1. LA ASTROLOGÍA
Para comprenderla es necesario pensar como un hombre de la antigüedad, que
consideraba la Naturaleza, el cielo y la Tierra como un gran libro abierto cuyas señales
debía aprender a interpretar; a esas señales él las llamó PRESAGIOS.
Un Presagio es un fenómeno natural cuya manifestación coincide
con la de un hecho particular relativo a la vida humana, que
anticipa o anuncia algo. Los presagios eran el lenguaje de la
Naturaleza para comunicarse con los hombres.
A su vez, para el hombre del pasado, estos fenómenos que se
reproducían de forma regular y que parecían siempre anunciar lo
mismo, tenían que ser producidos por una inteligencia superior:
LOS DIOSES. Entonces se dijo para sí, que si quería sacar
provecho o prevenirse, era indispensable comprender y hablar
este lenguaje.
Así, durante milenios, los hombres han acumulado presagios que
le han sido muy útiles para su vida práctica o para su
supervivencia.
Los presagios no sólo se convirtieron en un lenguaje sagrado,
sino también en una ciencia.
En cuanto al Zoodíaco, apareció mucho más tarde y es el
instrumento que se creó para organizar los presagios.
En los siglos XIII, XII y XI a.c., en Babilonia la astrología era un culto religioso, los
astros se consideraban dioses: ellos eran quienes gobernaban el destino humano, lo que
estaba escrito no podía dejar de ocurrir.
Pero en lugar de resignarse a la fatalidad, los sacerdotes-astrónomos de Babilonia
preveian el futuro para anticipar mejor las cosas, y de ser posible, evitar sus
consecuencias nefastas. Además, los hombres siempre, en mayor o menor medida, eran
responsables en las irrupciones del destino determinadas por los dioses.
Al saber sobre los presagios, leerlos, interpretarlos y anticiparlos, se daban las
oportunidades no sólo de sacar provecho y enseñanzas de sus propios errores, sino
tambièn de poder ejercer su “LIBRE ALBEDRÍO”, en definitiva de eso se trata la
Astrología.