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1
La guerra de la Madre Tierra
Raúl Prada Alcoreza
2
INDICE
La defensa de los derechos de la Madre Tierra en el TIPNIS 3
En torno al TIPNIS 10
De contradicciones y confusiones del proceso 43
La instauración de una tiranía
Una tiranía anti-indígena al servicio del gobierno de Brasil,
del IIRSA y de las trasnacionales 48
Anotaciones en torno a la defensa del TIPNIS 59
Los síntomas de la descomposición 64
Situación legal y constitucional del TIPNIS 68
Notas después de la marcha indígena 75
Apuntes sobre el problema de la transición 64
Apuntes sobre problemas de la transición 96
Apuntes para una breve historia de las injerencias del ejecutivo 98
Interpretaciones constitucionales 116
Economía política de la cocaína 117
La distancia más corta es el laberinto 121
Notas a propósito del discurso del presidente 139
La subordinación del gobierno y la lógica de acumulación
y despojamiento de las trasnacionales 143
¿Qué es una consulta previa libre e informada y cuándo se la efectúa? 157
Un Estado de excepción 172
Análisis del PROYECTO DE LEY DE CONSULTA A LOS PUEBLOS INDÍGENAS
DEL TERRITORIO INDÍGENA Y PARQUE NACIONAL ISIBORO SÉCURE–TIPNIS 175
La decadencia ideológica 193
Espesores de una coyuntura candente 205
3
La defensa de los derechos de la Madre Tierra en el TIPNIS
La determinación del gobierno de construir la carretera que va de Villa
Tunari a San Ignacio de Moxos ha desatado una polémica en el país y
la reacción de las organizaciones indígenas del CIDOB y el CONAMQ,
que han resuelto marchar el 15 de agosto para evitar que el trazo de
la carretera pase por el núcleo del Parque Isiboro-Sécure, exigiendo
además la consulta a los pueblos indígenas, como está establecida en
la Constitución Política del Estado. El Territorio Indígena del Parque
Nacional Isiboro-Sécure está protegido por leyes y la Constitución,
además de ser parque, por lo tanto área protegida, es territorio
indígena, y exige el respeto establecido constitucionalmente de los
Derechos de las Naciones y Pueblos Indígenas Originarios. Por otra
parte el TIPNIS tiene que ver con las Resoluciones de Tiquipaya, con
la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio
Climático y los Derechos de la Madre Tierra (CMPCC), las mismas que
prohíben la explotación en bosques, así como plantean claramente la
defensa de los ecosistemas y los ciclos vitales integrados. En esa
perspectiva, la Ley Marco de la Madre Tierra, que se encuentra en la
agenda de la Asamblea Legislativa Plurinacional, concibe la defensa de
los ciclos reproductivos de la vida, los ciclos del agua, por lo tanto de
las cuencas, los ciclos del suelo, los ciclos de los bosques, los ciclos del
aire, los ciclos de los seres, concebidos como componentes de la Madre
Terra. Por todas estas razones es inconcebible, desde el punto de vista
de la Constitución y desde la perspectiva del Vivir Bien, además del
enfoque de los derechos de las Naciones y Pueblos Indígenas
Originarios, la determinación del gobierno de construir la carretera que
atraviese el TIPNIS.
El debate ha puesto en la mesa la dirección del proceso, ¿por dónde
va? ¿Desarrollismo o Vivir Bien? ¿Extractivismo o alternativa al
desarrollo? Discusiones que deberían estar supuestamente resueltas
desde la aprobación de la Constitución, no lo están, pues el gobierno y
sectores interesados en promover el nombrado “desarrollo” parecen no
comprender los contenidos y los alcances de la Constitución y el sentido
del proceso constituyente. Una visión nacionalista restaura el Estado-
nación, encaminando esta regresión hacia la ampliación del modelo
extractivista, fortaleciendo de este modo las cadenas de la
dependencia, instaurada por la expansión, consolidación e
intensificación del colonialismo, método violento de la expansión
capitalista. Este debate debe ser tomado en cuenta plenamente,
considerando el momento del proceso, que se encuentra en crisis, el
contexto del proceso, su propia genealogía, el despliegue mismo del
proceso, con todas sus contradicciones y dinámicas moleculares. Sobre
todo el debate debe traer a colación una reflexión profunda sobre los
procesos en curso y sus enredos con los mapas institucionales y la
4
arquitectura estatal liberal, buscando evaluar las perspectivas de las
emancipaciones y las posibilidades de la descolonización.
La historia legal data de 1965 cuando la Ley 07401 crea el Parque
Nacional Isiboro-Sécure. En el texto de la argumentación se habla de
la “necesidad de conservar las cuencas hidrográficas, las nacientes de
los ríos para la navegación, la riqueza de los recursos naturales y la
belleza escénica, que podrían ser afectadas por la construcción de un
camino siguiendo el borde del piedemonte y por la colonización”.
Después de la Marcha por el Territorio y la Dignidad, el Decreto
Supremo 22610 del 24 de septiembre de 1990 reconoce el Parque
como Territorio Indígena, donde se asientan los pueblos Moxeño,
Yuracaré y Chimán. Desde entonces se conoce el Parque como TIPNIS;
el mismo decreto amplía su superficie a las áreas externas de los ríos
Isiboro y Sécure; de este modo se incorporan las comunidades
asentadas en las riberas de los ríos, conformando así una franja de
amortiguamiento. Este mismo año se reconoce el espacio del TIPNIS
con 1.225.347 hectáreas; sin embargo 19 años más tarde, el año 2009,
debido a la presión de los colonizadores, el presidente Evo Morales
entrega a los pueblos originarios un título ejecutorial sobre el TIPNIS,
reduciendo la superficie del territorio indígena y del parque a 1.091.656
hectáreas. Como compensación se define una línea roja que prohíbe
nuevos asentamientos. Al respecto no hay que olvidar que el TIPNIS
no deja de ser área protegida.
La historia de la carretera tiene que ver con el proyecto de
Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA); el IIRSA tiene su
origen en la primera Cumbre de Presidentes de América del Sur
celebrada entre el 30 de agosto y el 1ro de septiembre de 2000 en
Brasilia por invitación del entonces presidente Henrique Cardoso. Los
jefes de Estado observaron que el impulso de la integración
transfronteriza se vigoriza por ser una consecuencia de la proximidad
geográfica, de la identidad cultural y de la consolidación de valores
comunes. El IIRSA contempla los corredores transoceánicos que
vincularían el Atlántico con el Pacífico, posibilitando el transporte de
mercaderías entre ambos océanos. Si bien la justificación del proyecto
IIRSA habla de integración entre los países involucrados, desde el
comienzo se han hecho sentir voces que acusan al proyecto como parte
de la estrategia de dominación de los Estados Unidos de América,
también se han hecho escuchar críticas que califican al proyecto como
parte de la expansión de la potencia emergente de Brasil. La carretera
que cruza el TIPNIS forma parte de los corredores transoceánicos y por
lo tanto también del proyecto IIRSA. Sin embargo, el gobierno de Evo
Morales llegó a un acuerdo con el gobierno del entonces presidente Luiz
Inácio «Lula» da Silva para la construcción de la mentada carretera,
comprometiéndose un préstamo por parte del Banco Nacional de
Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil. Se entiende que por
lo complicado de la situación al afectar el área protegida, el parque y
5
el territorio indígena, se decide hacer tres tramos para facilitar la
aprobación de la ficha ambiental. El tramo uno y el tramo tres se
aprueban rápidamente, tramos que no atraviesan el parque, quedando
pendiente el tramo dos que sí atraviesa el parque. Esta maniobra es
notoria pues adelanta partes de un trazo comprometido, condicionando
la aprobación del tramo II. Sin embargo, ante la inminente
construcción de la carretera que atraviese el TIPNIS, los pueblos
indígenas, las comunidades indígenas asentadas en el territorio en
cuestión y las organizaciones indígenas del país, reaccionan exigiendo
consulta previa a los pueblos y comunidades, además de un tramo que
no atraviese el Parque Isiboro-Sécure. A pesar de la crónica del
anunciado conflicto, en junio de 2011 ante una concentración
campesina cocalera en Eterazama (Cochabamba), el presidente Evo
Morales dio por iniciada la construcción de la carretera Villa Tunari-San
Ignacio de Moxos. La señalada carretera tiene una longitud de 306
kilómetros, la misma que será construida en tres años por la empresa
brasileña OAS, observada en Brasil por los conflictos ambientales
ocasionados. El presidente en su discurso expresó que esta obra
promoverá el desarrollo, la vertebración de Bolivia y la integración del
país con Sudamérica. La construcción de esa vía y otras obras
complementarias demandarán una inversión de 442 millones de
dólares, de los que 332 provienen de un crédito blando otorgado por
el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil.
El conflicto está planteado; por un lado el gobierno, con el propósito
de construir la carretera que atraviesa el TIPNIS, por otro lado las
organizaciones y los pueblos indígenas, que exigen consulta previa y
que se haga otro trazo de la carretera para no afectar al ecosistema y
a los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios. Este
conflicto se muestra como síntoma de una problemática más amplia,
compleja y estructural. ¿Cuál es el proyecto del gobierno? ¿Por qué se
enfrenta sistemáticamente a los pueblos y organizaciones indígenas?
¿Por qué se aleja del cumplimiento de la Constitución y la perspectiva
del Vivir Bien? ¿Por qué se mantiene obsecuentemente en un proyecto
desarrollista y extractivista? ¿Por qué no se construye el Estado
plurinacional comunitario y autonómico? ¿Por qué no se hacen las
transformaciones institucionales y estructurales que requiere esta
construcción? ¿Por qué no se efectúa la transición transformadora y
más bien se opta por proyectos que repiten los mismos estereotipos
nacionalistas, desarrollistas y extractivistas? El debate compromete la
estructura y la dirección misma del proceso. Por eso mismo es
indispensable analizar y hacer inteligible lo que está en juego en torno
al TIPNIS.
6
Hipótesis
En el debate se han planteado algunas explicaciones del obsecuente
comportamiento del gobierno. El más conocido es el que tiene que ver
con la expansión de la frontera agrícola, haciendo entrever también las
consecuencias de la desforestación; esta ampliación está directamente
conectada con la expansión de los cultivos de coca. Ya se dio antes un
avasallamiento del territorio indígena por parte de productores de coca,
ocasionando invasión y desforestación; esta expansión ya era conocida
el 2004. La contención ante este avance se estableció mediante una
línea roja dibujada el 2009, prohibiendo toda nueva expansión. Sin
embargo, ante la construcción de la carretera se esperan nuevos
avasallamientos, desforestaciones, expansiones de la frontera agrícola
y del cultivo de coca.
Otra explicación manejada en el debate es la de la supeditación del
gobierno boliviano y de su proyecto desarrollista-extractivista al
proyecto emergente de la burguesía brasilera, en el momento de la
urgencia energética de Brasil como potencia regional. Esta
supeditación explicaría el papel condicionante de PETROBAS en la
explotación hidrocarburífera, la presencia de empresas brasileras
constructoras de caminos y de infraestructura, así como la
participación, en un principio, de una empresa brasilera en el proyecto
de San Buena Aventura1. Por otra parte, este condicionamiento
también explicaría ciertas analogías entre los gobiernos “progresistas”
de Bolivia y Brasil; estas analogías tienen que ver con combinaciones
barrocas de pretensiones de Estado de Bienestar con políticas
extractivistas y neo-extractivistas, así como con la permanencia de
prácticas monetaristas y hasta neoliberales.
La otra hipótesis tiene que ver con las nuevas alianzas del gobierno,
con los banqueros, la empresa privada, los agroindustriales de Santa
Cruz, los soyeros, es decir la burguesía intermediaria boliviana. Estas
alianzas económicas muestran el efectivo proyecto en el que se
encamina el gobierno; pasar de la estabilidad económica y la
acumulación del ahorro, lo que se habría logrado, a un modelo
económico viable asentado en los grupos económicos que
supuestamente “saben” producir y pueden “garantizar” la mentada
“seguridad alimentaria”, incluso ratificada por los propios
agroindustriales. Estas nuevas alianzas dejan en un segundo plano o,
en el peor caso, al margen, a las comunidades campesinas. Estas
alianzas económicas pueden explicar un proyecto de poder ventilado a
largo plazo, evitando conflictos e incorporando a la burguesía agraria
al proyecto gubernamental. Todo esto termina siendo coherente con la
restauración del Estado-nación y explica el dejar de lado, como
1
Ahora se ha adjudicado una empresa china el proyecto, en medio de denuncias de corrupción.
7
romanticismo, la construcción del Estado plurinacional comunitario y
autonómico.
También se ha ventilado la hipótesis de la posible existencia de
reservas hidrocarburíferas en el TIPNIS. Es el propio Ministro de
Hidrocarburos y Energía el que ha manifestado esta posibilidad.
Situación que pone aun en un más grave peligro al TIPNIS.
Independientemente de la contrastación de esta hipótesis, lo que se
hace evidente es el peso primordial que ha adquirido el modelo
extractivista en las estrategias económicas del gobierno. Con lo que
nos habríamos alejado definitivamente del Vivir Bien, de la economía
social y comunitaria, de la articulación integrada y complementaria de
la economía plural, en transición a la economía social-comunitaria y al
Vivir Bien.
Ahora bien, ¿por qué estaría pasando todo esto? Todas estas
explicaciones requieren de una hipótesis sobre la dinámica
contradictoria del proceso. ¿Cómo hemos llegado a esta situación en el
momento presente? La primera hipótesis al respecto es que no se ha
resuelto la cuestión estatal, no se ha destruido el Estado-nación, que
es la forma moderna del Estado liberal, que es la forma de legitimación
en la periferia del sistema-mundo capitalista del Estado colonial. Se ha
mas bien restaurado toda esta maquinaria sedimentada por capas,
estratificada por formas administrativas, dándose una acumulación
geológica de las reformas institucionales modernas. Lo que hace este
Estado al ser restaurado es reproducir sus múltiples formas de
dominación y reencaminar la continuidad de las estructuras de poder,
de los diagramas de fuerza, que atraviesan los cuerpos induciendo
determinados comportamientos funcionales al sistema nacionalista,
liberal y colonial. También se reproducen las relaciones de dependencia
y de supeditación del Estado-nación subalterno al orden mundial de la
dominación global del sistema-mundo capitalista. La pertenencia al
sistema financiero, que es el centro de la dominación imperial y
capitalista, el sometimiento a sus reglas, el entregar el ahorro nacional
a los bancos extranjeros, hablan de este sometimiento de la periferia
al centro de la economía-mundo capitalista. Lo mismo ocurre en lo que
respecta a los engranajes y redes de las empresas trasnacionales; por
el condicionamiento de sus monopolios tecnológicos, financieros, de
mercados, de sus mecanismos, procedimientos y agenciamientos de
influencia, terminan imponiendo sus estrategias de enajenación de los
recursos naturales y de acumulación ampliada de capital,
convirtiéndolas de forma mediatizada en políticas de Estado del
gobierno. Esto es una parte de la reproducción del Estado, su
funcionamiento implica otras más; sin necesidad de recaer en una
descripción exhaustiva es menester mencionar algunas más que tienen
que ver con agenciamientos vinculados a la economía política del
chantaje. Es sabido que los estados, sus instituciones, sobre todo
aquellas que tienen que ver con actividades económicas, se encuentran
8
atravesados por circuitos de influencias, cuoteo, participaciones ilícitas,
prebendas, doble información, sobreprecios, lo que llamaremos el
mundo de la economía paralela, economía que corroe las propias
prácticas administrativas. En otras palabras, el Estado se convierte en
un botín para grupos fortuitos de poder. Esta red de relaciones
perversas forma parte de los recovecos de una maquinaria estatal que
chirria al funcionar. Este diagrama de poder de la corrupción forma
parte de la vida cotidiana de los Estado. Cuando no se resuelve la
cuestión estatal, cuando no se desmantela esta maquinaria, cuando se
deja intacta su arquitectura, también se deja que estas prácticas
aviesas vuelvan a articularse y desplegarse, aunque sea con nuevos
personajes, una nueva élite en el poder. Obviamente el panorama se
complica cuando ampliamos la perspectiva a los circuitos del
narcotráfico. Narcotráfico, contrabando, lavado de dinero, tráfico de
tierras, vienen acompañando a la lógica del enriquecimiento fácil e
ilícito. El problema se hace agudo cuando de los márgenes de la
economía y los márgenes del Estado estos circuitos se incrustan en los
espacios y núcleos de realización de la economía formal, como la
banca, cuando terminan incrustándose en las organizaciones mismas
de las instituciones. En este caso el Estado se encuentra invadido. Esto
pasa en estados vulnerables, pero también llega a pasar en estados
no vulnerables, con tradiciones de institucionalización de larga data;
esto pasa en modelos liberales y neoliberales, tanto de la periferia
como en algunos países del centro de la geografía del sistema-mundo
y la economía mundo capitalista. Empero, lo que no neja de ser
sorprendente es que esta corrosión termine ocurriendo en gobiernos
que tienen la responsabilidad de las transiciones hacia el
poscapitalismo. Es esto lo que hay que explicar, es indispensable
entender las razones que conducen a un gobierno popular a repetir la
increíble y triste historia del otoño del patriarca. En esta perspectiva,
en la búsqueda de las condicionantes y las tendencias inherentes a las
dinámicas moleculares del proceso, debemos también identificar otras
prácticas sintomáticas en esta fabulosa reproducción de la maquinaria
estatal. Sobresalen entre estas prácticas las relaciones de
subordinación y cooptación de las organizaciones sociales, sobre todo
de la dirigencia ejecutiva. No se permite la vida autónoma de las
organizaciones, mucho menos la reaparición de movimientos sociales
de envergadura, como las que se dieron durante el periodo 2000-2005,
no se permite entonces la participación y la construcción colectiva de
las decisiones, de la dirección del proceso y de las estrategias políticas.
Las organizaciones, sobre todo sus bases, se han convertido en
referentes de legitimación de las decisiones cupulares que se toman en
el gobierno. Esta relación de subordinación de las organizaciones
sociales terminan convirtiéndose en relaciones prebéndales,
comprometiendo a la dirigencia ejecutiva en beneficios compartidos y
controlados por las instituciones gubernamentales o estatales. Estas
prácticas se parecen mucho a las prácticas de gobiernos y partidos
populistas con las organizaciones sociales y dirigencias;
9
particularmente, en lo que respecta a Bolivia, se parece mucho a las
prácticas del MNR durante los 12 años de gobiernos del nacionalismo
revolucionario (1952-1964). Estas prácticas prebéndales muestran un
mapa más complejo de las estructuras de poder; las organizaciones
sociales, los sindicatos, terminan participando del lucro del poder,
aunque lo hagan en una proporción y participación secundaria,
marginal, menos estratégica. Lo que cuenta aquí es la extensión de los
engranajes y los mecanismos de poder, no sólo para la legitimación
sino también como predominio y como aprovechamiento, aunque sólo
terminen haciéndolo las dirigencias. De esta manera se trabó y
quebrantó la posibilidad de participación y control, de conducción
colectiva, por parte de las organizaciones sociales, afectando a las
masivas fuerzas sociales, al poder constituyente de los movimientos
sociales, que son el sostén y la defensa misma del proceso.
10
En torno al TIPNIS
De acuerdo a fuentes de investigación científica sobre la
biodiversidad2el TIPNIS es el corazón de la producción de agua de
Bolivia (el 5to país con mayores reservas de agua dulce del planeta).
La interpretación de esta situación y esta condición del TIPNIS, como
ecosistema y como articulación de ecosistemas y circuitos climáticos,
se la describe de la siguiente manera:
La peculiar configuración geográfica de la cordillera de los andes en
nuestro país; en el llamado codo de los Andes la cordillera hace una
inflexión y en lugar de ir de sur a norte va de oriente a occidente. Los
contrafuertes andinos reciben los vientos que provienen de la
Amazonia (barlovento) recogiendo la humedad de la
evapotranspiración de la biomasa boscosa; estos vientos se elevan
cambiando de curso, se enfrían, forman nubes (cúmulos
cumnuloninmbus) que se precipitan en ese lugar en un circuito
permanente de lluvia que es el factor más importante de generación
de biodiversidad. También las masas de nubes pasan al otro lado de la
cordillera hacia los valles secos de Cochabamba y mesotérmicos de
Santa Cruz dando lugar a bofedales, lagunas y cursos de agua
responsables de la relativa humedad de algunos de estos valles
productivos. Estas lagunas además de proveer agua (ejemplo Misicuni)
también proveen energía hidroeléctrica (ejemplo Corani). Las nubes
que atraviesan la cordillera también son responsables de la
biodiversidad de los bosques de altura (ejemplo La Siberia en al
camino antiguo Santa Cruz-Cochabamba) que forman cursos de agua
para los valles de Santa Cruz (ejemplo Comarapa).
La conclusión del análisis de los mapas climáticos que saca la fuente
mencionada es categórica:
En fin, queda claro que existe un serio riesgo climático en estas dos
regiones (cuenca del rio Mamoré) y valles de Cochabamba, si se da
un proceso de deforestación en los bosques amazónicos del sub-
andino. Dicho proceso de deforestación es, honestamente, imposible
de ser evitado si se dan asientos de colonización en la carretera, ya
que la cultura de la tala y quema seguramente podrá ser erradicada en
un número de años no menor a los requeridos para deforestar el 80%
del bosque tropical que está en la región que tratamos.
2
Unidad de investigación sobre biodiversidad de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
11
Otra conclusión que saca el análisis científico es ilustrativa:
Por otro lado, será importante saber que la cantidad de suelo anegadizo
en la región del trazo que cruza el TIPNIS es tan grande que hasta la
mejor ingeniería va a tener serios problemas para su ejecución. Esta
demás decir que el trazo por el lado oriente es sobre suelo mas fijo y
de mejor transitabilidad.
Son elocuentes los mapas que se presenta y el dibujo que termina
interpretando gráficamente esta dramática evaluación de la situación
vulnerable del TIPNIS.
12
13
14
¿Qué podemos decir al respecto? En relación a este análisis y
descripción de las condiciones, pero también de las probables
consecuencias si se produce el quiebre del Territorio y Parque Isiboro-
Sécure, queda claro que la defensa del TIPNIS es no sólo
responsabilidad de las comunidades de las naciones y pueblos
indígenas originarios que lo habitan, sino también de todos los
bolivianos y bolivianas conscientes del problema y la problemática, de
todos los bolivianos y bolivianas que aprobamos la Constitución Política
del Estado. El TIPNIS es el corazón de la producción de agua de Bolivia,
no hay dónde perderse, si se ejecuta el proyecto extractivista, el
proyecto IIRSA, la vinculación transoceánica, conllevando el
desplazamiento e invasión cocalera, no sólo se terminará
desforestando, degradando y destruyendo uno de los ecosistemas más
ricos en biodiversidad del planeta, sino que también se habrá quebrado
el corazón de la producción de agua, se habrá cortado con la
articulación de los ciclos del agua conectados a los ciclos climáticos, a
los ciclos del suelo, a los ciclos de los bosques, a los ciclos de
reproducción de la vida. Cochabamba disminuirá progresivamente su
régimen hidrológico y con el pasar del tiempo quedará sin agua,
cambiando los climas de los grandes entornos geográficos y regionales
del TIPNIS. Se entiende que a mentalidades desarrollistas,
extractivistas, modernistas e industrialistas, estas consecuencias les
preocupo poco, si no es que nada, pues ellos miden los costos y
beneficios en términos monetarios, en términos de la brutal y reducida
contabilidad capitalista. En sus imaginarios colonizados no entran para
nada los costos ambientales, los costos ecológicos; ahora sabemos que
no les interesa para nada los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios. ¿Qué es el desarrollo para estas mentalidades?
