La Sostenibilidad Corporativa. Administración Ambiental
HISTORIA EMPRESARIAL COLOMBIANA
1. INTROCUCCIÓN
La economía de Colombia es una de las economías emergentes más
destacadas a nivel internacional, ya que está dejando atrás los problemas para
atraer inversión extranjera al país.
Es la cuarta más grande economía de América Latina, tras las de Brasil,
México y Argentina, ubicándola en la sexta economía más grande a nivel de
toda América, convirtiéndola así, en la vigésimo séptima más grande del
mundo.
La economía, principalmente, esta sostenida por varios sectores de producción
nacional, uno de sus mayores productos es el café, Colombia es uno de los
mayores exportadores mundiales de este producto; que a su vez, la hacen
como sector económico principal del país. También, su producción petrolífera
es una de las más importantes del continente con 930.000 barriles diarios, y
con la meta de alcanzar el millón en 2012, lo que la convierte en el cuarto
productor de América latina y el sexto de todo el continente. Sin embargo,
existen varios sectores que hacen que Colombia sea uno de los países más
reconocidos por su producción de esmeraldas y la floricultura. Entre otros,
también se destacan los sectores de la agricultura, industria automotriz, textiles
y un gran exportador de petróleo, oro, zafiros, diamantes, carbón y gas natural,
entre otros productos.
A su vez, participa en varias organizaciones mundiales y en comunidades
económicas, en busca de que la economía nacional se desarrolle,
organizaciones importantes como el MERCOSUR, el BID (Banco
Interamericano de Desarrollo), la Comunidad Andina y la UNASUR. También
hace parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la teoría de los
países CIVETS (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica)
que son los países con un crecimiento económico mayor al 4%.
Con esta introducción, se quiere, que el conocimiento de la economía en
Colombia, este más actualizado y claro para ver la evolución de la misma.
Teniendo como objetivo, mostrar los hechos que marcaron la historia de
nuestro país en los siglos XIX y XX, objeto de la investigación formulada, la
tarea que se realizará consiste en relacionar y mencionar en un informe
detallado cada acontecimiento histórico que sello la Historia de la Economía
Colombiana en el citado tiempo.
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2. HISTORIA COLOMBIANA A FINALES DEL SIGLO XIX
El primer siglo de la Historia Colombiana tuvo varios conflictos, entre una
concepción federalista y una concepción centralista que condujo al país a
permanentes guerras y dio principio a los partidos conservador y liberal.
La Constitución de 1886 liderada por el presidente Rafael Núñez puso fin a la
hegemonía liberal y creó un estado centralista y conservador.
A mediados del siglo XIX y XX se produjo en Colombia la Guerra de los Mil
Días, que debilito de gran manera al Estado, detuvo el desarrollo económico y
perdió a Panamá en el año 1903. Con el regreso de los gobiernos liberales se
dio la primera Revolución Industrial Colombiana.
El acontecimiento más notable del siglo XX en Colombia fue el asesinato del
caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán, ocurrido en abril 9 de 1948; llevando al
país a una violencia que se ensañó especialmente con el campesinado
enfrentando a muerte a los dos partidos tradicionales. El fortalecimiento de
las mafias de la droga a partir de la década del 70 puso en jaque a la sociedad
colombiana y afecto profundamente a las clases dirigentes, realizando
magnicidios como el del candidato a la Presidencia Luis Carlos Galán.
Otro hecho que marco este siglo fue la toma guerrillera del Palacio de Justicia,
acto realizado por el grupo M-19.
El gobierno del presidente César Gaviria llevó a cabo un proceso al que llamó
"apertura económica" que hizo que Colombia pasara de una economía
proteccionista a una globalizada. Con Gaviria se adelantó la Asamblea
Nacional Constituyente de 1991.
El gobierno del presidente Andrés Pastrana adelantó los diálogos más
cercanos que se hayan tenido con las guerrillas y con las FARC al crear zonas
de despeje. Sin embargo, estas fortalecieron su accionar militar en el país por
medio de atentados, secuestros, intimidación y tráfico de drogas. Por su parte,
se crearon los grupos Paramilitares, bajo el liderazgo de las AUC cuyo fin era
combatir a las guerrillas.
