2. El placer sexual se genera en cerebro, sin embargo hay muchas partes del cuerpo que
se pueden estimular y hacer saltar esa chispa que dispara todo. En ocasiones, por
comodidad nos quedamos en la estimulación de los genitales para alcanzar ese
destino.
Esas partes del cuerpo que al estimularlas producen excitación sexual, son las que
denominamos zonas erógenas. En esta guía vamos a hacer un recorrido por las
principales partes del cuerpo que cumplen este requisito.
Durante toda la guía, no se hace distinción entre géneros porque las zonas erógenas
son comunes para todas las personas. El género no es el factor determinante que hace
que una persona se excite con la estimulación de una parte concreta del cuerpo.
(excepto parte obvias) Existen otros muchos condicionantes pero aquí no se van a
tratar.
El contenido de la guía se estructura de la siguiente forma:
– Información erógena
– Zonas erógenas
3. Información erógena.
Una zona erógena, por definición, es aquella parte del cuerpo que al estimularla
produce excitación sexual. Esto hace que nos quedemos solamente con la piel,
cualquier parte del cuerpo podría cumplir esta premisa. Incluso siendo muy pulcros
con la definición, deberíamos quedarnos solo con el cerebro, que es donde realmente
se produce la estimulación por medio de la activación del sistema nervioso y donde
realmente se genera la excitación.
Esto no quita que por costumbre, habitual o simplemente normalidad, las zonas
erógenas se reduzcan a unas cuantas partes del cuerpo muy concretas. Siendo
precisos, suelen coincidir con zonas donde más terminaciones nerviosas hay.
De igual forma, hay personas que tienen determinadas zonas erógenas que son
producto de algún tipo de gusto personal y particular, que no es compartido por la
mayoría de las personas. Vulgarmente fetiches. Esto no tiene que suponer ningún
problema o algo de lo que avergonzarse. La persona que conoce su cuerpo, lo que le
gusta y lo que no, generalmente disfruta mucho más que las personas que lo
desconocen.
Como se ha comentado en los párrafos anteriores, el centro real de la excitación, el
placer y el erotismo no es otro que el cerebro. Es el que juega y el que decide que
bajo una serie de condicionantes algo pueda resultar morboso (excitante) o no lo sea.
Por este motivo, desde las experiencias de Toulouse no queremos dejar pasar, que
además del sentido del tacto, el resto de sentidos también están conectados con
terminaciones nerviosas y se pueden estimular. Convirtiéndolos en zonas erógenas.
Pudiendo complementarse con otras zonas erógenas y amplificar los efectos.
En este documento encontrarás un listado de partes del cuerpo que en la mayoría de
personas, estimulándolas de la forma adecuada, puede activar esa parte más sexual.
Los seres humanos somos iguales pero tenemos pequeñas diferencias. Somos
diversos, en esa diversidad también se incluye que no a todas las personas les
estimule las mismas acciones ni que tengan la misma sensiblidad en todas las partes
del cuerpo. Esta diferencias no hace a nadie mejor ni peor, ni perjudica o mejora la
forma de disfrutar del sexo. Solo es diferente, en esta guía se ha intentado cubrir las
máximas opciones posibles (las generalistas), pero seguramente hayan quedado
algunas opciones fuera.
La forma de realizar la estimulación para desatar la pasión sexual no siempre es la
misma ni funciona igual en todos los casos. Hasta una misma persona puede no tener
la misma respuesta fisiológica ante una misma forma de estimulación en diferentes
momentos. Aquí se comentan las formas más comunes de realizarlas. Por eso puede
resultar algo repetivo la explicación de cada zona.
4. Zonas erógenas.
Cabeza: La cabeza no entendida por el cerebro, que es en realidad el que hace todo,
sino el cuero cabelludo. Jugar con el pelo de una persona, en según que condición
puede arrancar la excitación. Cada persona tiene su propia forma. Hay personas que
con un masaje estilo los que se dan en peluquerias, otras que tirando del pelo. En
especial si se acompaña de postura sugerente, actitud dominante o algún comentario,
la estimulación pasa de ser meramente tactil, a una especie de experiencia 360º. Todo
junto, sumado, genera una excitación sexual muy potente. Repito que en la persona
adecuada. Hasta las personas sin pelo, ya sea por decisión voluntaria, o por algún
motivo involuntario, pueden disfrutar de jugar con esta parte del cuerpo que no está
acostumbrada a la sensación de contacto. Cuidado que puede dar más de una sorpresa
placentera.
