Los romanos llamaban bárbaros a los pueblos que vivían fuera de sus fronteras. Los bárbaros se clasificaban según su origen racial e incluían germanos, eslavos y hunos. Las invasiones bárbaras al Imperio Romano fueron pacíficas o violentas, siendo estas últimas lideradas por pueblos germanos que contribuyeron a la caída de Roma, como los visigodos que cruzaron el Danubio y luego invadieron Galia y España.