Podemos interpretar que se trata del goce inmediato compulsivo de la
ilusión dineraria; estos tardíos burgueses internacionalizados no llegan
a un diseño estratégico de dominación; al contrario, se supeditan a
potencias, a las estrategias de estas potencias, creyendo que del
rebalse de las ganancias de la acumulación ampliada de capital, a
escala mundial, les va tocar una parte. No son solamente ilusos, sino
que también expresan la consciencia desdichada de las burguesías
tardías y periféricas. El desarrollo al que apuestan es el desarrollo
capitalista, que se da en escala mundial; este desarrollo produce
“subdesarrollo” y dependencia en la periferia del sistema-mundo
capitalista. Estos gobernantes al servicio de estrategias hegemónicas
y de dominación a escala mundial, esta lumpenburguesía, como la
llamaba André Gunder Frank, no son otra cosa que dispositivos y
15
agenciamientos de los diagramas de poder, de los mapas de fuerza, de
la dominación global del capitalismo contemporáneo.
El conflicto del TIPNIS ha puesto en evidencia los nuevos frentes
políticos, sociales, económicos y culturales, frentes dibujados en la
coyuntura crítica del proceso; por un lado, defendiendo los derechos
de la Madre Tierra, están las naciones y pueblos indígenas originarios,
sobre todo los movimientos y organizaciones propiamente indígenas,
constatados en sus formas de organización, formas de representación,
mandos rotativos, normas y procedimientos propios, instituciones
ancestrales y cosmovisiones nativas; estas naciones y pueblos están
apoyados por nuevos movimientos juveniles y urbanos, también por
históricos movimientos como los regantes3, los guerreros del agua y
los guerreros del gas. Por otro lado, apoyando el trazo de la carretera
por el TIPNIS, están las organizaciones campesinas, organizadas en
sindicatos (CSUTCB, CNMCIOB “BS”, CSCIB); todo el conglomerado
campesino, de alguna manera conducido por las federaciones
cocaleras. Todo este conjunto, mas o menos cohesionado, también
diferenciado y plural, así mismo abigarrado, que fue parte del llamado
“bloque popular”, ahora se encuentra llevando al ascenso desbocado a
una nueva burguesía emergente, de nuevos ricos y nuevos
intermediarios en los circuitos de capital, mercancías, transgénicos,
contrabandos, tráficos, incluyendo los del narcotráfico. Lo hace en el
desplazamiento constante hacia alianzas inesperadas con los
agroindustriales de Santa Cruz, la burguesía intermediaria, la banca,
las empresas trasnacionales de los hidrocarburos y la minería, las
empresas constructoras brasileras y el gobierno brasilero.
Tomando en cuenta esta mapa de fuerzas, respecto a lo que decimos
y afirmamos, vamos a respaldarnos en el análisis que hace Enrique
Ormachea, Investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo
Laboral y Agrario (CEDLA), quien hace una ilustrativa descripción de la
dinámica estructura de clases en la coyuntura, lo que nos permite
elucidar el carácter de la lucha de clases y de la guerra descolonizadora
en el momento de la crisis del proceso. Enrique Ormachea escribe:
Una buena parte de los cocaleros son ya campesinos ricos o
acomodados porque obtienen ganancias gracias a la apropiación de
3
Los reales regantes, desplazados por la maniobra montada del MAS cuando se eligió a sus supuestos
nuevos representantes, que no son otra cosa que loteadores. Esta suplantación aviesa fue avalada por el
Vicepresidente. Los verdaderos regantes, los históricos regantes ligados a la Guerra del Agua, quedaron
marginados. Hablamos entonces delos históricos regantes, los luchadores y defensores de las formas
comunitarias de administración y gestión del agua.
16
trabajo ajeno, pues producen normalmente con el concurso de peones
asalariados. Por el contrario, los indígenas yuaracarés, moxeños y
chimanes que habitan en el Territorio Indígena y Parque Nacional
Isiboro Sécure (TIPNIS) –y la mayor parte de los indígenas de las
tierras bajas– además de realizar actividades agrícolas en chacos que
usufructúan individualmente y que combinan con otro tipo de
actividades económicas vinculadas con el mercado (como la extracción
de recursos forestales y la elaboración de artesanías), normalmente se
ven obligados a vender temporalmente su fuerza de trabajo a
ganaderos, madereros y a los propios cocaleros para asegurar su
medios de subsistencia. En este sentido, mientras los primeros son
pequeños y hasta pequeñísimos capitalistas, los segundos son
mayoritariamente semiproletarios4.
Esta descripción es importante pues nos ubica de lleno en la relación
social, en la relación de dominación de un conglomerado social sobre
otro, de una dinámica bullente de monocultivo, agrícola, comercial,
encaminada a la expansión de la frontera agrícola, de la comunicación
carretera y caminera, sobre otra dinámica, apegada al territorio, a las
normas y procedimientos propios, a las instituciones ancestrales, a la
búsqueda de un proyecto alternativo al desarrollo y a la modernidad,
que actualice las comunidades ancestrales, sus manejos territoriales y
de bosques, combinándolos con formas de organización emergentes y
en la perspectiva establecida en la Constitución, perspectiva traducida
como la del vivir bien. Lo que fue el “bloque popular”, que se coaligó y
expulsó a la mega-coalición neoliberal, terminó mostrando su
composición diferencial y ha terminado de manifestar las
contradicciones inherentes rápidamente, justo en el momento de
transición hacia el Estado plurinacional comunitario y autonómico. Esta
abertura y quiebre del “bloque popular” evidencia la existencia de
proyectos distintos, dicotómicos y contradictorios; un proyecto
capitalista, desarrollista, extractivista, dependiente, articulándose al
reacomodo de las estructuras y formas de intercambio en la
geopolíticas del sistema mundo capitalistas; otro proyecto emergente,
nacido de las entrañas de las luchas sociales contra el neoliberalismo
y de las entrañas de la guerra anticolonial y descolonizadora de las
naciones y pueblos indígenas originarios, que ha expresado su
horizonte civilizatorio en la Constitución, en tanto Estado plurinacional
comunitario y autonómico, en tanto economía social y comunitaria, en
4
Bolpress; 3 de septiembre 2011.
17
tanto modelo civilizatorio alternativo al capitalismo, la modernidad y el
desarrollo.
Los dos proyectos no pueden coexistir en el proceso, son opuestos;
uno se coloca en la continuidad de la misma civilización moderna,
capitalista, desarrollista y extractivista, el otro apunta a abolir esta
civilización, abriendo la posibilidad civilizatoria alternativa haciendo
emerger configuraciones culturales inhibidas por los colonialismo y los
capitalismos, actualizándolos y combinándolos con formas
autogestionarias y solidarias contemporáneas. Este proyecto se opone
abiertamente al desarrollismo y al extractivismo, se encamina más
bien a restaurar las complementariedades dinámicas con los
ecosistemas, seres, ciclos vitales interrelacionados e integrados en las
formas complejas de reproducción de la vida. No debe sorprendernos
entonces los conflictos que se dan entre el gobierno y las naciones y
pueblos indígenas originarios, pues el gobierno se ha convertido en la
expresión política e institucional del proyecto de continuidad
capitalista, desarrollista, extractivista y de monocultivos. ¿Por qué ha
sucedido esto?
La contradicción era latente, solo que no tuvo las condiciones de
posibilidad para mostrarse; una cosa era luchar contra los gobiernos
neoliberales y el proyecto neoliberal en curso y otra cosa es abolir el
Estado-nación, construir el Estado plurinacional comunitario y
autonómico, en la perspectiva del modelo civilizatorio del Vivir Bien,
que se basa en el respeto de los derechos de los seres, componentes
y ciclos vitales de la Madre Tierra. En lo que fue el “bloque popular”
hay clases sociales que no están dispuestas a abandonar las formas de
monocultivo, menos la producción de coca, también de cocaína, no
están dispuestas a renunciar a la expansión de la frontera agrícola a
costa de los bosques y ecosistemas, no están dispuestas a renunciar a
las ganancias y, sobre todo, a las ganancias fáciles, tampoco van a
renunciar a una compulsión individual por la tenencia de la tierra,
aunque esto implique violar la Constitución.
La CSUTCB ha desarrollado un anteproyecto de Ley que contempla la
desaparición de las TCOs porque las considera latifundios, también
contempla la redistribución de la tierra de forma individual,
contraviniendo a la Constitución que establece la reversión de tierras a
comunidades indígenas y campesinas de forma colectiva. Sorprende
que en las argumentaciones justificadoras del anteproyecto se ventilen
calificativos de “terratenientes” para los indígenas que habitan las
TCOs, llama la atención que se olviden de los latifundistas y
18
terratenientes históricos, contra los que se había tenido una larga
lucha, precisamente por la reforma agraria. ¿Qué pasa? ¿Otros son los
enemigos? Ahora son los indígenas, las naciones y pueblos indígenas,
sus organizaciones, sus formas colectivas de propiedad, sus gestiones
territoriales ancestrales. Ahora, en cambio, los campesinos son aliados
los latifundistas y terratenientes históricos, los agroindustriales, los
soyeros, que emplean transgénicos, los empresarios, pues ellos, así
como los campesinos, persiguen la continuidad del mismo modelo
capitalista, desarrollista, extractivista. Ahora las alianzas son otras y
los frentes de la lucha son otros.
El conflicto en torno al TIPNIOS es demostrativo por poner al
descubierto de una manera descarnada estas contradicciones:
Acicateados entonces por sus crecientes motivaciones de acumulación,
los cocaleros del trópico de Cochabamba se han visto en la necesidad
de acrecentar sus propiedades, lo que implica expandir la frontera
agrícola. Sin embargo, esta expansión sólo puede darse hacia dos
zonas claramente definidas. Por un lado, hacia el TIPNIS y, por otro
lado, hacia el departamento de Santa Cruz; esta última opción
implicaría avanzar sobre tierras que ya están ocupadas tanto por otros
colonizadores (buena parte de ellos también campesinos ricos) como
por pequeñas, medianas y grandes empresas capitalistas agrícolas y
ganaderas articuladas a la agroindustria5.
Al respecto y de una manera contextual, Mayari Castillo y Anahí
Durand, escriben en Identidades, etnicidad y racismo en América
Latina, que:
En primer lugar, la economía de la coca, aunque no reconocida
oficialmente, genera una porción importante del PIB de Bolivia.
Durante la peor crisis económica, la economía ilegal de la coca permitió
sustentar la aplicación de los ajustes estructurales, siendo válvula de
escape de la pobreza y un nuevo espacio laboral para los ex mineros
de las recién cerradas minas de la COB (Lanza, 1999). De la misma
manera, frente a una economía con crecimiento estancado o negativo
y uno de los índices de pobreza más altos de América Latina, la
cooperación internacional radicada en Bolivia constituía una importante
fuente de ingreso. En los últimos doce años, Bolivia recibió por
concepto de asistencia financiera oficial cerca del 11% del PIB. Sumado
5
Bolpress.
19
a los aportes de agencias privadas, ONG y otros, la cifra se eleva a un
15% (Grebe, 2002). También pudo reprogramar su deuda financiera
gracias a los recursos donados por Europa y, hasta hace poco, recibía
financiamiento de organismos multilaterales como el Banco Mundial,
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de
Fomento, además de financiamiento de carácter bilateral desde Japón,
Estados Unidos, Alemania y Países Bajos. La mayor parte de estos
apoyos estaban condicionados al cumplimiento de metas sobre control
del narcotráfico, incluyendo la erradicación del cultivo de la hoja de
coca. Por ello, la resistencia cocalera al cumplimiento de metas
otorgaba al conflicto una importancia nacional6.
Los investigadores nos dejan en este dibujo panorámico y de
evaluación del movimiento cocalero determinados perfiles de la
problemática; primero se habla de una economía de la coca, una
economía subterránea, que sostiene parte del funcionamiento de los
circuitos económicos. Segundo, que con el propósito de erradicación y
sustitución de los cultivos de coca, la cooperación internacional ha
financiado programas de apoyo a la diversificación de la producción
agrícola, así como programas de interdicción. Todo esto puede
considerarse también como parte de las inyecciones monetarias al
campo económico boliviano, incidiendo en la formación de su Producto
Interno Bruto (PIB). En otras palabras, la economía de la coca forma
parte de la realidad, como uno de sus niveles, en la compleja
sedimentación de sus ámbitos, mundos paralelos o colaterales. Esta
economía de la coca es tan importante que no sólo dibuja circuitos,
recorridos, articulaciones con otros niveles económicos, sino que
también ha terminado constituyendo sujetos sociales, subjetividades e
imaginarios, incluso instrumentos políticos y electorales, además de
lograr catapultar a las Federaciones Cocaleras al gobierno. Se sabe que
por lo menos dos ámbitos territoriales campesinos están articulados a
la economía de la coca, Los Yungas y El Chapare, además de otros
territorios de expansión, comprendiendo otras zonas más circunscritas
y dispersas, que fueron tradicionales en el cultivo de la hoja de coca,
como el caso de Apolo e Inquisivi; también hay que considerar la
irradiación espacial de la economía de la coca en relación a otros
circuitos comerciales y flujos dinerarios, de mercancías y migraciones.
También sabemos que la economía de la coca ha estado articulada a la
historia económica de la Audiencia de Charcas y de los periodos
6
Mayari Castillo y Anahí Durand: Movimiento cocalero, política y representación: los casos boliviano y
peruano. Edición de Fernando García, FLACSO 2008, Quito.
20
republicanos; el ciclo de la economía de la plata, el ciclo de la economía
del estaño y, también, aunque de un modo más indirecto y con muchas
mediaciones, al actual ciclo de la economía de los hidrocarburos. La
economía de la coca ha formado parte entonces de las estructuras
económicas, de sus flujos, circuitos y recorridos.
Por otra parte, podemos abrirnos a la comprensión de las estrategias
diferenciales, plurales, cíclicas y rítmicas de las economías campesinas,
atravesadas por complementariedades, reciprocidades, también por
transformaciones del ayni y la mink’a, como formas de relación por
servicios y especies, por un lado, y por trabajos y dinero, por otro.
Comprender también que las formas de organización son complejas,
variadas, expansibles o contraíbles, dependiendo de la forma como se
relacionan las unidades domesticas con las familias, con las estructuras
familiares, comprendiendo edades, género y generaciones. Así mismo
tener en cuenta las diferentes prácticas de los vecinos respecto a las
prácticas combinadas de los pueblos y comunidades. Todo esto nos
muestra una combinación rica de estrategias y de estructuras, de
composiciones y de ritmos cíclicos, dependiendo del producto, de las
interrelaciones entre productos, dependiendo también del lugar y del
momento. Las economías campesinas son configuradas por
racionalidades alternativas y colaterales a la racionalidad moderna y
eficaz del cálculo del costo y beneficio. En otras palabras, es imposible
comprender las estrategias campesinas a partir de la reducida
contabilidad económica. Se trata de otras racionalidades, que
funcionan flexiblemente, dúctilmente y en combinaciones abiertas7.
Empero, algo que podemos compartir con cierta certeza es que, de
todas maneras, se trata de economías articuladas al mercado y a los
vaivenes del mercado, por lo tanto a los movimientos de los precios de
los productos. Ahora bien, un cultivo y producto altamente rentable es
la coca, incluso en momentos de bajos precios; esto debido a los
rendimientos, sobre todo a las cosechas que se dan al año. Lo que
decimos vale mucho más cuando los precios de la hoja de coca suben
estrepitosamente, debido a factores externos de extrema
imponderabilidad, como la debida al comercio del narcotráfico, sobre
todo de la cocaína.
Bajo estas consideraciones es posible una hipótesis en relación a la
expansión estrepitosa de los cultivos de la hoja de coca, incluyendo la
invasión a los parques y territorios indígenas. Es tan gravitante el
7
Revisar el libro de Alison Spedding Kawsachun Coca.Economía campesina cocalera en los Yungas y el
Chapare. PIEB 204. La Paz.
21
comercio de la cocaína, tal la incidencia de sus circuitos, de su
capacidad de irradiación, de su fuerza financiera, de sus múltiples
estratégicas de tráfico, que se ha convertido en el núcleo explicativo
de la propia economía de la coca, por lo tanto no sólo de los circuitos
y de la acumulación sino de la expansión compulsiva del monocultivo.
Independientemente de cualquier pretensión moral o de pose artificial
sobre la problemática de la cocaína, pretensión y pose falsa de las
potencias, de NNUU y de la cooperación internacional, lo que importan
es comprender claramente el conflicto suscitado en torno al TIPNIS, así
como los conflictos que se han dado sucesivamente, contiendas
anteriores y en perspectiva, repetidos intermitentemente, colisiones
del gobierno con las naciones y pueblos indígenas originarios, desde la
aprobación de la Constitución; lo que importa es comprender el
conflicto a partir de las fuerzas involucradas, de las tendencias, de los
proyectos inherentes. La economía de la coca forma parte de la
economía de la cocaína y la economía de la cocaína forma parte de las
economías del sistema-mundo capitalista. Una apuesta por la
expansión del monocultivo de la coca forma parte de la expansión
compulsiva de la economía de la cocaína y obviamente de la
acumulación ampliada de capital en la economía-mundo capitalista.
Apostar por esta salida, se lo haga abiertamente, como en el caso de
las decisiones prácticas que toman los cocaleros, o veladamente,
haciendo como si no se viera nada, como ocurre con el comportamiento
del gobierno respecto a esta problemática, no importa, pero apostar
por esta salida significa la continuidad del modelo capitalista,
desarrollista extractivista y dependiente, ahora atravesado por la
economía política del chantaje, es decir por la economía de la cocaína,
como una de sus formas. Este proyecto continuista se enfrenta
abiertamente al otro proyecto, nacido de las entrañas de las luchas
sociales y de la guerra anticolonial y descolonizadora, expresada
plenamente en la Constitución. Este modelo es el del Vivir Bien, modelo
civilizatorio alternativo al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo.
Este modelo se basa en la condición plurinacional, en la condición
comunitaria, en la condición autonómica y en la condición intercultural,
por lo tanto este modelo se basa en las cosmovisiones indígenas y en
la reconstitución de los territorios ancestrales, actualmente habitados,
como reza la Constitución. Este modelo supone un descentramiento
radical del antropocentrismo, desplazándose al reconocimiento de la
condición vital de los otros seres que componen la Madre Tierra,
reconociendo su condición de sujetos y reconociendo sus derechos.
Esta concepción está plasmada en el proyecto de Ley de la Madre
22
Tierra. El conflicto del TIPNIS está expresando entonces la guerra de
dos proyectos opuestos, antagónicos, de modelos encontrados, uno el
capitalista y moderno, el otro alternativo al capitalismo y la
modernidad. Hay una lucha de clases y una guerra anticolonial y
descolonizadora en curso, con sus sujetos sociales, sus organizaciones,
sus instituciones opuestas, incluso con sus diferentes formaciones
discursivas en franco y abierto debate.
Volviendo al análisis de Enrique Ormachea, podemos dimensionar los
alcances concretos del conflicto en torno al TIPNIS. Entonces el
conflicto especifico, en el territorio, en los límites del parque y en el
interior del parque, en el llamado bloque 7, que es la zona de
avasallamiento del parque por los colonizadores, es entre comunidades
indígenas y colonizadores, comunidades indígenas y cocaleros. En el
documento citado se escribe:
Si en algo hacen hincapié los indígenas cuando plantean la defensa
del TIPNIS es en el tema de la expansión cocalera y sus efectos. No
les faltan razones. En el Gobierno de Evo Morales se les ha recortado
alrededor de 145 mil hectáreas que acabaron siendo dotadas a
cocaleros que habían ocupado estas tierras de hecho, al aprobar un
título final de propiedad colectiva de 1.091.656 hectáreas frente al
título ejecutorial concedido en 1997 que ascendía a 1.236.296
hectáreas8.
La legitimación del avasallamiento ya muestra el sentido del gobierno,
de sus políticas en relación a la tierra y al territorio, en relación de lo
que respecta a las áreas protegidas y territorios indígenas. El gobierno
responde en primer lugar, en el plano afectivo y de los compromisos
orgánicos, a las federaciones cocaleras, también a las organizaciones
de colonizadores, llamados ahora interculturales, que ya cuenta con
más de un millón de afiliados, así mismo responde a los compromisos
sindicales con las organizaciones campesinas, constituidas en la
CSUTCB y en la confederación de mujeres campesinas, las conocidas
como “bartolinas”; en segundo lugar, ya en un plano político,
responde a la continuidad del proyecto capitalista, desarrollista,
extractivista, dependiente, otorgándole un carácter popular al
proyecto; en tercer lugar, ya en un plano estratégico o geopolítico, el
gobierno está supeditado a la irradiación de la política expansionista
y hegemónica del Estado brasilero; en cuarto lugar, ya en un plano
de las complicaciones de las que no puede zafarse, atado a las
herencias de las lógicas de poder persistente, responde a los
condicionamientos de las empresas trasnacionales, tanto de los
hidrocarburos como de la minería; en quinto lugar, ya en el plan de
8
Bolpress.
23
las nuevas alianzas, responde a los acuerdos económicos con la
burguesía intermediaria boliviana, los agroindustriales, los soyeros y
las mediaciones de los grandes monopolios de las empresas de
transgénicos. La presión sobre la frontera agrícola cocalera y
colonizadora se da no solo con la benevolencia del gobierno sino en
alianza estratégica con los agroindustriales y soyeros, es decir, la
burguesía intermediaria. Todos ellos forman parte de la composición
social, económica, subjetiva e imaginaria del proyecto desarrollista-
extractivista.
Esta situación es vivida, intuida, comprendida y elucidada por las
organizaciones indígenas del CIDOB y CONAMAQ. Se comenta el
testimonio de uno de los dirigentes del TIPNIS que estuvo en la VIII
marcha indígena:
En una entrevista reciente, el dirigente indígena Adolfo Moye ha
señalado que, a raíz de la expansión de los cocaleros hacia las
comunidades indígenas del TIPNIS, muchas terminaron rodeadas de
colonos “…por ejemplo, la comunidad de Santísima Trinidad donde yo
vivo junto a 140 familias indígenas mezcladas con algunos colonos,
hemos quedado al centro de la zona colonizada y rodeada por
cocaleros. En la comunidad Limo, los hermanos del pueblo moxeño
yuracaré ahora tienen apenas una hectárea y trabajan como
empleados de los colonos. Sus hijos han tenido que migrar a las
ciudades capitales para buscar empleo queriendo adoptar otra forma
de vida; en muchos pueblos solo quedan los viejitos. Algunas
comunidades, como Puerto Patiño e Isiborito, se extinguieron y no
sabemos a dónde se fueron esos hermanos…”. (Entrevista en el Foro
Social de Asunción)10.
