La obra describe dos escenas de la historia bíblica de Judit: en la primera, Judit regresa a su ciudad de Betulia con la cabeza de Holofernes después de decapitarlo; en la segunda, los soldados asirios descubren el cadáver de Holofernes. El tema fue retomado en el Renacimiento para simbolizar la libertad y la victoria sobre la tiranía.