La Universidad de Antioquia se originó en 1801 como el Real Colegio de Franciscanos en Medellín, el cual brindaba enseñanza de gramática, filosofía y latín. En 1822 se transformó en el Colegio de Antioquia tras la independencia de Colombia. Luego pasó por varios cambios de nombre hasta convertirse en la Universidad de Antioquia en 1871. En las décadas de 1960 y 1970 se construyó la Ciudad Universitaria actual y se expandió la oferta académica.
Historia de las universidades en venezuela, técnicas de estudio, estrategias ...pejodusa
Trabajo de Actividad de Orientación (evolución de las Universidades en Vzla, técnicas de estudio, estrategias de aprendizaje, hábitos de estudio, memoria y sus tipos)
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En este ensayo se trata de dar a conocer sobre los sucesos, personas y fechas importantes para la contrucción de la Benémerita Universidad Autónoma de Puebla.
La educación superior en Guanajuato durante el Porfiriato. El Colegio del EstadoJuan Carlos Fonseca Mata
José Eduardo Vidaurri Aréchiga (2008). “La educación superior en Guanajuato durante el Porfiriato. El Colegio del Estado” en Cátedras y catedráticos en la historia de las universidades e instituciones de educación superior en México. II. De la ilustración al liberalismo, María de Lourdes Alvarado, Leticia Pérez Puente (coords.), iisue-unam, México, pp. 471-485.
LA PEDAGOGIA AUTOGESTONARIA EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJEjecgjv
La Pedagogía Autogestionaria es un enfoque educativo que busca transformar la educación mediante la participación directa de estudiantes, profesores y padres en la gestión de todas las esferas de la vida escolar.
IMÁGENES SUBLIMINALES EN LAS PUBLICACIONES DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁClaude LaCombe
Recuerdo perfectamente la primera vez que oí hablar de las imágenes subliminales de los Testigos de Jehová. Fue en los primeros años del foro de religión “Yahoo respuestas” (que, por cierto, desapareció definitivamente el 30 de junio de 2021). El tema del debate era el “arte religioso”. Todos compartíamos nuestros puntos de vista sobre cuadros como “La Mona Lisa” o el arte apocalíptico de los adventistas, cuando repentinamente uno de los participantes dijo que en las publicaciones de los Testigos de Jehová se ocultaban imágenes subliminales demoniacas.
Lo que pasó después se halla plasmado en la presente obra.
Presentación de la conferencia sobre la basílica de San Pedro en el Vaticano realizada en el Ateneo Cultural y Mercantil de Onda el jueves 2 de mayo de 2024.
1. En los tiempos coloniales la sociedad antioqueña dependía de los colegios y universidades
bogotanas y de los seminarios payaneses para la educación de sus hijos. Desde finales del período
colonial los vecinos de la Villa de Medellín, actual capital del Departamento, solicitaron a la Corona
española permiso para crear un colegio-convento.
Esta iniciativa logró su cometido en 1801, por medio de la Real Cédula del 9 de febrero del mismo
año, en el cual, el rey Carlos IV autoriza la creación del San Francisco en la Villa de la Candelaria.
Esta primera fundación franciscana inició sus labores en el año de 1803, con la enseñanza de la
Gramática, la Filosofía y el Latín, en un local del costado norte de lo que hoy es el Parque de
Berrío, bajo la dirección de Fray Rafael de la Serna. El 2 de agosto del mismo año se puso la
primera piedra y se inició la construcción de lo que actualmente es, en la Plazuela de San Ignacio,
el Paraninfo, Aula Máxima de la Universidad.
El Real Colegio de Franciscanos entró en receso con la revolución de la independencia de
Colombia, pero sirvió de base para las cátedras de gramática y filología que dictaron los próceres
de la independencia Miguel Uribe Restrepo, Liborio Mejía y José Félix de Restrepo. En 1822,
consolidada la independencia nacional, el Vicepresidente de la República, General Francisco de
Paula Santander, promovió la instauración de un nuevo plan educativo en el plantel, que adquirió
el nombre de Colegio de Antioquia. Cinco años más tarde, el Presidente Simón Bolívar concedió la
autorización para impartir enseñanza en jurisprudencia.
Una vez establecido el nuevo colegio, se terminó el edificio que había empezado Fray Rafael de la
Serna; sin embargo, con el correr de los años la Institución tuvo diferentes denominaciones y que
corresponden a las exigencias que el proceso histórico, político, económico y social impuso. En
1822 se llamó Colegio de Antioquia; en 1832, Colegio Académico; en 1853, Colegio Provincial de
Medellín; y en 1860 tomo el nombre de Colegio del Estado el cual coincide en un periodo de 10
años de tranquilidad política, lo que propició la transformación del colegio en institución de
educación superior, organizada en torno a escuelas y con la potestad de otorgar títulos
profesionales en las diversas áreas del conocimiento. En la gobernación de Pedro Justo Berrío, se
convirtió en Universidad de Antioquia el 14 de diciembre de 1871.
La vida de la institución por aquellos años estuvo marcada por la estabilidad y el desarrollo
regional a través del excelente desempeño de sus egresados, que se desempeñaron como
abogados, jueces, médicos, artesanos y maestros en las diferentes localidades antioqueñas. Este
período de largo avance en cuanto al número de alumnos, profesores y cátedras impartidas, así
como por el número de graduados, se vio frenado en 1876 con el estallido de una de las guerras
civiles más desastrosas que se presentaron en suelo antioqueño. Permaneció cerrada hasta 1878,
reinició labores con 76 estudiantes y con un cuerpo docente reducido a su mínima expresión.