La propuesta de seguridad presentada por el Presidente Álvaro Uribe, adelantó
un proceso de reinserción de los grupos paramilitares y adelanto un intenso
programa de globalización de la economía caracterizado por la firma de
tratados de libre comercio TLC con otros países. El presidente impulsó una
reforma política que determinó una modificación en la constitución de 1991,
esta reforma establecía la posibilidad de reelección inmediata para el máximo
dirigente del estado, así, pudo presentarse como candidato en 2006 y ser
reelegido en un segundo periodo de 2006 a 2010.
En el 2010, el actual presidente Juan Manuel Santos, presenta una ideología
para el mejoramiento y funcionamiento de los procesos con nuevos intereses
hacia la población, prometiendo mejorar las relaciones internacionales.
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3. HISTORIA EMPRESARIAL COLOMBIANA
Al empezar el siglo XX, a Colombia le quedaron del XIX, más que grandes y
prósperas empresas, valiosas experiencias empresariales, no obstante el
estruendoso fracaso de la mayoría de ellas debido a factores como exceso de
optimismo, falta de capitales, inestable situación política, atraso tecnológico y
carencia de vías, trasportes, personal capacitado y mercado interno.
La célebre industria artesanal de textiles de Santander, con una tradición que
se remontaba al siglo XVIII, también fracasó, por el comercio de importación de
las telas inglesas buenas y baratas, que inundaron el país. Lo mismo ocurrió
con los sombreros de “jipijapa” o “panamá”, elaborados en distintos lugares del
país para el mercado inglés y norteamericano pero cuya producción se redujo
cuando empezaron a ser producidos sombreros industriales o artesanales en
otros lugares del mundo a más bajo precio que el colombiano.
El comercio y los capitales acumulados con su ejercicio en el siglo XIX fueron
el principio de lo que la sociología y la economía definen como empresario
moderno. Los comerciantes ricos y medianos desarrollaron una considerable
capacidad de asociación expresada en la constitución de sociedades por medio
de las cuales se emprendieron empresas más riesgosas y complejas como las
de minería de oro de veta; haciendas ganaderas, cafeteras y tabacaleras
dedicadas a la exportación; compañías de navegación y constructoras de
ferrocarriles; industrias de alimentos; bancos, compañías de seguros y casas
comerciales de importación y exportación al por mayor. Es decir, los
comerciantes iniciaron un proceso de expansión y diversificación de sus
actividades, y dieron así un salto hacia las empresas manufactureras y
transportadoras.
En ciudades como Medellín, Barranquilla o Manizales, los héroes no eran los
militares-políticos y terratenientes como en Popayán o Bogotá, sino los
empresarios.
Su protagonismo en la escena nacional estuvo respaldado en la habilidad y
rapidez con que ganaban dinero en negocios lucrativos y no ya en la mera
posesión y arriendo de la tierra o en el desempeño de altos cargos burocráticos
o militares.
En la costa atlántica, los comerciantes desarrollaron la navegación, la industria
azucarera y la ganadería con miras a la exportación; en el cauca, los ingenios y
la ganadería; en Antioquia, la minería, la agricultura cafetera, la colonización de
baldíos y los bancos; en Cundinamarca, el cultivo y exportación de tabaco y
añil, la industria, la caficultora, la banca y la ganadería.
Las empresas mineras- especialmente las auríferas de veta y aluvión, casi
siempre de propiedad de comerciantes- desde el punto de vista de la
generación de ganancias y desarrollo tecnológico dominaron el panorama
empresarial colombiano hasta bien entrado el siglo XX, aclarando sin embargo,
que las empresas agropecuarias y de comercio eran las que concentraban el
mayor número de empresarios y trabajadores. Particularmente se destacaron
la sociedad el Zancudo- productora de oro y plata-, la Frontino and Bolivia
Company, la Pato Mines y la Compañía Francesa de Segovia en Antioquia; y
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4. en el viejo Cauca Grande, la Compañía de Marmato. Todas, excepto la del
Zancudo, estaban en manos de capitalistas europeos o norteamericanos. El
aporte de los extranjeros fue decisivo para incorporar a las empresas
colombianas por primera vez, no solo capital extranjero sino una base
tecnológica y administrativa. Parte de esa base fueron la máquina de vapor,
los hornos de fundición, las dragas, los monitores y la energía eléctrica. Se
dice que en Antioquia, en el comercio y la minería se desarrollaron la
habilidades empresariales, y en la caficultora se acumularon los capitales para
iniciar el proceso de industrialización en el siglo XX.
