La publicidad es una técnica de comunicación comercial que intenta informar al público sobre un producto o servicio a través de los medios de comunicación con el objetivo de motivar al público hacia una acción de consumo. Se considera publicidad sexista cuando difunde un mensaje o imagen que degrada a la persona por su sexo o promueve modelos que consoliden pautas tradicionalmente fijadas para cada género, como fijar estándares de belleza femenina o ejercer presión sobre el cuerpo femenino a través de determinados productos.