El testimonio de Adolfo Moye es elocuente; lo que describe es una
relación de dominación de los cocaleros y de los colonizadores sobre
los indígenas del TIPNIS. Los indígenas no solamente son
discriminados y explotados, sino vistos como menos. No se los
considera iguales, ni se establece con ellos relaciones de igualdad.
Esto ocurre de manera dramática en los lugares de intersección entre
comunidades indígenas y colonos; si bien no ocurre lo mismo cuando
los dirigentes de las organizaciones indígenas y de las organizaciones
campesinas entablan relaciones de organización, de discusión,
cuando entablan acuerdos y pactan sobre temas de interés común,
pues a este nivel se entiende que no considerarse como iguales sería
una muestra insostenible de racismo. No ocurre porque a ese nivel se
tiene otra concepción de lo que es ser indígena; somos todos
9
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10
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24
indígenas, aymaras, quischwas, urus, chipayas, guaranís, moxeños,
chácobos, chimánes, yuracarés. La diferencia está en que unos somos
campesinos y otros conservan la propiedad comunitaria, el ayllu; unos
estamos organizados en sindicatos y otros en las formas organizativas
propias comunitarias. Este discurso se mantuvo durante parte de la
vida del Pacto de Unidad, sobre todo durante el proceso
constituyente. Ahora parece desmoronarse este discurso ante la
evidencia de las grandes diferencias, discrepancias de concepciones,
de intereses y de proyectos. Los dirigentes campesinos se acercan
rápidamente a los prejuicios que tienen los campesinos y colonos que
habitan los lugares limítrofes con territorios indígenas. Sobre todo
ahora, cuando se da el conflicto del TIPNIS, los dirigentes campesinos
se apegan más a defender el discurso gubernamental
estridentemente descalificador del movimiento indígena en defensa
de sus derechos, consagrados por la Constitución. El “bloque popular”
se ha roto.
Esta descripción me recuerda a lo que ocurría años atrás, cuando era
vigente, convocativo e irradiante el proletariado minero; a pesar de
su consciencia de clase, de su condición de clase compuesta por el
desclasamiento de las otras clases, de clase que debería abolir todas
las clases, los mineros mantenían relaciones de dominación,
subordinando a las comunidades indígenas y campesinas aledañas a
los campamentos. ¿Por qué ocurre esto? Se notaba un aire de
superioridad; una cosa implica estar ligado al campamento minero, a
la explotación de las vetas mineras, a los ingenios, a la organización
capitalista del trabajo, y otra cosa significa estar ligado a los ayllus, a
las comunidades, donde preponderaban “modos” de producción pre-
capitalistas y no-capitalistas. La diferencia estaba dada. Los mineros
compartían una ilusión desarrollista y un imaginario modernista, en
contraposición de los indígenas y campesinos, que más bien
expresaban un apego a otros imaginarios, mas bien animistas. Una
de las consecuencias de la modernidad fue esta descalificación de
otras formas de vida, de otras formas de cohesión social y de
relacionamiento, que no sean las propias de la modernidad.
Las investigaciones y los estudios sociológicos han descrito y han
teorizado sobre la transición a la modernidad; el desencanto, la
desacralización, la ruptura y quiebre de las comunidades, de las
instituciones y estructuras tradicionales, forma parte de las hipótesis
iniciales de estos estudios y estos análisis. El paso de la familia
extendida y compuesta a la familia nuclear, las migraciones rural-
urbanas, la atomización y la individualización, la homogeneización de
los comportamientos y las conductas, el disciplinamiento, forman
parte de este proceso de modernización, entendida como una
dinámica cultural y civilizatoria que pone en suspenso los valores y
las instituciones tradicionales; la modernidad entendida como
experiencia de la vertiginosidad, sensibilidad estética que expresa
25
esta experiencia como cuando todo lo sólido se desvanece en el aire,
frase de Shakespeare, recogida por Marx11. La historia de la
representación de la modernidad es toda una arqueología, comienza
con los poetas malditos, quienes le atribuyen características estéticas
y lúdicas, haciendo hincapié sobre todo en la experiencia de la
vertiginosidad y el suspenso. El concepto es retomado por la
sociología y la economía empero de una manera más instrumental y
descriptiva, perdiendo sus ribetes poéticos, empezando a adquirir
perfiles organizacionales, estructurales, institucionales y de
relaciones de mapas definidos de transvaloración y transición
modernizadora. Marx y algunas corrientes marxistas retoman el
concepto dándole un carácter dialéctico, retomando algunas ideas
iniciales de la experiencia de la transformación desbocada. Ya en la
etapa de balance habría que contar con el análisis desplegado por
Marshall Berman; estudio que intitula precisamente Todo lo sólido se
desvanece en el aire12. En las corrientes marxistas teóricas
contemporáneas un antecedente de la crítica de la modernidad es el
libro de Adorno y Horkheimer titulado Dialéctica del iluminismo13.
Quizás sea el análisis más penetrante de la modernidad, a la que
caracterizan como iluminismo, que también puede ser retomada
como crítica; de lo que se trata entonces es de desplegar una crítica
de la crítica, un iluminismo del iluminismo. Ponen en cuestión los
mitos de la modernidad, como la idea de progreso y el mito de la
historia; también ponen en cuestión la pretensión moderna de
dominación de la naturaleza. Queda claro en los autores, que hacen
la crítica de la racionalidad instrumental, que no basta hacer una
crítica de la economía política, sino que es necesaria y urgente hacer
una crítica de la modernidad, matriz histórica y cultural, civilizatoria,
en la que emerge y se recicla el capitalismo. Después de ellos, todas
las escuelas, corrientes teóricas críticas de la modernidad, son
deudoras de la apertura iniciada por la Escuela de Frankfurt. A
nosotros nos interesa retomar las críticas de la modernidad en los
contextos periféricos del sistema-mundo capitalista, pues nos
interesa comprender los fenómenos complejos, abigarrados y
heterogéneos que desata la modernización en nuestras regiones y
países.
Marshall Berman escribe sobre el modernismo del subdesarrollo y
toma en cuenta el caso de San Petersburgo, dice que se trata de
modernidades impulsadas desde arriba, por el Estado, el poder;
quizás también por algunas élites. Son construcciones titánicas que
se enfrentan a los pantanos, es la voluntad de la geometría que
termina imponiéndose a la adversidad, a pesar de las inundaciones
11
La frase aparece en la obra de Shakespeare La Tempestad, Marx, la retoma para caracterizar
metafóricamente a la modernidad.
12
Marshall Berman: Todo lo sólido se desvanece en el aire. Siglo XXI 1994; México.
13
Adorno y Horkheimer: Dialéctica del iluminismo; Trota, Madrid.
26
centenarias. Se trata de espacios modernos pero sin contar con una
vida moderna, espacios públicos que no llegan a tener vida pública.
¿Qué es la modernidad en estos lugares insondables? ¿Es una ilusión?
¿Un espejismo? ¿Un fabuloso monumento? Todo lo demás no llega a
ser moderno, las instituciones, el manejo de las instituciones, el
Estado, la administración del Estado; tampoco las subjetividades.
Estamos ante transiciones problemáticas, cuando el pasado no
termina de irse, mas bien se queda persistentemente, combinándose
con esas proposiciones iluministas de futuro. Se producen
composiciones intrincadas que contienen también subjetividades
recargadas, que acompañan a comportamientos que moran mundos
que cohabitan. René Zabaleta Mercado habla de formaciones
abigarradas y Bolívar Echeverría de modernidades barrocas14. ¿Qué
es la modernidad en la periferia del sistema-mundo capitalista? Las
corrientes hindúes que estudian la subalternidad conciben que mas
bien hay que comprender modernidades heterogéneas o la
modernidad en su condición heterogénea15.
Ciertamente no se puede hablar del ámbito social del campesinado
como si fuera homogéneo; esto desde ya está descartado. Estamos
ante un campo complejo y diferencial, cuyos ciclos y articulaciones
con el mercado también son variados. En un tiempo se pensó que la
campesinización y la re-campesinización formaban parte de procesos
de resistencia a la diseminación capitalista. Se mostraban
contradicciones de las formaciones campesinas con el mercado, con
el capitalismo y con el capital a partir de la tesis de la subsunción
formal del trabajo al capital16. En Bolivia se realizaron estudios de la
cuestión agraria, sobre todo de las economías campesinas, a partir de
su irrupción misma, irrupción que se da desde la expansión de las
formas de pequeña propiedad agraria a partir de la reforma agraria
de 1953. Se pueden hacer distintas clasificaciones de un abundante
material, que llega hasta nuestros días, empero nos interesa, por los
límites y las razones implícitas de este ensayo, dibujar grandes
campos de análisis. Se puede apreciar que una de las áreas de
preocupación, quizás las más economicista, está relacionada con las
evaluaciones de la reforma agraria y la búsqueda por reencaminarla;
otra área de preocupación es la que tiene que ver con los estudios de
caso, con un enfoque sociológico; quizás los más interesantes son los
estudios que vienen acompañados de un orientación antropológica,
14
Ver de Zavaleta Mercado Lo nacional-popular en Bolivia; Amigos del Libro; La Paz. También de Bolívar
Echeverría Crítica de la modernidad capitalista; Vicepresidencia del Estado Plurinacional 2011; La Paz.
15
Revisar de Partha Chatterjee La nación entiempo heterogéneo. Siglo XXI-CLACSO 2008; Buenos Aires.
16
Roger Bartra ha realizado estudios antropológicos sobre la identidad mexicana; en tanto que Armando
Bartra ha realizado estudios sobre las problemáticas que envuelven al mundo campesino e indígena, en
parte rescatando sus luchas por la reforma agraria, en parte recuperando la condición de comunidad,
pero también mostrando las formas de subsunción formal del trabajo al capital en la que están
involucrados sus circuitos.
27
sobre todo por el aporte etnográfico en el análisis de las estructuras
y las instituciones involucradas. No podemos dejar de considerar los
estudios sobre la estructura agraria y de clases desde una perspectiva
marxista, mas bien, análisis macros que estudios locales o regionales.
Por último, deberíamos considerar un área de trabajos de
investigación antropológicas, sociológicas y económicas, de enfoque
mas bien integral, que cuestiona las perspectivas anteriores,
consideradas estáticas, que no contemplan las dinámicas locales,
diferenciales, cíclicas y de estructuras de cambiantes, vinculadas a las
estrategias de adaptación a las circunstancias de las formas de
organización campesinas. Quizás las más aportadoras a la elucidación
y a la inteligibilidad de la problemática campesina sean estos
estudios17. En relación a toda esta arqueología del saber de la
cuestión agraria, debemos apreciar sus mapas conceptuales para
poder atender con una mirada escrutadora a los recientes
desplazamientos de las economías campesinas.
Obviamente lo que se requiere para lograr una comprensión adecuada
de lo que ocurre son investigaciones a profundidad y en los distintos
espacios de desplazamiento de las formas de organización
campesina; empero a falta de estas investigaciones, nos vemos
obligados a lanzar algunas hipótesis interpretativas de lo ocurre en la
coyuntura crítica del proceso con las economías y formas de
organización campesina, sus estrategias y sus circuitos.
17
Revisar de Alison Spedding Kawsachun coca. Economía campesina cocalera en los Yungas y el
Chapare. PIEB 2004; La paz.
28
Hipótesis
Por más compleja que pueda ser la formación social, económica y
cultural campesina, por más diversa y diferencial, por más barroca,
combinada, compuesta y entrecruzada en que se encuentre,
moviéndose contradictoriamente en transiciones cíclicas, definiendo a
veces rutas en espiral y en algunos casos desplazamientos lineales,
toda esta complejidad está atravesada por los circuitos del mercado,
los circuitos dinerarios, incluso, en menor escala los circuitos
financieros, como los relativos al microcrédito; aunque tengamos que
aceptar, como lo hicimos en otro tiempo, la presencia alterativa de
resistencias, de otras lógicas, otras estrategias y otras racionalidades,
el mercado y el desarrollo capitalista juegan un papel gravitante,
sobre todo en determinados momentos de alta demanda de
monocultivos y de la evidencia de la atracción efectiva de subida de
precios. Esta atmósfera de muchos microclimas culturales,
imaginarios y de comportamientos, recrea la ilusión de una
modernidad barroca, heterogénea, del bienestar, del acceso y del
consumo. En momentos de intervención de circuitos de alta
rentabilidad y de predisposiciones políticas que los facilitan, los
conglomerados sociales campesinos, sus tendencias económicas,
tienden a volcarse plenamente a la ilusión del desarrollismo y sobre
todo al espejismo de la riqueza fácil. Los núcleos de resistencias,
alterativos, alternativos, las racionalidades y estrategias
complementarias y cíclicas, tienden a ser inhibidas, ocultadas,
desarticuladas, en beneficio de las opciones más comerciales, incluso
más perversas de los circuitos dinerarios.
29
Las resistencias, las posibilidades alterativas y alternativas se
encuentran en las comunidades indígenas-originarias
En momentos de crisis, de desplazamiento social compulsivo hacia las
formas más veloces del comercio, incluso del comercio ilícito, del
contrabando, de los tráficos perversos, de la economía política del
chantaje, los núcleos de resistencias, las posibilidades alterativas y
alternativas al curso de las cosas, al dominio del capitalismo,
incluyendo sus formas salvajes, se encuentra en las comunidades
indígenas, como los ayllus, en tierras altas, y las formas comunitarias
en reconstitución, en tierras bajas. Las otras racionalidades, sobre
todo complementarias, las otras estrategias, sobe todo rotativas,
cíclicas y en reciprocidad, tejiendo equilibrios y armonizaciones
territoriales, se encuentran en estas formas comunitarias, en sus
formas de organización, de cohesión, de convocatoria y de
correspondencia territorial, se encuentran en la actualización y
reconstitución de sus instituciones ancestrales. Esta disposición a la
resistencia, esta reterritorialización, se hace evidente en la coyuntura
crítica del proceso, cuando el gobierno, las organizaciones
campesinas, aliados a la burguesía intermediaria, a los
agroindustriales, a los soyeros y las mediaciones que usan los
transgénicos, añadiendo a los banqueros y los compromisos con el
IIRSA y el proyecto hegemónico brasilero, se proponen ampliar
estrepitosamente la frontera agrícola, atentando contra los bosques,
los territorios indígenas, los parques, las áreas protegidas, a cualquier
costo. La marcha indígena por la defensa del TIPNIS es una clara
muestra de la voluntad política de las organizaciones indígenas, del
CIDOB y del CONAMAQ, por detener el avasallamiento, la compulsión
desarrollista-extractivista apegada a la ilusión modernista de
consumo y de riqueza.
30
¿Quién ha decidido la construcción de la carretera que
atraviesa el TIPNIS?
¿Se han consultado a las comunidades que habitan el TIPNIS, como
exige la Constitución? ¿Es el pueblo boliviano el que ha aprobado la
construcción de esa carretera? Si el 64% del pueblo ha aprobado la
Constitución, al aprobarla ha prohibido una acción como esta de
atravesar un Territorio Indígena y un Parque. ¿Quiénes entonces han
decidido? Obviamente se decidió en otro lugar, donde siempre se ha
decidido la suerte de nuestros países, en los grandes acuerdos de los
gobiernos coaligados con intereses de las empresas trasnacionales. La
suerte de la Amazonia se decidió, primero cuando la construcción de la
carretera que atraviesa la Amazonia brasilera se dio lugar en base a la
estrategia de la dictadura militar brasilera de entonces (1964-1985).
Segundo, cuando el presidente Fernando Cardozo convocó a los
presidentes de los gobiernos de Sud América para acordar el proyecto
IIRSA (2000). Tercero, cuando el entonces presidente de Brasil Luiz
Inácio Lula da Silva comprometió al presidente boliviano Evo Morales
Ayma en la construcción de la carretera que conecta Villa Tunari con
San Ignacio de Moxos (2009), atravesando el TIPNIS, comprometiendo
un préstamo del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social
(BNDES) de Brasil y condicionando que la construcción la efectúe una
empresa brasilera OAS, saltando los procedimientos regulares de las
normas de contratación de bienes y servicios. Se puede decir que esta
es la crónica de una muerte anunciada, la del ecosistema que
comprende el TIPNIS, si es que no se detiene este proyecto que
podemos calificar como un ecocidio y etnocidio. En realidad el destino
de parte de la Amazonia, la que comprende al Territorio Indígena y
Parque Isiboiro-Sécure, se está decidiendo ahora, en la batalla por el
TIPNIS, con el esfuerzo y sacrificio de los marchistas que defienden los
derechos de la Madre tierra y los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios. El gobierno ha decidido defender los intereses de
OAS, del IIRSA, del gobierno brasilero y de todos los sectores del país
que apuestan por la ilusión desarrollista, la destrucción extractivista, y
la reiteración inaudita de la dependencia; hablamos de la burguesía
intermediaria boliviana y los estratos campesinos más apegados a las
formas del capitalismo depredador, comprendiendo la desforestación y
el monocultivo.
Viendo de esta forma las cosas, la decisión no es democrática, es
despótica y acordada con las estructuras de poder del orden de
dominación mundial y regional. Todos los discursos que se han
31
empleado para camuflar la razones de esta decisión, todo los recursos
represivos que se emplean para disuadir a los marchistas, no hace otra
cosa que develar los grandes intereses comprometidos en tamaña
acción y la supeditación del gobierno a estos intereses. Lo que se ha
dicho sobre los marchistas, sobre los dirigentes indígenas, no es otra
cosa que una muestra patética de los métodos y procedimientos más
perversos que puede utilizar el Estado-nación en contra de las naciones
y pueblos indígenas y una movilización que exige el cumplimiento de
la Constitución. Como se puede ver se ha ido muy lejos, se ha llegado
incluso a una situación de enfrentamiento entre colonizadores e
indígenas. Una y otra vez, en los distintos diálogos, sin ninguna
voluntad del gobierno a cambiar, los ministros han reiterado un solo
argumento obsesivo: No hay alternativa, sólo hay un trazo posible, el
que atraviese el TIPNIS, esto ya se ha decidido. ¿Qué significa este
mensaje? ¿Qué la realidad se reduce a esto? ¿A la lógica irremediable
del poder? ¿Qué la historia no cambia? ¿Qué los poderosos son los que
deciden? ¿Qué fue un sueño lo planteado por los movimientos sociales
y las naciones y pueblos indígenas originarios, un sueño recogido por
la Constitución? ¿Qué la realidad real va seguir siendo la misma a pesar
de los sacrificios, las luchas y los procesos constituyentes? ¿Qué la
llegada al gobierno de un presidente con raíces indígenas no es más
que una nueva forma de legitimación de los mismo, de las estructuras
de poder establecidas y de los ciclos irreversibles del capitalismo?
Este fatalismo no expresa otra cosa que el punto de vista de la
dominación; ni más, ni menos. No es aceptable y es incluso
insostenible el querer reducir la realidad a los efectos del poder.
Cuando los imaginarios son dominados por el poder, cuando el poder
se recrea en ellos, cuando los imaginarios reviven ilusiones, como las
del desarrollismo y la modernidad, ilusiones que ocultan la producción
incesante de las desigualdades, entonces la realidad se reducen a los
límites de las representaciones sociales sometidas, lo que se llamaba
en otro tiempo ideología. En estos casos la representación no es otra
cosa que la repetición del discurso dominante y también una re-presión
de los impulsos emancipadores. El gobierno, los discursos transmitidos,
sus actos violentos y represivos, muestran el decurso de este itinerario
de la gubernamentalidad liberal, la misma que no ha cambiado, a pesar
del proceso constituyente. Esta es la elocuencia de del monopolio de la
violencia y de la legitimidad de la violencia. ¿Qué se puede hacer frente
a esta concurrencia avasalladora de la maquinaria estatal, de una
maquinaria al servicio de las dominaciones polimorfas y de las formas
del capital? El recurso de los explotados, de los pueblos, de las naciones
32
oprimidas, ha sido la lucha permanente, constante, perseverante.
Comienza con las resistencias, después continúa con las acciones
directas emancipadoras; todo esto está atravesado por la creación de
otros imaginarios, por la imaginación y el imaginario radical, creativos
de la perspectiva de otras realidades, más ricas y complejas, por la
apertura de la realidad al campo de sus posibilidades; también
podríamos interpretar esto desde la sociología de las ausencias, desde
la sociología de las emergencias, desde la ecología de los saberes,
desde la ecología de las temporalidades, como configura Boaventura
de Sousa Santos. Las organizaciones indígenas originarias, las
comunidades indígenas que habitan el TIPNIS, no hacen otra cosa que
recurrir a estas tradiciones de luchas de los explotados, dominados,
discriminados. Que este enfrentamiento se dé ahora desafiando al
proyecto extractivista de un gobierno que se llama popular se explica
por la combinación de la lógica del poder cristalizada en la maquinaria
estatal y la lógica de la acumulación de capital. Frente a esta
racionalidad instrumental y racionalidad diagramática de las fuerzas se
oponen racionalidades alternativas, las racionalidades de las
resistencias que se convierten en racionalidades emancipatorias. La
lucha de los indígenas del TIPNIS y de las organizaciones indígenas
originarias es una lucha que compromete el destino de la mayoría de
los bolivianos y bolivianas, que apostaron a lo largo de sus luchas y en
el proceso constituyente por un mundo alternativo.
No sabemos exactamente lo que va a pasar, a pesar de que el
panorama se pinta, debido a la correlación de fuerzas, desalentador y
dramático. Se presenta como que el gobierno terminará imponiendo la
voluntad de OAS, del IIRSA, del gobierno brasilero y los estratos
sociales que apuestan por la continuidad del modelo extractivista y la
ampliación de la frontera agrícola. Sin embargo, en esta coyuntura
difícil, no se puede hacer otra cosa que apostar a lo que parece
improbable, apostar a lo que parece imposible, apostar por revertir la
situación adversa, apostar por detener la marcha fatal de los
acontecimientos. En esta apuesta, en esta habilidad, en esta
creatividad e ingenio, radica la invención de la política y la invención
de la historia como utopía en permanente realización.
La lucha de los indígenas del TIPNIS, de las organizaciones indígenas,
no puede quedar aislada, tiene que ser acompañada por todos y todas
las que sienten y presienten que es posible otro mundo alternativo,
que la realidad es más rica y completa que la reducida imagen que de
ella da el poder. Esta lucha es acompañada por otros movimientos y
33
pueblos del mundo que enfrentan a la dominación actualizada del
capitalismo.
