La caída del precio del petróleo afectará seriamente la economía ecuatoriana, que depende en gran medida de las exportaciones de petróleo. Los ingresos petroleros representan alrededor del 15% del presupuesto nacional y una caída podría significar una pérdida de $1,400 millones para el gobierno. Esto podría llevar a mayores déficits presupuestarios y deuda. Además, una menor inversión pública podría reducir el crecimiento económico general.