El documento habla sobre la importancia de dar libertad y poder a los niños en su educación a través del juego, la lectura y la escritura como actos de creación. También menciona que para desarrollar el gusto por la escritura se debe trabajar primero en otras formas de expresión como la motriz, sonora y plástica. Finalmente, discute sobre la necesidad de que las bibliotecas sean espacios acogedores que fomenten las aptitudes naturales de los niños más allá de solo motivar la lectura.
2. Dar libertad
• Daremos la libertad y el poder al niño, facilitándole el conocimiento de los medios que
• tiene a su alcance, para poder así asumirlos, ejercitándose desde un principio en la
• expresión y la comunicación, puesto que será el ejercicio de ésta el que le permitirá
• alcanzar una progresiva aprehensión de ellos.
El juego como medio
• ¿Cómo podemos alcanzar esta expresión y comunicación?
3. Hacer literatura.
• La literatura comienza cuando una persona. un niño, es capaz de comunicarse
con otra (el autor) a través de las palabras, cuando es capaz de convertir las palabras -hasta
entonces muertas- en demonios, barcos, hadas, dragones, princesas...; la literatura no es un
estado, es un acto, acto de comunicación, de creación, de descubrimiento, acto de
educación.
Lectura y escritura actos de creación.
• Si sólo motivamos la lectura, lo que conseguimos es crear buenos consumidores. Creemos
un nuevo compromiso personal con la palabra enfrentando al niño ante un folio en blanco,
y sin más medios que su persona y un lápiz; así deberá partir de su propia actividad y
capacidad de observación, de su propia experiencia, conocimientos y vivencias. Se trata de
«crear el interés y el placer por la literatura de uno mismo» (Rincón y Sánchez Enciso,
1981, p. 36).
4. Diferentes formas de expresión
Antes de conseguir el desarrollo del gusto por la escritura, tenemos que haber trabajado en
otros tipos de expresión, para luego ir dando predominancia a uno u otro según la
circunstancia. La expresión motriz, la expresión sonora, la expresión plástica, la expresión
escrita..., todas ellas constituyen el sistema de los medios de expresión que el individuo
tiene al alcance para su formación integral en la dinámica de un grupo social. Por tanto,
todas ellas deben constituir la base de toda educación, sucediéndose y encabalgándose las
unas sobre las otras de una manera natural.
5. Perfil de bibliotecario
• Realizar un continuo control para mantener el orden, es una de las funciones más
importantes de los vigilantes de las bibliotecas
La biblioteca
• Una biblioteca no es el resultado de la adición
matemática de unos libros, unas mesas, una sillas, un orden y un supervisor. Una biblioteca
no es un aula de examen donde no se puede hablar ni hacer ruido, donde se exige el
máximo de silencio para permitir una concentración, siempre vigilada por el examinador.
6. • El espacio biblioteca
Si lo que nos proponemos es salir al encuentro de posibles lectores, el espacio biblioteca
adquirirá la función de medio necesario, pero no suficiente, que hace posible la instalación
de una serie de instrumentos para llevar a cabo parte de las actividades que permitirán
conseguir los objetivos propuestos.
• un espacio acogedor, familiar, modulable con elementos sencillos no
• cosificables; espacio que favorezca al máximo el desarrollo de las aptitudes e inquietudes
• naturales en el niño. Todo ello no es incompatible con la motivación por la lectura, ni con
• un respeto por el libro y el material que allí se guarde, tampoco lo es con la lectura.
• La creación de lectores no es un estado, sino un proceso que no exclusivamente se relaciona
• con el libro como instrumento.
• «Lo que nos interesa es la modificación del niño, y no el objeto-libro en sí mismo» (Tailleu
• y Jolibert, 1982, p. 322).
7. Horario de biblioteca
• - no son todos los niños que al salir de la escuela pueden acudir a la biblioteca, ya sea por
su corta edad, ya sea por la distancia de casa, etc.;
• - suponiendo que dispongan de libertad para poder decidir acudir a la biblioteca, nos
planteamos quién acudiría. No serían una pequeña minoría ya motivada por la lectura a
quien han enseñado a adquirir el hábito de ir a la biblioteca. No todos los padres
motivarán por igual a sus hijos para que la frecuenten.