El deseo de producir hierro y acero, herramientas y maquinas, máxima
expresión de los que en la historia económica es indicador de revolución
industrial, fue un absoluto fracaso en términos de rentabilidad y mercado, como
lo mostraron los intentos fallidos de las ferrerías de La Pradera y
Pancho( Cundinamarca) y Amagá (Antioquia), que más que empresas
capitalistas se desarrollaron como “empresas patrióticas” ante la intención
ingenua del gobierno nacional y del de Antioquia, de emprender, a como diera
lugar, un proceso de industrialización. Estas empresas surgieron de la ilusión-
no del certero capitalismo industrial basado en el lucro, el mercado, la técnica,
el capital y la administración eficiente- de abastecer de rieles a los ferrocarriles
que se proyectas construir.
El principal problema que encontraron los empresarios nacionales y
extranjeros que operaron en el país en el siglo XIX y en el siguiente, fue el de
las vías de comunicación. Los costos del transporte eran exorbitantes. Las
distancias y los pésimos caminos entre los centros de producción y los de
consumo impedían la formación del mercado interno y restringían las opciones
para transportar productos del país hasta los puertos de los dos litorales y
luego, a los mercados externos.
Por lo anterior, ferrocarriles, navegación de vapor fluvial y marítima,
construcción de caminos y puentes, tendido de cables aéreos y telégrafos, se
constituyeron en el campo de acción de prósperos negociantes que, como el
cubano Francisco Javier Cisneros, hicieron fortuna en virtud de concesiones y
privilegios estatales para construir ferrocarriles, puertos y establecer rutas
fluviales por los ríos Magdalena, Cauca, Atrato, Sinú y Nechí. En este campo
también se destacaron francisco Montoya, Juan Bautista Mainero, Bartolomé
Martínez y Juan Bernardo Elbers.
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5. EMPRESARIOS Y EMPRESAS DEL SIGLO XIX
EMPRESARIOS DEL SIGLO XIX.
• Carlos Coriolano Amador.
Colombia dio inicio en la Historia Empresarial con el empresario antioqueño,
Carlos Coriolano Amador quien nació en Medellín, en 1835. Sus múltiples
negocios, producto de su espíritu visionario y emprendedor, le convirtieron en
un agente clave del desarrollo económico del país; no obstante, en su tiempo
muchos no lo consideraron así, como lo deja entrever su sobrenombre: "El
burro de oro". Hijo de Sebastián José Amador López, acomodado comerciante
de origen cartagenero, Coriolano Amador aprendió sobre comercio en los
almacenes de la familia, actividad que combinaba con las clases en el Colegio
de Antioquia. Luego estudió en Jamaica y en Londres. Fue autodidacta en
derecho civil, comercial y minero, el cual aplicó con destreza. Era conocido por
formar pleitos, por ser sagaz y arriesgado. Contrajo matrimonio en 1864 con
Lorenza Uribe Lema, hija del acaudalado y prestigioso político José María
Uribe Restrepo, gobernador y varias veces senador por la provincia de
Antioquia.
Fue concejal de Medellín y diputado de Antioquia en representación de los
liberales. Al finalizar el siglo XIX era considerado como el inversionista y
empresario más rico del país. Se destacó como administrador y accionista
principal de la Sociedad Minera de El Zancudo y Sabaletas y de Los Chorros.
Realizó negocios de urbanización y comercio de artículos importados. Montó
haciendas cafeteras, trilladoras de café y cereales, fue pionero en la industria
de chocolates de Medellín. En 1883 la sociedad El Zancudo crea su propio
banco.