Cuello: Esta zona suele ser un clásico para jugar. Pequeños bocados, lametones o
simplemente la expiración de la respiración puede ser suficiente para encender a la
otra persona en un momento dado. Seguramente sea la zona erógena más utilizada.
Orejas: Lo más habitual es el lóbulo. Unas caricias con la mano suele ser suficiente.
Sin embargo también se puede jugar con la lengua y dientes de forma suave. Hasta el
roce de la respiración puede llegar a resultar excitante. No descartar los susurros.
Estimular el resto de sentidos además del tacto es otra forma de llegar a una "zona
erógena". El sentido del oido es muy potente si se sabe manejar.
5. Nariz: En realidad es el sentido del olfato. Hay personas que sienten una profunda
excitación con determinados olores. A lo mejor las caricias no le afectan, pero es
sentir un olor concreto y su deseo sexual se dispara. El olor puede ser cualquiera,
incluso a veces sin olor, solamente por presencia en el ambiente de un determinado
tipo de feromona. Como se suele decir, el amor y el sexo es solo química, y las
feromonas y hormonas no son más que compuestos químicos que segregan los
organismos vivos. Un sentido poco usado pero con muchas posibilidades.
Dedos: Jugar con los dedos de una persona de forma morbosa puede ser una
experiencia muy grata. Esta zona erógena está más activa en los hombres. En
concreto si son chupados o estimulados por medio de la lengua. Si además de jugar,
puede disfrutarlo con la vista, la suma de estímulos será aun más excitante. Todo se
basa en que en la mente se recrea la sensación de una felación, lo que desemboca en
una carga sexual muy alta.
6. Pechos: Esta parte del cuerpo está claramente identificada como zona erógena en el
cuerpo de la mujer. Nadie tiene dudas, sin embargo, en el caso de los hombres
también puede ser suceptible de jugar un papel muy importante a la hora de encender
la chispa del deseo y el placer sexual. Lo más habitual es jugar a frotar y acariciar con
las manos, pero jugando a frotarlos con otras partes del cuerpo también se puede
lograr la excitación sexual. En ocasiones, de ambas personas a la vez.
Pezones: Aunque están en la zona de los pechos, se puede decir que los pezones
tienen entidad propia si hablamos de excitación. Tanto en hombres como en mujeres.
De hecho, el propio pezón en si, no lo es tanto, es mejor la zona que lo rodea. Con
caricias, frotes, besos, lamidas, succiones o mordiscos muy suaves pueden ser un
pase para entrar en el mundo del placer y la excitación.
Vientre: La zona comprendida entre el inicio de los órganos sexuales y el ombligo.
En especial los costados suelen ser zonas muy sugerentes a la hora de hacer caricias
con los labios y/o lengua. Incluso pequeñas succiones con la boca pueden disparar la
sexualidad de la otra persona. Funciona en cualquier género, aunque en la foto se use
uno femenino como ejemplo para marcar la zona.
7. Espalda: Sin lugar a dudas la zona erógena más grande del cuerpo. Toda la espalda
desde los hombros hasta las caderas es un lienzo en blanco para dibujar con caricias
de todo tipo. Aquí se puede jugar con roces de las llemas de los dedos, con masajes,
besos, lametazos, chupetones (succión con los labios), arañazos, frotarla con otras
partes del cuerpo, usar juguetes, etc... Casi existen posibilidades infinitas para hacer.
Respecto a qué zonas de toda la espalda pueden ser más o menos sensibles, depende
de cada persona. Incluso se puede dar el caso de que haya personas que no
“aguanten” determinadas caricias porque le hagan cosquillas. (que a su vez esto
puede ser otra forma de jugar).
En la mayoría de personas, las zonas de la espalda que mejor resultado dan como
erógenas son, los costados de la columna vertebral, en especial el tercio superior y el
inferior. Aunque toda la esplada tiene suficientes terminaciones nerviosas y poco
estimuladas para que en el momento que hagas cualquier juego, se activen y
potencialmente puedan generar esa excitación sexual que se está buscando.
Independientemente del género, esta zona es una apuesta segura para despertar el
placer. Desde las experiencias de Toulouse os recomendamos probar y probar
diferentes formas de estimulación porque es una zona muy fácil de estimular y que
permite muchas formas de hacerlo.
