El documento describe cómo la modernidad llevó a la pérdida de valores religiosos a través de la racionalización de la producción, el pensamiento mecánico y el énfasis en la productividad. Esto condujo a una crisis en la que Dios estaba ausente y las personas se centraron más en las preocupaciones cotidianas que en lo sagrado. La posmodernidad refleja la incredulidad y la falta de una verdad absoluta en la era de la racionalidad instrumental.