El documento presenta un resumen del Evangelio del segundo domingo de Cuaresma, que habla de la Transfiguración de Jesús en el monte. También incluye una actividad de rompecabezas bíblico y preguntas para reflexionar sobre el mensaje del texto. Finalmente, presenta un cuento sobre cómo una maestra se "transfiguró" al enfurecerse para defender a sus alumnos, aunque de manera diferente a Jesús.

1. La hojitade los niños
Año XIX • nº 1.345 • 12 de marzo de 2017
¡La buena noticia para todos! • Domingo 2º de Cuaresma
ROMPECABEZAS
BÍBLICO
Mensaje de La
Palabra de Dios
para esta semana
En el segundo domingo de
Cuaresma, vamos a imagi-
nar que subimos con Jesús
a un monte elevado. Cami-
namos con él, lo acompaña-
mos… No sabemos muy bien
dónde va, pero confiamos
en él: el esfuerzo valdrá la
pena. Y, no nos equivoca-
mos, podemos ver a Jesús
con toda su gloria y es-
tamos bien a su lado. Sin
embargo, debemos volver,
bajar donde está el resto
de los hermanos y seguir la
vida pero, con el corazón
transformado, sin miedo.
E S E E S
J
O U Y
U I D O
Q U E
N T E N
P U E S
P R E
D I C C I
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M I
M
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G O
T A
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Q
E R
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E S C U
N L O
M I
L E
O N
C H
Colocar cada pieza en su lugar para leer una
frase que se escucha en el momento de la
Transfiguración.

2. La Biblia, el libro de la Palabra de Dios
Las lecturas de la misa del domingo
Segunda lectura: 2Timoteo 1, 8-10
ue­ri­do hi­jo: Com­par­te con­mi­go los su­fri­mien­tos que es ne­ce­sa­
rio pa­de­cer por el Evan­ge­lio, ani­ma­do con la for­ta­le­za de Dios.
Él nos sal­vó y nos eli­gió con su san­to lla­ma­do, no por nues­tras obras, si­no
por su pro­pia ini­cia­ti­va y por la gra­cia: esa gra­cia que nos con­ce­dió en
Cris­to Je­sús des­de to­da la eter­ni­dad y que aho­ra se ha re­ve­la­do en la Ma­ni­fes­ta­ción de
nues­tro Sal­va­dor Je­su­cris­to.
Por­que él des­tru­yó la muer­te e hi­zo bri­llar la vi­da in­co­rrup­ti­ble, me­dian­te la Bue­na No­
ti­cia.
Q
e­sús to­mó a Pe­dro, a San­tia­go y a su her­ma­no Juan, y los lle­vó
apar­te a un mon­te ele­va­do.
Allí se trans­fi­gu­ró en pre­sen­cia de ellos: su ros­tro res­plan­de­cía co­mo el
sol y sus ves­ti­du­ras se vol­vie­ron blan­cas co­mo la luz.
De pron­to se les apa­re­cie­ron Moi­sés y Elías, ha­blan­do con Je­sús.
Pe­dro di­jo a Je­sús:
–Se­ñor, ¡qué bien es­ta­mos aquí! Si quie­res, le­van­ta­ré aquí mis­mo tres car­pas, una pa­ra
ti, otra pa­ra Moi­sés y otra pa­ra Elías.
To­da­vía es­ta­ba ha­blan­do, cuan­do una nu­be lu­mi­no­sa los cu­brió con su som­bra y se oyó
una voz que de­cía des­de la nu­be:
–És­te es mi Hi­jo muy que­ri­do, en quien ten­go pues­ta mi pre­di­lec­ción: es­cú­chen­lo.
Al oír es­to los dis­cí­pu­los ca­ye­ron con el ros­tro en tie­rra, lle­nos de te­mor. Je­sús se acer­
có a ellos y, to­cán­do­los, les di­jo:
–Le­ván­ten­se, no ten­gan mie­do.
Cuan­do al­za­ron los ojos, no vie­ron a na­die más que a Je­sús so­lo. Mien­tras ba­ja­ban del
mon­te, Je­sús les or­de­nó:
–No ha­blen a na­die de es­ta vi­sión, has­ta que el hi­jo del hom­bre re­su­ci­te de en­tre los
muer­tos.
Evangelio: Mateo 17, 1-9
J

