación, uso de guías de práctica clínica y el apoyo de un grupo multidisciplinario de tra- bajadores de la salud liderados por expertos en el ma- nejo antibiótico en infecciones respiratorias (neumológo, infectólogo). Algunas recomendaciones para la utilización de antibióticos en neumonía incluyen: • El diagnóstico de neumonía y la decisión de inicio de antibiótico debe ser revisada por el clínico con mayor experiencia. No debe haber limitaciones para des- continuar los antimicrobianos si no están indicados. • La indicación de antibióticos debe documentarse en la historia clínica. • La necesidad de antibióticos intravenosos se debe revisar en forma diaria. • Una terapia con selección de un medicamento de espectro más estrecho (de escalamiento) debe ser considerada tan pronto como sea apropiada, tenien- do en cuenta la respuesta al tratamiento y los cam- bios en la severidad de la enfermedad del paciente. Esto es especialmente válido cuando se dispone de información microbiológica relevante. • Cuando sea apropiado, se deben especificar las fe- chas de terminación de los medicamentos. 1. Paciente ambulatorio (Grupo 1) Los pacientes con opción de tratamiento ambulato- rio suelen encontrarse en buenas condiciones clínicas y toleran la vía oral. Los antibióticos escogidos tienen efec- to sobre S. pneumoniae y, en el caso de los macrólidos, tienen actividad adicional sobre los microorganismos atípicos. La controversia sobre la necesidad de cubrir los microorganismos atípicos de forma empírica en to- dos los pacientes con neumonía que requieran manejo en la comunidad es antigua y no ha sido resuelta de forma satisfactoria. Tres de las cuatro guías selecciona- das recomiendan el uso de amoxacilina en los pacien- tes que van a recibir tratamiento ambulatorio, mientras que la guía de los Estados Unidos recomiendan el uso de macrólidos. Una revisión sistemática reciente identi- ficó los estudios clínicos aleatorizados que tenían trata- mientos antimicrobianos en este escenario (61). Los estudios identificados incluyen estudios comparados con claritromicina (62-64), azitromicina (64, 65), ketólidos (62, 63) o quinolonas (65-67). Desafortunadamente, no se identificaron estudios comparativos entre beta lactámicos como amoxacilina y macrólidos. Un estudio clínico en la década de los noventa de- mostró superioridad de claritromicina frente a eritromicina (62), mientras que otro no replicó los hallazgos pero iden- tificó cuatro veces mayor frecuencia de eventos adver- sos en el grupo de eritromicina (63). La eritromicina tiene una mayor frecuencia de efectos adversos gastrointestinales y su dosificación es inconveniente. La frecuencia de efectos adversos en los pacientes que re- ciben doxiciclina también se consideró para la decisión. Recomendaciones • Se recomienda el uso de amoxacilina, claritromicina o azitromicina en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad que se tratarán de forma ambulatoria. • Se considera como alternativa el uso de amoxacilina/ clavulanato, ampicilina/sulbactam o cefuroxime en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad que se tratarán de forma ambulatoria. • No se recomienda el uso de doxiciclina, moxifloxacina o eritromicina en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad que se tratarán de forma ambulatoria. 2. Paciente hospitalizado en salas generales sin factores de riesgo (Grupo 2a) Una vez se ha hecho el diagnóstico de neumonía y se ha tomado la decisión de hospitalizar, se debe iniciar tratamiento empírico sin demora. Estudios retrospecti- vos realizados en la década de los noventa encontraron que el inicio de antimicrobianos en las siguientes 8 ho- ras al ingreso de pacientes mayores de 65 años con neumonía tuvo como resultado una reducción de 15% de la mortalidad a 30 días (68). Un estudio de cohortes mostró que este beneficio se mantiene cuando el inicio de antibióticos se hace en las primeras 4 horas (69). Sin embargo, estudios retrospectivos no han confirmado estos hallazgos (70, 71). Por tanto, es importante acla- rar que aunque es prioritario el inicio de antibióticos, una política de inicio temprano sin tener en cuenta los esce- narios clínicos apropiados y la disponibilidad de prue- bas diagnósticas pueden llevar a un sobre-diagnóstico de neumonía (72), a un uso indiscriminado de antibióticos y a pobres desenlaces clínicos. Por ello, no se puede dar una recomendación precisa sobre el tiempo de ini- cio de los antibióticos. En el escenario del paciente hospitalizado sin facto- res de riesgo adicionales, la controversia sobre la nece- sidad de cubrimiento antibiótico contra los
