La literatura neoclásica del siglo XVIII en España se caracterizó por un énfasis en la enseñanza moral sobre la creatividad artística. Jovellanos creía que la ignorancia era la causa de los problemas de un país y que la educación pública era clave para la felicidad y prosperidad. Escribió obras como la Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas para establecer normas sobre el entretenimiento que promovieran la moral y el civismo. Moratín trabajó para reemplazar el decadente teatro barroco con comedias