34
Las formas de la manipulación
Hay que prestar mucha atención a ciertas formas del uso del poder que
tienen que ver directamente con lo que llamamos la manipulación18, es
decir, a la forma cómo se quiere forzar e inducir para lograr los
objetivos establecidos. Sobre todo llama la atención el manejo de la
gente, el manejo de la opinión pública, el manejo de las instituciones
y de las organizaciones, el manejo de la información, el manejo de los
conflictos. Se interviene impúdicamente para convencer y conducir a
la gente, para influir en sus conductas; se maneja la propaganda, la
publicidad, la comunicación para mostrar una imagen de la realidad de
acuerdo al espejo del poder. El poder se mira en lo que informa y lo
que expresa termina siendo la imagen del espejo, es allí donde se
legitima y ratifica el poder. Se manejan las instituciones como
dispositivos de poder; aunque toda institución es un dispositivo de
poder, lo que hace a la manipulación es el uso forzado que se hace de
las instituciones, buscando alcanzar otros fines, distintos a las
finalidades normativas. En el caso de las organizaciones, estas son
cooptadas en la perspectiva de los fines extra-organizacionales
impuestos. Se maneja la información como herramienta de
propaganda, como una extensión de los alcances y el cumplimiento del
gobierno. Quizás lo más grave pasa con el manejo de los conflictos;
lo primero que se hace es ignorarlos, después se los descalifica, si
avanza el conflicto, se intenta cooptar y dividir a las organizaciones
involucradas en la demanda; por este camino se termina optando por
los medios de disuasión y represivos. También se puede pretender
arreglar con los grupos más vulnerables y dóciles del conflicto, como
lo que ocurre ahora en lo que respecta al conflicto del TIPNIS. No se
quiere atender ni dialogar seriamente, solo se transmite la decisión
antelada, la crónica de la muerta anunciada del territorio y del parque,
empero se manipula montando una escenificación en una comunidad,
la de Santo Domingo, donde habitan un grupo de familias indígenas,
ahora invadida por visitantes del tramo tres de la carretera Villa
Tunaría-San Ignacio de Moxos, quienes no habitan el TIPNIS, para
aparentar multitud y hacer creer que se conversa y se consulta con las
comunidades asentadas en el TIPNIS.
18
José Luis VEGA CARBALLO dice que: Se entiende por manipulación un ejercicio velado, sinuoso y
abusivo del poder. Revisar Manipulación, del citado autor; Comunidades.
35
A propósito de la temática de la manipulación, José Luis Vega Carballo
dice
Se entiende por manipulación un ejercicio velado, sinuoso y abusivo
del poder. Se presenta en cualquier relación social o campo de la
actividad humana, donde la parte dominante se impone a otras en
virtud de que éstas carecen de control, conciencia y conocimiento sobre
las condiciones de la situación en que se encuentran. Aunque la
imposición de cualquier curso de acción tiene siempre consecuencias
reales, lo cierto es que, dentro del campo de la interacción social
manipulada, no hay manera de que las partes afectadas puedan
vislumbrarlas anticipadamente, tampoco analizarlas y menos
impedirlas; solo les queda afrontarlas como hechos consumados.
La manipulación es un ejercicio velado, sinuoso y abusivo del poder. El
poder se ejerce decía Michel Foucault, no es una propiedad, no es una
sustancia, no es una ideología; diríamos que se trata de relación de
fuerzas, una fuerza que afecta y otra fuerza afectada, una fuerza que
hace de función de poder, otra fuerza que hace de materia de poder.
La manipulación se basa en relaciones de poder que buscan afectar
conductas y comportamientos, como toda relación de poder, pero que
recurre en este caso al engaño, a la distorsión, al chantaje, a la presión,
al encubrimiento, al montaje, al teatro, pero también a sutiles
mecanismos y deslizamientos de la violencia, que tienen una
particularidad cuando se trata del Estado y de sus formas de gobierno.
Llama la atención la reiteración desembozada de las formas de
manipulación de un gobierno que se dice indígena y popular, más aún
que se concibe como gobierno de los movimientos sociales, de acuerdo
a las expresiones rimbombantes del Vicepresidente. En los conflictos
con las organizaciones indígenas, particularmente en lo que ocurre con
el conflicto del TIPNIS, ha desplegado de manera abierta todas las
artes de la política vulgar, la astucia “criolla”, como decimos
popularmente, adelantándose a las consecuencias de la construcción
de la carretera; la maniobra se muestra patentemente cuando se hace
tres trazos de la carretera que va de Villa Tunari a San Ignacio de
Moxos, buscando eludir el estudio de impacto ambiental, sobre todo en
lo que respecta al Territorio Indígena y al Parque. La anticipación no
consultada también se hace evidente cuando se acuerda con el
entonces presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva la construcción
de la carretera, financiada en gran parte por el Banco Nacional de
Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil (2008-2009); en este
acuerdo se establece el compromiso fuera de normas de que la
construcción de la carretera queda a cargo de la empresa constructora
brasilera OAS. Esta forma de comportamiento sinuoso y callado, toda
esta actitud velada preveía conflictos, por eso se adelantó a los hechos,
encubriendo los acuerdos y convenios antelados. Cuando estalla el
conflicto del TIPNIS la respuesta es escabrosa; primero se confronta
36
internamente al entonces Viceministro de Biodiversidad del Ministerio
de Medio Ambiente y Agua, Juan Pablo Ramos, quien no quería firmar
la ficha ambiental justamente del tramo II, que pasa por el TIPNIS;
segundo se oculta la información y se miente a la opinión pública
acerca del estado de la cuestión de esta carretera; tercero se dice que
no hay trazo del segundo tramo; cuarto, cuando se desprende la
marcha indígena en defensa del Territorio Indígena y Parque Isiboro-
Sécure, se descalifica a las organizaciones indígenas acusándolas de
estar en contacto con la Embajada norteamericana, insinuando que
esta marcha ha sido preparada por agentes de la embajada, volviendo
a acusar a USAID por enésima vez de estar fomentando la marcha
indígena; también se acusa a un conjunto fantasmagórico de ONGs de
estar involucradas en la conspiración. Cuando la marcha se acerca a
San Ignacio-de Moxos, altos personeros de gobierno van a azuzar a los
pobladores para que se levanten contra los indígenas de la marcha. Si
bien no consiguen esto, lo que logran es que no se les dé alojamiento,
comida ni agua. Cuando la marcha se aproxima a Yucumo, se movilizan
a colonizadores, cocaleros, policías e incluso la ABC para impedir el
paso de la marcha pacífica, bloqueando a la marcha en esta localidad
comercial. Cuando la marcha consigue apoyo internacional y del país,
movilizando a múltiples grupos de jóvenes, a la organización de
regantes, a la federación de estudiantes de la ciudad de El Alto, a
mineros e incluso a organizaciones de la ciudad de El Alto, como la
conocida Coordinadora por la Dignidad de la Ciudad de El Alto, cuando
es patente su contradicción en relación a la consulta previa libre e
informada, consulta que exige la Constitución, buscan dividir a las
comunidades del TIPNIS; todo esto sin responder a la demanda de los
marchista. Se opta entonces por el teatro político, se hace el montaje
de un escenario grotesco de una reunión manipulada en la comunidad
de Santo Domingo, llevando gente del tramo III, que habita fuera del
TIPNIS. El presidente va a esa comunidad y efectúa una tertulia
improvisada con los supuestos comunarios, reunión que es transmitida
por la radio emisora oficial Patria Nueva.
El comportamiento del gobierno en todo el conflicto del TIPNIS devela
descarnadamente el sentido de las políticas gubernamentales en
relación al medio ambiente, a la ecología, a los parques y territorios
indígenas, en relación a los derechos de las naciones y pueblos
indígenas originarios, en relación también al modelo heredado, el
extractivismo, incluyendo a la ampliación de la frontera agrícola y la
desforestación, así mismo devela el sentido de las políticas en relación
a la coca y la cocaína. Pero, sobre todo, devela la constante recurrencia
del procedimiento más apreciado por los funcionarios en su
relacionamiento con la sociedad, los pueblos y las organizaciones, este
expediente es el de la múltiple manipulación abierta y desembozada.
¿Por qué recurre a esta maniobra? ¿Qué expresa esta recurrencia?
¿Una gran debilidad, una gran vulnerabilidad, una descomposición?
37
José Luis Vega Carballo, el autor citado sobre la definición de
manipulación, dice que:
Pero aún allí, en momentos de crisis de consenso, cuando se ponen en
entredicho la legalidad y legitimidad del régimen, los dirigentes
terminan apostando a la manipulación para controlar las reacciones de
los dominados. Surgen distintas fórmulas para encubrir decisiones de
emergencia, desde los discursos efectistas hasta los despliegues de
propaganda, tácticamente destinados a compensar la carencia de
argumentos capaces de persuadir a las masas y mantenerlas leales al
régimen. Cuanto más avance la desestabilización y se aproxime la
posible subversión violenta del régimen, es mayor la frecuencia con
que se aplican dosis variables de manipuleo con represión, incluyendo
las llamadas “cortinas de humo”, cuyo propósito es distraer la atención
de los subordinados para apartarla de los verdaderos problemas que la
dirigencia no puede resolver.
La recurrencia a la manipulación parece aumentar cuando hay crisis de
consenso. Desde esta perspectiva vendría a ser algo que sustituye al
consenso o cuando falta consenso se recurre más a la manipulación.
Este procedimiento de maniobra vendría a ser un síntoma de la crisis
de consenso, que también significa una crisis de credibilidad; la pérdida
de confianza también generaría el incremento del uso de la
manipulación. Esta tesis podría llevarnos a pensar en una relación
inversamente proporcional, pero no es así, pues la variedad de los
recursos, dispositivos y agenciamientos de poder más bien presentan
un mapa de combinaciones complejo, que se da de una determinada
manera, dependiendo de las coyunturas y los contextos. Incluso
cuando hay consenso los gobiernos no dejan de recurrir a tácticas de
maniobra. Se trata de procedimientos altamente extendidos, diversos,
recurrentes, no sólo por gobiernos sino instituciones, también en las
relaciones de grupos, así como en las relaciones interpersonales. Pero,
en el caso que nos interesa, la manipulación política, muestra los
secretos engranajes de las formas de poder y de los entretelones
gubernamentales. Se trata de un procedimiento no democrático y
mucho menos participativo, en todo caso tampoco transparente. Se da
cuando se tienen finalidades establecidas, las mismas que no quieren
ni deben discutirse, de acuerdo a los criterios de los “diseñadores” de
las finalidades; estas tienen que ejecutarse, para su cumplimiento se
usan todos los medios al alcance, incluyendo preponderantemente los
que tienen que ver con la manipulación. En este caso las finalidades
son como ordenes; se hace creer a los participantes que se está
discutiendo, que se está tomando en serio el debate, la demanda, la
reivindicación, las propuestas alternativas, aunque en realidad este
dialogo sólo sirva para legitimar lo ya decidido, el cumplimiento de
finalidades políticas.
38
Esta manera de proceder nos muestra también una percepción
bastante esquemática de los gobernantes, que se resume en el creer
que los otros, los interlocutores, la opinión pública, son manejables.
Esta percepción expresa una sobreestimación extrema de las
posibilidades del gobierno y una desvalorización también extrema de
los otros, de los interlocutores, del auditórium, de la opinión pública.
Hay más de una sorpresa cuando los gobernantes se enfrentan a
resistencias, a obstáculos, a conductas no manejables ni manipulables,
que responden a criterios formados sobre los temas en debate. Lo
sorprendente es que en vez de corregir este comportamiento
gubernamental, generalmente los gobernantes insisten como en una
terca persistencia en estos métodos, aunque estos métodos pueden
llevar ineludiblemente a la confrontación. ¿Por qué? Hay una especie
de extensión estimativa de los microclimas institucionales
gubernamentales a la sociedad. Se espera que de la misma manera
que se obedece en las instituciones, las sociedades deban hacerlo. Hay
un presupuesto de disciplina generalizada, que obviamente no se
cumple en la realidad. No se considera para nada los propios raciocinios
de la sociedad, de los grupos, de las organizaciones, de los
movimientos. Lo que cuenta es la estrategia diseñada o supuestamente
diseñada, las finalidades establecidas; lo demás es objeto, es materia
de poder, es manipulable.
De este modo podemos decir que la manipulación dibuja una psicología
especial de los gobernantes, de la clase política; se sienten inmunes,
se instala un egocentrismo que da lugar a una sensación de que se es
todo poderoso, una distancia cualitativa los separa de los mortales.
Esta percepción es alimentada por los propios funcionarios que rodean
como cortes modernas a los ejecutivos. La ceremonialidad del poder,
la adulación constante, la información seleccionada, terminan
convenciendo a los que toman decisiones de que es así, que los que
gobiernan tienen el sartén por el mango, que sus decisiones son
indiscutibles. Muchos de estos escenarios, de estos montajes políticos,
son construcciones de los subalternos inmediatos, que quieren ganar
puntos. La manipulación termina entrampando a todos, como en un
círculo vicioso; no convence, no disuade, y termina echando leña al
fuego, incrementando la intensidad del conflicto.
El autor citado continúa con la contrastación de la manipulación,
escribe:
Si para un uso racional, persuasivo y legítimo del poder –es decir, la
dominación según Max Weber–, se requiere comúnmente la
transparencia y una conciencia relativamente lúcida acerca de los
intereses en juego, la manipulación se ubica en la esfera opuesta. Al
rechazar la transparencia, la argumentación y la persuasión –procesos
que en la democracia se aplican para llegar al consenso–, los
manipuladores, en su maquiavelismo, apelan a las dimensiones
39
instintivas de la mente individual y colectiva, a impulsos inconscientes,
a deseos y aspiraciones insatisfechas, a dependencias emocionales y
pasionales de la conducta individual o de masas. Se esmeran por
provocar reacciones impremeditadas que no requieran la aquiescencia
ni el raciocinio, por obviar discursos que justifiquen las pretensiones de
dominio, por evitar todo recurso metódico de justificación y
convencimiento.
Descartando esa personalización de los manipuladores y de su
supuesto maquiavelismo, pues no se trata de caer en la
individualización, como si la manipulación fuera un atributo de ciertas
personas, inclinadas a ello, y el maquiavelismo un plan antelado, una
conspiración inherente. Este maquiavelismo, que proviene de la lectura
francesa de la época de Nicolás Maquiavelo, interpretación segada por
cierto, que ha reducido las tesis de Maquiavelo a la caricatura de
proposición que se expresa en la frase popularizada de que los fines
justifican los medios, convirtiendo a Maquiavelo en un teórico de las
conspiraciones, las artimañas, las astucias y las intrigas. Lectura que
no comprende la estructura, el contenido y el núcleo de la teoría de
Nicolás Maquiavelo que tiene que ver con la figura del príncipe como
articulador de la voluntad nacional. Dejemos entonces de lado esta
apreciación del autor para concentrarnos en sus definiciones sobre la
manipulación. Se concibe un aire irracional en el ejercicio de la
manipulación; ¿esto es sostenible? Depende cómo concibamos la razón
y la racionalidad; si aparece como un discurso iluminista, que exige
argumentación y justificación, reducimos la razón a su forma lógica e
instrumental; en cambio sí ampliamos el uso de la razón a la
elaboración de juicios, entendidos como la adecuación de los medios a
los fines, nos abrimos a múltiples formas de la razón y de la
racionalidad. La manipulación no está exenta de una forma de
racionalidad ligada a la astucia; no se trata en este caso de
pretensiones de verdad y de validez. No estamos en el terreno de la
acción comunicativa ni de sus racionalidades desplegadas, estamos
mas bien en los espacios de las formas de violencia, en los mapas de
la dominación, aunque esta violencia y esta dominación tenga que
hacerse discursiva. En todo caso estamos ante pretensiones de logro,
de ejecución, pretensiones de dominación. El uso de los discursos en
la manipulación no pretenden convencer de la verdad expuesta, al
contrario son usados para engañar. Entonces las formas de la
manipulación tienen que ver con las formas de la dominación; por eso
no es un mecanismo democrático, puesto que la democracia en sentido
pleno suspende los mecanismos de la dominación. El uso recurrente de
la manipulación caracteriza el perfil de los estados y gobiernos que la
ejercen. No se trata de estados democráticos en pleno sentido de la
palabra, que deberían ser más participativos que representativos, sino
de maquinarias, instrumentos, estrategias gubernamentales al
servicio de la dominación. No se trata entonces de un proyecto
emancipatorio sino de un proyecto de poder. Esto es importante a la
40
hora de caracterizar al Estado-nación boliviano y al gobierno popular.
Ciertamente lo que debería ser un proyecto emancipatorio, pues
arranca de las luchas sociales, de los movimientos sociales, de la
guerra anticolonial y descolonizadora, termina siendo otro proyecto de
dominación. ¿De quienes es esta dominación? No es una pregunta fácil
en una transición que debería ser de transformación y resulta mas bien
de restauración.
Al respecto, en relación a esta pregunta, que tiene que ver con la
estructura de poder, pero también con la estructura de clases,
asentadas ambas en la matriz y estructuras coloniales, vamos
desplegar una hipótesis de interpretación.
Después de la movilización prolongada (2000-2005) nos encontramos
ante dos gestiones de gobierno popular y un proceso constituyente,
ambos contradictorios, que expresan de manera dramática las
contradicciones inherentes de los proyectos políticos congénitos que
nacen como producto de la movilización; uno de ellos es el proyecto
político que expresa la transición descolonizadora hacia el Estado
plurinacional comunitario y autonómico, en la perspectiva de
conformar una economía social y comunitaria que apunta al modelo
alternativo a la modernidad, al capitalismo y al desarrollo; el otro
modelo está encaminado claramente a la continuidad expansiva e
intensiva del estándar capitalista dependiente periférico basado en el
extractivismo compulsivo; modelo que se sostiene en la restauración
del Estado-nación, liberal y colonial. Ambos modelos son opuestos,
contradictorios y antagónicos. El primer modelo alternativo ha quedado
transcrito en la Constitución política del Estado, el segundo modelo
vigente es el que efectivamente se realiza desde el Estado y desde el
gobierno. El primer modelo ha quedado como un ideal y el segundo
modelo es el realmente implantado. El primer modelo es defendido por
las naciones y pueblos indígenas originarios, por sus organizaciones
matriciales, de tierras altas y de tierras bajas; el segundo modelo es el
asumido por el gobierno, por el MAS, por las organizaciones
campesinas, colonizadoras y cocaleras, en alianza ahora con la
burguesía intermediaria boliviana, banqueros, empresarios,
agroindustriales, soyeros, terratenientes, apoyados en este trámite por
las empresas trasnacionales mineras, hidrocarburíferas, las empresas
constructoras, el gobierno brasilero, en el contexto de reacomodo de
la estructura de la geopolítica del sistema mundo capitalista.
Tomando en cuenta este panorama, ¿qué sucede en la transición?
Concurre la reorganización de la composición de la burguesía
intermediaria boliviana; campesinos ricos, colonizadores ricos,
cocaleros ricos ingresan a formar parte de esta nueva composición de
la burguesía, conjuntamente con los comerciantes; algunos de ellos se
introducen en su condición de dirigentes o ex dirigentes, al formar
parte de la nueva clase política. Las formas de esta recomposición
41
burguesa no son distintos al de las otras y anteriores composiciones de
la burguesía, procedimientos de despojamiento, de apropiación,
incluso de trafico de tierras y circuitos de influencias. Obviamente no
son todos los campesinos, todos los colonizadores ni todos los
cocaleros los que ingresan a formar parte de esta nueva burguesía,
como en la genealogía de las burguesías, se forman estructuras
piramidales, la gran masa social queda en la base piramidal y son
determinados grupos pujantes y agresivos los que terminan ocupando
el sitio de la cúspide. Empero, como se comparte la ilusión desarrollista
y el imaginero modernista, creyendo que el logro de la riqueza está al
alcance de todos, el conjunto social cree que puede acceder y se
embarga en un proyecto que obviamente va a recrear las
desigualdades.
En este mapa social, ¿qué papel juegan los obreros? Si nos guiamos
por el último el XXXI Congreso de la Federación Sindical de
Trabajadores Mineros de Bolivia, vamos a ver que el proletariado
minero retoma la Tesis de Pulacayo, la tesis de transición al socialismo,
bajo la caracterización de un país de capitalismo atrasado y
dependiente. Vuelven a plantear la alianza obrero campesina, bajo la
dirección del proletariado en la perspectiva de la revolución socialista.
¿Dónde entra este planteamiento en el antagonismo que plantean los
dos modelos mencionados anteriormente? ¿La propuesta minera se
acerca más a la modernidad, al desarrollismo, al extractivismo o la
propuesta obrera se acerca al modelo alternativo a la modernidad, al
capitalismo y al desarrollo? Este es un problema que tiene que resolver
el proletariado minero, que tienen que resolver los obreros, en el
contexto de las luchas y movimientos sociales antisistémicos
contemporáneos, que confrontan al capitalismo no solo en lo que
respecta a la explotación de la fuerza de trabajo sino por en lo que
respecta a la explotación y dominación de la naturaleza. Ya no es el
contexto ni la coyuntura histórica del momento de aprobación de la
Tesis de Pulacayo, este momento, el actual, es de una lucha contra el
capitalismo en defensa de la Madre Tierra, que es el nombre que se
usa para referirse a los componentes y ciclos vitales integrados de la
vida, en toda su biodiversidad, comprendiendo su ecología y
ecosistemas.
La hipótesis interpretativa se resume a que hay una nueva composición
de la burguesía de la que forman parte los campesinos ricos, los
colonizadores ricos y los cocaleros ricos. Esta nueva composición en
articulación con los estratos heredados de lo que fue la burguesía
intermediaria, ejerce el dominio sobre las naciones y pueblos indígenas
originarios y el proletariado, que tiene cada vez más características
nómadas. Esta nueva burguesía todavía no tiene un discurso propio o
adoptado, como en el caso de la burguesía liberal o el caso del proyecto
de burguesía nacional, en uno caso el discurso era liberal y en el otro
caso el discurso era nacionalista. El discurso Constitucional, por el
42
Estado plurinacional, comunitario y autonómico no les sirve, menos el
discurso del vivir bien, pues entra rápidamente en contradicción con
sus propias acciones. Por eso se han convertido en escenas cada vez
más grotescas los montajes políticos del gobierno; el discurso no
coincide con la práctica. Esta nueva burguesía se ve impelida a elaborar
otro discurso acorde a su transición restauradora. Por el momento no
hay tal cosa, lo que hay es una recurrencia desesperada a las formas
polimorfas de la violencia, desconociendo los derechos fundamentales,
los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, los
derechos de la madre tierra.
Teniendo en cuenta esta lectura de la transición podemos entender
mejor el requerimiento recurrente a las formas de la manipulación
como parte de las formas de violencia, como parte de las formas de
dominación. De las tácticas y estrategias, de las herramientas e
instrumentos políticos, de las formas discursivas, es uno de los mejores
procedimientos que tienen a su alcance para implementar el proyecto
de continuidad capitalista y extractivista. El problema es que los
pueblos no son manejables ni manipulables, son resistencias que hay
que vencer, el esquematismo ingenuo de los gobernantes que recurren
a la manipulación no comprende la compleja realidad social, política,
económica y cultura. Tiene enfrente un gran obstáculo para la
realización de su proyecto, la Constitución, el horizonte abierto
pluralista, los saberes y la politización de los pueblos.
43
De contradicciones y confusiones del proceso
En rigor hay profundas contradicciones en el proceso de
transformaciones, lo que se nombraría antes, desde la perspectiva de
las grandes narratividades, como proceso “revolucionario”; aunque la
concepción de transformaciones y la de “revolucionario” tiene
connotaciones distintas. El siglo XX se abre a proyectos ultimatistas,
por lo tanto es concebible en ese terreno un imaginario revolucionario;
en cambio el siglo XXI comienza a complejizar y relativizar esos
proyectos políticos y sociales, concibe paradójicamente un más allá de
la modernidad, que deberíamos entenderlo, usando la jerga, como más
“revolucionario”, pues atraviesa los límites mismos de la civilización
moderna, empero concibe esta trascendencia desde un pluralismo,
también desde la complejidad, a su vez pensando transformaciones
pluralistas. Bueno, en todo caso, distinguiendo estas diferencias
imaginarias y discursivas, podemos comprender que tanto los procesos
“revolucionarios” como los procesos de transformación anidan grandes
contradicciones, que no se pueden eludir con discursos ni con
ideologías, si todavía podemos hablar así como de una consciencia
falsa o, mejor dicho, desde un discurso de legitimación del poder.