  • 8. Volumen 22 Suplemento 2 - 2010 8 Revista Colombiana de Neumología microorganismos atípicos, no solo se mantiene, sino que tiene importantes defensores (tanto a favor como en con- tra). En los últimos 5 años se han publicado 3 metaanálisis que revisan el beneficio del uso de beta- lactámicos solos Vs. la combinación con cubrimiento para microorganismos atípicos (73-75). Con algunas di- ferencias, estos estudios no han encontrado diferencias en los desenlaces en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad, excepto para el subgrupo de pacien- tes con infección por Legionella. Algunas críticas a es- tos estudios incluyen el hecho de que analizaron prácticamente los mismos estudios clínicos y no se tie- ne en cuenta buena parte de la experiencia previa (76). Recomendaciones • Se recomienda el inicio de tratamiento antibiótico tan pronto como sea posible al ingreso al servicio de ur- gencias con diagnóstico de neumonía adquirida en la comunidad. • Se recomienda el uso de ampicilina/sulbactam, claritromicina o cefuroxime como monoterapia en pa- cientes con neumonía adquirida en la comunidad sin comorbilidad que se tratarán de forma hospitalaria. • Se considera como alternativa el uso de ceftriaxona, penicilina o moxifloxacina como monoterapia en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad sin comorbilidad que se tratarán de forma hospitala- ria. El uso de cefalosporinas de tercera generación y moxifloxacina debe ser limitado a pacientes que no son candidatos a otras estrategias de manejo. • No se recomienda el uso de ertapenem o levofloxacina en pacientes con neumonía adquirida en la comuni- dad sin comorbilidad que se tratarán de forma hospi- talaria. 3. Paciente hospitalizado en salas generales con factores de riesgo (Grupo 2b) En los pacientes hospitalizados con neumonía ad- quirida en la comunidad, especialmente aquellos con comorbilidad, se encuentra una mayor frecuencia de Legionella (77) y de algunos microorganismos Gram negativos (78). En general las consideraciones en estos grupos de pacientes son similares a las del grupo ante- rior; sin embargo, teniendo en cuenta que hay una ma- yor mortalidad correlacionada con la comorbilidad el panel consideró un beneficio en el uso de terapia combinada. La decisión del uso de medicamentos intravenosos u orales se debe hacer teniendo en cuenta el estado clínico del paciente. Para pacientes con alteraciones del estado de conciencia, aquellos con pérdida del reflejo deglutorio, o consideraciones funcionales o anatómicas que favorezcan la mala absorción, el uso de tratamiento intravenoso se encuentra indicado (56). En los pacien- tes que no se encuentren en un estado grave y no ten- gan contraindicación para el uso de terapia intravenosa, la vía oral debe preferirse. Recomendaciones • Se recomienda el uso de terapia combinada con un beta lactámico y un macrólido (claritromicina o azitromicina) en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad y comorbilidad que se tratarán de forma hospitalaria. • Se recomienda que el beta lactámico usado sea ampicilina/sulbactam, cefuroxime o ceftriaxona (limi- tado a pacientes que no responden a las otras estra- tegias de manejo) en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad y comorbilidad que se tra- tarán de forma hospitalaria. No se recomienda el uso de ertapenem o penicilina en pacientes con neumo- nía adquirida en la comunidad con comorbilidad que se tratarán de forma hospitalaria. • Se considera como alternativa el uso de terapia com- binada con un beta lactámico y moxifloxacina (limi- tado a pacientes que no responden a las otras estrategias de manejo) o doxiciclina en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad y comorbilidad que se tratarán de forma hospitalaria. • No se recomienda el uso de terapia combinada con un beta lactámico y levofloxacina en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad y comorbilidad que se tratarán de forma hospitalaria. 4. Pacientes con neumonía grave sin factores de riesgo (Grupo 3a) En pacientes con neumonía grave se debe conside- rar la posibilidad de infección por S. pneumoniae y, es- pecialmente, la posibilidad de neumonía bacterémica por este microorganismo. También se asocia con mayor mortalidad la infección por Legionella y aquella por Gram negativos (79). Los estudios de pacientes con terapia combinada en pacientes con neumococo no siempre han mostrado un claro beneficio en mortalidad aunque los pacientes con terapia combinada tienen una menor pro- babilidad de fallo terapéutico a 30 días (80). Recomendaciones • Se recomienda el uso de terapia combinada con un beta lactámico y claritromicina en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad grave que se tratarán de forma hospitalaria.