Pasó del nivel agrícola, ganadero y minero al industrial, mostrando una actitud
positiva frente a la mecanización y la tecnificación. Amador incursiona en la
minería como nunca antes se había hecho en el país, aun conociendo los
posibles riesgos. La empresa minera de El Zancudo, dedicada a explotar las
vetas de oro y plata en la localidad de Titiribí (Antioquia), fue la más memorable
obra de Amador. Como su mayor accionista, lideró la reforma y modernización
del establecimiento, hasta llevarlo a su máximo desarrollo por medio de la
aplicación de sistemas alemanes de extracción y beneficio de minerales por
fundición. Para tal efecto trajo a varios técnicos europeos en metalurgia, dando
origen así a los primeros montajes semifabriles a gran escala en la región:
Sabaletas y Sitioviejo, modelos usados más adelante en el montaje de la
Ferrería de Antioquia o Ferrería de Amagá, en cuya junta directiva también
estuvo. En el decenio de 1880 El Zancudo ya era la empresa más grande;
sobrepasaba a la Ferrería de Pacho, a la empresa textil de Samacá, a la
Cervecería Bavaria y a la Ferrería de Amagá. En 1887, El Zancudo contaba
con 1200 trabajadores directos, más de 300 mulas y cerca de 70 minas en
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6. explotación. Los palacios Amador, contratados con arquitectos extranjeros
fueron durante muchos años las casas más lujosas de Medellín. A finales del
siglo XIX malgastó su fortuna, en 1913 se retiró del comercio y murió el 13 de
Octubre de 1919.
• Juan bautista Mainero y Trucco.
Nació en Génova, Italia en 1831, más conocido como "El viejo Mainero" (como
lo llaman los cartageneros contemporáneos) o Trueco (como lo nombraron en
Antioquia), el italiano Juan Bautista Mainero es un importante empresario en la
historia regional de la costa Caribe colombiana, de Antioquia y del Chocó. A
pesar de que estuvo radicado en el país por más de setenta años, nunca
adquirió la nacionalidad colombiana; sin embargo, tuvo una mentalidad
empresarial similar a la de sus colegas activos en Bolívar y Antioquia, por lo
que puede ser considerado como un empresario más entre los nacionales.
Fue el segundo accionista en importancia de El Zancudo, la empresa más
grande del país en el siglo XIX. Además desempeñó otros negocios muy
singulares: fue empresario de espectáculos de teatro, hotelero, importador de
esculturas, mausoleos, monumentos y piezas de mármol. Participó en la
ejecución de obras públicas. J.B Mainero murió en Cartagena en 1918. Mainero
fue sepultado en su mausoleo el 19 de octubre de 1918, cuando tenía 87 años.
• José María Sierra Sierra.
También conocido como “Pepe Sierra”. Nació en Girardota en 1847, tuvo su
primera parcela a los 14 años en la cual trabajó incansablemente, mas
adelante les compro las parcelas a sus hermanos quienes se convirtieron en
sus trabajadores. Don Pepe Sierra perteneció a una sencilla familia de
campesinos. Su educación no sobrepasó las primeras letras. En 1886 se fue a
vivir a la ciudad de Medellín donde centraliza sus actividades, desde allí
empezó a controlar el precio de la panela y la melaza para el aguardiente. En
su época llegó a ser el hombre más rico de Colombia y muy influyente ya que
era el mayor financista del Estado colombiano durante la guerra de los Mil
Días, por medio del Banco Central. Acumuló su fortuna moviéndose en varios
frentes de actividades económicas, especialmente la propiedad raíz, la
ganadería y la industria cañera y panelera. Financió al gobierno nacional de
Colombia en no pocas ocasiones. Finalizando su vida lo atacó la
arteriosclerosis al tiempo que una severa crisis nerviosa. Pepe Sierra dejó
muchos legados. Aparte de su ejemplo personal como empresario y hombre de
negocios, realizó donaciones para no pocas instituciones de servicio, entre
ellas el Hospital San Vicente de Medellín. Pepe Sierra murió en 1921 en su
casa de la plazuela de San Ignacio de Medellín y la fortuna que creó, a pesar
de las múltiples subdivisiones, sigue siendo sólida. Su nombre es recordado
por uno de los más ricos y jocosos anecdotarios populares, y su vida y obra
son temas de trabajo de los especialistas, como que resulta básico para
comprender muchos aspectos de la historia social y empresarial del país.