El proceso mismo conlleva una carga fuerte de herencias que no solo
obstaculizan el cambio sino que definen otras proyecciones. Uno de los
temas que es urgente abordar es el que tiene que ver con la diferencia
entre dominación y emancipación. El problema es que grupos
importantes de “revolucionarios”, también de los sectores que los
acompañan, creen que la liberación tiene que ver con la dominación.
Lo mismo sucede en los procesos de transformación; estratos, sectores
importantes, que acompañan el proceso de cambio, creen que de lo
que se trata es de sustituir una dominación por otra. Se perdió de la
comprensión que las luchas sociales anticapitalistas tienen que ver
fundamentalmente con proyectos emancipatorios, por lo tanto de
liberación de las dominaciones y de las formas de explotación. Que la
emancipación involucra, en primer lugar a los explotados y
discriminados, pero también abarca a todos, que de lo que se trata es
de liberarse de las formas de dominación y de las formas de
explotación, poner en suspenso los engranajes de la dominación,
ofrecer emancipaciones a todos los involucrados, irradiar el proceso de
liberalización múltiple. Asistimos pues a una contradicción profunda en
este sentido. Llamaremos a esta una confusión en los imaginarios,
discursos y prácticas de estratos y sectores que mas bien manifiestan
sus recónditas dominaciones cristalizadas, que ahora las quieren hacer
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  • 1. 1 La guerra de la Madre Tierra Raúl Prada Alcoreza
  • 2. 2 INDICE La defensa de los derechos de la Madre Tierra en el TIPNIS 3 En torno al TIPNIS 10 De contradicciones y confusiones del proceso 43 La instauración de una tiranía Una tiranía anti-indígena al servicio del gobierno de Brasil, del IIRSA y de las trasnacionales 48 Anotaciones en torno a la defensa del TIPNIS 59 Los síntomas de la descomposición 64 Situación legal y constitucional del TIPNIS 68 Notas después de la marcha indígena 75 Apuntes sobre el problema de la transición 64 Apuntes sobre problemas de la transición 96 Apuntes para una breve historia de las injerencias del ejecutivo 98 Interpretaciones constitucionales 116 Economía política de la cocaína 117 La distancia más corta es el laberinto 121 Notas a propósito del discurso del presidente 139 La subordinación del gobierno y la lógica de acumulación y despojamiento de las trasnacionales 143 ¿Qué es una consulta previa libre e informada y cuándo se la efectúa? 157 Un Estado de excepción 172 Análisis del PROYECTO DE LEY DE CONSULTA A LOS PUEBLOS INDÍGENAS DEL TERRITORIO INDÍGENA Y PARQUE NACIONAL ISIBORO SÉCURE–TIPNIS 175 La decadencia ideológica 193 Espesores de una coyuntura candente 205
  • 3. 3 La defensa de los derechos de la Madre Tierra en el TIPNIS La determinación del gobierno de construir la carretera que va de Villa Tunari a San Ignacio de Moxos ha desatado una polémica en el país y la reacción de las organizaciones indígenas del CIDOB y el CONAMQ, que han resuelto marchar el 15 de agosto para evitar que el trazo de la carretera pase por el núcleo del Parque Isiboro-Sécure, exigiendo además la consulta a los pueblos indígenas, como está establecida en la Constitución Política del Estado. El Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro-Sécure está protegido por leyes y la Constitución, además de ser parque, por lo tanto área protegida, es territorio indígena, y exige el respeto establecido constitucionalmente de los Derechos de las Naciones y Pueblos Indígenas Originarios. Por otra parte el TIPNIS tiene que ver con las Resoluciones de Tiquipaya, con la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra (CMPCC), las mismas que prohíben la explotación en bosques, así como plantean claramente la defensa de los ecosistemas y los ciclos vitales integrados. En esa perspectiva, la Ley Marco de la Madre Tierra, que se encuentra en la agenda de la Asamblea Legislativa Plurinacional, concibe la defensa de los ciclos reproductivos de la vida, los ciclos del agua, por lo tanto de las cuencas, los ciclos del suelo, los ciclos de los bosques, los ciclos del aire, los ciclos de los seres, concebidos como componentes de la Madre Terra. Por todas estas razones es inconcebible, desde el punto de vista de la Constitución y desde la perspectiva del Vivir Bien, además del enfoque de los derechos de las Naciones y Pueblos Indígenas Originarios, la determinación del gobierno de construir la carretera que atraviese el TIPNIS. El debate ha puesto en la mesa la dirección del proceso, ¿por dónde va? ¿Desarrollismo o Vivir Bien? ¿Extractivismo o alternativa al desarrollo? Discusiones que deberían estar supuestamente resueltas desde la aprobación de la Constitución, no lo están, pues el gobierno y sectores interesados en promover el nombrado “desarrollo” parecen no comprender los contenidos y los alcances de la Constitución y el sentido del proceso constituyente. Una visión nacionalista restaura el Estado- nación, encaminando esta regresión hacia la ampliación del modelo extractivista, fortaleciendo de este modo las cadenas de la dependencia, instaurada por la expansión, consolidación e intensificación del colonialismo, método violento de la expansión capitalista. Este debate debe ser tomado en cuenta plenamente, considerando el momento del proceso, que se encuentra en crisis, el contexto del proceso, su propia genealogía, el despliegue mismo del proceso, con todas sus contradicciones y dinámicas moleculares. Sobre todo el debate debe traer a colación una reflexión profunda sobre los procesos en curso y sus enredos con los mapas institucionales y la
  • 4. 4 arquitectura estatal liberal, buscando evaluar las perspectivas de las emancipaciones y las posibilidades de la descolonización. La historia legal data de 1965 cuando la Ley 07401 crea el Parque Nacional Isiboro-Sécure. En el texto de la argumentación se habla de la “necesidad de conservar las cuencas hidrográficas, las nacientes de los ríos para la navegación, la riqueza de los recursos naturales y la belleza escénica, que podrían ser afectadas por la construcción de un camino siguiendo el borde del piedemonte y por la colonización”. Después de la Marcha por el Territorio y la Dignidad, el Decreto Supremo 22610 del 24 de septiembre de 1990 reconoce el Parque como Territorio Indígena, donde se asientan los pueblos Moxeño, Yuracaré y Chimán. Desde entonces se conoce el Parque como TIPNIS; el mismo decreto amplía su superficie a las áreas externas de los ríos Isiboro y Sécure; de este modo se incorporan las comunidades asentadas en las riberas de los ríos, conformando así una franja de amortiguamiento. Este mismo año se reconoce el espacio del TIPNIS con 1.225.347 hectáreas; sin embargo 19 años más tarde, el año 2009, debido a la presión de los colonizadores, el presidente Evo Morales entrega a los pueblos originarios un título ejecutorial sobre el TIPNIS, reduciendo la superficie del territorio indígena y del parque a 1.091.656 hectáreas. Como compensación se define una línea roja que prohíbe nuevos asentamientos. Al respecto no hay que olvidar que el TIPNIS no deja de ser área protegida. La historia de la carretera tiene que ver con el proyecto de Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA); el IIRSA tiene su origen en la primera Cumbre de Presidentes de América del Sur celebrada entre el 30 de agosto y el 1ro de septiembre de 2000 en Brasilia por invitación del entonces presidente Henrique Cardoso. Los jefes de Estado observaron que el impulso de la integración transfronteriza se vigoriza por ser una consecuencia de la proximidad geográfica, de la identidad cultural y de la consolidación de valores comunes. El IIRSA contempla los corredores transoceánicos que vincularían el Atlántico con el Pacífico, posibilitando el transporte de mercaderías entre ambos océanos. Si bien la justificación del proyecto IIRSA habla de integración entre los países involucrados, desde el comienzo se han hecho sentir voces que acusan al proyecto como parte de la estrategia de dominación de los Estados Unidos de América, también se han hecho escuchar críticas que califican al proyecto como parte de la expansión de la potencia emergente de Brasil. La carretera que cruza el TIPNIS forma parte de los corredores transoceánicos y por lo tanto también del proyecto IIRSA. Sin embargo, el gobierno de Evo Morales llegó a un acuerdo con el gobierno del entonces presidente Luiz Inácio «Lula» da Silva para la construcción de la mentada carretera, comprometiéndose un préstamo por parte del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil. Se entiende que por lo complicado de la situación al afectar el área protegida, el parque y
  • 5. 5 el territorio indígena, se decide hacer tres tramos para facilitar la aprobación de la ficha ambiental. El tramo uno y el tramo tres se aprueban rápidamente, tramos que no atraviesan el parque, quedando pendiente el tramo dos que sí atraviesa el parque. Esta maniobra es notoria pues adelanta partes de un trazo comprometido, condicionando la aprobación del tramo II. Sin embargo, ante la inminente construcción de la carretera que atraviese el TIPNIS, los pueblos indígenas, las comunidades indígenas asentadas en el territorio en cuestión y las organizaciones indígenas del país, reaccionan exigiendo consulta previa a los pueblos y comunidades, además de un tramo que no atraviese el Parque Isiboro-Sécure. A pesar de la crónica del anunciado conflicto, en junio de 2011 ante una concentración campesina cocalera en Eterazama (Cochabamba), el presidente Evo Morales dio por iniciada la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos. La señalada carretera tiene una longitud de 306 kilómetros, la misma que será construida en tres años por la empresa brasileña OAS, observada en Brasil por los conflictos ambientales ocasionados. El presidente en su discurso expresó que esta obra promoverá el desarrollo, la vertebración de Bolivia y la integración del país con Sudamérica. La construcción de esa vía y otras obras complementarias demandarán una inversión de 442 millones de dólares, de los que 332 provienen de un crédito blando otorgado por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil. El conflicto está planteado; por un lado el gobierno, con el propósito de construir la carretera que atraviesa el TIPNIS, por otro lado las organizaciones y los pueblos indígenas, que exigen consulta previa y que se haga otro trazo de la carretera para no afectar al ecosistema y a los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios. Este conflicto se muestra como síntoma de una problemática más amplia, compleja y estructural. ¿Cuál es el proyecto del gobierno? ¿Por qué se enfrenta sistemáticamente a los pueblos y organizaciones indígenas? ¿Por qué se aleja del cumplimiento de la Constitución y la perspectiva del Vivir Bien? ¿Por qué se mantiene obsecuentemente en un proyecto desarrollista y extractivista? ¿Por qué no se construye el Estado plurinacional comunitario y autonómico? ¿Por qué no se hacen las transformaciones institucionales y estructurales que requiere esta construcción? ¿Por qué no se efectúa la transición transformadora y más bien se opta por proyectos que repiten los mismos estereotipos nacionalistas, desarrollistas y extractivistas? El debate compromete la estructura y la dirección misma del proceso. Por eso mismo es indispensable analizar y hacer inteligible lo que está en juego en torno al TIPNIS.
  • 6. 6 Hipótesis En el debate se han planteado algunas explicaciones del obsecuente comportamiento del gobierno. El más conocido es el que tiene que ver con la expansión de la frontera agrícola, haciendo entrever también las consecuencias de la desforestación; esta ampliación está directamente conectada con la expansión de los cultivos de coca. Ya se dio antes un avasallamiento del territorio indígena por parte de productores de coca, ocasionando invasión y desforestación; esta expansión ya era conocida el 2004. La contención ante este avance se estableció mediante una línea roja dibujada el 2009, prohibiendo toda nueva expansión. Sin embargo, ante la construcción de la carretera se esperan nuevos avasallamientos, desforestaciones, expansiones de la frontera agrícola y del cultivo de coca. Otra explicación manejada en el debate es la de la supeditación del gobierno boliviano y de su proyecto desarrollista-extractivista al proyecto emergente de la burguesía brasilera, en el momento de la urgencia energética de Brasil como potencia regional. Esta supeditación explicaría el papel condicionante de PETROBAS en la explotación hidrocarburífera, la presencia de empresas brasileras constructoras de caminos y de infraestructura, así como la participación, en un principio, de una empresa brasilera en el proyecto de San Buena Aventura1. Por otra parte, este condicionamiento también explicaría ciertas analogías entre los gobiernos “progresistas” de Bolivia y Brasil; estas analogías tienen que ver con combinaciones barrocas de pretensiones de Estado de Bienestar con políticas extractivistas y neo-extractivistas, así como con la permanencia de prácticas monetaristas y hasta neoliberales. La otra hipótesis tiene que ver con las nuevas alianzas del gobierno, con los banqueros, la empresa privada, los agroindustriales de Santa Cruz, los soyeros, es decir la burguesía intermediaria boliviana. Estas alianzas económicas muestran el efectivo proyecto en el que se encamina el gobierno; pasar de la estabilidad económica y la acumulación del ahorro, lo que se habría logrado, a un modelo económico viable asentado en los grupos económicos que supuestamente “saben” producir y pueden “garantizar” la mentada “seguridad alimentaria”, incluso ratificada por los propios agroindustriales. Estas nuevas alianzas dejan en un segundo plano o, en el peor caso, al margen, a las comunidades campesinas. Estas alianzas económicas pueden explicar un proyecto de poder ventilado a largo plazo, evitando conflictos e incorporando a la burguesía agraria al proyecto gubernamental. Todo esto termina siendo coherente con la restauración del Estado-nación y explica el dejar de lado, como 1 Ahora se ha adjudicado una empresa china el proyecto, en medio de denuncias de corrupción.
  • 7. 7 romanticismo, la construcción del Estado plurinacional comunitario y autonómico. También se ha ventilado la hipótesis de la posible existencia de reservas hidrocarburíferas en el TIPNIS. Es el propio Ministro de Hidrocarburos y Energía el que ha manifestado esta posibilidad. Situación que pone aun en un más grave peligro al TIPNIS. Independientemente de la contrastación de esta hipótesis, lo que se hace evidente es el peso primordial que ha adquirido el modelo extractivista en las estrategias económicas del gobierno. Con lo que nos habríamos alejado definitivamente del Vivir Bien, de la economía social y comunitaria, de la articulación integrada y complementaria de la economía plural, en transición a la economía social-comunitaria y al Vivir Bien. Ahora bien, ¿por qué estaría pasando todo esto? Todas estas explicaciones requieren de una hipótesis sobre la dinámica contradictoria del proceso. ¿Cómo hemos llegado a esta situación en el momento presente? La primera hipótesis al respecto es que no se ha resuelto la cuestión estatal, no se ha destruido el Estado-nación, que es la forma moderna del Estado liberal, que es la forma de legitimación en la periferia del sistema-mundo capitalista del Estado colonial. Se ha mas bien restaurado toda esta maquinaria sedimentada por capas, estratificada por formas administrativas, dándose una acumulación geológica de las reformas institucionales modernas. Lo que hace este Estado al ser restaurado es reproducir sus múltiples formas de dominación y reencaminar la continuidad de las estructuras de poder, de los diagramas de fuerza, que atraviesan los cuerpos induciendo determinados comportamientos funcionales al sistema nacionalista, liberal y colonial. También se reproducen las relaciones de dependencia y de supeditación del Estado-nación subalterno al orden mundial de la dominación global del sistema-mundo capitalista. La pertenencia al sistema financiero, que es el centro de la dominación imperial y capitalista, el sometimiento a sus reglas, el entregar el ahorro nacional a los bancos extranjeros, hablan de este sometimiento de la periferia al centro de la economía-mundo capitalista. Lo mismo ocurre en lo que respecta a los engranajes y redes de las empresas trasnacionales; por el condicionamiento de sus monopolios tecnológicos, financieros, de mercados, de sus mecanismos, procedimientos y agenciamientos de influencia, terminan imponiendo sus estrategias de enajenación de los recursos naturales y de acumulación ampliada de capital, convirtiéndolas de forma mediatizada en políticas de Estado del gobierno. Esto es una parte de la reproducción del Estado, su funcionamiento implica otras más; sin necesidad de recaer en una descripción exhaustiva es menester mencionar algunas más que tienen que ver con agenciamientos vinculados a la economía política del chantaje. Es sabido que los estados, sus instituciones, sobre todo aquellas que tienen que ver con actividades económicas, se encuentran
  • 8. 8 atravesados por circuitos de influencias, cuoteo, participaciones ilícitas, prebendas, doble información, sobreprecios, lo que llamaremos el mundo de la economía paralela, economía que corroe las propias prácticas administrativas. En otras palabras, el Estado se convierte en un botín para grupos fortuitos de poder. Esta red de relaciones perversas forma parte de los recovecos de una maquinaria estatal que chirria al funcionar. Este diagrama de poder de la corrupción forma parte de la vida cotidiana de los Estado. Cuando no se resuelve la cuestión estatal, cuando no se desmantela esta maquinaria, cuando se deja intacta su arquitectura, también se deja que estas prácticas aviesas vuelvan a articularse y desplegarse, aunque sea con nuevos personajes, una nueva élite en el poder. Obviamente el panorama se complica cuando ampliamos la perspectiva a los circuitos del narcotráfico. Narcotráfico, contrabando, lavado de dinero, tráfico de tierras, vienen acompañando a la lógica del enriquecimiento fácil e ilícito. El problema se hace agudo cuando de los márgenes de la economía y los márgenes del Estado estos circuitos se incrustan en los espacios y núcleos de realización de la economía formal, como la banca, cuando terminan incrustándose en las organizaciones mismas de las instituciones. En este caso el Estado se encuentra invadido. Esto pasa en estados vulnerables, pero también llega a pasar en estados no vulnerables, con tradiciones de institucionalización de larga data; esto pasa en modelos liberales y neoliberales, tanto de la periferia como en algunos países del centro de la geografía del sistema-mundo y la economía mundo capitalista. Empero, lo que no neja de ser sorprendente es que esta corrosión termine ocurriendo en gobiernos que tienen la responsabilidad de las transiciones hacia el poscapitalismo. Es esto lo que hay que explicar, es indispensable entender las razones que conducen a un gobierno popular a repetir la increíble y triste historia del otoño del patriarca. En esta perspectiva, en la búsqueda de las condicionantes y las tendencias inherentes a las dinámicas moleculares del proceso, debemos también identificar otras prácticas sintomáticas en esta fabulosa reproducción de la maquinaria estatal. Sobresalen entre estas prácticas las relaciones de subordinación y cooptación de las organizaciones sociales, sobre todo de la dirigencia ejecutiva. No se permite la vida autónoma de las organizaciones, mucho menos la reaparición de movimientos sociales de envergadura, como las que se dieron durante el periodo 2000-2005, no se permite entonces la participación y la construcción colectiva de las decisiones, de la dirección del proceso y de las estrategias políticas. Las organizaciones, sobre todo sus bases, se han convertido en referentes de legitimación de las decisiones cupulares que se toman en el gobierno. Esta relación de subordinación de las organizaciones sociales terminan convirtiéndose en relaciones prebéndales, comprometiendo a la dirigencia ejecutiva en beneficios compartidos y controlados por las instituciones gubernamentales o estatales. Estas prácticas se parecen mucho a las prácticas de gobiernos y partidos populistas con las organizaciones sociales y dirigencias;
  • 9. 9 particularmente, en lo que respecta a Bolivia, se parece mucho a las prácticas del MNR durante los 12 años de gobiernos del nacionalismo revolucionario (1952-1964). Estas prácticas prebéndales muestran un mapa más complejo de las estructuras de poder; las organizaciones sociales, los sindicatos, terminan participando del lucro del poder, aunque lo hagan en una proporción y participación secundaria, marginal, menos estratégica. Lo que cuenta aquí es la extensión de los engranajes y los mecanismos de poder, no sólo para la legitimación sino también como predominio y como aprovechamiento, aunque sólo terminen haciéndolo las dirigencias. De esta manera se trabó y quebrantó la posibilidad de participación y control, de conducción colectiva, por parte de las organizaciones sociales, afectando a las masivas fuerzas sociales, al poder constituyente de los movimientos sociales, que son el sostén y la defensa misma del proceso.
  • 10. 10 En torno al TIPNIS De acuerdo a fuentes de investigación científica sobre la biodiversidad2el TIPNIS es el corazón de la producción de agua de Bolivia (el 5to país con mayores reservas de agua dulce del planeta). La interpretación de esta situación y esta condición del TIPNIS, como ecosistema y como articulación de ecosistemas y circuitos climáticos, se la describe de la siguiente manera: La peculiar configuración geográfica de la cordillera de los andes en nuestro país; en el llamado codo de los Andes la cordillera hace una inflexión y en lugar de ir de sur a norte va de oriente a occidente. Los contrafuertes andinos reciben los vientos que provienen de la Amazonia (barlovento) recogiendo la humedad de la evapotranspiración de la biomasa boscosa; estos vientos se elevan cambiando de curso, se enfrían, forman nubes (cúmulos cumnuloninmbus) que se precipitan en ese lugar en un circuito permanente de lluvia que es el factor más importante de generación de biodiversidad. También las masas de nubes pasan al otro lado de la cordillera hacia los valles secos de Cochabamba y mesotérmicos de Santa Cruz dando lugar a bofedales, lagunas y cursos de agua responsables de la relativa humedad de algunos de estos valles productivos. Estas lagunas además de proveer agua (ejemplo Misicuni) también proveen energía hidroeléctrica (ejemplo Corani). Las nubes que atraviesan la cordillera también son responsables de la biodiversidad de los bosques de altura (ejemplo La Siberia en al camino antiguo Santa Cruz-Cochabamba) que forman cursos de agua para los valles de Santa Cruz (ejemplo Comarapa). La conclusión del análisis de los mapas climáticos que saca la fuente mencionada es categórica: En fin, queda claro que existe un serio riesgo climático en estas dos regiones (cuenca del rio Mamoré) y valles de Cochabamba, si se da un proceso de deforestación en los bosques amazónicos del sub- andino. Dicho proceso de deforestación es, honestamente, imposible de ser evitado si se dan asientos de colonización en la carretera, ya que la cultura de la tala y quema seguramente podrá ser erradicada en un número de años no menor a los requeridos para deforestar el 80% del bosque tropical que está en la región que tratamos. 2 Unidad de investigación sobre biodiversidad de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
  • 11. 11 Otra conclusión que saca el análisis científico es ilustrativa: Por otro lado, será importante saber que la cantidad de suelo anegadizo en la región del trazo que cruza el TIPNIS es tan grande que hasta la mejor ingeniería va a tener serios problemas para su ejecución. Esta demás decir que el trazo por el lado oriente es sobre suelo mas fijo y de mejor transitabilidad. Son elocuentes los mapas que se presenta y el dibujo que termina interpretando gráficamente esta dramática evaluación de la situación vulnerable del TIPNIS.