  • 9. Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia 9 • Se recomienda que el beta lactámico usado sea piperacilina/tazobactam, ceftriaxona, ampicilina/ sulbactam o cefepime en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad y comorbilidad que se tratarán de forma hospitalaria. Como alternativa de beta lactámico se considera la posibilidad de cefuroxime o ertapenem. • Se considera como alternativa el uso de terapia com- binada con un beta lactámico y moxifloxacina o levofloxacina en pacientes con neumonía adquirida en la comunidad grave que se tratarán de forma hos- pitalaria. • No se recomienda el uso de tigeciclina como monoterapia. 5. Paciente hospitalizado con consideraciones microbiológicas especiales (Grupos 3b, c) Algunos pacientes pueden tener características clíni- cas o factores de riesgo para tener algunos microorganismos de forma específica. La tabla 4 muestra algunas asociaciones identificadas previamente con cier- tos microorganismos. El panel de expertos realizó recomendaciones en casos de sospecha de microorganismos como P. aeruginosa. En un estudio de neumonía por Gram nega- tivos, incluyendo P. aeruginosa se identificó la presen- cia de patología pulmonar y la hospitalización previa como factores de riesgo de este patógeno (78). En el mismo estudio se identificó que los factores de riesgo Tabla 4. Características epidemiológicas o factores de riesgo que se asocian con patógenos específicos en pacien- tes con neumonía adquirida en la comunidad. Característica Microorganismos asociados Absceso pulmonar S. aureus resistente a meticilina de la comunidad, anaerobios, hongos dimórifocos, M. tuberculosis y micobacterias no tuberculosas Alcoholismo S. pneumoniae, anaerobios orales, K. pneumoniae, Acinetobacter spp., M. tuberculosis Aspiración Anaerobios orales y enterobacterias Daño pulmonar estructural P. aeruginosa, S. aureus, B. cepacia (bronquiectasisas) o pobre función pulmonar EPOC, tabaquismo H. influenzae, P. aeruginosa, Legionella spp., S. pneumoniae, M. catarrhalis, C. pneumoniae, Gram negativos Estadía en hotel o crucero en Legionella spp. las 2 semanas previas Exposición a deposiciones de Histoplasma capsulatum murcélagos o guano Exposición a muciélagos C. burnetti (41) Exposición a pájaros C. psittaci Infección por VIH (recuento de S. pneumoniae, H. influenzae, M. tuberculosis CD4 elevado) Infección por VIH (recuento de Los de infección por VIH y recuento alto y, además, P. jirovecii, Cryptococcus spp., CD4 bajo) H. capsulatum, Aspergillus spp., micobacterias no tuberculosas, P. aeruginosa Obstrucción endobronquial Anaerobios, S. pneumoniae, H. influenzae Período de actividad de influenza Influenza, S. pneumoniae, S. aureus, H. influenzae Tos coqueluchoide o vómito B. pertussis posterior a la tos Modificada de Mandell et al. Infectious Diseases Society/ American Thoracic Society Consensus Guidleines on the management of Community –Acquired Pneumonia in Adults. Clin Infect Dis 2007; 44:S27-72 (54).
