El documento habla sobre los riesgos que conllevan los fuegos artificiales y productos pirotécnicos para los niños, como quemaduras, lesiones e incluso problemas auditivos. Señala que cientos de niños sufren graves secuelas cada año debido a la falta de supervisión y conocimiento sobre estos artefactos. Recomienda que los adultos supervisen de cerca a los niños durante el uso de pirotecnia y los mantengan alejados para prevenir accidentes.