  • 12. 12
  • 13. 13
  • 14. 14 ¿Qué podemos decir al respecto? En relación a este análisis y descripción de las condiciones, pero también de las probables consecuencias si se produce el quiebre del Territorio y Parque Isiboro- Sécure, queda claro que la defensa del TIPNIS es no sólo responsabilidad de las comunidades de las naciones y pueblos indígenas originarios que lo habitan, sino también de todos los bolivianos y bolivianas conscientes del problema y la problemática, de todos los bolivianos y bolivianas que aprobamos la Constitución Política del Estado. El TIPNIS es el corazón de la producción de agua de Bolivia, no hay dónde perderse, si se ejecuta el proyecto extractivista, el proyecto IIRSA, la vinculación transoceánica, conllevando el desplazamiento e invasión cocalera, no sólo se terminará desforestando, degradando y destruyendo uno de los ecosistemas más ricos en biodiversidad del planeta, sino que también se habrá quebrado el corazón de la producción de agua, se habrá cortado con la articulación de los ciclos del agua conectados a los ciclos climáticos, a los ciclos del suelo, a los ciclos de los bosques, a los ciclos de reproducción de la vida. Cochabamba disminuirá progresivamente su régimen hidrológico y con el pasar del tiempo quedará sin agua, cambiando los climas de los grandes entornos geográficos y regionales del TIPNIS. Se entiende que a mentalidades desarrollistas, extractivistas, modernistas e industrialistas, estas consecuencias les preocupo poco, si no es que nada, pues ellos miden los costos y beneficios en términos monetarios, en términos de la brutal y reducida contabilidad capitalista. En sus imaginarios colonizados no entran para nada los costos ambientales, los costos ecológicos; ahora sabemos que no les interesa para nada los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios. ¿Qué es el desarrollo para estas mentalidades? Podemos interpretar que se trata del goce inmediato compulsivo de la ilusión dineraria; estos tardíos burgueses internacionalizados no llegan a un diseño estratégico de dominación; al contrario, se supeditan a potencias, a las estrategias de estas potencias, creyendo que del rebalse de las ganancias de la acumulación ampliada de capital, a escala mundial, les va tocar una parte. No son solamente ilusos, sino que también expresan la consciencia desdichada de las burguesías tardías y periféricas. El desarrollo al que apuestan es el desarrollo capitalista, que se da en escala mundial; este desarrollo produce “subdesarrollo” y dependencia en la periferia del sistema-mundo capitalista. Estos gobernantes al servicio de estrategias hegemónicas y de dominación a escala mundial, esta lumpenburguesía, como la llamaba André Gunder Frank, no son otra cosa que dispositivos y
  • 15. 15 agenciamientos de los diagramas de poder, de los mapas de fuerza, de la dominación global del capitalismo contemporáneo. El conflicto del TIPNIS ha puesto en evidencia los nuevos frentes políticos, sociales, económicos y culturales, frentes dibujados en la coyuntura crítica del proceso; por un lado, defendiendo los derechos de la Madre Tierra, están las naciones y pueblos indígenas originarios, sobre todo los movimientos y organizaciones propiamente indígenas, constatados en sus formas de organización, formas de representación, mandos rotativos, normas y procedimientos propios, instituciones ancestrales y cosmovisiones nativas; estas naciones y pueblos están apoyados por nuevos movimientos juveniles y urbanos, también por históricos movimientos como los regantes3, los guerreros del agua y los guerreros del gas. Por otro lado, apoyando el trazo de la carretera por el TIPNIS, están las organizaciones campesinas, organizadas en sindicatos (CSUTCB, CNMCIOB “BS”, CSCIB); todo el conglomerado campesino, de alguna manera conducido por las federaciones cocaleras. Todo este conjunto, mas o menos cohesionado, también diferenciado y plural, así mismo abigarrado, que fue parte del llamado “bloque popular”, ahora se encuentra llevando al ascenso desbocado a una nueva burguesía emergente, de nuevos ricos y nuevos intermediarios en los circuitos de capital, mercancías, transgénicos, contrabandos, tráficos, incluyendo los del narcotráfico. Lo hace en el desplazamiento constante hacia alianzas inesperadas con los agroindustriales de Santa Cruz, la burguesía intermediaria, la banca, las empresas trasnacionales de los hidrocarburos y la minería, las empresas constructoras brasileras y el gobierno brasilero. Tomando en cuenta esta mapa de fuerzas, respecto a lo que decimos y afirmamos, vamos a respaldarnos en el análisis que hace Enrique Ormachea, Investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), quien hace una ilustrativa descripción de la dinámica estructura de clases en la coyuntura, lo que nos permite elucidar el carácter de la lucha de clases y de la guerra descolonizadora en el momento de la crisis del proceso. Enrique Ormachea escribe: Una buena parte de los cocaleros son ya campesinos ricos o acomodados porque obtienen ganancias gracias a la apropiación de 3 Los reales regantes, desplazados por la maniobra montada del MAS cuando se eligió a sus supuestos nuevos representantes, que no son otra cosa que loteadores. Esta suplantación aviesa fue avalada por el Vicepresidente. Los verdaderos regantes, los históricos regantes ligados a la Guerra del Agua, quedaron marginados. Hablamos entonces delos históricos regantes, los luchadores y defensores de las formas comunitarias de administración y gestión del agua.
  • 16. 16 trabajo ajeno, pues producen normalmente con el concurso de peones asalariados. Por el contrario, los indígenas yuaracarés, moxeños y chimanes que habitan en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) –y la mayor parte de los indígenas de las tierras bajas– además de realizar actividades agrícolas en chacos que usufructúan individualmente y que combinan con otro tipo de actividades económicas vinculadas con el mercado (como la extracción de recursos forestales y la elaboración de artesanías), normalmente se ven obligados a vender temporalmente su fuerza de trabajo a ganaderos, madereros y a los propios cocaleros para asegurar su medios de subsistencia. En este sentido, mientras los primeros son pequeños y hasta pequeñísimos capitalistas, los segundos son mayoritariamente semiproletarios4. Esta descripción es importante pues nos ubica de lleno en la relación social, en la relación de dominación de un conglomerado social sobre otro, de una dinámica bullente de monocultivo, agrícola, comercial, encaminada a la expansión de la frontera agrícola, de la comunicación carretera y caminera, sobre otra dinámica, apegada al territorio, a las normas y procedimientos propios, a las instituciones ancestrales, a la búsqueda de un proyecto alternativo al desarrollo y a la modernidad, que actualice las comunidades ancestrales, sus manejos territoriales y de bosques, combinándolos con formas de organización emergentes y en la perspectiva establecida en la Constitución, perspectiva traducida como la del vivir bien. Lo que fue el “bloque popular”, que se coaligó y expulsó a la mega-coalición neoliberal, terminó mostrando su composición diferencial y ha terminado de manifestar las contradicciones inherentes rápidamente, justo en el momento de transición hacia el Estado plurinacional comunitario y autonómico. Esta abertura y quiebre del “bloque popular” evidencia la existencia de proyectos distintos, dicotómicos y contradictorios; un proyecto capitalista, desarrollista, extractivista, dependiente, articulándose al reacomodo de las estructuras y formas de intercambio en la geopolíticas del sistema mundo capitalistas; otro proyecto emergente, nacido de las entrañas de las luchas sociales contra el neoliberalismo y de las entrañas de la guerra anticolonial y descolonizadora de las naciones y pueblos indígenas originarios, que ha expresado su horizonte civilizatorio en la Constitución, en tanto Estado plurinacional comunitario y autonómico, en tanto economía social y comunitaria, en 4 Bolpress; 3 de septiembre 2011.
  • 17. 17 tanto modelo civilizatorio alternativo al capitalismo, la modernidad y el desarrollo. Los dos proyectos no pueden coexistir en el proceso, son opuestos; uno se coloca en la continuidad de la misma civilización moderna, capitalista, desarrollista y extractivista, el otro apunta a abolir esta civilización, abriendo la posibilidad civilizatoria alternativa haciendo emerger configuraciones culturales inhibidas por los colonialismo y los capitalismos, actualizándolos y combinándolos con formas autogestionarias y solidarias contemporáneas. Este proyecto se opone abiertamente al desarrollismo y al extractivismo, se encamina más bien a restaurar las complementariedades dinámicas con los ecosistemas, seres, ciclos vitales interrelacionados e integrados en las formas complejas de reproducción de la vida. No debe sorprendernos entonces los conflictos que se dan entre el gobierno y las naciones y pueblos indígenas originarios, pues el gobierno se ha convertido en la expresión política e institucional del proyecto de continuidad capitalista, desarrollista, extractivista y de monocultivos. ¿Por qué ha sucedido esto? La contradicción era latente, solo que no tuvo las condiciones de posibilidad para mostrarse; una cosa era luchar contra los gobiernos neoliberales y el proyecto neoliberal en curso y otra cosa es abolir el Estado-nación, construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico, en la perspectiva del modelo civilizatorio del Vivir Bien, que se basa en el respeto de los derechos de los seres, componentes y ciclos vitales de la Madre Tierra. En lo que fue el “bloque popular” hay clases sociales que no están dispuestas a abandonar las formas de monocultivo, menos la producción de coca, también de cocaína, no están dispuestas a renunciar a la expansión de la frontera agrícola a costa de los bosques y ecosistemas, no están dispuestas a renunciar a las ganancias y, sobre todo, a las ganancias fáciles, tampoco van a renunciar a una compulsión individual por la tenencia de la tierra, aunque esto implique violar la Constitución. La CSUTCB ha desarrollado un anteproyecto de Ley que contempla la desaparición de las TCOs porque las considera latifundios, también contempla la redistribución de la tierra de forma individual, contraviniendo a la Constitución que establece la reversión de tierras a comunidades indígenas y campesinas de forma colectiva. Sorprende que en las argumentaciones justificadoras del anteproyecto se ventilen calificativos de “terratenientes” para los indígenas que habitan las TCOs, llama la atención que se olviden de los latifundistas y
  • 18. 18 terratenientes históricos, contra los que se había tenido una larga lucha, precisamente por la reforma agraria. ¿Qué pasa? ¿Otros son los enemigos? Ahora son los indígenas, las naciones y pueblos indígenas, sus organizaciones, sus formas colectivas de propiedad, sus gestiones territoriales ancestrales. Ahora, en cambio, los campesinos son aliados los latifundistas y terratenientes históricos, los agroindustriales, los soyeros, que emplean transgénicos, los empresarios, pues ellos, así como los campesinos, persiguen la continuidad del mismo modelo capitalista, desarrollista, extractivista. Ahora las alianzas son otras y los frentes de la lucha son otros. El conflicto en torno al TIPNIOS es demostrativo por poner al descubierto de una manera descarnada estas contradicciones: Acicateados entonces por sus crecientes motivaciones de acumulación, los cocaleros del trópico de Cochabamba se han visto en la necesidad de acrecentar sus propiedades, lo que implica expandir la frontera agrícola. Sin embargo, esta expansión sólo puede darse hacia dos zonas claramente definidas. Por un lado, hacia el TIPNIS y, por otro lado, hacia el departamento de Santa Cruz; esta última opción implicaría avanzar sobre tierras que ya están ocupadas tanto por otros colonizadores (buena parte de ellos también campesinos ricos) como por pequeñas, medianas y grandes empresas capitalistas agrícolas y ganaderas articuladas a la agroindustria5. Al respecto y de una manera contextual, Mayari Castillo y Anahí Durand, escriben en Identidades, etnicidad y racismo en América Latina, que: En primer lugar, la economía de la coca, aunque no reconocida oficialmente, genera una porción importante del PIB de Bolivia. Durante la peor crisis económica, la economía ilegal de la coca permitió sustentar la aplicación de los ajustes estructurales, siendo válvula de escape de la pobreza y un nuevo espacio laboral para los ex mineros de las recién cerradas minas de la COB (Lanza, 1999). De la misma manera, frente a una economía con crecimiento estancado o negativo y uno de los índices de pobreza más altos de América Latina, la cooperación internacional radicada en Bolivia constituía una importante fuente de ingreso. En los últimos doce años, Bolivia recibió por concepto de asistencia financiera oficial cerca del 11% del PIB. Sumado 5 Bolpress.
  • 19. 19 a los aportes de agencias privadas, ONG y otros, la cifra se eleva a un 15% (Grebe, 2002). También pudo reprogramar su deuda financiera gracias a los recursos donados por Europa y, hasta hace poco, recibía financiamiento de organismos multilaterales como el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento, además de financiamiento de carácter bilateral desde Japón, Estados Unidos, Alemania y Países Bajos. La mayor parte de estos apoyos estaban condicionados al cumplimiento de metas sobre control del narcotráfico, incluyendo la erradicación del cultivo de la hoja de coca. Por ello, la resistencia cocalera al cumplimiento de metas otorgaba al conflicto una importancia nacional6. Los investigadores nos dejan en este dibujo panorámico y de evaluación del movimiento cocalero determinados perfiles de la problemática; primero se habla de una economía de la coca, una economía subterránea, que sostiene parte del funcionamiento de los circuitos económicos. Segundo, que con el propósito de erradicación y sustitución de los cultivos de coca, la cooperación internacional ha financiado programas de apoyo a la diversificación de la producción agrícola, así como programas de interdicción. Todo esto puede considerarse también como parte de las inyecciones monetarias al campo económico boliviano, incidiendo en la formación de su Producto Interno Bruto (PIB). En otras palabras, la economía de la coca forma parte de la realidad, como uno de sus niveles, en la compleja sedimentación de sus ámbitos, mundos paralelos o colaterales. Esta economía de la coca es tan importante que no sólo dibuja circuitos, recorridos, articulaciones con otros niveles económicos, sino que también ha terminado constituyendo sujetos sociales, subjetividades e imaginarios, incluso instrumentos políticos y electorales, además de lograr catapultar a las Federaciones Cocaleras al gobierno. Se sabe que por lo menos dos ámbitos territoriales campesinos están articulados a la economía de la coca, Los Yungas y El Chapare, además de otros territorios de expansión, comprendiendo otras zonas más circunscritas y dispersas, que fueron tradicionales en el cultivo de la hoja de coca, como el caso de Apolo e Inquisivi; también hay que considerar la irradiación espacial de la economía de la coca en relación a otros circuitos comerciales y flujos dinerarios, de mercancías y migraciones. También sabemos que la economía de la coca ha estado articulada a la historia económica de la Audiencia de Charcas y de los periodos 6 Mayari Castillo y Anahí Durand: Movimiento cocalero, política y representación: los casos boliviano y peruano. Edición de Fernando García, FLACSO 2008, Quito.
  • 20. 20 republicanos; el ciclo de la economía de la plata, el ciclo de la economía del estaño y, también, aunque de un modo más indirecto y con muchas mediaciones, al actual ciclo de la economía de los hidrocarburos. La economía de la coca ha formado parte entonces de las estructuras económicas, de sus flujos, circuitos y recorridos. Por otra parte, podemos abrirnos a la comprensión de las estrategias diferenciales, plurales, cíclicas y rítmicas de las economías campesinas, atravesadas por complementariedades, reciprocidades, también por transformaciones del ayni y la mink’a, como formas de relación por servicios y especies, por un lado, y por trabajos y dinero, por otro. Comprender también que las formas de organización son complejas, variadas, expansibles o contraíbles, dependiendo de la forma como se relacionan las unidades domesticas con las familias, con las estructuras familiares, comprendiendo edades, género y generaciones. Así mismo tener en cuenta las diferentes prácticas de los vecinos respecto a las prácticas combinadas de los pueblos y comunidades. Todo esto nos muestra una combinación rica de estrategias y de estructuras, de composiciones y de ritmos cíclicos, dependiendo del producto, de las interrelaciones entre productos, dependiendo también del lugar y del momento. Las economías campesinas son configuradas por racionalidades alternativas y colaterales a la racionalidad moderna y eficaz del cálculo del costo y beneficio. En otras palabras, es imposible comprender las estrategias campesinas a partir de la reducida contabilidad económica. Se trata de otras racionalidades, que funcionan flexiblemente, dúctilmente y en combinaciones abiertas7. Empero, algo que podemos compartir con cierta certeza es que, de todas maneras, se trata de economías articuladas al mercado y a los vaivenes del mercado, por lo tanto a los movimientos de los precios de los productos. Ahora bien, un cultivo y producto altamente rentable es la coca, incluso en momentos de bajos precios; esto debido a los rendimientos, sobre todo a las cosechas que se dan al año. Lo que decimos vale mucho más cuando los precios de la hoja de coca suben estrepitosamente, debido a factores externos de extrema imponderabilidad, como la debida al comercio del narcotráfico, sobre todo de la cocaína. Bajo estas consideraciones es posible una hipótesis en relación a la expansión estrepitosa de los cultivos de la hoja de coca, incluyendo la invasión a los parques y territorios indígenas. Es tan gravitante el 7 Revisar el libro de Alison Spedding Kawsachun Coca.Economía campesina cocalera en los Yungas y el Chapare. PIEB 204. La Paz.
  • 21. 21 comercio de la cocaína, tal la incidencia de sus circuitos, de su capacidad de irradiación, de su fuerza financiera, de sus múltiples estratégicas de tráfico, que se ha convertido en el núcleo explicativo de la propia economía de la coca, por lo tanto no sólo de los circuitos y de la acumulación sino de la expansión compulsiva del monocultivo. Independientemente de cualquier pretensión moral o de pose artificial sobre la problemática de la cocaína, pretensión y pose falsa de las potencias, de NNUU y de la cooperación internacional, lo que importan es comprender claramente el conflicto suscitado en torno al TIPNIS, así como los conflictos que se han dado sucesivamente, contiendas anteriores y en perspectiva, repetidos intermitentemente, colisiones del gobierno con las naciones y pueblos indígenas originarios, desde la aprobación de la Constitución; lo que importa es comprender el conflicto a partir de las fuerzas involucradas, de las tendencias, de los proyectos inherentes. La economía de la coca forma parte de la economía de la cocaína y la economía de la cocaína forma parte de las economías del sistema-mundo capitalista. Una apuesta por la expansión del monocultivo de la coca forma parte de la expansión compulsiva de la economía de la cocaína y obviamente de la acumulación ampliada de capital en la economía-mundo capitalista. Apostar por esta salida, se lo haga abiertamente, como en el caso de las decisiones prácticas que toman los cocaleros, o veladamente, haciendo como si no se viera nada, como ocurre con el comportamiento del gobierno respecto a esta problemática, no importa, pero apostar por esta salida significa la continuidad del modelo capitalista, desarrollista extractivista y dependiente, ahora atravesado por la economía política del chantaje, es decir por la economía de la cocaína, como una de sus formas. Este proyecto continuista se enfrenta abiertamente al otro proyecto, nacido de las entrañas de las luchas sociales y de la guerra anticolonial y descolonizadora, expresada plenamente en la Constitución. Este modelo es el del Vivir Bien, modelo civilizatorio alternativo al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo. Este modelo se basa en la condición plurinacional, en la condición comunitaria, en la condición autonómica y en la condición intercultural, por lo tanto este modelo se basa en las cosmovisiones indígenas y en la reconstitución de los territorios ancestrales, actualmente habitados, como reza la Constitución. Este modelo supone un descentramiento radical del antropocentrismo, desplazándose al reconocimiento de la condición vital de los otros seres que componen la Madre Tierra, reconociendo su condición de sujetos y reconociendo sus derechos. Esta concepción está plasmada en el proyecto de Ley de la Madre
  • 22. 22 Tierra. El conflicto del TIPNIS está expresando entonces la guerra de dos proyectos opuestos, antagónicos, de modelos encontrados, uno el capitalista y moderno, el otro alternativo al capitalismo y la modernidad. Hay una lucha de clases y una guerra anticolonial y descolonizadora en curso, con sus sujetos sociales, sus organizaciones, sus instituciones opuestas, incluso con sus diferentes formaciones discursivas en franco y abierto debate. Volviendo al análisis de Enrique Ormachea, podemos dimensionar los alcances concretos del conflicto en torno al TIPNIS. Entonces el conflicto especifico, en el territorio, en los límites del parque y en el interior del parque, en el llamado bloque 7, que es la zona de avasallamiento del parque por los colonizadores, es entre comunidades indígenas y colonizadores, comunidades indígenas y cocaleros. En el documento citado se escribe: Si en algo hacen hincapié los indígenas cuando plantean la defensa del TIPNIS es en el tema de la expansión cocalera y sus efectos. No les faltan razones. En el Gobierno de Evo Morales se les ha recortado alrededor de 145 mil hectáreas que acabaron siendo dotadas a cocaleros que habían ocupado estas tierras de hecho, al aprobar un título final de propiedad colectiva de 1.091.656 hectáreas frente al título ejecutorial concedido en 1997 que ascendía a 1.236.296 hectáreas8. La legitimación del avasallamiento ya muestra el sentido del gobierno, de sus políticas en relación a la tierra y al territorio, en relación de lo que respecta a las áreas protegidas y territorios indígenas. El gobierno responde en primer lugar, en el plano afectivo y de los compromisos orgánicos, a las federaciones cocaleras, también a las organizaciones de colonizadores, llamados ahora interculturales, que ya cuenta con más de un millón de afiliados, así mismo responde a los compromisos sindicales con las organizaciones campesinas, constituidas en la CSUTCB y en la confederación de mujeres campesinas, las conocidas como “bartolinas”; en segundo lugar, ya en un plano político, responde a la continuidad del proyecto capitalista, desarrollista, extractivista, dependiente, otorgándole un carácter popular al proyecto; en tercer lugar, ya en un plano estratégico o geopolítico, el gobierno está supeditado a la irradiación de la política expansionista y hegemónica del Estado brasilero; en cuarto lugar, ya en un plano de las complicaciones de las que no puede zafarse, atado a las herencias de las lógicas de poder persistente, responde a los condicionamientos de las empresas trasnacionales, tanto de los hidrocarburos como de la minería; en quinto lugar, ya en el plan de 8 Bolpress.
  • 23. 23 las nuevas alianzas, responde a los acuerdos económicos con la burguesía intermediaria boliviana, los agroindustriales, los soyeros y las mediaciones de los grandes monopolios de las empresas de transgénicos. La presión sobre la frontera agrícola cocalera y colonizadora se da no solo con la benevolencia del gobierno sino en alianza estratégica con los agroindustriales y soyeros, es decir, la burguesía intermediaria. Todos ellos forman parte de la composición social, económica, subjetiva e imaginaria del proyecto desarrollista- extractivista. Esta situación es vivida, intuida, comprendida y elucidada por las organizaciones indígenas del CIDOB y CONAMAQ. Se comenta el testimonio de uno de los dirigentes del TIPNIS que estuvo en la VIII marcha indígena: En una entrevista reciente, el dirigente indígena Adolfo Moye ha señalado que, a raíz de la expansión de los cocaleros hacia las comunidades indígenas del TIPNIS, muchas terminaron rodeadas de colonos “…por ejemplo, la comunidad de Santísima Trinidad donde yo vivo junto a 140 familias indígenas mezcladas con algunos colonos, hemos quedado al centro de la zona colonizada y rodeada por cocaleros. En la comunidad Limo, los hermanos del pueblo moxeño yuracaré ahora tienen apenas una hectárea y trabajan como empleados de los colonos. Sus hijos han tenido que migrar a las ciudades capitales para buscar empleo queriendo adoptar otra forma de vida; en muchos pueblos solo quedan los viejitos. Algunas comunidades, como Puerto Patiño e Isiborito, se extinguieron y no sabemos a dónde se fueron esos hermanos…”. (Entrevista en el Foro Social de Asunción)10. El testimonio de Adolfo Moye es elocuente; lo que describe es una relación de dominación de los cocaleros y de los colonizadores sobre los indígenas del TIPNIS. Los indígenas no solamente son discriminados y explotados, sino vistos como menos. No se los considera iguales, ni se establece con ellos relaciones de igualdad. Esto ocurre de manera dramática en los lugares de intersección entre comunidades indígenas y colonos; si bien no ocurre lo mismo cuando los dirigentes de las organizaciones indígenas y de las organizaciones campesinas entablan relaciones de organización, de discusión, cuando entablan acuerdos y pactan sobre temas de interés común, pues a este nivel se entiende que no considerarse como iguales sería una muestra insostenible de racismo. No ocurre porque a ese nivel se tiene otra concepción de lo que es ser indígena; somos todos 9 Bolpress. 10 Bolpress.