• Don Leocadio María Arango.
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7. Nació en Medellín en 1831. Era el mayor de 5 hijos y figuró como diputado en
1853. Heredó una formidable fortuna tras la muerte de su tía Catalina Uribe. Su
padre era el hombre de confianza de José María Uribe Restrepo fundador de la
mina El Zancudo.
Trabajó como contador en negocios familiares y ajenos, encargados a su
padre, quien por ese entonces era director de la sociedad el Zancudo, cargo
desempeñado por Don Leocadio años después.
En 1906 vendió sus derechos a la Compañía “Unidad del Zancudo”,
perteneciente entonces a un consorcio extranjero.
Al reunir un respetable capital, diversificó sus inversiones: Fue dueño de 6
minas, fundador del Banco agrícola de Medellín y junto a sus hijos, fundador
del Banco Central de Medellín. Su fama como negociante radicó en los lujosos
almacenes en el Parque Berrío y en la Calle Boyacá.
Arango envió a su hijo David a especializarse en los Estados Unidos en
relojería y en el manejo de máquinas de coser “domésticas”. Más tarde, ambos
trajeron a Antioquia la primera de dichas máquinas y abrieron la primera
sastrería mecanizada de Medellín.
Leocadio María ha pasado a la historia científica del país por la extraordinaria y
valiosa colección de objetos precolombinos que recolectó a lo largo de casi 80
años de su vida, convirtiéndolo en el pionero de la conservación y valoración
cultural de la orfebrería y de la cerámica indígena. Con lo anterior formó un
museo que le dio fama nacional e internacional.
Su espíritu cívico también se hizo evidente. Lo materializó en la donación a los
Medellinenses de parte de sus terrenos al norte de la ciudad para construir el
más importante pulmón de la capital. Luego Parque Norte y Jardín Botánico
Joaquín Antonio Uribe.
• Carlos Eugenio Restrepo.
Nació en Medellín en 1867 y murió en 1937. Fue periodista , político
constitucional, educador y orientador de la Unión Republicana.
La familia Restrepo en Antioquia ha sido una de las más influyentes de la
región antioqueña. Después de terminar sus primeros estudios, Carlos E.
Restrepo ingresó al Seminario Conciliar de Medellín, la única institución de
educación secundaria a la cual confiaban sus hijos las familias conservadores
de la capital antioqueña. Sus estudios fueron interrumpidos por la guerra de
1885 y por las dificultades económicas vividas por su padre. Es aquí cuando
Carlos E. se empieza a desempeñar como ayudante en la oficina de su padre y
pudo encargarse de diversos litigios y negocios relacionados con la minería,
sucesiones, empresas comerciales e industriales, que le reportaron un amplio
bagaje de conocimientos prácticas, de gran utilidad en el momento de iniciarse
como abogado y empresario.
La década de los noventa del siglo XIX fue de gran importancia para Restrepo.
Fue un periodo muy productivo en el cual logro obtener reconocimiento público
e independencia económica para comenzar su vida de comerciante y hombre
de hogar. El 16 de abril de 1890 contrajo matrimonio con Isabel Gaviria Duque
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8. con quien tuvo nueve hijos, como era frecuente por aquel entonces entre los
empresarios antioqueños.
Carlos E. decidió dedicarse a la vida política y empezó en la Junta Directiva de
la Cámara de Comercio de Medellín ocupando un modesto puesto, y así fue
creciendo en su vida política hasta llegar a ser el presidente de la República.
En este puesto logro hasta cierto punto, introducir una serie de reformas que
alejaron por muchos años del escenario político nacional el peligro de una
nueva confrontación militar entre conservadores y liberales. Luego de ocupar la
presidencia (1910-1914), Carlos E, volvió a sus negocios, aunque, según lo
indican las fuentes, no tuvo el mismo éxito de épocas anteriores.
