1. NOMBRE: JHOSELYN AJHUACHO MOROCHI
CURSO: CUARTO SEMESTRE
¿Qué es la discapacidad intelectual?
Discapacidad intelectual es un término utilizado cuando una persona no
tiene la capacidad de aprender a niveles esperados y funcionar
normalmente en la vida cotidiana. En los niños, los niveles de
discapacidad intelectual varían ampliamente, desde problemas muy leves
hasta problemas muy graves. Los niños con discapacidad intelectual
puede que tengan dificultad para comunicar a otros lo que quieren o
necesitan, así como para valerse por sí mismos. El discapacidad intelectual
podría hacer que el niño aprenda y se desarrolle de una forma más lenta
que otros niños de la misma edad. Estos niños podrían necesitar más
tiempo para aprender a hablar, caminar, vestirse o comer sin ayuda y
también podrían tener problemas de aprendizaje en la escuela.
El discapacidad intelectual puede ser la consecuencia de un problema que
comienza antes de que el niño nazca hasta que llegue a los 18 años de
2. edad. La causa puede ser una lesión, enfermedad o un problema en el
cerebro. En muchos niños no se conoce la causa del discapacidad
intelectual. Algunas de las causas más frecuentes del discapacidad
intelectual, como el síndrome de Down, el síndrome alcohólico fetal, el
síndrome X frágil, afecciones genéticas, defectos congénitos e infecciones,
ocurren antes del nacimiento. Otras causas ocurren durante el parto o
poco después del nacimiento. En otros casos, las causas del discapacidad
intelectual no se presentan sino hasta cuando el niño es mayor, tales
como lesiones graves de la cabeza, accidentes cerebrovasculares o ciertas
infecciones.
¿Cuáles son algunos signos del discapacidad intelectual?
Por lo general, mientras más grave sea el grado de discapacidad
intelectual, más temprano se identificarán los síntomas. Sin embargo,
podría ser difícil indicar la manera como el discapacidad intelectual
afectará a los niños más tarde en la vida. Hay muchos síntomas de
discapacidad intelectual. Por ejemplo, los niños con discapacidad
intelectual puede que:
se sienten, gateen o caminen más tarde que otros niños
aprendan a hablar más tarde o tener problemas para hablar
tengan dificultad para recordar cosas
tengan problemas para entender las reglas sociales
tengan dificultad para ver las consecuencias de sus acciones
tengan dificultad para resolver problemas
La discapacidad intelectual es un funcionamiento intelectual
situado significativamente por debajo del promedio, que está
presente desde el nacimiento o la primera infancia y que causa
limitaciones para llevar a cabo las actividades normales de la
vida diaria.
La discapacidad intelectual puede ser genética o consecuencia
de un trastorno que perjudica el desarrollo cerebral.
La mayoría de los niños con discapacidad intelectual no
desarrollan síntomas evidentes hasta alcanzar la edad
preescolar.
El diagnóstico se basa en los resultados de las pruebas
convencionales.
3. El cuidado prenatal adecuado reduce el riesgo de tener un hijo
con discapacidad intelectual.
El apoyo por parte de muchos especialistas, la terapia y la
educación especial ayudan a los niños a lograr el mayor nivel de
funcionamiento posible.
La discapacidad intelectual es un trastorno del neurodesarrollo.
El término «retraso mental», utilizado anteriormente, ha adquirido un
estigma social indeseable, por lo que los profesionales de la salud lo
han reemplazado por el término «discapacidad intelectual».
La discapacidad intelectual (DI) no es un trastorno médico específico,
como lo son la neumonía o la faringitis, y tampoco es un trastorno de
la salud mental. Las personas afectadas tienen un funcionamiento
intelectual significativamente bajo, lo que suficientemente grave para
limitar su capacidad para afrontar una o más actividades de la vida
diaria (habilidades adaptativas) de tal manera que requieren ayuda
permanente. Las habilidades adaptativas se pueden clasificar en
varias áreas
Área conceptual: competencia en la memoria, la lectura, la
escritura y las matemáticas
Área social: conciencia de los pensamientos de los demás y de
sus sentimientos, habilidades interpersonales y sentido de la
realidad social
Área práctica: cuidado personal, organización de tareas (para el
trabajo o la escuela), administración del dinero, y salud y
seguridad
Las personas con discapacidad intelectual presentan diferentes
grados de deterioro que pueden ir desde de leves a profundos.