  • 24. 24 indígenas, aymaras, quischwas, urus, chipayas, guaranís, moxeños, chácobos, chimánes, yuracarés. La diferencia está en que unos somos campesinos y otros conservan la propiedad comunitaria, el ayllu; unos estamos organizados en sindicatos y otros en las formas organizativas propias comunitarias. Este discurso se mantuvo durante parte de la vida del Pacto de Unidad, sobre todo durante el proceso constituyente. Ahora parece desmoronarse este discurso ante la evidencia de las grandes diferencias, discrepancias de concepciones, de intereses y de proyectos. Los dirigentes campesinos se acercan rápidamente a los prejuicios que tienen los campesinos y colonos que habitan los lugares limítrofes con territorios indígenas. Sobre todo ahora, cuando se da el conflicto del TIPNIS, los dirigentes campesinos se apegan más a defender el discurso gubernamental estridentemente descalificador del movimiento indígena en defensa de sus derechos, consagrados por la Constitución. El “bloque popular” se ha roto. Esta descripción me recuerda a lo que ocurría años atrás, cuando era vigente, convocativo e irradiante el proletariado minero; a pesar de su consciencia de clase, de su condición de clase compuesta por el desclasamiento de las otras clases, de clase que debería abolir todas las clases, los mineros mantenían relaciones de dominación, subordinando a las comunidades indígenas y campesinas aledañas a los campamentos. ¿Por qué ocurre esto? Se notaba un aire de superioridad; una cosa implica estar ligado al campamento minero, a la explotación de las vetas mineras, a los ingenios, a la organización capitalista del trabajo, y otra cosa significa estar ligado a los ayllus, a las comunidades, donde preponderaban “modos” de producción pre- capitalistas y no-capitalistas. La diferencia estaba dada. Los mineros compartían una ilusión desarrollista y un imaginario modernista, en contraposición de los indígenas y campesinos, que más bien expresaban un apego a otros imaginarios, mas bien animistas. Una de las consecuencias de la modernidad fue esta descalificación de otras formas de vida, de otras formas de cohesión social y de relacionamiento, que no sean las propias de la modernidad. Las investigaciones y los estudios sociológicos han descrito y han teorizado sobre la transición a la modernidad; el desencanto, la desacralización, la ruptura y quiebre de las comunidades, de las instituciones y estructuras tradicionales, forma parte de las hipótesis iniciales de estos estudios y estos análisis. El paso de la familia extendida y compuesta a la familia nuclear, las migraciones rural- urbanas, la atomización y la individualización, la homogeneización de los comportamientos y las conductas, el disciplinamiento, forman parte de este proceso de modernización, entendida como una dinámica cultural y civilizatoria que pone en suspenso los valores y las instituciones tradicionales; la modernidad entendida como experiencia de la vertiginosidad, sensibilidad estética que expresa
  • 25. 25 esta experiencia como cuando todo lo sólido se desvanece en el aire, frase de Shakespeare, recogida por Marx11. La historia de la representación de la modernidad es toda una arqueología, comienza con los poetas malditos, quienes le atribuyen características estéticas y lúdicas, haciendo hincapié sobre todo en la experiencia de la vertiginosidad y el suspenso. El concepto es retomado por la sociología y la economía empero de una manera más instrumental y descriptiva, perdiendo sus ribetes poéticos, empezando a adquirir perfiles organizacionales, estructurales, institucionales y de relaciones de mapas definidos de transvaloración y transición modernizadora. Marx y algunas corrientes marxistas retoman el concepto dándole un carácter dialéctico, retomando algunas ideas iniciales de la experiencia de la transformación desbocada. Ya en la etapa de balance habría que contar con el análisis desplegado por Marshall Berman; estudio que intitula precisamente Todo lo sólido se desvanece en el aire12. En las corrientes marxistas teóricas contemporáneas un antecedente de la crítica de la modernidad es el libro de Adorno y Horkheimer titulado Dialéctica del iluminismo13. Quizás sea el análisis más penetrante de la modernidad, a la que caracterizan como iluminismo, que también puede ser retomada como crítica; de lo que se trata entonces es de desplegar una crítica de la crítica, un iluminismo del iluminismo. Ponen en cuestión los mitos de la modernidad, como la idea de progreso y el mito de la historia; también ponen en cuestión la pretensión moderna de dominación de la naturaleza. Queda claro en los autores, que hacen la crítica de la racionalidad instrumental, que no basta hacer una crítica de la economía política, sino que es necesaria y urgente hacer una crítica de la modernidad, matriz histórica y cultural, civilizatoria, en la que emerge y se recicla el capitalismo. Después de ellos, todas las escuelas, corrientes teóricas críticas de la modernidad, son deudoras de la apertura iniciada por la Escuela de Frankfurt. A nosotros nos interesa retomar las críticas de la modernidad en los contextos periféricos del sistema-mundo capitalista, pues nos interesa comprender los fenómenos complejos, abigarrados y heterogéneos que desata la modernización en nuestras regiones y países. Marshall Berman escribe sobre el modernismo del subdesarrollo y toma en cuenta el caso de San Petersburgo, dice que se trata de modernidades impulsadas desde arriba, por el Estado, el poder; quizás también por algunas élites. Son construcciones titánicas que se enfrentan a los pantanos, es la voluntad de la geometría que termina imponiéndose a la adversidad, a pesar de las inundaciones 11 La frase aparece en la obra de Shakespeare La Tempestad, Marx, la retoma para caracterizar metafóricamente a la modernidad. 12 Marshall Berman: Todo lo sólido se desvanece en el aire. Siglo XXI 1994; México. 13 Adorno y Horkheimer: Dialéctica del iluminismo; Trota, Madrid.
  • 26. 26 centenarias. Se trata de espacios modernos pero sin contar con una vida moderna, espacios públicos que no llegan a tener vida pública. ¿Qué es la modernidad en estos lugares insondables? ¿Es una ilusión? ¿Un espejismo? ¿Un fabuloso monumento? Todo lo demás no llega a ser moderno, las instituciones, el manejo de las instituciones, el Estado, la administración del Estado; tampoco las subjetividades. Estamos ante transiciones problemáticas, cuando el pasado no termina de irse, mas bien se queda persistentemente, combinándose con esas proposiciones iluministas de futuro. Se producen composiciones intrincadas que contienen también subjetividades recargadas, que acompañan a comportamientos que moran mundos que cohabitan. René Zabaleta Mercado habla de formaciones abigarradas y Bolívar Echeverría de modernidades barrocas14. ¿Qué es la modernidad en la periferia del sistema-mundo capitalista? Las corrientes hindúes que estudian la subalternidad conciben que mas bien hay que comprender modernidades heterogéneas o la modernidad en su condición heterogénea15. Ciertamente no se puede hablar del ámbito social del campesinado como si fuera homogéneo; esto desde ya está descartado. Estamos ante un campo complejo y diferencial, cuyos ciclos y articulaciones con el mercado también son variados. En un tiempo se pensó que la campesinización y la re-campesinización formaban parte de procesos de resistencia a la diseminación capitalista. Se mostraban contradicciones de las formaciones campesinas con el mercado, con el capitalismo y con el capital a partir de la tesis de la subsunción formal del trabajo al capital16. En Bolivia se realizaron estudios de la cuestión agraria, sobre todo de las economías campesinas, a partir de su irrupción misma, irrupción que se da desde la expansión de las formas de pequeña propiedad agraria a partir de la reforma agraria de 1953. Se pueden hacer distintas clasificaciones de un abundante material, que llega hasta nuestros días, empero nos interesa, por los límites y las razones implícitas de este ensayo, dibujar grandes campos de análisis. Se puede apreciar que una de las áreas de preocupación, quizás las más economicista, está relacionada con las evaluaciones de la reforma agraria y la búsqueda por reencaminarla; otra área de preocupación es la que tiene que ver con los estudios de caso, con un enfoque sociológico; quizás los más interesantes son los estudios que vienen acompañados de un orientación antropológica, 14 Ver de Zavaleta Mercado Lo nacional-popular en Bolivia; Amigos del Libro; La Paz. También de Bolívar Echeverría Crítica de la modernidad capitalista; Vicepresidencia del Estado Plurinacional 2011; La Paz. 15 Revisar de Partha Chatterjee La nación entiempo heterogéneo. Siglo XXI-CLACSO 2008; Buenos Aires. 16 Roger Bartra ha realizado estudios antropológicos sobre la identidad mexicana; en tanto que Armando Bartra ha realizado estudios sobre las problemáticas que envuelven al mundo campesino e indígena, en parte rescatando sus luchas por la reforma agraria, en parte recuperando la condición de comunidad, pero también mostrando las formas de subsunción formal del trabajo al capital en la que están involucrados sus circuitos.
  • 27. 27 sobre todo por el aporte etnográfico en el análisis de las estructuras y las instituciones involucradas. No podemos dejar de considerar los estudios sobre la estructura agraria y de clases desde una perspectiva marxista, mas bien, análisis macros que estudios locales o regionales. Por último, deberíamos considerar un área de trabajos de investigación antropológicas, sociológicas y económicas, de enfoque mas bien integral, que cuestiona las perspectivas anteriores, consideradas estáticas, que no contemplan las dinámicas locales, diferenciales, cíclicas y de estructuras de cambiantes, vinculadas a las estrategias de adaptación a las circunstancias de las formas de organización campesinas. Quizás las más aportadoras a la elucidación y a la inteligibilidad de la problemática campesina sean estos estudios17. En relación a toda esta arqueología del saber de la cuestión agraria, debemos apreciar sus mapas conceptuales para poder atender con una mirada escrutadora a los recientes desplazamientos de las economías campesinas. Obviamente lo que se requiere para lograr una comprensión adecuada de lo que ocurre son investigaciones a profundidad y en los distintos espacios de desplazamiento de las formas de organización campesina; empero a falta de estas investigaciones, nos vemos obligados a lanzar algunas hipótesis interpretativas de lo ocurre en la coyuntura crítica del proceso con las economías y formas de organización campesina, sus estrategias y sus circuitos. 17 Revisar de Alison Spedding Kawsachun coca. Economía campesina cocalera en los Yungas y el Chapare. PIEB 2004; La paz.
  • 28. 28 Hipótesis Por más compleja que pueda ser la formación social, económica y cultural campesina, por más diversa y diferencial, por más barroca, combinada, compuesta y entrecruzada en que se encuentre, moviéndose contradictoriamente en transiciones cíclicas, definiendo a veces rutas en espiral y en algunos casos desplazamientos lineales, toda esta complejidad está atravesada por los circuitos del mercado, los circuitos dinerarios, incluso, en menor escala los circuitos financieros, como los relativos al microcrédito; aunque tengamos que aceptar, como lo hicimos en otro tiempo, la presencia alterativa de resistencias, de otras lógicas, otras estrategias y otras racionalidades, el mercado y el desarrollo capitalista juegan un papel gravitante, sobre todo en determinados momentos de alta demanda de monocultivos y de la evidencia de la atracción efectiva de subida de precios. Esta atmósfera de muchos microclimas culturales, imaginarios y de comportamientos, recrea la ilusión de una modernidad barroca, heterogénea, del bienestar, del acceso y del consumo. En momentos de intervención de circuitos de alta rentabilidad y de predisposiciones políticas que los facilitan, los conglomerados sociales campesinos, sus tendencias económicas, tienden a volcarse plenamente a la ilusión del desarrollismo y sobre todo al espejismo de la riqueza fácil. Los núcleos de resistencias, alterativos, alternativos, las racionalidades y estrategias complementarias y cíclicas, tienden a ser inhibidas, ocultadas, desarticuladas, en beneficio de las opciones más comerciales, incluso más perversas de los circuitos dinerarios.
  • 29. 29 Las resistencias, las posibilidades alterativas y alternativas se encuentran en las comunidades indígenas-originarias En momentos de crisis, de desplazamiento social compulsivo hacia las formas más veloces del comercio, incluso del comercio ilícito, del contrabando, de los tráficos perversos, de la economía política del chantaje, los núcleos de resistencias, las posibilidades alterativas y alternativas al curso de las cosas, al dominio del capitalismo, incluyendo sus formas salvajes, se encuentra en las comunidades indígenas, como los ayllus, en tierras altas, y las formas comunitarias en reconstitución, en tierras bajas. Las otras racionalidades, sobre todo complementarias, las otras estrategias, sobe todo rotativas, cíclicas y en reciprocidad, tejiendo equilibrios y armonizaciones territoriales, se encuentran en estas formas comunitarias, en sus formas de organización, de cohesión, de convocatoria y de correspondencia territorial, se encuentran en la actualización y reconstitución de sus instituciones ancestrales. Esta disposición a la resistencia, esta reterritorialización, se hace evidente en la coyuntura crítica del proceso, cuando el gobierno, las organizaciones campesinas, aliados a la burguesía intermediaria, a los agroindustriales, a los soyeros y las mediaciones que usan los transgénicos, añadiendo a los banqueros y los compromisos con el IIRSA y el proyecto hegemónico brasilero, se proponen ampliar estrepitosamente la frontera agrícola, atentando contra los bosques, los territorios indígenas, los parques, las áreas protegidas, a cualquier costo. La marcha indígena por la defensa del TIPNIS es una clara muestra de la voluntad política de las organizaciones indígenas, del CIDOB y del CONAMAQ, por detener el avasallamiento, la compulsión desarrollista-extractivista apegada a la ilusión modernista de consumo y de riqueza.
  • 30. 30 ¿Quién ha decidido la construcción de la carretera que atraviesa el TIPNIS? ¿Se han consultado a las comunidades que habitan el TIPNIS, como exige la Constitución? ¿Es el pueblo boliviano el que ha aprobado la construcción de esa carretera? Si el 64% del pueblo ha aprobado la Constitución, al aprobarla ha prohibido una acción como esta de atravesar un Territorio Indígena y un Parque. ¿Quiénes entonces han decidido? Obviamente se decidió en otro lugar, donde siempre se ha decidido la suerte de nuestros países, en los grandes acuerdos de los gobiernos coaligados con intereses de las empresas trasnacionales. La suerte de la Amazonia se decidió, primero cuando la construcción de la carretera que atraviesa la Amazonia brasilera se dio lugar en base a la estrategia de la dictadura militar brasilera de entonces (1964-1985). Segundo, cuando el presidente Fernando Cardozo convocó a los presidentes de los gobiernos de Sud América para acordar el proyecto IIRSA (2000). Tercero, cuando el entonces presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva comprometió al presidente boliviano Evo Morales Ayma en la construcción de la carretera que conecta Villa Tunari con San Ignacio de Moxos (2009), atravesando el TIPNIS, comprometiendo un préstamo del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil y condicionando que la construcción la efectúe una empresa brasilera OAS, saltando los procedimientos regulares de las normas de contratación de bienes y servicios. Se puede decir que esta es la crónica de una muerte anunciada, la del ecosistema que comprende el TIPNIS, si es que no se detiene este proyecto que podemos calificar como un ecocidio y etnocidio. En realidad el destino de parte de la Amazonia, la que comprende al Territorio Indígena y Parque Isiboiro-Sécure, se está decidiendo ahora, en la batalla por el TIPNIS, con el esfuerzo y sacrificio de los marchistas que defienden los derechos de la Madre tierra y los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios. El gobierno ha decidido defender los intereses de OAS, del IIRSA, del gobierno brasilero y de todos los sectores del país que apuestan por la ilusión desarrollista, la destrucción extractivista, y la reiteración inaudita de la dependencia; hablamos de la burguesía intermediaria boliviana y los estratos campesinos más apegados a las formas del capitalismo depredador, comprendiendo la desforestación y el monocultivo. Viendo de esta forma las cosas, la decisión no es democrática, es despótica y acordada con las estructuras de poder del orden de dominación mundial y regional. Todos los discursos que se han
  • 31. 31 empleado para camuflar la razones de esta decisión, todo los recursos represivos que se emplean para disuadir a los marchistas, no hace otra cosa que develar los grandes intereses comprometidos en tamaña acción y la supeditación del gobierno a estos intereses. Lo que se ha dicho sobre los marchistas, sobre los dirigentes indígenas, no es otra cosa que una muestra patética de los métodos y procedimientos más perversos que puede utilizar el Estado-nación en contra de las naciones y pueblos indígenas y una movilización que exige el cumplimiento de la Constitución. Como se puede ver se ha ido muy lejos, se ha llegado incluso a una situación de enfrentamiento entre colonizadores e indígenas. Una y otra vez, en los distintos diálogos, sin ninguna voluntad del gobierno a cambiar, los ministros han reiterado un solo argumento obsesivo: No hay alternativa, sólo hay un trazo posible, el que atraviese el TIPNIS, esto ya se ha decidido. ¿Qué significa este mensaje? ¿Qué la realidad se reduce a esto? ¿A la lógica irremediable del poder? ¿Qué la historia no cambia? ¿Qué los poderosos son los que deciden? ¿Qué fue un sueño lo planteado por los movimientos sociales y las naciones y pueblos indígenas originarios, un sueño recogido por la Constitución? ¿Qué la realidad real va seguir siendo la misma a pesar de los sacrificios, las luchas y los procesos constituyentes? ¿Qué la llegada al gobierno de un presidente con raíces indígenas no es más que una nueva forma de legitimación de los mismo, de las estructuras de poder establecidas y de los ciclos irreversibles del capitalismo? Este fatalismo no expresa otra cosa que el punto de vista de la dominación; ni más, ni menos. No es aceptable y es incluso insostenible el querer reducir la realidad a los efectos del poder. Cuando los imaginarios son dominados por el poder, cuando el poder se recrea en ellos, cuando los imaginarios reviven ilusiones, como las del desarrollismo y la modernidad, ilusiones que ocultan la producción incesante de las desigualdades, entonces la realidad se reducen a los límites de las representaciones sociales sometidas, lo que se llamaba en otro tiempo ideología. En estos casos la representación no es otra cosa que la repetición del discurso dominante y también una re-presión de los impulsos emancipadores. El gobierno, los discursos transmitidos, sus actos violentos y represivos, muestran el decurso de este itinerario de la gubernamentalidad liberal, la misma que no ha cambiado, a pesar del proceso constituyente. Esta es la elocuencia de del monopolio de la violencia y de la legitimidad de la violencia. ¿Qué se puede hacer frente a esta concurrencia avasalladora de la maquinaria estatal, de una maquinaria al servicio de las dominaciones polimorfas y de las formas del capital? El recurso de los explotados, de los pueblos, de las naciones
  • 32. 32 oprimidas, ha sido la lucha permanente, constante, perseverante. Comienza con las resistencias, después continúa con las acciones directas emancipadoras; todo esto está atravesado por la creación de otros imaginarios, por la imaginación y el imaginario radical, creativos de la perspectiva de otras realidades, más ricas y complejas, por la apertura de la realidad al campo de sus posibilidades; también podríamos interpretar esto desde la sociología de las ausencias, desde la sociología de las emergencias, desde la ecología de los saberes, desde la ecología de las temporalidades, como configura Boaventura de Sousa Santos. Las organizaciones indígenas originarias, las comunidades indígenas que habitan el TIPNIS, no hacen otra cosa que recurrir a estas tradiciones de luchas de los explotados, dominados, discriminados. Que este enfrentamiento se dé ahora desafiando al proyecto extractivista de un gobierno que se llama popular se explica por la combinación de la lógica del poder cristalizada en la maquinaria estatal y la lógica de la acumulación de capital. Frente a esta racionalidad instrumental y racionalidad diagramática de las fuerzas se oponen racionalidades alternativas, las racionalidades de las resistencias que se convierten en racionalidades emancipatorias. La lucha de los indígenas del TIPNIS y de las organizaciones indígenas originarias es una lucha que compromete el destino de la mayoría de los bolivianos y bolivianas, que apostaron a lo largo de sus luchas y en el proceso constituyente por un mundo alternativo. No sabemos exactamente lo que va a pasar, a pesar de que el panorama se pinta, debido a la correlación de fuerzas, desalentador y dramático. Se presenta como que el gobierno terminará imponiendo la voluntad de OAS, del IIRSA, del gobierno brasilero y los estratos sociales que apuestan por la continuidad del modelo extractivista y la ampliación de la frontera agrícola. Sin embargo, en esta coyuntura difícil, no se puede hacer otra cosa que apostar a lo que parece improbable, apostar a lo que parece imposible, apostar por revertir la situación adversa, apostar por detener la marcha fatal de los acontecimientos. En esta apuesta, en esta habilidad, en esta creatividad e ingenio, radica la invención de la política y la invención de la historia como utopía en permanente realización. La lucha de los indígenas del TIPNIS, de las organizaciones indígenas, no puede quedar aislada, tiene que ser acompañada por todos y todas las que sienten y presienten que es posible otro mundo alternativo, que la realidad es más rica y completa que la reducida imagen que de ella da el poder. Esta lucha es acompañada por otros movimientos y
  • 33. 33 pueblos del mundo que enfrentan a la dominación actualizada del capitalismo.
  • 34. 34 Las formas de la manipulación Hay que prestar mucha atención a ciertas formas del uso del poder que tienen que ver directamente con lo que llamamos la manipulación18, es decir, a la forma cómo se quiere forzar e inducir para lograr los objetivos establecidos. Sobre todo llama la atención el manejo de la gente, el manejo de la opinión pública, el manejo de las instituciones y de las organizaciones, el manejo de la información, el manejo de los conflictos. Se interviene impúdicamente para convencer y conducir a la gente, para influir en sus conductas; se maneja la propaganda, la publicidad, la comunicación para mostrar una imagen de la realidad de acuerdo al espejo del poder. El poder se mira en lo que informa y lo que expresa termina siendo la imagen del espejo, es allí donde se legitima y ratifica el poder. Se manejan las instituciones como dispositivos de poder; aunque toda institución es un dispositivo de poder, lo que hace a la manipulación es el uso forzado que se hace de las instituciones, buscando alcanzar otros fines, distintos a las finalidades normativas. En el caso de las organizaciones, estas son cooptadas en la perspectiva de los fines extra-organizacionales impuestos. Se maneja la información como herramienta de propaganda, como una extensión de los alcances y el cumplimiento del gobierno. Quizás lo más grave pasa con el manejo de los conflictos; lo primero que se hace es ignorarlos, después se los descalifica, si avanza el conflicto, se intenta cooptar y dividir a las organizaciones involucradas en la demanda; por este camino se termina optando por los medios de disuasión y represivos. También se puede pretender arreglar con los grupos más vulnerables y dóciles del conflicto, como lo que ocurre ahora en lo que respecta al conflicto del TIPNIS. No se quiere atender ni dialogar seriamente, solo se transmite la decisión antelada, la crónica de la muerta anunciada del territorio y del parque, empero se manipula montando una escenificación en una comunidad, la de Santo Domingo, donde habitan un grupo de familias indígenas, ahora invadida por visitantes del tramo tres de la carretera Villa Tunaría-San Ignacio de Moxos, quienes no habitan el TIPNIS, para aparentar multitud y hacer creer que se conversa y se consulta con las comunidades asentadas en el TIPNIS. 18 José Luis VEGA CARBALLO dice que: Se entiende por manipulación un ejercicio velado, sinuoso y abusivo del poder. Revisar Manipulación, del citado autor; Comunidades.
