La hidrosfera está compuesta principalmente por agua salada en mares y océanos (97.2%), agua congelada en glaciares y casquetes polares (2.2%), y aguas subterráneas (0.6%). El agua se mueve entre estas partes a través del ciclo del agua, cambiando entre estados líquido, sólido y gaseoso impulsado por la energía del sol y la gravedad de la Tierra.