Aunque el deterioro está causado fundamentalmente por el
funcionamiento intelectual disminuido (que habitualmente se mide por
medio de pruebas estandarizadas de inteligencia), el impacto sobre
la vida de la persona depende más de la cantidad de apoyo que la
persona requiere. Por ejemplo, una persona que solo presenta un
leve deterioro según una prueba de inteligencia puede tener tan
pocas habilidades de adaptación que requiera un amplio apoyo.
El Apoyo se clasifica como
Intermitente: se necesita apoyo ocasional
Limitado: apoyo como, por ejemplo, un programa diario en un
taller supervisado
4. Importante: apoyo continuo diario
Profundo: un alto nivel de apoyo para todas las actividades
diarias, lo cual incluye la posibilidad de un cuidados
especializados exhaustivos
Si nos basamos solo en las puntuaciones obtenidas en las pruebas
de coeficiente intelectual (CI), cerca del 3% de la población total
presenta discapacidad intelectual (un CI inferior a 70). Sin embargo,
si la clasificación se basa en la necesidad de apoyo, solo alrededor
del 1% de la población presenta discapacidad intelectual significativa.
TABLA
Niveles de discapacidad intelectual
Causas
La discapacidad intelectual puede tener su origen en una amplia variedad de
circunstancias médicas y ambientales. Algunas enfermedades son genéticas.
Algunas están presentes antes o en el momento de la concepción, y otras se
producen durante el embarazo, durante el parto o después del nacimiento. El
factor común es que algo afecta el crecimiento y el desarrollo del cerebro.
Incluso con los últimos avances en genética, en especial las técnicas de
análisis de los cromosomas, a menudo no se puede identificar una causa
específica de la discapacidad intelectual.
Algunas causas que pueden ocurrir antes de la concepción o durante
ésta incluyen
Trastornos hereditarios (como fenilcetonuria, enfermedad de Tay-
Sachs, neurofibromatosis, hipotiroidismo, síndrome del cromosoma X
frágil)
Anomalías cromosómicas (como el síndrome de Down)
Algunas causas que pueden producirse durante el embarazo son
Déficit grave en la nutrición materna
Infecciones por virus de la inmunodeficiencia
humana, citomegalovirus, virus del herpes
simple, toxoplasmosis, rubéola o virus Zika
Sustancias tóxicas (como el plomo y el metilmercurio)
Alcohol (trastorno del espectro alcohólico fetal)
Fármacos (como la fenitoína, el valproato, la isotretinoína y los
antineoplásicos [quimioterápicos])
Desarrollo anómalo del cerebro (como quiste porencefálico, heterotopia
de la sustancia gris y encefalocele)
Preeclampsia y nacimientos múltiples (como gemelos o trillizos)
Algunas causas que pueden producirse durante el nacimiento son
Falta de oxígeno (hipoxia)
5. Prematuridad extrema
Algunas causas que pueden producirse después del nacimiento son
Infecciones del encéfalo (como la meningitis y la encefalitis)
Traumatismo craneal grave
Déficit en la nutrición del niño
Abandono emocional grave o maltrato psicológico verbal o físico
Venenos (como el plomo y el mercurio)
Tumores cerebrales y sus tratamientos
Síntomas
Algunos niños con discapacidad intelectual pueden presentar anomalías
evidentes al nacer o poco después. Dichas anomalías pueden ser físicas o
neurológicas, e incluyen características faciales inhabituales, tamaño de la
cabeza muy grande o muy pequeño, malformaciones en las manos o en los
pies y otras anomalías diversas. A veces estos niños tienen un aspecto
normal pero presentan otros signos de enfermedad grave, como
convulsiones, letargo, vómitos, olor anómalo de la orina y trastornos en la
alimentación y en el crecimiento normal. Durante su primer año de vida,
muchos niños con discapacidad intelectual más grave tienen un desarrollo
motor tardío y son lentos para rodar sobre sí mismos, sentarse y levantarse.