  • 10. Volumen 22 Suplemento 2 - 2010 10 Revista Colombiana de Neumología para Gram negativos fueron la aspiración, la hospitaliza- ción previa, el uso previo de antimicrobianos y la presen- cia de patología pulmonar. Adicionalmente se ha observado en Colombia un aumento en la frecuencia de S. aureus resistente a meticilina sin factores de riesgo hospitalarios. Este pro- blema se encontraba en baja proporción antes de 2005 (81). Sin embargo los datos disponibles sugieren una incremento progresivo en los años siguientes (82) y, re- cientemente, también la aparición de casos de neumo- nía (83) (el consenso considero la inclusión de un grupo denominado 3C). Dado el perfil de resistencia se consi- deró que ameritaba recomendaciones específicas. Las alternativas terapéuticas incluyen vancomicina, linezolid y tigeciclina. Unicamente este último producto dispone de estudios clínicos aleatorizados para su uso en esta indicación (84).Aunque la infección por S. aureus resis- tente a meticilina es una causa infrecuente de neumo- nía, se asocia con una condición grave, rápida progresión con cavitaciones y falla multiorgánica. Estos pacientes deben considerarse para manejo en UCI. Recomendaciones • Se recomienda el uso de piperacilina/tazobactam o cefepime en pacientes con factores de riesgo para P. aeruginosa y neumonía adquirida en la comunidad que requieran hospitalización. • Se considera como alternativa el uso de meropenem, imipenem, levofloxacina o ciprofloxacina en pacien- tes con factores de riesgo para P. aeruginosa y neu- monía adquirida en la comunidad que requieran hospitalización. • Se recomienda el uso de linezolid, vancomicina o tigeciclina en pacientes con factores de riesgo para S. aureus resistente a la meticilina adquirido en la comunidad y neumonía adquirida en la comunidad que requiera hospitalización. • Se recomienda el uso de piperacilina/tazobactam o cefepime en pacientes con factores de riesgo para bacterias Gram negativas y neumonía adquirida en la comunidad que requieran hospitalización. • Se considera como alternativa el uso de ceftriaxona, ertapenem, cefuroxime, ampicilina/sulbactam y tigeciclina en pacientes con factores de riesgo para bacterias Gram negativas y neumonía adquirida en la comunidad que requieran hospitalización. 6. Uso de antivirales Durante el año 2009 ocurrió la primera pandemia del siglo XXI ocasionada por un virus InfluenzaA(H1N1). Este virus inició en Norteamérica y se diseminó al mundo. Las recomendaciones actuales en Colombia indican el uso de oseltamivir en todos los pacientes con diagnósti- co de neumonía adquirida en la comunidad (84). La re- comendación del uso de antivirales debe ir en conjunto con la alerta epidemiológica realizada por las autorida- des de salud. 7. Cambio a terapia oral El cambio a terapia oral se puede hacer de forma segura y se recomienda su utilización siempre y cuan- do el paciente se encuentre hemodinámicamente esta- ble y mejorando clínicamente, se encuentre en posibilidad de ingerir los medicamentos y tenga un fun- cionamiento normal de su tracto gastrointestinal. Algu- nos signos de mejoría clínica que indican una respuesta apropiada a la respuesta empírica inicial incluyen la re- solución de la fiebre por más de 24 horas, desaparición de la taquicardia, resolución de la taquipnea, hidratación, resolución de la hipotensión, ausencia de hipoxemia y mejoría en el recuento leucocitario. En general, el crite- rio fundamental es la normalización de los signos clíni- cos. Un estudio clínico utilizando los criterios previamente mencionados demostró que el cambio de terapia endovenosa a terapia oral es seguro y disminuye el tiem- po de hospitalización (86). El uso de ampicilina-sulbactam puede ser reempla- zado para terapia oral por amoxacilina/clavulanto debido a la mayor facilidad de administración ya que se cuenta con estudios clínicos que muestran la posibilidad de ser utilizado dos o tres veces al día en dosis apropiadas (87). Los estudios han demostrado un impacto muy im- portante en la adherencia al tratamiento antibiótico en infecciones respiratorias en relación al número de dosis diarias. En un estudio de cohorte, la tasa de adhesión a la recomendación terapéutica bajo de 94% a 75% cuan- do se evaluó una dosis al día frente a tres veces al día (88). Tabla 5. Esquemas de tratamiento para administración oral. Terapia endovenosa Terapia oral Ampicilina/sulbactam Amoxacilina/clavulanato Cefuroxime Cefuroxime axetil Cetriaxona Cefuroxime axetil Claritromicina Claritromicina