El derrumbe de los negocios de Carlos E. Restrepo se puede ver en la hipoteca
que se vio obligado a otorgar, el 28 de abril de 1931, a favor del Banco Alemán
Antioqueño. Sobre una finca situada en el municipio de Fredonia, denominada
La Sociedad, como única manera de saldar las cuentas con la entidad
crediticia.
• Marco A. Restrepo Jaramillo.
También conocido como “el Rey de la Leña”.
Nació el 8 de Marzo de 1889 en Santa Rosa, actual municipio de San Andrés
de Cuerquia, el mismo día que falleció su abuelo Pedro José Jaramillo,
fundador del Pueblo de San Andrés.
La escuela fue suplida por la educación de su tía en la propia casa. Al finalizar
el Siglo, su padre alternó el pequeño negocio del campo con el de una tienda
que compró en Yarumal. En ese almacén empezó Restrepo a saber de
negocios en todo lo relacionado con compras, ventas y trato al cliente.
Se convirtió en un negociante experto, solvente y temido por los viejos. Tras el
robo continuo de los productos de su cementera, llegaron los problemas al
iniciar una violenta riña en la cual le quitó la vida al ladrón. Con este hecho fue
encarcelado, pero logró escapar huyendo hacia el Ecuador.
Incursionó en la arriería, la ganadería la colonización, la agroindustria y la
agricultura.
Su enriquecimiento en unos pocos años empezó cuando lo visitó un negociante
para proponerle la construcción de una sociedad cuyo objeto sería venderle
leña al ferrocarril. El capital sólo alcanzó para iniciar porque su socio no
cumplió con aporte alguno, por lo cual canceló la sociedad y acometió sólo la
empresa.
Sobre el comercio de mulas y contrabando de monedas de plata organizó un
interesante circuito organizado en parte en el ejercicio de prácticas ilegales.
Ilustró acerca de cómo implementar nuevos métodos administrativos, disciplina
de trabajo y técnicas productivas de corte capitalista en un medio con una
cultura tradicionalmente acostumbrada a la agricultura, apática al trabajo en
grandes explotaciones con estricta racionalidad administrativa.
El rey de la leña murió en Quito en 1964, atacado por divertículos en el
intestino.
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9. EMPRESAS DEL SIGLO XIX.
En 1837, la creación de la “Compañía Elaboradora”, en la que se delegaba el
aspecto productivo, se logra una mediana estabilidad y por primera vez
dividendos a distribuir; pero los frecuentes periodos de inestabilidad nacional y
los sucesos como la sonada crisis de 1850, ocasionaron periodos de parálisis
en 1864, 1878, y 1885. Otros problemas que impidieron el desarrollo de esta
empresa fueron la falta de mercado, en un momento de bajos derechos de
importación para el hierro extranjero, el atraso vial y la falta de mano de obra
calificada. Por estas razones la ferrería de Pacho llega en muy precarias
condiciones a los años 80, fecha en que aumentan las necesidades de hierro
del país y en medio de eso surge la competencia de la ferrería de La Pradera,
circunstancia que sumaba a la gran parálisis ocasionada por la guerra de 1885
motiva a su cierre definitivo en 1888. No se produjo gran avance en dicha
época.
Las ferrerías que se destacaron fueron:
La ferrería de Pacho (Una de las más duraderas)
La ferrería La Pradera. (Competencia directa de la ferrería de Pacho, se creó el
primer riel)
La ferrería de Amagá (Una de las más dinámicas)
La ferrería de Samacá (fundada en1856 por dos antiguos técnicos de la ferrería
de pacho)
• Empresa Minera El Zancudo.
Durante la segunda mitad del siglo XIX y primeros años del siglo XX, la
principal empresa productiva de Colombia fue la empresa minera el Zancudo,
dedicada a la minería y fundición de oro en Antioquia.
