Durante la Edad Media, los pueblos germánicos aprovecharon la debilidad del Imperio Romano para instalarse en Europa y crear sus propios reinos. El cristianismo se extendió ampliamente y la máxima autoridad era el Papa. Los reinos europeos adoptaron un sistema feudal caracterizado por reyes, nobles, clero y campesinos. Las ciudades crecieron como centros económicos, culturales y religiosos, desarrollando estilos arquitectónicos como el románico y gótico. En la pení