La historia de la seda se remonta a China en el siglo XXVI a.C., donde se fabricó y exportó de forma exclusiva durante tres milenios sin revelar su secreto de producción. Eventualmente, mercaderes, ladrones y espías transmitieron este conocimiento a otras civilizaciones. En la Edad Media, Europa comenzó a fabricar seda en sus fábricas industrializadas, aunque sufrió una decadencia debido a una plaga que afectó a los gusanos de seda en Francia. La producción de seda se extendió rápidamente por