El documento describe la nacionalización de la industria petrolera mexicana por el presidente Lázaro Cárdenas en 1938, expropiando las propiedades y activos de compañías petroleras extranjeras para volver la riqueza petrolera propiedad de México, de acuerdo con la constitución y leyes mexicanas. Cárdenas declaró la expropiación el 18 de marzo de 1938.