Sin embargo, la mayoría de los niños con discapacidad intelectual (DI) no
presentan síntomas perceptibles hasta el periodo preescolar. Los síntomas se
manifiestan a edad temprana en los más gravemente afectados. Por lo
general, el primer problema que notan los padres es un retraso en el
desarrollo del lenguaje. Los niños con discapacidad intelectual son lentos
para usar palabras, unir palabras y hablar con frases completas. Su desarrollo
social es a veces lento debido al deterioro cognitivo y a las deficiencias del
lenguaje. Los niños con discapacidad intelectual pueden ser lentos para
aprender a vestirse y a alimentarse por sí mismos. Algunos padres no
consideran la posibilidad de una deficiencia cognitiva hasta que el niño está
en la escuela o en un centro preescolar y se demuestra una incapacidad para
mantener las expectativas normales para su edad.
Los niños con discapacidad intelectual son más propensos que otros a tener
problemas de comportamiento, como crisis explosivas, rabietas y
comportamiento físicamente agresivo o autolesivo. Estas conductas se
relacionan frecuentemente con situaciones frustrantes específicas,
desencadenadas por la incapacidad de comunicarse y de controlar los
impulsos. Los niños mayores, que suelen ser ingenuos y crédulos para su
edad, son fácilmente víctimas de otros que se aprovechan de ellos o se dejan
llevar a comportamientos y conductas improcedentes.
Entre el 20 y el 35% de las personas con deficiencia intelectual (DI) también
presentan trastornos de la salud mental. Son frecuentes sobre todo
la ansiedad y la depresión, especialmente en los niños que son conscientes
de ser distintos de sus compañeros o que son acosados y maltratados debido
a su discapacidad.
6. Diagnóstico
Detección prenatal
Pruebas de cribado del desarrollo
Pruebas formales intelectuales y de habilidades
Pruebas de diagnóstico por la imagen
Pruebas genéticas y de laboratorio
Se pueden realizar pruebas de cribado antes del nacimiento (cribado
prenatal) para determinar si el feto presenta ciertas anomalías, incluyendo
ciertos trastornos genéticos, que pueden causar discapacidad intelectual.
Desde el nacimiento, el crecimiento y desarrollo, incluyendo la capacidad
cognitiva, se evalúan de forma rutinaria en las visitas de niño sano.
Cuando los médicos sospechan una discapacidad intelectual, los niños son
evaluados por equipos de profesionales, incluyendo personal de intervención
temprana o personal escolar, un médico de atención primaria, un neurólogo
pediátrico o un pediatra del desarrollo, un psicólogo, un logopeda, un
terapeuta ocupacional o un fisioterapeuta, un educador especial, un
trabajador social o un profesional de la enfermería. Cuando existe sospecha
de discapacidad intelectual, estos profesionales evalúan al niño mediante
pruebas de funcionamiento intelectual y búsqueda de una causa.
Aunque la causa de la deficiencia intelectual del niño sea irreversible, la
identificación del trastorno causante permite predecir la futura evolución del
niño, evitar otras pérdidas de habilidades, planificar cualquier intervención que
pueda aumentar el nivel de funcionamiento y asesorar a los padres por si
existe riesgo de tener otro hijo con el mismo trastorno.
Detección prenatal
Durante el embarazo se realizan ciertas pruebas,
como ecografía, amniocentesis, biopsia de vellosidades coriónicas y diversos
análisis de sangre, como el cribado cuádruple, con el fin de identificar
enfermedades que a menudo dan lugar a una discapacidad intelectual.
Frecuentemente se practica una amniocentesis o una biopsia de vellosidades
coriónicas a las embarazadas de más de 35 años de edad porque presentan
un riesgo elevado de tener un bebé con síndrome de Down; estas pruebas
también se practican con frecuencia a las embarazadas con antecedentes
familiares de trastornos metabólicos. La prueba cuádruple es una prueba que
se realiza a la mayoría de las mujeres embarazadas. Se realiza para medir
las concentraciones de cuatro sustancias en la sangre de una mujer. Los
resultados de esta prueba ayudan a los médicos a evaluar si el feto presenta
un riesgo mayor de sufrir ciertas afecciones, como síndrome de
Down, trisomía 18 o defectos del tubo neural.
La medida de la concentración de alfafetoproteína en la sangre materna es
una prueba de cribado eficaz para la previsión de las anomalías congénitas
del tubo neural, el síndrome de Down y otras alteraciones. El cribado prenatal
7. no invasiva (NIPS) detecta pequeñas cantidades de ADN del feto
en la sangre de la madre y lo utilizan para diagnosticar trastornos
genéticos en el feto, como la trisomía 21 (síndrome de Down),
la trisomía 13 o la trisomía 18 y algunos otros trastornos
cromosómicos.