3. —Hoy la maestra se transfiguró— le
contó Mauro a su abuela mientras
esperaba que le hiciera una chocola-
tada, la mejor del mundo.
—Como Jesús —dijo la abuela mien-
tras sacaba la taza del microondas,
agregando la canti-
dad justa de azúcar
y chocolate.
—No sé cómo se
transfiguró Jesús,
pero no creo que
haya sido así —dijo
Mauro mientras ha-
cía memoria de la
situación vivida en
la escuela.
—Jesús subió a un
monte y sus vestiduras se pusieron
blancas…
—Ah no, como Jesús seguro que no,
entonces. La maestra se puso roja.
—Y los amigos de Jesús querían que-
darse a su lado…
—Nosotros queríamos salir corrien-
do.
—Y Jesús dijo a sus amigos que no se
lo contaran a nadie…
—Bueno sí, en eso se parece bastan-
te. Nos dijo que no andemos despa-
rramando lo que pasó...
—Y luego, los que lo vieron supieron
de su gloria, supieron quién era Je-
sús…
—Ah, otra diferencia. Esa no parecía
la maestra, nunca la habíamos visto
así. Ella es tranquila, siempre nos ha-
bla… hoy le salían rayos de los ojos.
—¿Pero les hizo al-
go?
—No, nada malo. Así
furiosa como esta-
ba, o como parecía
estar, salió del aula
para hablar con la
directora y defen-
dernos. De nosotros
nadie hablaba ni se
movía.
—Pero, ¿qué hicie-
ron? —la abuela no era curiosa, pe-
ro no se le ocurría qué podría haber
pasado.
—Nada, nada…
—¿Cómo nada? Según vos, la maes-
tra es tranquila, no creo que por na-
da se haya enojado tanto.
—Bueno, sí... pasa que un rato antes
habían entrado al aula la directora y
la inspectora. La inspectora se trope-
zó con el pie de Marito que siempre
se sienta con las piernas para afuera.
La directora, que ya lo sabe, las sor-
teó, pero la inspectora cayó al piso.
El cuento
Transfiguración
de María Inés Casalá y aportes de Andrés Pisano Casalá • Dibujo de Hania Kollenberger
Si deseás contactar a la autora podés escribirle a: inescasala@gmail.com

4. www.sanpablo.com.ar
La hojita de los niños. Semanario religioso infantil de uso litúrgico. No reemplaza el uso de los leccionarios.
Nihil Obstat: Conferencia Episcopal Argentina. Imprimatur: Arquidiócesis de Buenos Aires. Edita: Sociedad de San Pablo.
Propietario Sociedad de San Pablo (Paulinos). Registro Nacional de la Propiedad Intelectual: nº 5291558 del 31/5/16
Dirección: P. Aderico Dolzani. Redactora: Inés Casalá. Diagramación: Alfredo Repetto
Dibujos: Hania Kollenberger (cuento). Gladys y Margarita «Las Melli» Pérez.
Dirección y administración: Riobamba 230 C1025ABF Bs. As., Argentina.
Horario: Lunes a viernes de 9.00 a 18.00
Teléfono (011) 5555-2424 / Fax: (011) 5555-2425 / E-mail: inescasala@gmail.com / Impreso en G.S.Gráfica s.r.l.
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Cuando Marito la quiso ayudar, se
le enganchó sin querer el pelo de la
inspectora en la escarapela de me-
tal que usa siempre para no olvidár-
sela los días de acto. Con tanta mala
suerte que no era pelo de verdad,
sino una peluca. Marito se puso de
pie con la peluca enganchada en la
escarapela y la inspectora se quedó
en el suelo escondiendo la cabeza
entre sus manos. La directora le pu-
so la peluca al revés, y todos empe-
zamos a reírnos. La inspectora salió
gritando que éramos unos maledu-
cados y la directora también gritó
llamando a la maestra a dirección.
La abuela no pudo evitar sonreír
imaginando la situación de película,
pero enseguida se puso en el lugar
de la inspectora... se sentó frente a
Mauro y, además de la chocolatada,
compartieron opiniones y senti-
mientos sobre lo sucedido.
¿Cómo podemos hacer para cono-
cer al otro en profundidad?
¿Hay alguna situación que nos pro-
voca que nos alteremos?
Para pensar y
conversar después
de leer el relato
Curiosidades de la Hojita
por Gladys y Margarita Pérez
Las Melli
UNA PALABRA PARA
APRENDER
"Transfigurar" quiere decir cam-
biar profundamente la figura o el
aspecto de una persona o cosa.
En su transfiguración, Jesús mues-
tra la gloria divina a sus discípulos,
un anticipo de su Resurrección.