La experiencia empresarial en el Zancudo sirvió para desarrollar los
conocimientos y habilidades técnicas y administrativas de la élite antioqueña,
quien a comienzos del siglo XX lideró el proceso de industrialización
colombiano con la creación de empresas fabriles en Medellín. La detallada
información acerca de la organización, problemas laborales y técnicos del
Zancudo son de gran importancia ya que permiten entender más las
características de la minería del oro, que fue el sector exportador más
importante del país hasta la consolidación del café a fines del siglo XX.
Al igual que el Zancudo, la Compañía Minera de Antioquia fue una escuela
empresarial para los antioqueños.
Una de las características principales sobre los estudios empresariales en
Colombia hasta fines de la década de 1980 fue la virtual hegemonía de
Antioquia y los antioqueños como objeto de investigación. Tanto así, que a
menudo las supuestamente singulares capacidades empresariales de los
antioqueños se exaltaban como la causa por la cual a comienzos del siglo XX
esa región se industrializó y superó en sus niveles de crecimiento económico al
resto del país.
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10. La sociedad del zancudo se fundó en 1848, situada en Titiribí. Fundada por
iniciativa del negociante y político conservador antioqueño José María Uribe
Restrepo. Modelos de las primeras Sociedades Anónimas de la época por la
composición de su capital. El valor de la empresa pasó de 10000 pesos en
1840 a 100000 en 1850, cuando Uribe murió. Sus principales protagonistas
fueron los socios Coriolano Amador y el italiano Juan Bautista Mainero.
Se produjeron aproximadamente 60 libras de oro y a inicios del siglo XX los
dividendos de 2000 pesos por cada acción más del salario del presidente de la
época y evaluada en 8000000 de pesos.
• Compañía Minera de Antioquia.
La Compañía Minera de Antioquia, surge en este contexto de expansión
aurífera. En 1874, por iniciativa de Julián Vásquez Calle y el ingeniero inglés
Roberto B. White, se reunió en Medellín un grupo de hombres de negocios con
el fin de establecer una sociedad de minas. La Compañía Minera de Antioquia
se organizó como una sociedad anónima, forma jurídica que apenas
comenzaba a hacer su aparición en Colombia. Otro rasgo particular que
presento esta compañía fue su estructura accionaria. Fueron socios de la
compañía 1.180 accionistas, cuya participación variaba desde 400 acciones en
poder de un tenedor, hasta una por accionista.
Al cargo de cada mina o empresa se encontraba un director. Estos tenían un
gran conocimiento empírico de las labores mineras y entre sus funciones
estaban el de organizar los trabajos en la mina, enviar cada mes el producto de
las minas a Medellín, conseguir peones y contratistas y efectuar contratos de
víveres. La compañía contrato los servicios de agentes comisionistas locales,
regionales y en el exterior. En efecto, la compañía organizo una red de
agentes, los cuales cumplieron un papel muy importante y constituyeron en un
vínculo entre las directivas de la compañía en Medellín y las alejadas zonas de
explotación. Cuando desde Medellín no alcanzaba a enviar a tiempo el dinero
para el pago de los trabajadores, la compañía recurría a sus agentes locales
para que realizaran los pagos por su cuenta. Se trataban en sí, de agentes que
cumplían diversas tareas: unos actuaban como sus agentes en el exterior y se
encargaban de la realización del oro y de la compra de maquinaria y
herramientas, otros servían como agentes de aduana, otros más se
encargaban de comprar víveres y reses en las poblaciones y remitirlos a las
minas, conseguían arrieros y mulas para transportarlos y pagaban fletes por
cuente de la compañía.
En 1879, la compañía empezó a tener problemas por el elevado precio de los
víveres. Ya que, cada mes salían hacia los distritos mineros, herramientas,
víveres y sumas de dinero. Todo lo anterior se llevó a cabo a través de unas
redes comerciales que se establecieron entre Medellín y diversas localidades
regionales y entre estas con los distritos mineros. Por estos circuitos
circulaban arrieros y mulas trasportando oro, llevando víveres producidos en
los mercados locales y conduciendo mercancías importadas; circulaban
también mensajeros que llevaban metálica y billetes bancarios, cartas y
circulares.
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