Pruebas de cribado del desarrollo
Dado que los padres no siempre se aperciben de los problemas de
desarrollo leves, los médicos realizan de forma sistemática
pruebas de cribado del desarrollo durante las revisiones
pediátricas de rutina. Para ello se utilizan cuestionarios sencillos
que deben cumplimentar los padres, o inventarios de los hitos
característicos del desarrollo infantil para evaluar de forma rápida
las habilidades cognitivas, verbales y motoras del niño. Los padres
han de ayudar al médico a determinar el nivel de funcionamiento
del niño completando una prueba de evaluación de su estado
evolutivo. A los niños que, en estas pruebas de cribado, muestran
un nivel bajo para su edad, se les aplican otras pruebas más
formales y específicas.
Pruebas formales intelectuales y de habilidades
La prueba formal consta de tres partes:
Entrevistas con los padres
Observaciones del niño
Cuestionarios en los que se compara el rendimiento del niño
con el obtenido por muchos otros niños de la misma edad
Algunas pruebas, como el test de inteligencia de Stanford-Binet y
la Escala de inteligencia de Wechsler para niños-IV (test de WISC-
IV, por sus siglas en inglés), se realizan para la capacidad
intelectual. Otras, como las Escalas de conductas adaptativas de
Vineland, se realizan para valorar áreas tales como la
comunicación, las habilidades de la vida diaria y las destrezas
sociales y motrices. En general, estas pruebas formales comparan
con precisión las habilidades intelectuales y sociales de un niño
con el segmento de población de su misma edad (llamadas
pruebas normativas). Sin embargo, los niños con un origen cultural
diferente, los que procedende familias que no hablan el idioma del
país y los que tienen una posición socioeconómicamuy baja son
más propensos a obtener un resultado bajo en estas pruebas. Por
esta razón, el diagnóstico de discapacidad intelectual requiere que
el médico integre los datos de la prueba con la información
8. obtenida de los padres y con una observación directa del niño. Un
diagnóstico de discapacidad intelectual es oportuno solo en los
casos en que tanto la capacidad intelectual como la adaptativa
están significativamente por debajo del promedio.
Identificación de la causa
Los recién nacidos con anomalías físicas u otros síntomas
sugestivos de una afección asociada a discapacidad intelectual a
menudo necesitan ciertas pruebas.
Se realizan pruebas de diagnóstico por la imagen, como
la resonancia magnética nuclear (RMN), para detectar problemas
estructurales en el cerebro. El electroencefalograma(EEG), que
registra la actividad eléctrica del encéfalo, se usa para valorar la
posibilidad de convulsiones en el niño. Las radiografías óseas
también pueden ayudar a descartar las posibles causas de la
discapacidad intelectual.
Las pruebas genéticas, como el análisis de micromatrices
cromosómicas,pueden ayudar a identificar trastornos. Los
médicos recomiendan pruebas genéticas a las personas que
tienen un miembro de la familia u otro hijo con un trastorno
hereditario conocido, especialmente los relacionados con la
discapacidad intelectual, como la fenilcetonuria, la enfermedad de
Tay-Sachs o el síndrome del cromosomaX frágil. La identificación
de un gen asociado a un trastorno hereditario permite a los
consejeros genéticos ayudar a los padres a comprenderel riesgo
de tener un hijo afectado.
Se realizan otros análisis de orina y de sangre dependiendo de
cuál sea la causa que sospechan los médicos.
Algunos niños con retraso en el aprendizaje del lenguaje y en el
dominio de las habilidades sociales tienen enfermedades
diferentes de la discapacidad intelectual. Por lo general, se lleva a
cabo una evaluación auditiva, ya que los problemas de audición
afectan al desarrollo social y del lenguaje.
Los problemas emocionales y los trastornos del
aprendizaje también se confunden con la discapacidad intelectual.
Los niños que han sido gravemente privados de cariño y de
atención (ver Introducción al maltrato y negligencia infantil) durante
largos periodos de tiempo puede parecer que sufren discapacidad
intelectual. Un niño que tarda en sentarse y en caminar (habilidad
motriz gruesa) o en manipular objetos (habilidad motriz fina) puede
sufrir un trastorno neurológico no asociado con la discapacidad
intelectual (DI).