El documento identifica que la actitud de las personas es lo que hace la diferencia entre países pobres y ricos, no factores como la antigüedad, recursos naturales o inteligencia. Examina ejemplos como Japón, Suiza y países europeos para mostrar que siguiendo valores como la ética, orden, responsabilidad y esfuerzo, incluso países pequeños pueden prosperar, mientras que en países pobres pocas personas siguen estas reglas básicas para el funcionamiento de la sociedad. Concluye que cambiar la actitud de la población, más que esper