8. Genitales: Indudablemente si hablamos de excitación sexual, la zona genital, en
cualquier género es "la zona" donde buscar si se quiere poner en marcha cualquier
tema sexual. Paradójicamente puede ocurrir justo lo contrario, que al ir directos no
responda. Justamente en esta guía no vamos a entrar a definir como estimular las
zonas genitales porque ya tienes varios documentos también descargables en el blog
que están centrados solo en esta parte. Los relacionados con las masturbaciones. (Ver
documentos disponibles en descarga)
Culo: Por culo, la zona erógena a la que me refiero es los glúteos, no el ano ni el
perineo. (Se tratan a continuación). Las nalgas. Existe un grupo de personas que
pueden exictarse por el mero hecho de ser azotadas, dentro de un juego o por una
serie de condicionantes y contexto de la situación y momento. Pero además de esto,
un manoseo y bocados, pueden ser unos buenos aliados para excitar a la otra persona
sin necesidad de llegar a nada más.
Ano: Esta parte, aunque está dentro de este listado, casi que realmente no es zona
erógena. Lo cierto es que su estimulación es parada obligada para realizar sexo anal.
Ayuda a mejorar y preparar la zona para el sexo. Aunque jugar con la parte exterior
en el contexto adecuado, para muchas personas puede ser hasta más placentero que
una penetración.
Periano: Esta zona es justo la que se encuentra entre la zona genital y el ano. De
forma natural pasa desapercibida a la hora de jugar con ella. De entrada, nadie va
directamente a estimular esta zona para exictar a otra persona. Pero una vez se ha
iniciado el juego sexual, si que da opción a ser utilizada para aumentar la excitación.
En muchas ocasiones, según el tipo de sexo y la posición en la que se haga, es
estimulada de forma secundaria por roce o contacto sin que nos demos cuenta.
Pies: Los pies son una de las partes del cuerpo humano que pueden dar placer. No me
refiero al tema de footjob del que ya hablamos en la web y también tienes una guía
con toda la información. (Ver información footjob) Sino que por medio de una
estimulación correcta, puede ser la antesala de una sesión de sexo y placer. A priori,
los pies son prácticamente iguales entre géneros, por lo que con una estimulación
adecuada pueden resultar exictantes. Sin embargo, en el imaginario colectivo, y
puede que por costumbres y hábitos sociales, vemos como más sencillo que una
mujer pueda excitarse y sentir placer por un masaje de pies que un hombre.
9. Gusto y vista: Estos dos sentidos los consideramos zonas erógenas pero podemos
decir que son una categoría especial. El sentido del gusto, los sabores, la lengua, es
otra zona erógena del cuerpo. No solo por el tema del sexo oral donde hay personas
que se excitan al realizarlo por el morbo que les produce. Además que por como
hemos comentado anteriormente con el olfato (que aquí también se implica) la
química ayuda. La famosa frase de conquistar a alguien por el estómago es cierta. El
gusto es una forma más que tenemos los humanos de interactuar químicamente con el
entorno en el que estamos. Por lo tanto, si se acierta con los químicos adecuados en
un momento dado, esto puede traducirse en una satisfacción y sensación de placer.
Ese placer predispone a la excitación sexual que se puede combinar con la
estimulación del resto de los sentidos. Así es como funciona el juego del body sushi
del que hablamos en el blog. Técnicamente llamado Nyotaimori y Nantaimori (ver
más info).
La vista, quizás el sentido más usado para estimular a otras personas y despertar la
excitación sexual. La única zona erógena del cuerpo que funciona sin que seamos
conscientes. Una persona puede sentir excitación sexual por ver a otra persona. Sin
necesidad de que haya desnudos ni posados sugerentes. Así es la naturaleza humana.
Si incluimos estas dos variables a la ecuación, es posible que muy poca gente se
resista o no tenga un aumento de su deseo sexual. Como se ha comentado en varias
ocasiones, un contexto y una situación pueden ser determinantes. Desde aquí te
animamos a que descubras formas de estimular visualmente a tu pareja y tu pareja
estimularte a ti. Es más divertido de lo que parece.
10. Este documento es propiedad y ha sido elaborado
por la web de divulgación de la sexualidad,
Las experiencias de Toulouse.
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