  • 11. Recomendaciones sobre el diagnóstico y manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en Colombia 11 Los esquemas recomendados para cambio a vía oral se ilustran en la tabla 5. Recomendación • Se recomienda el paso a vía oral una vez las condi- ciones del paciente, la tolerancia a la vía oral y la funcionalidad del tracto gastrointestinal lo permitan. • Se recomienda la administración de esquemas antimicrobianos con menor número de dosis diarias. 8. Duración de la terapia antimicrobiana Existe información limitada sobre la duración del tra- tamiento antimicrobiano.Aunque tradicionalmente se ha utilizado el tratamiento por 7 días, existe información clínica que muestra que en pacientes con neumonía leve a moderada se puede suspender el tratamiento des- pués de al menos 3 días de medicamento endovenoso y con criterios de mejoría (mencionados anteriormente) (89). Algunos medicamentos como las quinolonas o la azitromicina, que tienen un efecto dependiente de la dosis, se pueden dar en un menor número de días (90) si las dosis administradas son superiores e incluso es posible realizar una administración en dosis única en pacientes con neumonía leve, teniendo en cuenta la lar- ga vida media de la azitromicina (64,65). Recomendación • Se recomienda que el tiempo mínimo de tratamiento con un beta lactámico sea de 3 días en un paciente con clara mejoría clínica. • Se recomienda que el tiempo de tratamiento mínimo con una quinolona es de 5 días. VACUNACION PARA INFLUENZA (91) Si bien todos deberíamos vacunarnos para influenza cada temporada, es de especial importancia en las per- sonas que se encuentran en los siguientes grupos, es- tos tienen un alto riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con la infección (II) (90): • Niños en edades de 6-59 meses. • Todas las personas mayores de 50 años. • Niños y adolecentes de 6 meses a 18 años de edad que reciben aspirina quienes se encuentran a riesgo de desarrollar síndrome de Reye después de la in- fección por virus de la influenza. • Mujeres que estarán embarazadas durante la época de circulación del virus de la influenza. • Adultos y niños que presentan enfermedad pulmonar crónica (incluyendo asma), enfermedades cardiovasculares (excepto hipertensión arterial), en- fermedades renales, hepáticas, hematológicas o en- fermedades metabólicas incluyendo diabetes. • Adultos y niños con inmunosupresión incluyendo inmunosupresión por medicamentos o por el virus de inmunodeficiencia humana. • Adultos y niños que tienen condiciones que alteran la función pulmonar o manejo de secreciones respi- ratorias, o que favorecen la broncoaspiración como las alteraciones mentales de cualquier origen, trau- ma espinal, convulsiones o enfermedades neuromusculares. • Residentes de casas para enfermos crónicos o ancianatos. VACUNACIÓN PARA NEUMOCOCO Pacientes inmucompetentes que se benefician de la vacunación para neumococo: • Mayores de 65 años. (I). No requiere revacunación. • Pacientes adultos menores de 65 años con diabe- tes, EPOC o enfermedad cardiovascular (excepto hipertensión arterial), enfermedad hepática crónica o con presencia de fistulas de líquido cefalorraquideo (I). Debe revacunarse a los 5 años. • Alcohólicos. (II) • Antecedente de anesplenia funcional o anatómica (II). Debe revacunarse después de 5 años. Pacientes inmucomprometidos que se benefician de la vacunación para neumococo: • Pacientes con antecedentes de leucemia, linfoma o Mieloma múltiple (III). • Si se va administrar inmunoterapia o quimioterapia (III). • Si reciben quimioterapia o esteroides a altas dosis o por lapsos prolongados (III). RESUMEN La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es una de las infecciones de las que más literatura se ha escrito en el mundo; existen puntos de encuentro con la necesidad de realizar una radiografía de tórax en todo paciente con sospecha de NAC, el inicio de un trata- miento antibiótico de manera temprana y el control del uso indiscriminado de antibióticos, pero también la ne- cesidad de crear guías acordes a la epidemiología local
  • 12. Volumen 22 Suplemento 2 - 2010 12 Revista Colombiana de Neumología que permitan abordajes terapéuticos acordes a la reali- dad de cada país. Un tratamiento antimicrobiano debe ser ajustado inicialmente de acuerdo con la gravedad de la infección o con la presencia de comorbilidades y el patógeno etiológico. Por esta razón desarrollamos lineamientos para el tratamiento inicial de la NAC sobre la base de evidencias locales en Sudamérica y Colom- bia. REFERENCIAS 1. National Center for Health Statistics. National hospital discharge survey: Annual summary 1990. Vital Health Stat 1998; 13: 1- 225. 2. Niederman M S, Peter S P. Update in pulmo-nary medicine. Ann Intern Med 1998; 128: 208-15. 3. Niederman M S, McCombs J S, UngerAN, KumarA, Popovian R. The cost of treating community-acquired pneumonia. Clin Ther 1998; 20: 820-37. 4. 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