Resurgió con el nombre de Colegio Central de la Universidad y sin escuela de medicina.
A partir de 1881, un exalumno, el abogado e historiador Álvaro Restrepo Eusse, asumió la rectoría
del plantel y empezó la recuperación del tiempo perdido. Los estudios de medicina avanzaron
enormemente, gracias a las prácticas que realizaban los estudiantes en el Cementerio de San
Lorenzo y en el Hospital San Juan de Dios. Un año después, la Universidad de Antioquia recuperó
su nombre y puso en funcionamiento las facultades de Filosofía y Letras, Jurisprudencia y
Medicina. Cabe destacar la oleada de estudiantes procedentes de otros departamentos de
Colombia: Cauca, Cundinamarca, Boyacá, Bolívar, Santander y Tolima.
2. En noviembre de 1916 se restauró el paraninfo y se dio remate a la obra de revestimiento y
modernización de la fachada principal del edificio. Allí funcionaron las secciones de bachillerato,
las facultades de derecho, y medicina y por algún tiempo la Escuela de Minas, que formó parte
integrante de la Universidad y se desmembró definitivamente de ella en 1911. En 1918 empezaron
a funcionar en edificios independientes las facultades profesionales que entonces existían, lo
mismo que las creadas posteriormente, a cargo de los respectivos decanos o directores, sin que la
separación material haya roto la unidad universitaria, mantenida por el rector, y el consejo
directivo de la Universidad.
Entre la década del treinta y cuarenta, se crearon la Revista Universidad de Antioquia (1935), la
Emisora Cultural (1933), se reorganizó la biblioteca dando paso a la Biblioteca Central (1935), y se
crearon los museos de Ciencias Naturales (1942) y el de Antropología (1943) que luego darán
origen al Museo Universitario en 1970. Todas estas instituciones han sido hasta el presente los
ejes básicos de la Extensión Cultural y del aporte al conocimiento y conservación de la cultura
regional.
En los años cincuenta la Universidad de Antioquia tenía un poco más de mil estudiantes en una
serie de facultades esparcidas por toda la ciudad de Medellín las cuales tenían grandes carencias y
problemas, se empezó a ver la necesidad de mejorar y transformar la institución.
En 1960, se creó el Instituto de Estudios Generales "se ponía la filosofía en el centro y en la base
de la formación académica de todas las facultades de la Universidad, para que desde allí se
desprendieran otros saberes prácticos y profesionales como las ramas de un mismo tronco". La
Filosofía se constituía, así, en el centro de la formación académica.
En la misma década del sesenta, bajo el impulso del Gobernador de la época el médico Ignacio
Vélez Escobar, y con créditos y ayudas internacionales, se llevó a cabo la construcción de la Ciudad
Universitaria. El traslado de la Universidad a la actual Ciudad Universitaria se inició en 1968 (aún
sin terminar). Su construcción se había proyectado para quince mil estudiantes, cifra que en ese
momento resultaba exagerada; el diseño arquitectónico contó con la asesoría de representantes
de las entidades extranjeras que habían contribuido a financiar la obra y obtuvo el Premio
Nacional de Arquitectura. La Ciudad Universitaria no era el único signo visible de la transformación
de la Institución: cambios académicos, administrativos y pedagógicos estaban anunciando el
advenimiento de la Universidad de masas; desaparece el Instituto de Estudios Generales para dar
paso a la Facultad de Ciencias y Humanidades.
En la década del ochenta vinieron nuevos cambios: en 1984 se creó el Departamento de
Publicaciones de la Universidad como importante recurso en la difusión de la cultura; en 1988 se
creó el Instituto de Estudios Políticos; y en 1989 se creó el Instituto de Estudios Regionales. Estos
3. cambios surgieron en un nuevo contexto donde se reconocía la actividad investigativa como vital
función de la Universidad.
En los años noventa se caracterizó por un nuevo perfil del estudiante y del profesor. En 1993, el
proyecto universitario se enmarcó en cuatro puntos en los cuales se consideraba la sociedad como
valor fundamental en las actividades universitarias: apertura a las distintas corrientes del
pensamiento, la ciencia y la técnica; construcción de alianzas estratégicas con las organizaciones
civiles y productivas y con el Estado; desarrollo de una ética creadora de puentes entre los
distintos estamentos universitarios; y la aceptación de la Universidad como bien público.
En esa década –en concordancia con la Misión de la universidad como espacio donde impera la
crítica, la consolidación de una comunidad académica con reconocimiento internacional, el
mejoramiento de la calidad, el fortalecimiento de la investigación y la modernización de los
modelos pedagógicos– surgieron entre otros los siguientes programas: "De País en País" (1991), la
Dirección de Relaciones Internacionales (1992), los semilleros de matemáticas y de otras
dependencias (1993), Expo-universidad (1993), se extienden programas a la región de Urabá
(1994) y a la región del Bajo Cauca (1996) el Programa Guía Cultural (1995), Agenda Cultural Alma
Máter(1995), y el Programa Universidad, Valores y Vida (1996).
En 1999, a partir de reconocimientos ya existentes, se crean los Premios Nacionales a la Creación
en las Artes y en las Letras; los cuales desde 2001 se denominan Premios Nacionales de Cultura
Universidad de Antioquia.