José se enoja con sus padres cuando le imponen nuevas reglas de disciplina por sus bajas calificaciones y se escapa de casa. En el camino conoce a Manuel, un niño que vive en la calle y come de la basura. José se da cuenta de lo afortunado que es de tener una familia que lo cuida. Arrepentido, José regresa a casa con Manuel y pide perdón a sus padres, decidido a mejorar en la escuela.