1. Mi vida como un árbol.
Hola, mi nombre es Gin o al menos así me puso un niño el cual venía a sentarse a mi lado todo el
tiempo, soy un árbol, un cerezo y quiero contar mi historia, empecemos en el momento en que nací.
Había una vez una semilla que cayó al suelo en una tarde lluviosa de julio, días después le brotaron
pequeñas hojitas, era yo, por fin podía ver el lugar, era hermoso, había muchas flores, arbustos y
otros árboles mucho más grandes, también había un arroyo y una pequeña casa de madera.
Pasaron los días y yo cada vez era más grande, tenía un delgado tronco y algunas ramas, el joven
señor de la casa junto al arroyo me regaba de vez en cuando al igual que a mi amiga Rosalya una
rosa, a Jumin un durazno y a Nevra un arbusto de moras.
Una tarde de primavera en la que ya era un gran árbol y había florecido el hombre que vivía en la
casa puso una manta de picnic, sobre ella había comida y dos copas, minutos después llego con una
mujer y comieron alegremente mientras caían algunos de mis pétalos.
Años después se encontraba un pequeño niño que apenas y podía caminar, su madre lo llamaba a
lo lejos, pero él seguía caminando, hasta que choco con mi tronco, estaba a punto de llorar, pero
una florecita cayó en su pequeña nariz y comenzó a reír, después de eso se fue corriendo a su casa,
desde ese día viene todas las tardes, a veces a jugar o a leer, otras escuchan música o solo trepa a
una rama y admira el horizonte; él me puso Gin.
La primavera se anunciaba nuevamente, el ambiente se encontraba agradable y colorido, me
sorprendió que el niño que al parecer se había convertido en todo un hombre estaba colocando una
manta de picnic y una cesta, minutos después llegó otro chico con el cual hablo y comió
alegremente, luego se quedaron profundamente dormidos, esto me traía un sentimiento de
felicidad y nostalgia, puesto a que hace muchos años sus padres hacían lo mismo.
Lo que restaba del año transcurrió tranquilamente y sin ningún cambio, todo estaba perfectamente
bien, sin embargo, cuando llegó el mes de enero, todo cambió.
Era una helada mañana, podía ver como la familia que vivía en la casa sacaba sus cosas y las metía
en un camión, cuando terminaron se fueron en el camión y después de eso no los volví a ver más,
horas después entraron excavadoras y una rara máquina de la que colgaba una gran bola negra, que
se estampó con la casa de madera, muchos hombres con sierras empezaban a talar todo a su
alrededor, me asuste cuando 2 hombres estaban intentando talar a Jumin, y solo pude sentir el
dolor que le causaba, así mismo paso con Rosalya y Nevra, pero sorpresivamente cuando me
intentaron talar algo se los impidió así que me dejaron con algunas cortadas que dolían mucho, un
par de semanas después construían un gran edificio donde estaba la casa y cubrían la tierra con
cemento y asfalto.
En un mes todo estaba terminado, no había más pasto, ni flores, ni árboles, solo yo, una gran tristeza
me invadía y cada vez me encontraba más débil, me estaba secando.
2. Del gran edificio salía un tubo que conducía al arroyo del que salía un líquido negro y espeso, pobre
arroyo, su agua ya no era cristalina, sino verde y olía mal, el aire se volvió gris y al respirar se podía
notar que ya no era puro, estaba contaminado.
Pasaron los días, los meses, todo estaba empeorando, se construyeron más edificios, fábricas y casas
modernas, ahora transitaban vehículos que soltaban humo, no había ni una sola planta, ni animales,
ni otro ser vivo que no fuera humano.
Al final, terminé por secarme, morí, y esa fue mi última vista al mundo, gris, triste, no había más que
contaminación y desolación, era como una pesadilla, de la que nunca desperté.
Karla Ivana Morales García.
1º. ESO, Colegio Madrid. Ciudad de México