  • 35. 35 A propósito de la temática de la manipulación, José Luis Vega Carballo dice Se entiende por manipulación un ejercicio velado, sinuoso y abusivo del poder. Se presenta en cualquier relación social o campo de la actividad humana, donde la parte dominante se impone a otras en virtud de que éstas carecen de control, conciencia y conocimiento sobre las condiciones de la situación en que se encuentran. Aunque la imposición de cualquier curso de acción tiene siempre consecuencias reales, lo cierto es que, dentro del campo de la interacción social manipulada, no hay manera de que las partes afectadas puedan vislumbrarlas anticipadamente, tampoco analizarlas y menos impedirlas; solo les queda afrontarlas como hechos consumados. La manipulación es un ejercicio velado, sinuoso y abusivo del poder. El poder se ejerce decía Michel Foucault, no es una propiedad, no es una sustancia, no es una ideología; diríamos que se trata de relación de fuerzas, una fuerza que afecta y otra fuerza afectada, una fuerza que hace de función de poder, otra fuerza que hace de materia de poder. La manipulación se basa en relaciones de poder que buscan afectar conductas y comportamientos, como toda relación de poder, pero que recurre en este caso al engaño, a la distorsión, al chantaje, a la presión, al encubrimiento, al montaje, al teatro, pero también a sutiles mecanismos y deslizamientos de la violencia, que tienen una particularidad cuando se trata del Estado y de sus formas de gobierno. Llama la atención la reiteración desembozada de las formas de manipulación de un gobierno que se dice indígena y popular, más aún que se concibe como gobierno de los movimientos sociales, de acuerdo a las expresiones rimbombantes del Vicepresidente. En los conflictos con las organizaciones indígenas, particularmente en lo que ocurre con el conflicto del TIPNIS, ha desplegado de manera abierta todas las artes de la política vulgar, la astucia “criolla”, como decimos popularmente, adelantándose a las consecuencias de la construcción de la carretera; la maniobra se muestra patentemente cuando se hace tres trazos de la carretera que va de Villa Tunari a San Ignacio de Moxos, buscando eludir el estudio de impacto ambiental, sobre todo en lo que respecta al Territorio Indígena y al Parque. La anticipación no consultada también se hace evidente cuando se acuerda con el entonces presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva la construcción de la carretera, financiada en gran parte por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil (2008-2009); en este acuerdo se establece el compromiso fuera de normas de que la construcción de la carretera queda a cargo de la empresa constructora brasilera OAS. Esta forma de comportamiento sinuoso y callado, toda esta actitud velada preveía conflictos, por eso se adelantó a los hechos, encubriendo los acuerdos y convenios antelados. Cuando estalla el conflicto del TIPNIS la respuesta es escabrosa; primero se confronta
  • 36. 36 internamente al entonces Viceministro de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, Juan Pablo Ramos, quien no quería firmar la ficha ambiental justamente del tramo II, que pasa por el TIPNIS; segundo se oculta la información y se miente a la opinión pública acerca del estado de la cuestión de esta carretera; tercero se dice que no hay trazo del segundo tramo; cuarto, cuando se desprende la marcha indígena en defensa del Territorio Indígena y Parque Isiboro- Sécure, se descalifica a las organizaciones indígenas acusándolas de estar en contacto con la Embajada norteamericana, insinuando que esta marcha ha sido preparada por agentes de la embajada, volviendo a acusar a USAID por enésima vez de estar fomentando la marcha indígena; también se acusa a un conjunto fantasmagórico de ONGs de estar involucradas en la conspiración. Cuando la marcha se acerca a San Ignacio-de Moxos, altos personeros de gobierno van a azuzar a los pobladores para que se levanten contra los indígenas de la marcha. Si bien no consiguen esto, lo que logran es que no se les dé alojamiento, comida ni agua. Cuando la marcha se aproxima a Yucumo, se movilizan a colonizadores, cocaleros, policías e incluso la ABC para impedir el paso de la marcha pacífica, bloqueando a la marcha en esta localidad comercial. Cuando la marcha consigue apoyo internacional y del país, movilizando a múltiples grupos de jóvenes, a la organización de regantes, a la federación de estudiantes de la ciudad de El Alto, a mineros e incluso a organizaciones de la ciudad de El Alto, como la conocida Coordinadora por la Dignidad de la Ciudad de El Alto, cuando es patente su contradicción en relación a la consulta previa libre e informada, consulta que exige la Constitución, buscan dividir a las comunidades del TIPNIS; todo esto sin responder a la demanda de los marchista. Se opta entonces por el teatro político, se hace el montaje de un escenario grotesco de una reunión manipulada en la comunidad de Santo Domingo, llevando gente del tramo III, que habita fuera del TIPNIS. El presidente va a esa comunidad y efectúa una tertulia improvisada con los supuestos comunarios, reunión que es transmitida por la radio emisora oficial Patria Nueva. El comportamiento del gobierno en todo el conflicto del TIPNIS devela descarnadamente el sentido de las políticas gubernamentales en relación al medio ambiente, a la ecología, a los parques y territorios indígenas, en relación a los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, en relación también al modelo heredado, el extractivismo, incluyendo a la ampliación de la frontera agrícola y la desforestación, así mismo devela el sentido de las políticas en relación a la coca y la cocaína. Pero, sobre todo, devela la constante recurrencia del procedimiento más apreciado por los funcionarios en su relacionamiento con la sociedad, los pueblos y las organizaciones, este expediente es el de la múltiple manipulación abierta y desembozada. ¿Por qué recurre a esta maniobra? ¿Qué expresa esta recurrencia? ¿Una gran debilidad, una gran vulnerabilidad, una descomposición?
  • 37. 37 José Luis Vega Carballo, el autor citado sobre la definición de manipulación, dice que: Pero aún allí, en momentos de crisis de consenso, cuando se ponen en entredicho la legalidad y legitimidad del régimen, los dirigentes terminan apostando a la manipulación para controlar las reacciones de los dominados. Surgen distintas fórmulas para encubrir decisiones de emergencia, desde los discursos efectistas hasta los despliegues de propaganda, tácticamente destinados a compensar la carencia de argumentos capaces de persuadir a las masas y mantenerlas leales al régimen. Cuanto más avance la desestabilización y se aproxime la posible subversión violenta del régimen, es mayor la frecuencia con que se aplican dosis variables de manipuleo con represión, incluyendo las llamadas “cortinas de humo”, cuyo propósito es distraer la atención de los subordinados para apartarla de los verdaderos problemas que la dirigencia no puede resolver. La recurrencia a la manipulación parece aumentar cuando hay crisis de consenso. Desde esta perspectiva vendría a ser algo que sustituye al consenso o cuando falta consenso se recurre más a la manipulación. Este procedimiento de maniobra vendría a ser un síntoma de la crisis de consenso, que también significa una crisis de credibilidad; la pérdida de confianza también generaría el incremento del uso de la manipulación. Esta tesis podría llevarnos a pensar en una relación inversamente proporcional, pero no es así, pues la variedad de los recursos, dispositivos y agenciamientos de poder más bien presentan un mapa de combinaciones complejo, que se da de una determinada manera, dependiendo de las coyunturas y los contextos. Incluso cuando hay consenso los gobiernos no dejan de recurrir a tácticas de maniobra. Se trata de procedimientos altamente extendidos, diversos, recurrentes, no sólo por gobiernos sino instituciones, también en las relaciones de grupos, así como en las relaciones interpersonales. Pero, en el caso que nos interesa, la manipulación política, muestra los secretos engranajes de las formas de poder y de los entretelones gubernamentales. Se trata de un procedimiento no democrático y mucho menos participativo, en todo caso tampoco transparente. Se da cuando se tienen finalidades establecidas, las mismas que no quieren ni deben discutirse, de acuerdo a los criterios de los “diseñadores” de las finalidades; estas tienen que ejecutarse, para su cumplimiento se usan todos los medios al alcance, incluyendo preponderantemente los que tienen que ver con la manipulación. En este caso las finalidades son como ordenes; se hace creer a los participantes que se está discutiendo, que se está tomando en serio el debate, la demanda, la reivindicación, las propuestas alternativas, aunque en realidad este dialogo sólo sirva para legitimar lo ya decidido, el cumplimiento de finalidades políticas.
  • 38. 38 Esta manera de proceder nos muestra también una percepción bastante esquemática de los gobernantes, que se resume en el creer que los otros, los interlocutores, la opinión pública, son manejables. Esta percepción expresa una sobreestimación extrema de las posibilidades del gobierno y una desvalorización también extrema de los otros, de los interlocutores, del auditórium, de la opinión pública. Hay más de una sorpresa cuando los gobernantes se enfrentan a resistencias, a obstáculos, a conductas no manejables ni manipulables, que responden a criterios formados sobre los temas en debate. Lo sorprendente es que en vez de corregir este comportamiento gubernamental, generalmente los gobernantes insisten como en una terca persistencia en estos métodos, aunque estos métodos pueden llevar ineludiblemente a la confrontación. ¿Por qué? Hay una especie de extensión estimativa de los microclimas institucionales gubernamentales a la sociedad. Se espera que de la misma manera que se obedece en las instituciones, las sociedades deban hacerlo. Hay un presupuesto de disciplina generalizada, que obviamente no se cumple en la realidad. No se considera para nada los propios raciocinios de la sociedad, de los grupos, de las organizaciones, de los movimientos. Lo que cuenta es la estrategia diseñada o supuestamente diseñada, las finalidades establecidas; lo demás es objeto, es materia de poder, es manipulable. De este modo podemos decir que la manipulación dibuja una psicología especial de los gobernantes, de la clase política; se sienten inmunes, se instala un egocentrismo que da lugar a una sensación de que se es todo poderoso, una distancia cualitativa los separa de los mortales. Esta percepción es alimentada por los propios funcionarios que rodean como cortes modernas a los ejecutivos. La ceremonialidad del poder, la adulación constante, la información seleccionada, terminan convenciendo a los que toman decisiones de que es así, que los que gobiernan tienen el sartén por el mango, que sus decisiones son indiscutibles. Muchos de estos escenarios, de estos montajes políticos, son construcciones de los subalternos inmediatos, que quieren ganar puntos. La manipulación termina entrampando a todos, como en un círculo vicioso; no convence, no disuade, y termina echando leña al fuego, incrementando la intensidad del conflicto. El autor citado continúa con la contrastación de la manipulación, escribe: Si para un uso racional, persuasivo y legítimo del poder –es decir, la dominación según Max Weber–, se requiere comúnmente la transparencia y una conciencia relativamente lúcida acerca de los intereses en juego, la manipulación se ubica en la esfera opuesta. Al rechazar la transparencia, la argumentación y la persuasión –procesos que en la democracia se aplican para llegar al consenso–, los manipuladores, en su maquiavelismo, apelan a las dimensiones
  • 39. 39 instintivas de la mente individual y colectiva, a impulsos inconscientes, a deseos y aspiraciones insatisfechas, a dependencias emocionales y pasionales de la conducta individual o de masas. Se esmeran por provocar reacciones impremeditadas que no requieran la aquiescencia ni el raciocinio, por obviar discursos que justifiquen las pretensiones de dominio, por evitar todo recurso metódico de justificación y convencimiento. Descartando esa personalización de los manipuladores y de su supuesto maquiavelismo, pues no se trata de caer en la individualización, como si la manipulación fuera un atributo de ciertas personas, inclinadas a ello, y el maquiavelismo un plan antelado, una conspiración inherente. Este maquiavelismo, que proviene de la lectura francesa de la época de Nicolás Maquiavelo, interpretación segada por cierto, que ha reducido las tesis de Maquiavelo a la caricatura de proposición que se expresa en la frase popularizada de que los fines justifican los medios, convirtiendo a Maquiavelo en un teórico de las conspiraciones, las artimañas, las astucias y las intrigas. Lectura que no comprende la estructura, el contenido y el núcleo de la teoría de Nicolás Maquiavelo que tiene que ver con la figura del príncipe como articulador de la voluntad nacional. Dejemos entonces de lado esta apreciación del autor para concentrarnos en sus definiciones sobre la manipulación. Se concibe un aire irracional en el ejercicio de la manipulación; ¿esto es sostenible? Depende cómo concibamos la razón y la racionalidad; si aparece como un discurso iluminista, que exige argumentación y justificación, reducimos la razón a su forma lógica e instrumental; en cambio sí ampliamos el uso de la razón a la elaboración de juicios, entendidos como la adecuación de los medios a los fines, nos abrimos a múltiples formas de la razón y de la racionalidad. La manipulación no está exenta de una forma de racionalidad ligada a la astucia; no se trata en este caso de pretensiones de verdad y de validez. No estamos en el terreno de la acción comunicativa ni de sus racionalidades desplegadas, estamos mas bien en los espacios de las formas de violencia, en los mapas de la dominación, aunque esta violencia y esta dominación tenga que hacerse discursiva. En todo caso estamos ante pretensiones de logro, de ejecución, pretensiones de dominación. El uso de los discursos en la manipulación no pretenden convencer de la verdad expuesta, al contrario son usados para engañar. Entonces las formas de la manipulación tienen que ver con las formas de la dominación; por eso no es un mecanismo democrático, puesto que la democracia en sentido pleno suspende los mecanismos de la dominación. El uso recurrente de la manipulación caracteriza el perfil de los estados y gobiernos que la ejercen. No se trata de estados democráticos en pleno sentido de la palabra, que deberían ser más participativos que representativos, sino de maquinarias, instrumentos, estrategias gubernamentales al servicio de la dominación. No se trata entonces de un proyecto emancipatorio sino de un proyecto de poder. Esto es importante a la
  • 40. 40 hora de caracterizar al Estado-nación boliviano y al gobierno popular. Ciertamente lo que debería ser un proyecto emancipatorio, pues arranca de las luchas sociales, de los movimientos sociales, de la guerra anticolonial y descolonizadora, termina siendo otro proyecto de dominación. ¿De quienes es esta dominación? No es una pregunta fácil en una transición que debería ser de transformación y resulta mas bien de restauración. Al respecto, en relación a esta pregunta, que tiene que ver con la estructura de poder, pero también con la estructura de clases, asentadas ambas en la matriz y estructuras coloniales, vamos desplegar una hipótesis de interpretación. Después de la movilización prolongada (2000-2005) nos encontramos ante dos gestiones de gobierno popular y un proceso constituyente, ambos contradictorios, que expresan de manera dramática las contradicciones inherentes de los proyectos políticos congénitos que nacen como producto de la movilización; uno de ellos es el proyecto político que expresa la transición descolonizadora hacia el Estado plurinacional comunitario y autonómico, en la perspectiva de conformar una economía social y comunitaria que apunta al modelo alternativo a la modernidad, al capitalismo y al desarrollo; el otro modelo está encaminado claramente a la continuidad expansiva e intensiva del estándar capitalista dependiente periférico basado en el extractivismo compulsivo; modelo que se sostiene en la restauración del Estado-nación, liberal y colonial. Ambos modelos son opuestos, contradictorios y antagónicos. El primer modelo alternativo ha quedado transcrito en la Constitución política del Estado, el segundo modelo vigente es el que efectivamente se realiza desde el Estado y desde el gobierno. El primer modelo ha quedado como un ideal y el segundo modelo es el realmente implantado. El primer modelo es defendido por las naciones y pueblos indígenas originarios, por sus organizaciones matriciales, de tierras altas y de tierras bajas; el segundo modelo es el asumido por el gobierno, por el MAS, por las organizaciones campesinas, colonizadoras y cocaleras, en alianza ahora con la burguesía intermediaria boliviana, banqueros, empresarios, agroindustriales, soyeros, terratenientes, apoyados en este trámite por las empresas trasnacionales mineras, hidrocarburíferas, las empresas constructoras, el gobierno brasilero, en el contexto de reacomodo de la estructura de la geopolítica del sistema mundo capitalista. Tomando en cuenta este panorama, ¿qué sucede en la transición? Concurre la reorganización de la composición de la burguesía intermediaria boliviana; campesinos ricos, colonizadores ricos, cocaleros ricos ingresan a formar parte de esta nueva composición de la burguesía, conjuntamente con los comerciantes; algunos de ellos se introducen en su condición de dirigentes o ex dirigentes, al formar parte de la nueva clase política. Las formas de esta recomposición
  • 41. 41 burguesa no son distintos al de las otras y anteriores composiciones de la burguesía, procedimientos de despojamiento, de apropiación, incluso de trafico de tierras y circuitos de influencias. Obviamente no son todos los campesinos, todos los colonizadores ni todos los cocaleros los que ingresan a formar parte de esta nueva burguesía, como en la genealogía de las burguesías, se forman estructuras piramidales, la gran masa social queda en la base piramidal y son determinados grupos pujantes y agresivos los que terminan ocupando el sitio de la cúspide. Empero, como se comparte la ilusión desarrollista y el imaginero modernista, creyendo que el logro de la riqueza está al alcance de todos, el conjunto social cree que puede acceder y se embarga en un proyecto que obviamente va a recrear las desigualdades. En este mapa social, ¿qué papel juegan los obreros? Si nos guiamos por el último el XXXI Congreso de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, vamos a ver que el proletariado minero retoma la Tesis de Pulacayo, la tesis de transición al socialismo, bajo la caracterización de un país de capitalismo atrasado y dependiente. Vuelven a plantear la alianza obrero campesina, bajo la dirección del proletariado en la perspectiva de la revolución socialista. ¿Dónde entra este planteamiento en el antagonismo que plantean los dos modelos mencionados anteriormente? ¿La propuesta minera se acerca más a la modernidad, al desarrollismo, al extractivismo o la propuesta obrera se acerca al modelo alternativo a la modernidad, al capitalismo y al desarrollo? Este es un problema que tiene que resolver el proletariado minero, que tienen que resolver los obreros, en el contexto de las luchas y movimientos sociales antisistémicos contemporáneos, que confrontan al capitalismo no solo en lo que respecta a la explotación de la fuerza de trabajo sino por en lo que respecta a la explotación y dominación de la naturaleza. Ya no es el contexto ni la coyuntura histórica del momento de aprobación de la Tesis de Pulacayo, este momento, el actual, es de una lucha contra el capitalismo en defensa de la Madre Tierra, que es el nombre que se usa para referirse a los componentes y ciclos vitales integrados de la vida, en toda su biodiversidad, comprendiendo su ecología y ecosistemas. La hipótesis interpretativa se resume a que hay una nueva composición de la burguesía de la que forman parte los campesinos ricos, los colonizadores ricos y los cocaleros ricos. Esta nueva composición en articulación con los estratos heredados de lo que fue la burguesía intermediaria, ejerce el dominio sobre las naciones y pueblos indígenas originarios y el proletariado, que tiene cada vez más características nómadas. Esta nueva burguesía todavía no tiene un discurso propio o adoptado, como en el caso de la burguesía liberal o el caso del proyecto de burguesía nacional, en uno caso el discurso era liberal y en el otro caso el discurso era nacionalista. El discurso Constitucional, por el
  • 42. 42 Estado plurinacional, comunitario y autonómico no les sirve, menos el discurso del vivir bien, pues entra rápidamente en contradicción con sus propias acciones. Por eso se han convertido en escenas cada vez más grotescas los montajes políticos del gobierno; el discurso no coincide con la práctica. Esta nueva burguesía se ve impelida a elaborar otro discurso acorde a su transición restauradora. Por el momento no hay tal cosa, lo que hay es una recurrencia desesperada a las formas polimorfas de la violencia, desconociendo los derechos fundamentales, los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, los derechos de la madre tierra. Teniendo en cuenta esta lectura de la transición podemos entender mejor el requerimiento recurrente a las formas de la manipulación como parte de las formas de violencia, como parte de las formas de dominación. De las tácticas y estrategias, de las herramientas e instrumentos políticos, de las formas discursivas, es uno de los mejores procedimientos que tienen a su alcance para implementar el proyecto de continuidad capitalista y extractivista. El problema es que los pueblos no son manejables ni manipulables, son resistencias que hay que vencer, el esquematismo ingenuo de los gobernantes que recurren a la manipulación no comprende la compleja realidad social, política, económica y cultura. Tiene enfrente un gran obstáculo para la realización de su proyecto, la Constitución, el horizonte abierto pluralista, los saberes y la politización de los pueblos.
  • 43. 43 De contradicciones y confusiones del proceso En rigor hay profundas contradicciones en el proceso de transformaciones, lo que se nombraría antes, desde la perspectiva de las grandes narratividades, como proceso “revolucionario”; aunque la concepción de transformaciones y la de “revolucionario” tiene connotaciones distintas. El siglo XX se abre a proyectos ultimatistas, por lo tanto es concebible en ese terreno un imaginario revolucionario; en cambio el siglo XXI comienza a complejizar y relativizar esos proyectos políticos y sociales, concibe paradójicamente un más allá de la modernidad, que deberíamos entenderlo, usando la jerga, como más “revolucionario”, pues atraviesa los límites mismos de la civilización moderna, empero concibe esta trascendencia desde un pluralismo, también desde la complejidad, a su vez pensando transformaciones pluralistas. Bueno, en todo caso, distinguiendo estas diferencias imaginarias y discursivas, podemos comprender que tanto los procesos “revolucionarios” como los procesos de transformación anidan grandes contradicciones, que no se pueden eludir con discursos ni con ideologías, si todavía podemos hablar así como de una consciencia falsa o, mejor dicho, desde un discurso de legitimación del poder. El proceso mismo conlleva una carga fuerte de herencias que no solo obstaculizan el cambio sino que definen otras proyecciones. Uno de los temas que es urgente abordar es el que tiene que ver con la diferencia entre dominación y emancipación. El problema es que grupos importantes de “revolucionarios”, también de los sectores que los acompañan, creen que la liberación tiene que ver con la dominación. Lo mismo sucede en los procesos de transformación; estratos, sectores importantes, que acompañan el proceso de cambio, creen que de lo que se trata es de sustituir una dominación por otra. Se perdió de la comprensión que las luchas sociales anticapitalistas tienen que ver fundamentalmente con proyectos emancipatorios, por lo tanto de liberación de las dominaciones y de las formas de explotación. Que la emancipación involucra, en primer lugar a los explotados y discriminados, pero también abarca a todos, que de lo que se trata es de liberarse de las formas de dominación y de las formas de explotación, poner en suspenso los engranajes de la dominación, ofrecer emancipaciones a todos los involucrados, irradiar el proceso de liberalización múltiple. Asistimos pues a una contradicción profunda en este sentido. Llamaremos a esta una confusión en los imaginarios, discursos y prácticas de estratos y sectores que mas bien manifiestan sus recónditas dominaciones cristalizadas, que ahora las quieren hacer