Presentación libro

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Esta presentación dellibro Los otros que me habitan de Francisco Cala Huelva tiene para mí
el atractivo de ser un acto literario serrano con la participación de un escritor del entorno,
porque Paco Huelva, aunque almonteño de cuna, pasa muchos de sus días entre nosotros,
también goza del privilegio que le da la sabiduría acumulada por su voraz hábito de la
lectura y que le lleva a compartir los primeros secretos de los versos compuestos por los
poetas de la Sierra a quienes siempre les sirve como guía literario, y además Paco tiene por
compañera a la investigadora corteganesa Valle Coronado. Así que la Sierra y Cortegana
están esta noche muy presentes.
Sería cansino pormenorizar su extensa experiencia personal, Paco Cala ha sido/es un
hombre al servicio de los demás,tanto en su batallar político como Diputado Provincial del
PSOE como en su vinculación a los organismos que velan por nuestra seguridad ; pero hoy
venimos a hablar de él como literato, escritor articulista en varios periódicos y revistas
digitales y que forma parte de las juntas directivas La Asociación Colegial de Escritores en
Andalucía, La Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios, El Aula Europea de
Humanidades y La Asociación Internacional Humanismo Solidario.
Ha publicado los siguientes libros de novela y relatos: Griego, Y cien, El perfil de los sueños,
La búsqueda de la identidad y Andando sobre el tiempo.
Los otros que me habitan es un libro de doce relatos situados en el mundo rural, casi todos
muy duros, precedidos de unos dibujos de Víctor Pulido que ahonda con sus trazos en el
alma de unos hombres que viven según el autor en "una tierra dura y escarchada como
corazón de diablo".
El titulado La vendimia nos recuerda la narración La Llave de Ramón J. Sender, un relato
breve pero que también podríamos llamarlo drama en un acto, en el que Paco Huelva nos
habla de la verdad del hombre, de la voz de alerta y acusación, de las miserias del mundo
rural..., un análisis de la múltiple y cambiante condición humana, un drama de acciones
pero también de ideas marcadas por una línea difusa trazada entre la realidad y la ficción.
No hay descripciones físicas que configuren el retrato de los protagonistas pero sí un doble
plano entre lo bestialy las esencias del ser humano que convergen entre sí. Escrito con un
estilo sencillo, directo, austero, realista, accesible y popular, aunque no falten ciertos
expresionismos en las escenas narradas porque el autor señala sutilmente la tragedia de
antemano,poreso el narradordice: "toma un racimo de uva y mirando fijamente, lo aplasta
entre los dedos", "empezó a afilar la navaja con lentitud mientras rumiaba los
acontecimientos venideros". La vendimia es un relato perfectamente estructurado, con
secuencias narrativas que se retrotraen o que se proyectan hacia delante.
Constantemente el escritor introduce al lector en la conciencia rural por medio del arte,
una reconstrucción consciente donde no falta la agitación y sí está ausente el humor,
porque el hombre culto no aparece, sólo tiene presencia el hombre rural, y en esas

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circunstancias no es necesario que el humor temple literariamente a ambas voces tan
opuestas pero complementarias.
En cambio,está presente la avaricia por el control de la familia, no existe el azar, todo es
premeditación que desembocará en una crisis que tomará un derrotero inimaginable, una
predestinación sin imágenes de lunas, sólo la faz difusa del personaje Adelaida tras el
postigo simbolizará la tragedia.
En el relato Es que no te merecía,también el personaje central se atreve a marcar el camino
en la vida de sus familiares, a interponerse entre sus sentimientos como reflejo de una
sociedad enquistada porlos miedos y la aceptación de lo predestinadoporque "lo que tenga
que venir, vendrá", aunque se tenga conciencia del mal: "que yo no pedí ser lo que soy".
Nos dice Paco Cala en boca de sus personajes que la maña y el tiempo enseñan, y con ese
saber popular tratan de justificar hasta el crimen, como ocurre en Petición, un relato sin
desenlace final: se presenta el conflicto pero no se resuelve. Un recurso concluyente que
repite el autor: sus finales terminan con muchas aristas para que el lector escoja el prisma
que desee, porque mostrarle al lector un camino abierto e infinito constituye una de las
riquezas que nos depara la buena Literatura en espacios rurales amplios sin apenas delimitar
por donde el destino de los hombres corre sin parar.
A veces, aparentemente,existen pinceladas de humornegro tal como ocurre en la escena
de Un hombre de honor con una invitación pagada para que se asista a un futuro entierro,
historia muy bien contada con la que el autor consigue inquietarnos.
En el relato La Forastera predominala intensidad narrativa, aunque contado con algo de
superficialidad que nos recuerda el cuento en su más pura versión que él remata de una
forma circular donde los puntos de partida y final se unen. Narraciones que son metáforas
de la vida misma,tal como ocurre en El sustento,un relato extraño que desconcierta al lector
al dificultarle la interpretación de si sus personajes en realidad son animales de la fábula
literaria o son humanos.
Aunque algún relato pudiera parecernos menos duro a primera vista, sólo será en
apariencias porque Paco Cala, no sé si conscientemente o no, nos mete en historias casi
cerradas; pero compasivo con nosotros nos deja algún resquicio abierto para que
escapemos de la maraña en que nos ha metido. Escenas inexplicables en donde el narrador
dialoga con el lector sin tensión dramática o escenas con cierto surrealismo donde se le
ofrece al lector que ponga el final de la historia.
La mina es un extraordinario relato que le dedica a ManuelMoya, una historia profunda y
certera como es la voz del insigne escritor de Fuenteheridos. En él la dureza es extrema, los
personajes muertos y el que va a morir conforman un cuadro tenebloso.

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Excepcionalmente en Extrañas leyes alautor se le escapa un atisbo de imágenes lorquianas
que presagian la tragedia:"suherramienta le robó esquirlas a la luna y su cara se iluminó de
acero"; y excepcionalmente también rompe con la constante dureza de sus historias y nos
regala el maravilloso El niño del olivar, al que yo considero un poema narrativo con el ritmo
propio de un romance popular. En definitiva, unos relatos que conmoverán al lector
cuando en sus soledades tenga que reescribir las historias contadas por Paco Cala.
Gracias.
Cortegana,29 de junio de 2017.
José Luis Lobo Moriche