La reforma agraria de la Segunda República Española tuvo como objetivos redistribuir la tierra de los grandes terratenientes a los campesinos, mejorar la producción agrícola y reducir el poder de la nobleza. La ley de 1932 creó el Instituto de Reforma Agraria para expropiar y conceder tierras y promover comunidades agrícolas colectivas. Sin embargo, la reforma tuvo poco éxito debido a la oposición de los terratenientes y fue interrumpida por la Guerra Civil, en la que la nobleza