Las laudas eran canciones en lengua vulgar cantadas en honor a la Virgen con fines amorosos y no religiosos. Eran música solista y monofónica con estrofas y estribillos que los trovadores usaban para entretener a la gente. Los dramas litúrgicos eran representaciones teatrales de temática religiosa pero no de culto que la iglesia medieval introdujo para embellecer y ampliar su liturgia de una forma más interesante y sorprendente con contenido moral.